3ºDÍA: MYKONOS (29 JUNIO 2016) ✏️ Diarios de Viajes de Mediterráneo

: Por fin un día descanso en cuanto a madrugones. Bajamos a desayunar al restaurante Albatros (el de las cenas), queríamos probarlo ya que el día anterior desayunamos en el buffet y fue un poco caos. Pues me encantó, fue todo un acierto: para empezar te sientan los camareros en una mesa en la que cabíamos todos, hay mucho más sitio que arriba, es más tranquilo, hay las mismas cosas de comida que hay arriba y además tienen la carta de desayunos internacionales y puedes pedir el que quieras, incluso varios. Entre los desayunos internacionales os contaré los que pedíamos y hemos probado: el americano (3 tortitas con sirope de arce aunque yo les pedí chocolate y me lo trajeron), el belga (3 gofres con chocolate y nata pero finitos, no como los de las ferias de aquí), el noruego (un panecillo negro con salmón y queso), el inglés (un huevo, salchicha, beans, bacon)…ah, y también puedes pedir una tortilla francesa con jamón, o con queso, o con salmón…al gusto.[img][/img]
El café y la leche te lo sirven los camareros y si pides desayunos internacionales de la carta tienes que esperar también a que te los traigan, y ese es para mí el único inconveniente de desayunar aquí porque si vas tranquilo como en nuestro caso de hoy pues perfecto pero si tienes prisa por alguna excursión vas justo, a no ser que te apetezca tanto desayunar esas cosas que bajes con muuuchooo tiempo para esperar. Yo desde luego recomiendo desayunar aquí además que si podéis estar cerca de las cristaleras también disfrutaréis de una vista preciosa en las llegadas a los puertos.
Después del desayuno teníamos todo el tiempo para nosotros y el barco. Mi marido y mi cuñado se fueron al gimnasio a bajar las calorías consumidas y el resto fuimos al camarote a por las toallas y a la piscina a coger unas tumbonas. Y cómo no!...fue imposible. El otro día porque pillamos la hora aún de desembarco y el almuerzo pero hoy no había libre ni una tumbona por la zona de la piscina. Esto es un rollo la verdad, pero sucede como en casi todos los hoteles por mucho que se proteste y pidan explícitamente que no se reserven con las toallas, nadie hace caso. Así que continuamos paseando por las cubiertas de arriba, que aunque no haya piscina hay sitio. Muchos lugares estaban ya ocupados pero el barco es muy grande, incluso vi que algunas personas le pedían tumbonas a la gente de Costa y les daban nuevas para que las pusieran donde pudieran. Nosotros nos quedamos en la parte más alta y a estribor del barco en unas tumbonas y contemplando el mar y el paisaje de costa que se veía. Hacía mucho viento, por lo visto muy típico de esta zona, dicen que en Mykonos sopla el viento unos 200 días al año. Pero aún así nos quedamos allí sentados leyendo y tomando el sol. A eso de las 12 ya empezamos a pedir bebidas y cocktales, qué lujazo. Además, sobre esa hora en la zona de la piscina con cubierta (Lido Azurro Blue) empezaron a montar un aperitivo para almuerzo que consistía en un minibufet con una paella, un bacalao ahumado en ensalada, salmón a la placha, gambones y mejillones. Y ya sabéis que en cuanto que ponen algo se forma un poco de cola pero avanza rápido. Nosotros pillamos un par de cosillas a modo de tapeo y el arroz no estaba muy allá que digamos pero los gambones y mejillones sí.
El desembarco en Mykonos era las 14:30 y como nosotros teníamos una excursión contratada (la 00FM) y en el Diario de a bordo nos citaban para ello a las 14.45 en el Teatro Duse, pues quedamos para comer todos juntos a las 13.30 y esta vez en el restaurante Albatros (el de las cenas y en el que hoy mismo probamos para desayunar). Ya habíamos visto en el diario que en ese restaurante también se podía almorzar así que como queríamos ir todos juntos pues quedamos allí. Nos sentaron en una mesa redonda a los 7 y todo fue perfecto una vez más. Aquí es todo mucho más tranquilo y relajado porque te sirven los camareros, aunque por eso también comes a otro ritmo mucho más lento. En la carta que te ofrecen podías de nuevo elegir entre 3 entradas, 3 primeros, 3 segundos y el postre. Unas veces aciertas más o menos en tu elección pero en general todo buenísimo y bien.[img]http://[/img]
A las 14.45 estábamos citados en el Teatro Duse para hacer la excursión de Mykonos. Con el tema de las excursiones os explico un poco. Una vez que las contratas te dan un ticket por persona en la que aparece el código de la excursión y el nombre de cada uno. Cada día en cuestión tendréis que mirar el diario de a bordo, en la primera página y al final te indican los la hora de cita y el sitio donde tienes que acudir según el código de tu excursión. Tranquilos que está todo muy organizado, se requiere puntualidad pero te suelen esperar porque tienen una lista de pasajeros. Una vez en el teatro llaman por el código de la excursión y una vez más tranquilos porque lo hacen en 5 idiomas entre ellos el español y si tienes alguna duda siempre puedes preguntar a alguna persona de la organización. En cuanto que llaman por el código te acercas y te colocan una pegatina con un número (aquí otra cosa importante es que esperéis para esto a que esté toda la gente de vuestra familia o amigos con los que queráis hacer la excursión ya que la pegatina determinará el autobús en el que viajarás y esto puede hacer que vayáis separados. Después de esto te hacen sentarte otra vez a esperar hasta que aparece alguien de Costa con un cartel con ese número de pegatina y entonces todos a seguirlo como borreguitos jejejeje. Desembarcamos pasando por el control del barco en el que sólo enseñamos la tarjeta Costa y nos subimos a un autobús. Hace un calor enorme, son las 15.30 de la tarde así que estamos deseosos de playita, una razón más para afirmar que hemos acertado de pleno con esta excursión. Mykonos es muy pequeño y estar allí desde esa hora hasta las 22.30 me parece excesivo y la playa del pueblo no vale nada. Sé que muchas parejas se alquilan un quad o coche y va a las playas pero os aviso que es cuestión de echar números ya que la gasolina está por las nubes en toda Grecia, al doble que en España. También observé que a la salida del barco de Costa había un embarcadero con un barquito que parecía un autobús y creo que te llevaba a las playas más importantes y luego te traen, ya es cuestión de preguntar horarios y precio e investigar allí. Y por último deciros que Costa pone un autobús lanzadera desde la terminal del barco hasta Mykonos pueblo por el que cobra 10,95 euros (te dan un ticket y hay que guardarlo para regresar cuando quieras, salen con mucha frecuencia, aunque ponen cada media hora salen en cuanto se llenan).
En el caso de nuestra excursión ese ticket está incluido para la vuelta ya que en la ida como decía, nos llevaron en autobús hasta una paradisíaca playa: “Platys Gialos” con unas aguas turquesas maravillosas y rodeada de las casitas tan típicas blancas. Se me asemejaba todo a Ibiza y sus preciosas calas. Ya en la playa nos llevaron a unas tumbonas dobles con sombrilla (una para cada persona excepto a los niños, que debían compartirla con sus padres) y nos indicaron un bar al lado donde a las 6.30 nos servirían una degustación típica de allí. Así que eran las 16 horas y teníamos todo ese tiempo para relajarnos y darnos unos fenomenales chapuzones en esa preciosa playa. Lo pasamos fenomenal y hasta mis padres se bañaron, cosa que en un principio no pensaban hacer. Y hay muchos bares y servicios en los que puedes comprar agua, refrescos o lo que quiera y nada caros para ser tan turístico la verdad, al menos no los helados que compramos que costaron menos de 2 euros (Ibiza es más cara).
A las 6.30 nos fuimos al bar y nos pusieron para los 7 tres platos con productos de allí (salsas con pan para mojarlas, entre ellas reconocí el tsaziki sólo, unas especies de longanizas, rodajas de chacina, queso feta y pepino y todo regado por vino o agua si queríamos). No estuvo nada mal como aperitivo aunque lo mejor fue que comenzaron a bailar allí mismo el famoso sirtaki mientras la gente aplaudía y terminaron rompiendo platos a tutiplén. Fue todo muy pintoresco y curioso, mi peque flipó.[img] [/img]
Después nos llevaron en autobús al puerto viejo de Mykonos que es donde llevan a todos los cruceristas y nos indicaron que guardáramos el ticket para coger ahí mismo las lanzaderas que nos llevarían al barco (la última salía a las 22 horas). Eran las 19.45 así que teníamos tiempo de sobra y estaba encantada con que fuésemos a ver la megafamosa puesta de sol en Mykonos 8esta es la única visita que te permite disfrutar esto puesto que el resto de escalas son por la mañana).
El recorrido por Mykonos es muy sencillo. Vas bordeando el mar y ves a lo lejos los molinos, hacia donde deben dirigirse tus pasos pero os voy a recomendar algo, aunque supongo que dependerá de la fecha en la que vaya cada uno en el crucero (yo he ido a finales de junio) pero es cuestión de que controléis la hora en la que se pone el sol para que os pille allí sobre los molinos y de cara directa al mar porque es impresionante. Como nosotros teníamos tiempo avanzamos desde el puerto viejo por el borde de la playa hasta que empezaba a curvarse el recorrido y entonces decidimos adentrarnos en el centro del pueblo casi en línea recta por la primera calle principal que vimos. Y ya por ahí vais callejeando y haciendo mil fotos por cada uno de sus rincones siempre preguntando por la dirección hacia los molinos y así llegaréis allí arriba justo cuando esté a punto de ponerse el sol, veréis algo impresionante y para recordar siempre. Me encantó Mykonos, no me la esperaba así la verdad, todo muy blanco e impoluto con sus ventanas y escaleras azul, tiendas de superlujo, bares con mucho encanto y plazas y paredes con muchas flores y muy cuidadas. Había mucha vida y ambientillo y se nota que por la noche tiene que haber movida de la buena pero nosotros no íbamos a eso y además no había tiempo.
Si nos gustó y entretuvo el paseo interior cuando llegamos a esa zona elevada del pueblo donde están los molinos nos quedamos fascinados. Ya os he dicho que la luz se estaba apagando porque el sol estaba descendiendo para ocultarse en el agua y todo era precioso. Nos hicimos las típicas fotos con los molinos y la que tienen de fondo a la “Venecia griega” (que son las casas y bares que están sobre el agua, también muy típicas y que desde allí podréis fotografiar estupendamente). Había mucha gente por toda esa zona esperando la puesta de sol y me resultó muy familiar la escena aunque en otro lugar, Los Caños de Meca (Cádiz), donde la gente cuando llega ese momento se queda en silencio y cuando el sol por fin se oculta en el mar aplauden…allí todo el mundo aplaudía y fue algo digno de recuerdo.
Serían sobre las 9 de la noche así que mis padres, que estaban cansados, se fueron directos y a un paso más rápido hacia el puerto viejo para coger las lanzaderas que les llevasen al barco y nosotros fuimos avanzando un poco más despacio y continuando con las fotos. Atravesamos esta vez la “pequeña Venecia” con esos bares enclavados sobre el mismo mar, desde algunas mesas podían estirar las manos y tocar el mar. Nos costó mucho avanzar por ahí pues había mucha gente.
[img] [/img]
Cuando por fin salimos por de esa zona y llegamos a la playa ya sólo nos quedaba continuar por el mismo recorrido inicial que habíamos hecho pero a la inversa para llegar a las lanzaderas. Y allí llegamos a las 21.30 y no tuvimos que esperar nada, fue subirnos a una y para el barco rápido. Cuando bajamos vimos el barco iluminado desde fuera y es también todo un espectáculo. Es la única vez que podréis verlo de noche desde fuera ya que no hay más escalas así.[img][/img]
Estábamos cansados y mi hermana (y mis padres) por ejemplo no querían ya ni cenar, decía que ducha y a la cama pero mi marido, cuñado mi hijo y yo sí que queríamos echar algo al estómago así que nos duchamos rápido y bajamos al restaurante Albatros a cenar sobre las 22.30 más o menos. La cena era informal de nuevo y nos pusimos cualquier cosa. Faltaban muchos comensales en cada mesa, se notaba el cansancio o bien que quizás habrían cenado fuera. Nosotros he de decir que fue la vez que mejor cenamos de todas porque el menú de ese día fue excepcional. Había un pastel de berenjenas y parmesano delicioso, y después un risoto exquisito. Y el postre también divino. Todo un acierto bajar.
Y de ahí sí que nos fuimos a la cama porque a la mañana siguiente llegaba Santorini y madrugábamos de nuevo.
Contiuará…