De Queenstown nos dirigimos a Te Anau, puerta de entrada a la región de Fiordland, el mayor parque del país y uno de los más grandes del mundo, así como una de las zonas más impresionantes y prioritarias en un viaje a Nueva Zelanda
Parece que cada sitio que describo es el más alucinante, pero es que esta zona está rodeada por los Alpes del Sur, la cordillera montañosa sólo presente en la Isla Sur, y es de una belleza difícil de transmitir.
Aquí se encuentran los tres lagos más profundos del país (Hauroko, Manapouri y Te Anau) e impresionantes fiordos que desembocan en el mar, y que cuentan con algunas de las cascadas más altas del mundo.
Además, Te Anau es la base más importante para conocer los fiordos Milford y Doubtful, y, si tenéis tiempo, para hacer otro de los grandes recorridos de Nueva Zelanda, el famoso “Milford Track.” Cuántas cosas por hacer cuando volvamos!
Nosotras disponíamos del margen suficiente para conocer la región y tener en cuenta el imprevisible clima neozelandés para poder realizar los dos imprescindibles. Así que contratamos las excursiones, tanto para el fiordo Milford Sound, como para el Doubtful.
La mayor opción de alojamiento es en Te Anau y si lo reserváis con tiempo podéis quedaros en alguna de las limitadas opciones que existen directamente en el Milford.
El camino hacia el Milford es absolutamente maravilloso, difícil de describir con fotografías y aún más con palabras.
Hace buena la frase de que “lo bonito es el camino y no sólo el destino”. Vais a ir descubriendo lagos, montañas, valles y hasta el divertido Tunnel Homer.
Es el único acceso al Milford Sound, tardaron casi 20 años en construirlo, y en su invierno a veces está cerrado. Hay un semáforo donde los vehículos nos ponemos en fila porque el túnel es muy estrecho y regulan su paso. Ahí nos “atacaron” los atrevidos Kea.
Y cuando se abre el paso, aunque el túnel sólo mide 1270 metros, es tan oscuro y el descenso tan empinado, que cuando empiezas a ver la luz y salir te parece que te vas directa al mar
Al día siguiente íbamos a disfrutar de la excursión al Milford Sound (Piopiotahi en maorí) con Southern Discoveries.
Contratamos el crucero largo de 3 horas con Kiwi BBQ lunch y visitas al Discovery Centre y al Underwater Observatory, y lo volveríamos a hacer mil veces!
Nos decían que la mejor manera de disfrutar del fiordo era lloviendo para ver los cientos de cascadas cayendo por aquellas paredes de piedra inmensas, pero el día amaneció radiante, como pocos en esa zona, y no sé si lloviendo hubiese sido aún más espectacular pero me cuesta imaginármelo.
Este fiordo ha sido calificado en muchas ocasiones como uno de los mejores destinos de turismo. Y dicen que el poeta inglés Rudyard Kipling lo llamó la octava maravilla del mundo.
Este bellísimo fiordo se extiende a lo largo de 15 kilómetros desde el Mar de Tasmania hacia el interior de la Isla Sur, y está rodeado por picos que superan los 1200 metros de altura!
El más emblemático, el Mitre Peak mide la friolera de 1692 metros, pero lo más impresionante es su elegancia.
Hay dos cascadas de agua permanentes llamadas Lady Bowen y Stirling, donde el barco se acerca hasta ponerse justo debajo y empaparte de arriba abajo mientras por los altavoces suena esta canción:
Sé que leerlo suena muy naif, pero vivirlo es una sensación impresionante, aún me emociono al recordarlo.
Además de estas dos imponentes cascadas, el agua cae por las laderas en cientos de pequeñas cascadas y grandes cuando llueve, que es muy a menudo ya que Fiordland es la zona con el índice de lluvia más alto en Nueva Zelanda con 7 metros de agua de lluvia por año, y un promedio de 200 días!
Si ya el crucero es una gran experiencia acercándote poco a poco al Mar de Tasmania, por el camino se pueden ver pingüinos, lobos marinos y delfines. Nos dijeron que hasta ballenas, pero no tuvimos esa fortuna hasta unos días más tarde en Kaikoura.
Otra de las maravillas curiosas que pudimos observar fue el "coral negro", que es blanco!
Y llegas al Mar de Tasmania y a la vuelta vuelves a disfrutar de todo el fiordo, las cascadas, la fauna marina y la extraordinaria belleza de este entorno natural único
La excursión al Fiordo Doubtful es menos común, aunque con 421 metros es el fiordo más profundo de Nueva Zelanda, y hay menos viajeros que se animan a hacerla, sobre todo por falta de tiempo o de dinero. Y porque si eligen una sola se suelen decantar por el Milford.
Como teníamos tiempo, una vez allí decidimos contratarla con Real Journeys, el Doubtful Sound Cruise.
Primero te llevan en barco por el Lago Manapouri. Y luego te llevan al Fiordo Doubtful en un catamarán.
También se visita la central hidroeléctrica Lago Manapouri y, por supuesto, vas viendo pingüinos, delfines, leones marinos y demás fauna marina. Tanto en las excursión al Milford como en ésta, la comida, cafés y picoteo está incluido, ya que dura unas 8 horas.
Tanto en el viaje por Australia, y en el de Nueva Zelanda aún más, nos cruzamos con pocos españoles.
En Australia conocimos a una pareja fantástica con la que aún tenemos relación. Y en la excursión al Doubtful conocimos a nuestros “mallorquines”. Nos pasamos las 8 horas hablando, compartiendo experiencias y anécdotas. Era su luna de miel y allí se gestó su niña
Como el mundo es un pañuelo, el viaje nos enseñaría más adelante que las casualidades existen, hasta en las antípodas