Desde la terminal de buses Jombor de Yogyakarta cogimos un bus que con 3500 Rupias (aprox. 0,23€) nos llevó al centro de la ciudad, la famosa calle Malioboro.
Yogyakarta más comúnmente llamada Yogya es la ciudad más importante del sureste de Java.
Es importante por el arte y sobre todo por el arte del Batik.
El Batik es una técnica para teñir telas. En Yogya hay diferentes escuelas de Batik y te los venden donde sea. Hay que tener cuidado con las estafas en las compras de los Batiks.

La Jalan (calle) Malioboro es el centro comercial más importante de Yogya y también una zona de hoteles económicos. Cuando llegamos a Yogyakarta nos paramos primero en esta zona a buscar un alojamiento, pero, siempre por culpa de las vacaciones indonesas no conseguimos nada barato, además muchos lugares estaban llenos, así que decidimos cambiar de zona y nos movimos con otro bus de línea hacia la zona de Prawirotaman, al sur del Kraton. Aquí encontramos una Guest House a buen precio, además creo que es un buen punto de partida para visitar Yogya.
La zona de Malioboro es demasiado caótica, las calles están llenas de vendedores y el tráfico es intenso y ruidoso, Prawirotaman es más tranquila y es bonito recorrer sus calles.
Visitamos el centro de Yogya partiendo del norte, Jalan Malioboro y caminando hacia el sur.
Después de recorrer la caótica Malioboro entramos a visitar el mercado, Pasar Beringharjio, con fruta, comida y especias como muchos de los mercados de Asia…
Decidimos no entrar en el Kraton, el palacio del Sultán todavía regente, porque no tenía buena pinta, además de estar lleno de gente. Seguimos hacia el sur y nos metimos en las calles estrechas que rodean el Taman Sari o Water Castle.
Este lugar es muy bonito, es una zona de pequeñas calles laberínticas y túneles subterráneos.
Es una zona de artistas, murales y músicos que tocan en los túneles que llevan al Taman Sari.

Taman Sari son unos jardines y piscinas de agua que uno de los antiguos Sultanes hizo construir para deleitarse con sus concubinas escondido del mundo,,, hizo que ejecutaran el arquitecto que construyó los jardines para que no pudiera revelar donde estaban las habitaciones secretas.
La entrada al Taman Sari cuesta 12mil Rupias (aprox. 0,8€). Vale la pena entrar a visitarlo, me pareció interesante.
Aunque la parte más original fueron las calles de los alrededores y la Mezquita subterránea, Sumur Gumuling, no está bien indicada, pero preguntando se llega fácilmente.
El Sumur Gumuling es una mezquita subterránea a dos niveles. Para llegar hay que recorrer unos túneles hasta llegar a la zona donde rezaban los fieles, en el centro hay una escalera muy original.

Creo que esta zona de Yogya es la que más me ha gustado. Desde allí nos dirigimos al parque Alun Alun Kidul, a probar suerte… Para esto hay que vendarse los ojos y caminar en el parque hasta conseguir pasar entre dos grandes árboles,,, muy divertido, y nada fácil.
Y desde el parque volvimos paseando hacia casa, la zona de Prawirotaman está muy cerca.
En Yogyakarta nos quedamos un día y medio, había mucha gente… Desde Yogya nos movimos hacia la tranquila ciudad de Solo. Para llegar cogimos un tren, después de 6 meses volvimos a coger un tren,,, coste 8000 Rupias (aprox. 0,53€), en una hora llegamos.