Este es el único sitio donde el barco no atraca en puerto sino que fondea así que la naviera pone a disposición de sus huéspedes unas lanchas (en las que caben unas 200 personas más o menos) gratuitas para llegar a tierra. Nosotros teníamos contratada la excursión 0925 “El encantador pueblo de Oia y un paseo por Fira” (59,95 euros adultos y 41,96 niños) y la cita según el diario de a bordo era en el Grand Bar Mirabilis a las 7.45 y allí que estábamos puntuales después de haber desayunado de nuevo y con tiempo en el Albatros (me pedí una tortilla con jamón).
Santorini es una de las ciudades donde más claro tenía desde el principio que quería contratar una excursión porque el barco te deja en Fira y la visita más bella y típica está en Oia (a unos 25 km) y no veía muy claro cómo mover por allí a las 7 personas que íbamos así que la contratamos finalmente con Costa. Evidentemente es mucho más cara que las que ofrece shore2shore, de hecho todas las excursiones de Santorini que ofrece Costa son bastante caras pero tienen la enorme ventaja que si la haces con ellos desembarcas con prioridad antes que cualquier otro pasajero y como el barco fondea esto es muy importante. Ya he leído por ahí que alguno ha perdido su excursión por el retraso de Costa en dejar desembarcar al resto de pasajeros. Así que sólo por este hecho creo que merece la pena y si no queréis gastaros ese dinero pues yo recomendaría que no la llevéis ya contratada con otra compañía sino que si la contratéis allí mismo una vez que estéis en tierra ya que hay muchas empresas que ofertan excursiones, me dijeron que hay unos barcos que te llevan y traen de Oia y luego puedes ver Fira por tu cuenta.
A nosotros nos pusieron nuestras pegatinas y cuando nos llamaron fuimos llevados directos a un barco de dos plantas. Es cierto que esperamos más que en ninguna otra excursión así que imaginad el retraso de la salida de los pasajeros que no llevaban excursión con el barco. Fue muy curioso abandonar el Costa Deliziosa en un barquito e ir dejándolo a lo lejos en medio del mar. Ya en tierra nos subieron a un autobús y una mujer griega nos hizo de guía hablándonos en castellano. Nos repartió unos tickets para bajar luego desde Fira en teleférico que nos guardamos para luego usarlo. El trayecto por los paisajes rocosos hacia Oia fue muy ameno porque nos explicaron muchas cosas.
Cuando llegamos al pueblo la guía se bajó con nosotros y nos llevó hacia la calle principal, nos dio unas indicaciones y nos dijo que teníamos una hora y media más o menos para recorrer las callejuelas de Oia y que a las 11 en punto nos esperaba de nuevo en el autobús para llevarnos a Fira.
Oia fue maravilloso, es un pueblo de ensueño, todo lo que os diga sobre él es poco porque aunque lo hemos visto mil veces en pelis y fotos nada es comparable a estar allí rodeado de casitas blancas con cúpulas azules, frente a ese mar y bajo ese sol (abrasador por cierto, hace mucha calor así que id fresquitos). Nuestro recorrido por esa parte alta no iría más allá de unos 800 metros (llegamos sólo hasta la fortaleza y volvimos) pero os puedo asegurar que echamos la hora completa porque paramos en cada rincón a curiosear y a hacer miles de fotos. Allí donde veíamos una escalera que bajaba o subía o algún hueco entre casitas nos asomábamos y ¡bingo! Fotaza y espectáculo para la vista. Hay muchas tiendas de recuerdos también en las que curiosear y comprar detalles. En definitiva es una ciudad para deleitarse con la vista y te da una gran envidia la gente que tiene una casita allí y que dicen que son prohibitivas por cierto, todas con sus piscinitas mirando al mar.
Ya en el bus nos contaron más cosas de camino a Fira y allí nos soltaron para que la visitáramos por libre. Fira es muy curiosa también y tiene un mirador maravilloso con una vista espectacular de la caldera, desde allí hicimos unas fotos muy bonitas con nuestro barco de fondo. Fira es muy animada y más grande que Oia. Hay muchas tiendas y aquí el precio es algo más económico. Compramos muchas pulseras de recuerdo para regalar y mi niño se compró un burrito de recuerdo. Como hacía un calor insoportable a las 12.30 decidimos que ya teníamos suficiente y queríamos irnos ya al barco así que fuimos hacia el teleférico para bajar hasta el puerto. Nos habían metido mucho miedo con el tiempo de espera tanto en el barco como en los foros, y la verdad es que tuvimos suerte porque nuestro barco era el único que había ese día así que la cola de espera fue de unos 20 0 25 minutos sólo pero al sol, casi morimos allí. De todas formas vimos el caminito de los burros que la gente bajaba a pie aunque yo no lo recomiendo porque no hay ni una sombra, a no ser que no haya más remedio por falta de tiempo. Las cabinas son de 6 personas y la verdad es que es chulo por las vistas.
Una vez abajo cogimos un barco lanzadera y regresamos al crucero a las 13.30. Fuimos al camarote a cambiarnos y subimos a comer al Grill (una de las zonas exteriores en el restaurante Gardenia) a comernos una hamburguesa con patatas que nos apetecía y picar algo más de buffet.
Después de comer cogimos unas tumbonas en el puente 10 (la parte de arriba de la piscina retractil) y tomándonos unos cocktailes mi hermana y yo leíamos al tiempo que disfrutábamos del paisaje de la costa mientras navegábamos. Los chicos echaron unas partidas al futbolín (pagas una vez por una bola y ya la tienes para ti durante todo el crucero para que juegues las veces que quieras).
Estábamos haciendo tiempo para apuntarnos a una actividad que organizaban los animadores y que venía anunciada en el diario de a bordo “La caza del tesoro” porque mi hijo quería. Se supone que a las 16 horas había que apuntarse aunque el juego era mañana, pero al final no fue así, nos dijeron que tanto inscribirse como el juego se haría mañana (es como una gimkana y te dan una tablet por equipo para resolverla).
Así que nos disolvimos un poco y unos se fueron a descansar al camarote, otros a tomar el sol en la piscina y yo me fui con mi enano a la biblioteca a sacar algún juego que quería. Al final se decidió por un ajedrez que tenía por detrás las damas y estuvimos jugando un rato. Te lo dejan los días que quieras hasta que lo devuelvas.
De 16:00 a 17:00 en el restaurante Muscadins todos los días ponen una merienda tipo buffet pero nosotros casi nunca la pillábamos porque es demasiado temprano para los españoles que comemos más bien tardecillo. Yo prefería quedar en el Sugar Café y tomarme un chocolate de sabores frío, mi hijo se pedía siempre el de chocolate blanco, yo fui variando cada día y el único que no me gustó fue el de pistacho.
Habíamos mirado el diario de a bordo y hoy actuaba en el Teatro un tenor llamado Emanuel y no quería perdérmelo esta vez así que quedamos a las 19.50 en el teatro, esta vez en la planta de abajo (puente 2). Y me encantó, ese hombre canta como los ángeles y todas las canciones son muy famosas, no podéis perdéroslo, es la actuación que más recomiendo aunque mi peque se durmió. A mí personalmente es que me gusta la ópera pero ya os digo que canta muchos tipos de canciones adaptadas a su voz claro (incluso para los españoles hay una canción sorpresa que no revelo y que nos hizo mucha ilusión).
Cuando terminó el espectáculo hicimos tiempo en el Grand bar Myrabillis tomándonos unas copas antes de ir a cenar y nos reimos mucho con un show de Tarzan y Jane que hizo el equipo de animación con algunos cruceristas. Y a las 21:30 en punto estábamos en el restaurante Albatros. Hoy era la noche blanca porque luego había fiesta en la piscina y todos cumplimos con el protocolo, era curioso ver casi todo el salón de blanco (siempre hay gente que no lo sigue y tampoco pasa nada).
La cena como siempre muy buena y nosotros muy bien atendidos. Como los camareros ya nos conocían nos dejaban los hielos preparados y refrescos, los platos de quesos variados…todo un detalle. Esta vez el postre era único, una tarta que luego trajeron los camareros bailando mientras sonaba una música por megafonía y la gente agitaba las servilletas acompañándolos.
Tras la cena mis padres se llevaron al peque a su habitación y nosotros subimos a la piscina a ver el ambientillo y lo que había preparado. Estaba todo decorado muy bonito y había dos cascadas de copas de cava decorando con luces azules. El equipo de animación estupendo haciendo juegos y actividades para que participase la gente. Nos quedamos a ver el concurso de barman que había mientras nos tomamos una copa y nos fuimos. Pero me consta que luego se lió una buena bailando y creo que se continuó la fiesta en la disco. Diversión en el barco no falta aunque nosotros no estábamos muy por la labor en este viaje.
Recogimos al niño y a dormir, que al día siguiente como era día completo de navegación por fin no habría madrugones y quedamos directamente a las 10 en el “azurro blue” (la zona de grill del restaurante Muscadins en el puente 9) porque en el diario de a bordo ponía expresamente que ese era un “Desayuno para los amantes del descanso” ( los no madrugadores vamos).
Continuará…
Santorini es una de las ciudades donde más claro tenía desde el principio que quería contratar una excursión porque el barco te deja en Fira y la visita más bella y típica está en Oia (a unos 25 km) y no veía muy claro cómo mover por allí a las 7 personas que íbamos así que la contratamos finalmente con Costa. Evidentemente es mucho más cara que las que ofrece shore2shore, de hecho todas las excursiones de Santorini que ofrece Costa son bastante caras pero tienen la enorme ventaja que si la haces con ellos desembarcas con prioridad antes que cualquier otro pasajero y como el barco fondea esto es muy importante. Ya he leído por ahí que alguno ha perdido su excursión por el retraso de Costa en dejar desembarcar al resto de pasajeros. Así que sólo por este hecho creo que merece la pena y si no queréis gastaros ese dinero pues yo recomendaría que no la llevéis ya contratada con otra compañía sino que si la contratéis allí mismo una vez que estéis en tierra ya que hay muchas empresas que ofertan excursiones, me dijeron que hay unos barcos que te llevan y traen de Oia y luego puedes ver Fira por tu cuenta.
A nosotros nos pusieron nuestras pegatinas y cuando nos llamaron fuimos llevados directos a un barco de dos plantas. Es cierto que esperamos más que en ninguna otra excursión así que imaginad el retraso de la salida de los pasajeros que no llevaban excursión con el barco. Fue muy curioso abandonar el Costa Deliziosa en un barquito e ir dejándolo a lo lejos en medio del mar. Ya en tierra nos subieron a un autobús y una mujer griega nos hizo de guía hablándonos en castellano. Nos repartió unos tickets para bajar luego desde Fira en teleférico que nos guardamos para luego usarlo. El trayecto por los paisajes rocosos hacia Oia fue muy ameno porque nos explicaron muchas cosas.
Cuando llegamos al pueblo la guía se bajó con nosotros y nos llevó hacia la calle principal, nos dio unas indicaciones y nos dijo que teníamos una hora y media más o menos para recorrer las callejuelas de Oia y que a las 11 en punto nos esperaba de nuevo en el autobús para llevarnos a Fira.
Oia fue maravilloso, es un pueblo de ensueño, todo lo que os diga sobre él es poco porque aunque lo hemos visto mil veces en pelis y fotos nada es comparable a estar allí rodeado de casitas blancas con cúpulas azules, frente a ese mar y bajo ese sol (abrasador por cierto, hace mucha calor así que id fresquitos). Nuestro recorrido por esa parte alta no iría más allá de unos 800 metros (llegamos sólo hasta la fortaleza y volvimos) pero os puedo asegurar que echamos la hora completa porque paramos en cada rincón a curiosear y a hacer miles de fotos. Allí donde veíamos una escalera que bajaba o subía o algún hueco entre casitas nos asomábamos y ¡bingo! Fotaza y espectáculo para la vista. Hay muchas tiendas de recuerdos también en las que curiosear y comprar detalles. En definitiva es una ciudad para deleitarse con la vista y te da una gran envidia la gente que tiene una casita allí y que dicen que son prohibitivas por cierto, todas con sus piscinitas mirando al mar.
Ya en el bus nos contaron más cosas de camino a Fira y allí nos soltaron para que la visitáramos por libre. Fira es muy curiosa también y tiene un mirador maravilloso con una vista espectacular de la caldera, desde allí hicimos unas fotos muy bonitas con nuestro barco de fondo. Fira es muy animada y más grande que Oia. Hay muchas tiendas y aquí el precio es algo más económico. Compramos muchas pulseras de recuerdo para regalar y mi niño se compró un burrito de recuerdo. Como hacía un calor insoportable a las 12.30 decidimos que ya teníamos suficiente y queríamos irnos ya al barco así que fuimos hacia el teleférico para bajar hasta el puerto. Nos habían metido mucho miedo con el tiempo de espera tanto en el barco como en los foros, y la verdad es que tuvimos suerte porque nuestro barco era el único que había ese día así que la cola de espera fue de unos 20 0 25 minutos sólo pero al sol, casi morimos allí. De todas formas vimos el caminito de los burros que la gente bajaba a pie aunque yo no lo recomiendo porque no hay ni una sombra, a no ser que no haya más remedio por falta de tiempo. Las cabinas son de 6 personas y la verdad es que es chulo por las vistas.
Una vez abajo cogimos un barco lanzadera y regresamos al crucero a las 13.30. Fuimos al camarote a cambiarnos y subimos a comer al Grill (una de las zonas exteriores en el restaurante Gardenia) a comernos una hamburguesa con patatas que nos apetecía y picar algo más de buffet.
Después de comer cogimos unas tumbonas en el puente 10 (la parte de arriba de la piscina retractil) y tomándonos unos cocktailes mi hermana y yo leíamos al tiempo que disfrutábamos del paisaje de la costa mientras navegábamos. Los chicos echaron unas partidas al futbolín (pagas una vez por una bola y ya la tienes para ti durante todo el crucero para que juegues las veces que quieras).
Estábamos haciendo tiempo para apuntarnos a una actividad que organizaban los animadores y que venía anunciada en el diario de a bordo “La caza del tesoro” porque mi hijo quería. Se supone que a las 16 horas había que apuntarse aunque el juego era mañana, pero al final no fue así, nos dijeron que tanto inscribirse como el juego se haría mañana (es como una gimkana y te dan una tablet por equipo para resolverla).
Así que nos disolvimos un poco y unos se fueron a descansar al camarote, otros a tomar el sol en la piscina y yo me fui con mi enano a la biblioteca a sacar algún juego que quería. Al final se decidió por un ajedrez que tenía por detrás las damas y estuvimos jugando un rato. Te lo dejan los días que quieras hasta que lo devuelvas.
De 16:00 a 17:00 en el restaurante Muscadins todos los días ponen una merienda tipo buffet pero nosotros casi nunca la pillábamos porque es demasiado temprano para los españoles que comemos más bien tardecillo. Yo prefería quedar en el Sugar Café y tomarme un chocolate de sabores frío, mi hijo se pedía siempre el de chocolate blanco, yo fui variando cada día y el único que no me gustó fue el de pistacho.
Habíamos mirado el diario de a bordo y hoy actuaba en el Teatro un tenor llamado Emanuel y no quería perdérmelo esta vez así que quedamos a las 19.50 en el teatro, esta vez en la planta de abajo (puente 2). Y me encantó, ese hombre canta como los ángeles y todas las canciones son muy famosas, no podéis perdéroslo, es la actuación que más recomiendo aunque mi peque se durmió. A mí personalmente es que me gusta la ópera pero ya os digo que canta muchos tipos de canciones adaptadas a su voz claro (incluso para los españoles hay una canción sorpresa que no revelo y que nos hizo mucha ilusión).
Cuando terminó el espectáculo hicimos tiempo en el Grand bar Myrabillis tomándonos unas copas antes de ir a cenar y nos reimos mucho con un show de Tarzan y Jane que hizo el equipo de animación con algunos cruceristas. Y a las 21:30 en punto estábamos en el restaurante Albatros. Hoy era la noche blanca porque luego había fiesta en la piscina y todos cumplimos con el protocolo, era curioso ver casi todo el salón de blanco (siempre hay gente que no lo sigue y tampoco pasa nada).
La cena como siempre muy buena y nosotros muy bien atendidos. Como los camareros ya nos conocían nos dejaban los hielos preparados y refrescos, los platos de quesos variados…todo un detalle. Esta vez el postre era único, una tarta que luego trajeron los camareros bailando mientras sonaba una música por megafonía y la gente agitaba las servilletas acompañándolos.
Tras la cena mis padres se llevaron al peque a su habitación y nosotros subimos a la piscina a ver el ambientillo y lo que había preparado. Estaba todo decorado muy bonito y había dos cascadas de copas de cava decorando con luces azules. El equipo de animación estupendo haciendo juegos y actividades para que participase la gente. Nos quedamos a ver el concurso de barman que había mientras nos tomamos una copa y nos fuimos. Pero me consta que luego se lió una buena bailando y creo que se continuó la fiesta en la disco. Diversión en el barco no falta aunque nosotros no estábamos muy por la labor en este viaje.
Recogimos al niño y a dormir, que al día siguiente como era día completo de navegación por fin no habría madrugones y quedamos directamente a las 10 en el “azurro blue” (la zona de grill del restaurante Muscadins en el puente 9) porque en el diario de a bordo ponía expresamente que ese era un “Desayuno para los amantes del descanso” ( los no madrugadores vamos).
Continuará…