Hoy dejábamos Filadelfia y volvíamos a coger el coche para dejarlo en nuestro destino final: Newark. Una dos horas de camino nos separaban de la Gran Manzana y no os podéis imaginar las ganas que tenía de llegar, puesto que me había dejado lo mejor para el final. Por fin iba a conocer Nueva York!!
Pusimos gasolina en una gasolinera de las afueras de Newark y fue donde más barato lo pusimos, creo que estaba a 1,80 dólares el galón si no recuerdo mal, así que llenamos el depósito y fuimos a entregar el coche.
Los trabajadores de Hertz nos lo revisaron y al estar perfectamente nos devolvieron la cantidad que nos habían cobrado por el depósito lleno, ya que nosotros lo habíamos entregado lleno y no íbamos a pagarlo dos veces.
Cogimos las maletas y volvimos a coger el Air Train, pero esta vez en sentido contrario. Nuestro destino era la estación de tren de Newark. Dejamos el coche sobre las 11:00 del mediodía. Estuvimos un rato esperando en la estación y por el módico precio de 25 dólares cogimos el tren con destino Penn Station. Este tren tarda como unos 40 minutos en llegar a Penn Station y no es hasta cuando llegas, cuando te das cuenta de las dimensiones de esta estación. Es enorme y menos mal que un hombre nos indicó dónde estaban las máquinas para comprarse la metrocard, si no creo que aún estaría buscándolas.
Nosotros nos compramos dos metrocards de 7 días y cada una nos costó 32 dólares y las amortizamos muy bien, ya que para todo cogíamos el metro.
Con nuestras metrocards en la mano paramos a comer en un sitio de Penn Station porque estábamos muertos de hambre y ya eran casi las dos de la tarde.
Después de comer nos fuimos hacía la línea roja en dirección Times Square y ahí hicimos transbordo para coger la línea de Queens que era la que nos llevaría al hotel.
Tuvimos un pequeño percance con la dirección del hotel, puesto que confundí el número de la calle con la avenida pero enseguida lo encontramos y pudimos dejar las maletas de una vez. Ahora ya no íbamos a tener que cargar con ellas. Teníamos casi una semana para olvidarnos de trasladarlas.
Cogimos de nuevo el metro y con la misma línea fuimos hasta Conney Island para luego ir retrocediendo. Mi idea era estar al atardecer en Brooklyn Heights para ver cómo se iba iluminando el skyline de Manhattan.
Llegamos a Conney Island que es la última parada del metro. Andamos un poco por el paseo, hicimos fotos y nos fuimos porque hacía mucho aire. De normal la gente no visita esta zona pero a mí me apetecía ver las atracciones que han salido en tantas pelis y por eso fuimos.
De ahí volvimos a coger el metro y paramos en Prospect Park. Es un parque muy grande de Brooklyn, tipo central park pero más salvaje. A nosotros nos gustó mucho pasear por él y ver el ambiente de la gente haciendo deporte y paseando en familia.
Después de estar un rato paseando por Prospect Park, volvimos a coger de nuevo el metro en la parada de Grand Army Plaza y volvimos a bajar en Clark Street. Ahí estuvimos callejeando por Brooklyn y viendo las pedazo de casas que hay en esta zona y de ahí ya nos fuimos hacía el puente de Brooklyn para poner el broche final al día.
Llegamos justo al atardecer cuando empezaban a enceder luces y todavía quedaba algo de luz y estuvimos haciendo fotos hasta que se hizo de noche. No podía parar de hacer fotos, parecía un chino con la réflex pero es que yo flipaba mucho.
Cuando ya mi batería de la cámara empezó a hacer aguas decidimos que igual era el momento de volver al hotel y parar a cenar.
Por casualidad en Brooklyn encontramos un diner para cenar y por 30 dólares cenamos los dos muy agusto. Nos fuimos al hotel a dormir que al día siguiente nos esperaba un día duro.
Pusimos gasolina en una gasolinera de las afueras de Newark y fue donde más barato lo pusimos, creo que estaba a 1,80 dólares el galón si no recuerdo mal, así que llenamos el depósito y fuimos a entregar el coche.
Los trabajadores de Hertz nos lo revisaron y al estar perfectamente nos devolvieron la cantidad que nos habían cobrado por el depósito lleno, ya que nosotros lo habíamos entregado lleno y no íbamos a pagarlo dos veces.
Cogimos las maletas y volvimos a coger el Air Train, pero esta vez en sentido contrario. Nuestro destino era la estación de tren de Newark. Dejamos el coche sobre las 11:00 del mediodía. Estuvimos un rato esperando en la estación y por el módico precio de 25 dólares cogimos el tren con destino Penn Station. Este tren tarda como unos 40 minutos en llegar a Penn Station y no es hasta cuando llegas, cuando te das cuenta de las dimensiones de esta estación. Es enorme y menos mal que un hombre nos indicó dónde estaban las máquinas para comprarse la metrocard, si no creo que aún estaría buscándolas.
Nosotros nos compramos dos metrocards de 7 días y cada una nos costó 32 dólares y las amortizamos muy bien, ya que para todo cogíamos el metro.
Con nuestras metrocards en la mano paramos a comer en un sitio de Penn Station porque estábamos muertos de hambre y ya eran casi las dos de la tarde.
Después de comer nos fuimos hacía la línea roja en dirección Times Square y ahí hicimos transbordo para coger la línea de Queens que era la que nos llevaría al hotel.
Tuvimos un pequeño percance con la dirección del hotel, puesto que confundí el número de la calle con la avenida pero enseguida lo encontramos y pudimos dejar las maletas de una vez. Ahora ya no íbamos a tener que cargar con ellas. Teníamos casi una semana para olvidarnos de trasladarlas.
Cogimos de nuevo el metro y con la misma línea fuimos hasta Conney Island para luego ir retrocediendo. Mi idea era estar al atardecer en Brooklyn Heights para ver cómo se iba iluminando el skyline de Manhattan.
Llegamos a Conney Island que es la última parada del metro. Andamos un poco por el paseo, hicimos fotos y nos fuimos porque hacía mucho aire. De normal la gente no visita esta zona pero a mí me apetecía ver las atracciones que han salido en tantas pelis y por eso fuimos.
De ahí volvimos a coger el metro y paramos en Prospect Park. Es un parque muy grande de Brooklyn, tipo central park pero más salvaje. A nosotros nos gustó mucho pasear por él y ver el ambiente de la gente haciendo deporte y paseando en familia.
Después de estar un rato paseando por Prospect Park, volvimos a coger de nuevo el metro en la parada de Grand Army Plaza y volvimos a bajar en Clark Street. Ahí estuvimos callejeando por Brooklyn y viendo las pedazo de casas que hay en esta zona y de ahí ya nos fuimos hacía el puente de Brooklyn para poner el broche final al día.
Llegamos justo al atardecer cuando empezaban a enceder luces y todavía quedaba algo de luz y estuvimos haciendo fotos hasta que se hizo de noche. No podía parar de hacer fotos, parecía un chino con la réflex pero es que yo flipaba mucho.
Cuando ya mi batería de la cámara empezó a hacer aguas decidimos que igual era el momento de volver al hotel y parar a cenar.
Por casualidad en Brooklyn encontramos un diner para cenar y por 30 dólares cenamos los dos muy agusto. Nos fuimos al hotel a dormir que al día siguiente nos esperaba un día duro.