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Hoy por fin no me tengo que mover a ningún sitio, me quedo en Siracusa :).
Aunque es Mayo, ya se empieza a notar que hace calor del bueno, así que por la mañana a primerita hora me fui a ver el Area archeologica della Neapolis, Orecchio di Dionisio e Teatro Greco, además que los Domingos, creo que cierran antes.
El precio son 10€, pero si también vas a visitar el Museo "Paolo Orsi" el mismo día conviene coger el billete que incluye los dos (yo al museo esta vez no he entrado).
Para ir a comprar la entrada, lo tienen un poco regular organizado, porque de un lado de la carretera está lo que engloba las ruinas, es decir, el área arqueológica y del otro está la zona de tiendas y al final final del recinto, está la caseta dónde venden los billetes.
Según entras a mano derecha, está el anfiteatro romano, un poco dejado, lleno de verde, pero bonito, según sigues vas bajando una cuesta, hay mas restos romanos, vallados (el Ara di Ierone II), y al final está por un lado el Teatro Greco y la necrópolis o Grotticelli y por otro el acceso a unos jardincitos dónde se encuentra el Orecchio di Dionisio.
Dentro de esta cueva, se está la mar de fresquito, y yo cuando entré, me encontré con un grupo de jubilados cantando cerca de las paredes, porque hace eco.
Bueno, después de verme bien todo, me volví hacía Ortiga por Via Teocrito (dóne está el museo y justo al lado La Catacomba di San Giovanni), me acerqué hacía la zona del puerto pasando por Piazza Santa Lucia, y es que me habían contado que los domingos montan un mercado, de todo en genera, comida, antigüedades y ropa.
Di una vuelta a ver que había, y seguí paralela al mar y al puerto hasta llegar a Corso Umberto I. Cuando estaba llegando al puente, se acercó una chica para preguntar si quería dar un paseo en barca que los estaban dejando a mitad de precio ese día porque hacía un poco de viento (no sé si era en plan excusa para que pareciera que te hacían un buen precio o es que realmente era así).
Total, que cómo el primer día ya me había visto casi entera Ortigia, pensé, pues oye, una cosa diferente, así que reservé para después de comer, sobre las 15:30-16. Le tuve que dejar 5€, la mitad de lo que costaba la vuelta (10€)
El paseo consistía en dar la vuelta entera a Ortigia y además ir a a las Grotte Marine, si cogías sólo uno de los dos te costaba 5€, pero total, por 5 más te lo ves todo y disfrutas un rato.
Continué por el Ponte Umbertino, y más o menos, hice el mismo recorrido que el primer día pero de de día (valga la redundancia), vi las ruinas del templo de Apollo, subí hasta la Fontana di Artemide, Piazza Minerva, Piazza Duomo, Fonte Aretusa y ahí ya me dí la vuelta porque tenía que comer y luego ir al puerto a montar en el barco.
Me volví por el paseo que está justo pegando al mar y llegas a una miniplayita, me senté 5 minutines a mojarme los pies y vuelta. También hay un parquecito que tiene unos Ficus (cómo los de el jardín Garibaldi de Palermo, pero en pequeñitos) que para sentarse a la sombrita, también está bien.
Me habían recomendado varios sitios para comer, y me decidí por ir a uno que se llama Castello Fiorentino (está metido en una callecita que sale de Via Roma). Me di la vuelta, porque si seguía por el parque, acababa al final del paseo marítimo y me tocaba dar una vuelta un poco tonta.
A ver, el restaurante, me habían dicho que estaba bien tanto para pasta como para pizza, que tenía de todo, yo pedí de primero un Risotto alla zarina, que es con salmón. No sé que decir, risotto para mí que no era, era arroz brillante con nata y unas miguitas de salmón... y de segundo pedí Calamari alla griglia, y sí que estaba bueno. Con esas dos cosas, ya había comido y bien, así que no pedí postre, pero me trajeron un sorbete de limón (al que invitaba la casa y palabras textuales del camarero, el siguiente lo pagas tú). La cuenta no recuerdo bien cuanto fue, pero no más de 20€.
Yo no creo que vuelva, pero, para gustos los colores..., a mi me habían hablado bien del sitio, así que habrá gente que salga contenta.
Cómo todavía faltaba un poquito para la hora del barco, me senté en una terraza de camino al puente a tomar un café.
Cuando llegué al puerto, a la zona donde se cogía el barco, y eso que llegué 10 minutos antes, me dijo la chica que se acababa de ir, que llamaba al muchacho y si eso volvía a por mí; y efectivamente en 1 minuto estaba allí ya.
El chico además de llevar el barco hace de guía y te va contando un poco la historia de cada cosa que veíamos; la cosa es que la fortificación que rodea Ortigia (murallas y castillo) se hicieron durante el régimen español de los borbones, no le tenían mucho aprecio, me pareció a mi entender, y cómo el muchacho sabía que yo era española, pues intentaba decir las cosas con más delicadeza en vez de despotricar sobre los españoles
.
El recorrido viendo todo desde fuera, desde el mar, es muy muy bonito, no es lo mismo estar dentro de la ciudad y andar por las callejuelas, que ver en panorámica por ejemplo el castillo, todo lo grande que es.
Después de rodear Ortigia entera, seguimos por la orilla entrando en las grutas que había, muy bonitas, hay una que tiene forma de corazón.
A la vuelta, le pagué a la chica el dinero restante y me subí de nuevo al centro, a Piazza Minerva, me senté en una terraza a tomar una granita di mandorle, y a esperar a unas amigas con las que había quedado.
Se nos pasó la tarde y no nos enteramos, de tanto hablar. Nos fuimos a cenar el panino di carne di cavallo, según ellas al sitio más famoso de Siracusa, y tanto, porque al llegar si no había 100 personas allí no había nadie.
El sitio en sí era una food truck, o para que nos entendamos, un puesto ambulante de comida para llevar, que estaba en el mismo parking del puerto.
Después de pasar una odisea para que nos atendiesen y la iliada para recoger el pedido, nos comimos nuestro panino, que para mi gusto, después de haber comido los de dopo teatro (en Catania), pues más bien era normal y corriente.
Para bajar la cena, que un panino de carne por la noche, pues no es lo que se dice ligero, dimos un paseito hasta el duomo, para verlo de noche en todo su esplendor.
Íbamos andando en dirección a la fuente, cuando mis amigas me contaron acerca del Ipogeo, la red de túneles subterraneos que había debajo del duomo. Me acerqué a preguntar el precio y la mujer me dijo que 5€, se lo voy a comentar al resto y viene la señora detrás mio, que como ya era tarde nos hacía el favor de 2 personas por 5€ (Porque estaban a punto de cerrar y bueno, ya mejor vender dos entradas que ninguna)
Con oportunidades cómo estas es difícil decir que no, así que sin pensarlo dos veces bajamos. Lo tienen muy bien cuidado, también tienen una exposición en el interior y nos recorrimos todos los túneles hasta llegar a la salida, que está en Foro Vittorio Emanuele II, el paseo marítimo.
Desde ahí subimos a la fuente Aretusa, nos sentamos un rato en un banco que hay en el mirador de al lado, hasta que ya empezó a hacer fresquito y nos volvimos paseando a casa.
Y llega a su fin otro día más. Un día diferente en Siracusa, haciendo cosas que normalmente no haces, y aunque me faltó entrar al castillo, al museo y a las catacumbas, ya había estado anteriormente. Pero si nunca habéis estado, recomiendo sacar un rato para hacer la visita.
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