Berlín, a diferencia de otras ciudades europeas, no es bonita ni encantadora como pueda serlo Praga, Roma, Viena o París. Berlín es otra cosa, es Historia con mayúsculas, es la mayor y mejor concentración de la historia contemporánea de Europa y, más concretamente, del último siglo. Sin Berlín no podríamos entender bien el desarrollo industrial y los movimientos obreros de finales del XIX y principios del XX, el totalitarismo político y militar que desembocó en las dos peores guerras de la humanidad, la división del mundo en los dos bloques antagónicos surgidos a partir de 1945, el génesis y ocaso del experimento comunista europeo, la actual y pujante multiculturalidad ...
Una ciudad que carece de una unidad urbanística y arquitectónica, formada al mejor estilo "patchwork" con retazos de diferentes épocas, buenas y malas épocas. Hay que tener en cuenta que al finalizar la II Guerra mundial Berlín era un páramos de ruinas y escombros, gran parte de los edificios históricos habían desaparecido y los pocos que quedaron se han ido mezclando con arquitecturas típicas de la era soviética y las modernas y vanguardistas de las últimas décadas. Así, cambiamos de un barrio a otro y nos da la sensación de ir cambiando de ciudad en ciudad. Lo dicho, Berlín no es bonito, es interesante, muy interesante.

Algunas consideraciones previas al inicio de nuestros itinerarios:
1) En Berlín, normalmente, no hay sensación de prisas, de agobio ... por no haber no hay casi ni atascos de tráfico. ¿Motivos? Pues varios:
- Es una ciudad muy extensa - 891 km2 - unas 8 veces París, pero que apenas cuenta con 3,5 millones de habitantes. Hay que tener en cuenta que hace unos 100 años la población alcanzaba los 4,5 millones y ya por entonces se comenzaron a organizar infraestructuras con vistas a una capacidad futura de 9 millones. La guerra echó al traste todos estos planes. Sus calles no suelen estar congestionadas de tráfico por lo que la contaminación acústica y atmosférica es bastante menor que en otras grandes metrópolis. Además todos los vehículos que quieran circular por la ciudad, aparte de tener que pasar un exhaustivo control de emisión de gases, deben pagar un impuesto especial, algo que potencia el empleo del transporte público y, por supuesto, de la bicicleta.
- Ciudad llena de espacios verdes, de grandes parques y jardines, de estupendos bosques en la periferia. Todo el mundo tiene próximo a su casa un hermoso parque donde ir a hacer ejercicio, a caminar o a relajarse. Esto, que a simple vista parece tan bucólico, tiene un transfondo mucho más dramático: estos amplios espacios verdes abiertos son mucha veces el fruto de la casi total destrucción de la ciudad de Berlín (en torno al 80%) tras los bombardeos masivos de los países aliados en la II GM. Esperemos que el devorador instinto de la especulación inmobiliaria siga respetándolos.
- Tras la reunificación de 1990 se han aplicado rigurosas medidas para respetar, urbanísticamente hablando, el centro histórico con limitación en nº de pisos de las viviendas y subordinación de éstas a los modelos e incluso colores de los monumentos símbolo de la ciudad. De este modo se tiende a un modelo urbano homogéneo al menos en la zona central).
2) La nueva capital de Alemania no es ni un centro clave de finanzas (como puede serlo Frankfurt) ni un foco industrial (caso de Hamburgo, Stuttgart, etc.). Al menos por ahora destaca el sector servicios en los barrios más céntricos. No se aprecia, por tanto, ese ritmo frenético que vemos en otras grandes metrópolis de miles de trabajadores enchaquetados tomando su sandwich en los parques y corriendo al metro en masa a las 17:00 horas. Hay, eso sí, mucha gente joven de múltiples procedencias y una relajante sensación de normalidad. Esperemos que sepan mantenerlo durante muchos años. De momento, en vez de sedes de grandes instituciones financieras o empresas lo que predominan son los biergartens, restaurantes y tiendas de todo tipo.
3) No obstante, se aprecia que el urbanismo del centro de Berlín (Mitte) está en pleno proceso de transformación. Cuando decidieron en 1990 convertir a Berlín en la capital de la Alemania reunificada se dieron cuenta que esta ciudad no era ni mucho menos comparable con la monumentalidad de otras grandes capitales europeas. Y se pusieron manos a la obra. En estos últimos 25 años toda una serie de prestigiosos arquitectos han llenado el centro de Berlín de oficinas gubernamentales, centros comerciales, oficinas, museos ... Destacan en el skyline de la ciudad decenas de enormes grúas haciendo tarea imposible el poder conseguir una buena foto tipo postal.

4) ¿Y qué queda del antiguo Berlín Oriental? Pues cada vez menos. El voraz consumismo del actual sistema dominante ha sido rápidamente asumido por la población berlinesa de esa parte oriental, ávidos de libertad de expresión y de mercado. No son muchos los que sientes la llamada "ostalgia", añoranza por los tiempos pasados.
Bueno, sí que hay algo que el Berlín socialista ha conseguido imponer al Berlín capitalista: su AMPELMANN, el hombre semáforo. Se ha convertido en uno de los principales iconos del Berlín reunificado, contándose hasta 5 tiendas que venden exclusivamente productos relacionados con este buen señor con sombrero, creado en los años 50 por el gobierno comunista para educar a la juventud en las normas de circulación viaria. Causan furor entre los turistas.
Como también causan atracción a los turistas los souvenirs relativos a los TRABANT (familiarmente conocidos como los TRABIS), el vehículo insignia de la RDA durante décadas y duro competidor del "capitalista" escarabajo de la Volkswagen. Hay empresas que se dedican a alquilar estos vehículos de 2 marchas a los turistas más intrépidos.

5) Berlín es, a mi entender, la ciudad menos alemana. Se puede apreciar a simple vista que las normas urbanas son menos rigurosas que en otras ciudades del país. Es más liberal, permisiva, cosmopolita. Sorprende, por ejemplo, ver cómo la gente va bebiendo cervezas en el metro o pidiendo dinero a cambio de una canción o un viejo periódico que casi nadie lee.

6) Las bicicletas son las auténticas dueñas de las calles. ¡Ojo con invadir un carril bici! Puedes llevarte una buena bronca por parte del ciclista - en el mejor de los casos - o incluso una multa - en el peor -. A los españoles nos resulta sorprendente ver cómo una gran ciudad europea da tanta prioridad a este tipo de transporte. Otra cosa más para aprender ...
7) El coste de la vida en la ciudad-estado de Berlín resulta más económico que en otras ciudades alemanas: vivienda, transporte, alimentación, acceso a la cultura ... Reminiscencias del período socialista que, por suerte, aún no han desaparecido del todo. Como tampoco han desaparecido este tipo de personas, normalmente de edad avanzada y originarios del Berlín Oriental, acostumbrados a un tipo de vida más austera, bucean diariamente entre las papeleras del Berlín ya capitalista en busca de botellas y tapones de plástico con el objeto de reconvertirlos en unos eurillos.
Por lo que parece, las izquierdas siempre han tenido mucho peso en los gobiernos de esta ciudad alemana. Aún son frecuentes las ayudas sociales a las personas más necesitadas - como puede ser el acceso a viviendas sociales - o la inversión en cultura.
8) En términos generales no se aprecia que los empleados de los comercios, supermercados, dependencias gubernamentales e incluso algunos restaurantes sean muy amables con el visitante. Es como si aún no hubiesen asumido lo importante que puede llegar a ser el turismo para la ciudad. El master "Técnicas de Atención al Cliente" debe ser que aún lo tienen pendiente por hacer. Supongo que será cuestión de tiempo.
9) Los mejores miradores de la ciudad para hacer fotos panorámicas:

- Torre de la TV, la FERNSEHTUN, en Alexanderplatz. El mirador se encuentra a 200 mts. de altura aunque la torre, con la antena, llega a los 368 mts., sin la antena a 310. El punto más alto de la ciudad. Entrada bastante cara, 14 €.
- PANORAMAPUNKT, en la Torre Kollhoff de Postdamerplatz. A 100 mts. de altura. 6,50 € la entrada.
- Cúpula de la CATEDRAL DE BERLÍN. Buenas vistas del Mitte. 7 € la entrada.
- Cúpula o terraza del REICHSTAG. Entrada gratis.
- Desde el BERLIN HIFLYER, un balón aerostático atado al suelo y que llega hasta los 130 mts. de altura. Junto al Topographie des Terrors. Cuesta 19,90 €.
10) Los tubos de colores que aparecen por toda la ciudad. No, no son obras de arte modernas patrocinadas por el Ayuntamiento de la ciudad. Berlín tiene un problema con su suelo. Está asentada en terrenos pantanosos, llenos de agua. Esto supone un gran problema a la hora de construir o reformar los edificios ya que sus cimientos se suelen inundar. Para evitar que ésto ocurra instalan por la superficie todo un sistema de bombas extractoras y tuberías cuya función es la de drenar todo este agua que va apareciendo. podríamos decir que estas tuberías también se han convertido en otro símbolo de la ciudad ...

11) En Berlín. al igual que ocurre en las principales ciudades europeas, cada vez hay más negocios dedicados a hacer tours guiados a grupos, algunos "gratis" (se paga a voluntad) y otros a precio fijado (entre 10 y 20 €). Mientras que en algunas de esta ciudades pueden tener una importancia secundaria aquí, a mi entender, resultan imprescindibles ¿porqué? pues por lo dicho antes, Berlín es, sobre todo, historia viva. Para entender y disfrutar la cludad, para sacarle el máximo partido, hay que conocer esa historia y esta información te la facilitan (en general muy bien) los guías de empresas como Sandemans, CultourBerlin, Viva Berlin, etc. Los tours más típicos son los del centro histórico de la ciudad (normalmente "gratis"), el Muro de Berlín, El Tercer Reich, El Barrio Judío, El Campo de Concentración de Sachsenhausen o la Ciudad de Potsdam.
La Berliner Unterwelten (Sociedad para la investigación y documentación de estructuras subterráneas) organiza interesantes excursiones por el Berlín subterráneo donde se pueden ver los bunkers y refugios en la época de la II GM. La más conocida es la de "Mundo en tinieblas" con una duración de 90 minutos. El único inconveniente es que no venden las entradas por anticipado. Hay que irse al punto de venta (Brunnenstrasse, 105 - Línea metro U8 Gesundbrunnen) y ponerse a la cola. Abren a las 9:00 y cuesta 11 €.
12) Berlín, como ya he dicho, es una ciudad muy grande. Para recorrerla bien se hace imprescindible el transporte público que, por otro lado, funciona bastante decentemente. En total hay 3.100 estaciones y paradas. Los 4 medios de transporte más comunes son:
- El metro (U-Bahn), subterráneo en su mayor parte, cubre tanto las áreas céntricas como los barrios más alejados de la ciudad. Está en funcionamiento desde las 4 de la mañana hasta las 0:30 h de la noche. Las frecuencias son muy cortas, contando con algunos servicios que funcionan toda la noche durante el fin de semana.
- El tren de transporte metropolitano (S-Bahn), como nuestro tren de cercanías, que circula normalmente por la superficie. Con menos frecuencias que el U-Bahn pero más rápido.
- Los buses, con numerosas líneas. Como ventaja, que vas viendo la ciudad. Como desventaja, que puedes pasarte de largo la parada como no conozcan el entorno. El bus 100 recorre la zona más turística de la ciudad, la avenida Unter den Linden, donde están los principales monumentos.
- Los tranvías (Strassenbahn). Algunos de ellos - con la letra M de Metropolitan - funcionan las 24 h. del día.

Recomendable comprar los "tickets para turistas" de 2, 3, 4, 5 ó 6 días para las zonas A, B ó C, con tarifas que van desde los 19,50 € hasta los 45,50 €. Están la Berlin WelcomeCard, la Berlin WelcomeCard que incluye la visita a los museos del Museuminseln y la Berlin CityTourCard (con la que pueden viajar sin coste menores entre 6 y 14 años). La Zona C incluye el Aeropuerto de Schönefeld, el campo de concentración de Sachsenhausen y la ciudad de Potsdam. Los billetes se pueden conseguir en cualquiera de las 700 máquinas que andan repartidas por casi todas las estaciones de metro. Las máquinas que están dentro de los tranvías y buses no sirven para comprar los tickets turísticos y no aceptan billetes. Todos los detalles en la web www.bvg.de (U-Bahn, buses y tranvías) y www.s-bahnberlin.de. No sale rentable comprar el billete de un solo trayecto ya que cuesta 3 €.
Si uno llega a Berlín por el aeropuerto de Schönefeld, recomendable adquirir los tickets de transporte en la oficina de información turística instalada en llegadas. Allí te explican todas las opciones muy amablemente. El ticket se valida únicamente la primera vez que accedes al transporte, no teniendo que hacerlo para las siguientes.
13) Una manera original de hacerse una idea de los barrios y edificios más significativos de la ciudad es apuntarse a uno de los muchos barcos que recorren el río Spree, sobre todo cuando uno quiere dar un descanso a sus piernas tras horas y días de pateo contínuo.
Hay unas cuantas compañías navieras con diferentes tours que te llevan a lo largo de más 180 kms. de vías navegables. Tours de 1 hora, de 2, de 3 ... hasta de una jornada completa visitando los lagos del suroeste de Berlín. Los precios oscilan entre los 12 y 25 € por persona. Incluyen explicaciones (en inglés y alemán) de las zonas por donde se va pasando.
Bueno, una vez dados estos apuntes generales sobre la ciudad vamos a arrancar con los itinerarios programados. Son 5 y contamos con una semana para hacerlos. Estos serán los siguientes:
A) El Berlín de los Hohenzollern. Nacimiento, apoteosis y caída de un imperio. 1701/1918.
B) El Berlín industrial y obrero. 1870/1933.
C) El Berlín del III Reich. Bajada a los infiernos. 1933/1945.
D) El Berlín dividido. Entre 2 mundos. 1945/1989.
E) El Berlín reunificado. Capital multicultural. 1989/2016.
Paralelamente a estos 5 itinerarios voy a ir comentando algunos títulos de libros y películas relacionados con ellos. Berlín posiblemente sea una de las 3 ó 4 ciudades que más temática ha dado a la industria editorial y del cine. La lectura y visión de algunas de estas obras previamente al viaje resulta, sin duda, de gran valor para poder entender bien lo que esta ciudad supone, la importancia que ha tenido y tiene para Europa o los europeos.