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Después de un largo viaje, veníamos de Bruselas y tuvimos que hacer una escala en Bolonia, por fin conseguimos llegar cerca de las 21:30 al aeropuerto de Santorini, esa noche por motivos de ahorrar dinero, la íbamos a pasar en Kamari, concretamente en el Kamarela studios, que ganas, estábamos deseando cenar algo y acostarnos para coger fuerzas, así que como si los euros nos sobrasen, algo bastante común a principio de los viajes, decidimos "tirar la casa por la ventana" y coger un taxi, además ahí, a puerta gayola, sin preguntar el precio ni nada. Tras un rato intentando hacerle ver al buen hombre donde íbamos, otro jovencito se lo tuvo que decir y ya nos montamos, sin taxímetro ni nada, y yo siguiendo el recorrido con google maps, y...virgen de la vuelta!!!, vaya pedazo de vuelta que dimos!!!, tardamos media hora en llegar cuando andando estaba más cerca!!!. En fin, nos deja en un sitio donde no puede pasar ya el taxi, y nos dice que es bajando la calle, al final 20 euritos por el paseito, pero ya estamos a punto, que ganas!!!!
Así que llegamos al lugar donde íbamos a pasar el primer día, a Kamarela studios, cansados, sudados, llegamos a un sitio que parecía un chamizo y que ponía algo así como recepción, así que llamamos al timbre que tenía...el silencio...seguimos llamando...más silencio...pasados los primeros 5 minutos de silencio, recurrimos al viejo sistema ibérico de aporrear la puerta con el puño, a pegar gritos, el venga coño despierta ya, y similares...silencio. Tras un rato apareció un chico rubito que parecía preparado para salir a cenar, y oh, curiosamente aunque vivía en Santorini, había nacido en Madrid y hablaba perfectamente español y griego, así que llamó a un número de teléfono y nos dijo que la encargada estaba de compras y que venía en 20 minutos, pero...que leches hace de compras, yo quiero ducharme y cenar!!!, pero...en fin...solo son 20 minutos, así que esperaremos.
Después de marchar el chaval, llego una chica muy maja, que era la madre del chaval, por supuesto madrileña, me entro complejo de madrileños por el mundo y estuve a punto de preguntarle "de Madrid, de donde?", pero bueno, estaba un poco cansado para estar ingenioso. Nos explicó un poco donde podíamos ir a cenar, lo bien que estaba la isla y cosas que podíamos hacer, la verdad es que le dio tiempo a contarnos muchas cosas, porque los 20 minutos, eran 20 minutos griegos, es decir, 1 hora 20 minutos, ya sabemos todos que tienen una hora más allí, así que tras 1 hora y 20 minutos llego un señor que no tenía ni papa de inglés abrió el chamizo, cogió unas llaves y nos llevó hasta nuestra habitación sin decir ni pío, al menos teníamos ya un sitio donde dejar las maletas.
Bien pasadas las 23 horas, decidimos salir a ver si podíamos cenar algo un lunes a esas horas, por fortuna estábamos todavía en época veraniega y muchos sitios estaban abiertos. Nuestra española carne de madrileños por el mundo, nos contó que desde donde estábamos para la izquierda estaba lleno de restaurantes y para la derecha estaba la plaza por si queríamos comer algo rápido, así que nos decantamos por esta opción, y virgen santa...para la derecha no había más que restaurantes. pero...¿Donde andará la plaza?!!, tras un rato andado y 20 restaurantes más tarde, saco el movil e intento ver el mapa de Kamari en google maps y...en serio?, hay aquí alguna plaza?, no había nada parecido a una plaza ni por asomo, así que nos metimos por una calle y paramos en un sitio que nos llamo la atención, era el Black Stone.
Evidentemente nos llamó la atención porque tenía variedad de cervezas, allí nos pedimos un tsatiki bastante bueno como entrante, y de primeros, un kleftiko y un falafell, la verdad es que todo muy muy bueno, regado con unas alphas de barril deliciosas, que viendo como se había puesto el día, supieron a gloria.
Me hizo gracia lo del Kleftiko en la bolsa, luego abierto estaba delicioso:
Una vez hubimos llenado nuestro buche ibérico, procedimos a volver a dormir un poco, que falta hacía, y por el camino de vuelta, nos sorprendió la cantidad impresionante de perritos que había por la calle, los perritos del volcán, en particular uno blanquito y monísimo, que nos acompaño hasta la puerta misma del hotel al que puse el nombre de Kamari en un alarde de originalidad, y que era de los perros más buenos que he visto en mi vida, una pena, llego a estar en España y me lo quedo, que cosa más buena de perro, me da rabia el no tener foto. Una vez dejamos a Kamari en la puerta, subimos a la habitación y nos dejamos caer muertos de cansancio, al día siguiente tocaba Fira.
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