![]() ![]() Día 4 De GlenCoe to Callender pasando por el Queen Elizabeth Park hasta llegar a ✏️ Diarios de Viajes de Reino Unido
Tras otro copioso desayuno (me resultó curioso que salvo el primer día, siempre el que te servía el desayuno era el marido y la que te recibía la mujer), cogí el coche. Hoy el día estaba lluvioso, así que me dispuse a atravesar Glencoe por...![]() Diario: Scotland: tierras altas y poetas.⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Etapas: 8 Localización:![]() Tras otro copioso desayuno (me resultó curioso que salvo el primer día, siempre el que te servía el desayuno era el marido y la que te recibía la mujer), cogí el coche. Hoy el día estaba lluvioso, así que me dispuse a atravesar Glencoe por Callander pasando por el Queen Elizabeth y haciendo noche en los Lommond. La verdad es que el traspié de Skye me hizo trastocar todos los planes. Este día lo tenía planeado para el Glencoe y Lommonds. En este caso me desvié un poco y decidí pasar por los Callander. Lo malo es que empezó a jarrear sacando las fotos a una bonita cascada cerca de Glencoe (que casi me cuesta la cámara que ya tenía una mancha de agua en todas las fotos), así que me dirigí hasta el Black mount. Allí me paré a hacer algunas fotos porque estaba muy nublado y el cielo estaba negro y la verdad poco se podía ver. Seguí mi camino y por primera vez en el camino me encontré con las famosas vaquitas escocesas (solo había visto a las ovejas “shaun” de cabeza negra y tenía ganas de ver a las vacas con pelado a lo McCartney en sus comienzos). Seguía lloviendo pero algo menos, así que decidí seguir hasta los Lomond, pero en estas que cambié planes y cuando vi el cartel de Stirling me fui hasta allí. Al llegar el día mejoró algo (al menos no llovía y no estaba tan negro). Fui directo al castillo real (la verdad es que bastante interesante por cierto, creo que estuve un par de horas recorriéndomelo) y después bajé a visitar la ciudad (bastante bonita por cierto). Me pillé algo en un súper junto a una gasolinera (casi siempre aproveché las paradas técnicas para pillar algo de comer. Muy recomendables las empanadas de carne y los platos preparados) y seguí hasta la torre de Stirling: el monumento a William Wallace. Sobra decir que para un fan del personaje como yo, era un “Must” en mi viaje y la verdad no me defraudó. La torre es preciosa y ver la espada del mismísimo William en persona me impresionó sobremanera (debía ser un tipo enorme para manejar tremenda espada) y las vistas desde arriba son espectaculares (además empezaba a salir el sol y se veía precioso). Luego quise adentrarme hacia el famoso campo de batalla pero tuve un encuentro con unos perros sueltos a los que no hice demasiada gracia (empezaron a ladrarme en plan mal y la verdad yo y los perros no hemos tenido buenos encuentros en el pasado, así que preferí dar media vuelta) y decidí seguir paseando por los bosques aledaños. Acabada mi visita (creo que estuve como 40 minutos allí, más que nada porque me pasé un buen rato admirando el arma del gran Wallace), cogí el coche dirección al lugar donde me hospedaría esa noche: el Tull In de Balloch, en los Lommonds. Este fue, junto al alojamiento del primer día y el del último, de los que pillé por booking, pagué 30 libras por una habitación amplísima, bastante limpia, decorada con osos gigantes (ya era el segundo establecimiento con osos de peluches grandes) y con una bañera gigante (y un bañito relajante cayó), buen wifi en la habitación y desayuno. Llegué por la tarde y estaba cansado, pero hacía bueno, así que decidí darme un bañito, relajarme un rato y luego salir a dar una vuelta a ver el famoso lago y el pueblo de Balloch. La verdad es que el lago se veía bonito pero no era tan espectacular como muchos lo pintaban (al menos desde el sitio que yo lo vi), no había comido más que una empanada y el hambre me entró, así que decidí irme a cambiar e ir a cenar a algún sitio. Al llegar al motel, el restaurante estaba bastante lleno y la verdad se veían apetitosos los platos, así que me decidí por cenar allí mismo. La verdad, fue todo un acierto, desde el servicio a la comida. Me atendió un chico gordito súper servicial (si no me preguntó como 6 veces si todo estaba a mi gusto y si deseaba alguna cosa más, todo muy amable y sin ser invasivo) que me dio la carta. Yo en cuanto vi la palabra mejillón me cegué y le pedí una ración. El tipo me dijo que quizás una ración era mucho, que si quería que podía pedir medía ración y luego podía pedir otra cosa. Al final me trajo la ración y la verdad estaban muy ricos (me recordaron a los que comía de pequeño en mi Santander natal en un bar llamado Roma que ya cerró pero que hacía los mejores mejillones en salsa de tomate picante del mundo), como estaba medio lleno pero uno es un tripero, me pedí postre: tarta de tres chocolates fundidos con nata. Yo pensé que la nata sería montada (luego me explicó que la nata que yo me refería era la whiped cream), pero me trajo una especie de nata súper cremosa medio liquida y caliente para acompañar el trozo de tarta. La verdad ambas cosas estaban buenísimas (y mas para ser la cocina de un motel de un pueblo) y el precio estuvo bien (creo que pague 9 libras por los mejillones y 5 o 6 libras por el postre). Como estaba muy lleno y era muy temprano, me fui a mi habitación a descansar un rato que mañana tenía otro larguísimo día por delante…… Índice del Diario: Scotland: tierras altas y poetas.
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