![]() ![]() Día 7: pecador andariego por Edimburgo. ✏️ Diarios de Viajes de Reino Unido
Este día deje al coche bien aparcado en la puerta y tras un desayuno continental (este fue el único sitio donde no ofrecían el escocés), me puse ropa cómoda y me decidí a patearme la ciudad a fondo (y vaya si lo hice), desde Leith fui andando...![]() Diario: Scotland: tierras altas y poetas.⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Etapas: 8 Localización:![]() Este día deje al coche bien aparcado en la puerta y tras un desayuno continental (este fue el único sitio donde no ofrecían el escocés), me puse ropa cómoda y me decidí a patearme la ciudad a fondo (y vaya si lo hice), desde Leith fui andando hasta la Calton Hill, la verdad impresiona ver esa especie de réplica de Partenón, en aquella colina que parte en dos Leith y Edimburgo, me pateé toda la colina y volví a bajar hasta el puente que lleva a la Royal Mile. Me recorrí toda la calle de arriba abajo, entré a su catedral, escupí en el famoso corazón (típica turistada aunque se ve que los guiris que había a mi lado no lo sabían y me miraron en plan: ¡español incívico, que les gusta escupir en el suelos a estos mediterráneos!), seguí andando hasta el castillo. Había una pequeña cola, pero me decidí a esperar y entrar. El castillo es impresionante. Y además, justo entré cuando iban a dar el famoso cañonazo de las 12 pm (¡menuda suerte!). Me tiré como una hora y pico en el castillo, recorriendo todas las estancias (muy curiosas las dos cárceles que había allí). Si se quiere ver con calma se necesita mínimo hora y medía (que más o menos es lo que yo tardé). Al salir de allí seguí caminando hacia el Elephant house (no tenía intención de entrar, pero quería hacer la foto, más que nada, por mi hermana que era súper fan de la saga) y entonces me entró el hambre (es lo que tiene no tener desayuno escocés que te deja lleno hasta bien entrada la tarde), así que vi un puesto de comida rápida (literalmente vendían toda clase: desde fish&chips a pizzas, hamburguesas, perritos, kebabs) y me pedí unas patatas con cheddar y una hamburguesa. Muy barato y además no estaban malas (para ser comida basura, pero el local siempre estaba lleno, que fue lo que me dio pie a entrar). Al salir me llamó el señor roca (el local no disponía de baño y si lo tenía debía estar asqueroso) y como vi el museo nacional al lado, decidí entrar (era gratuito y así hacia un dos por uno). La verdad no lo tenía en mi recorrido, pero ¡¡bendita llamada del señor roca!! El museo recorre la historia de Escocia, desde su prehistoria, pasando por los bravos pictos (para mi gusto poco espacio le dedican a una época tan gloriosa de su historia), la historia de William Wallace y Robert Bruce hasta llegar a nuestros días. La verdad el museo es muy interesante (y es muy recomendable si se viaja con niños porque la parte final tiene muchas curiosidades y se pueden ver desde coches de la formula 1 a vestimentas y escenarios de diferentes lugares del mundo). La visita me llevo como un par de horas (que se dice pronto) y cuando salí decidí caminar para la zona de la universidad para llegar al famoso cementerio donde se encuentra la tumba del perrito Bobby. (El cementerio la verdad es enorme y nada más entrar, sientes una energía muy fuerte). Tras visitar el cementerio y encontrarme de frente con la famosa princesa negra Elaine Davidson (que tiene una tienda de tarot y magia negra y es la mujer con más piercing en el cuerpo según el guiness, recuerdo haberle hecho una foto, pero desde tan lejos quedo borrosa y ni la tengo guardada, aunque la tipa de cerca impresiona), seguí callejeando en pos de tiendas raras (me encontré con una de ropa vintage y sombreros, pero justo estaba cerrada) y continué caminando hasta el parqué que está detrás de la colina del palacio real (a la entrada hay una estatua en honor a un perro). Crucé todo el parque, hasta llegar a una explanada cercana (justo donde rodaron la escena final de la peli Sunshine in Leith) y de allí me dirigí a una zona comercial (me apetecía ver la zona de tiendas y ver si había algo de ropa típica británica que pudiera interesarme). Me sorprendió ver que la ropa allí no es tan limitada en tallas (aprende Amancio Ortega, que en tus tiendas hasta las bufandas nos quedan mal a los gordos: P) y sobre todo que puedes encontrar chicas de tallas grandes como dependientes de tiendas tipo H&M o Bershka aquí. Después de un rato de tiendeo, paseé bordeando la zona que se veía desde lo alto del castillo. Y seguí caminando hasta subir de nuevo a la Royal Mile, de ahí continué mi camino hasta el palacio real y el parlamento. La verdad, es que después de ver tanto arte y un urbanismo bastante coherente, encontrarte con ese parlamento te choca (entiendo el enfado de los escoceses con el catalán que lo diseño). Aun no había anochecido y me encontraba con fuerzas (llevaba 6 horas caminando sin parar más que los 20 minutos que tardé en comerme la hamburguesa y las patatas), así que seguí el camino hasta el Arthur King’ seat, o lo que es lo mismo: la silla del rey Arturo. Una pequeña montaña desde la que se divisa toda la ciudad. La verdad es que el camino no es complicado y las vistas desde arriba son impresionantes (valía la pena el repecho), pero justo ahí empezó a llover un poco, así que bajé la colina (cuidado si llueve, el suelo es algo resbaladizo). Y continué mi camino. Volví a coger el camino hacia la Royal Mile y de ahí crucé el puente hasta el famoso hotel Balmoral. De ahí (ya llevaba como 8 horas andando) continué hasta un centro comercial cercano (donde me pillé unos dvds). Llegados a ese punto, ya mis piernas flaqueaban, así que decidí ver donde cenar (camino de Leith hacia el Balmoral, había visto una avenida repleta de restaurantes de todo tipo). Como tenía antojo de pizza y hacía mucho que no veía un Pizza Hut (tiene delito, lo sé, pero el nepalí que me apetecía lo vi muy desangelado y no me atreví a entrar), me pedí una para llevar y me la llevé a mi habitación (tras parada en el súper a por algo de beber). Llevaba andando desde las 9 de la mañana, eran casi las 7 de la tarde cuando llegué a mi alojamiento, lo único que tenía ganas era de darme una ducha, abrir la pizza y cenarla viendo alguna de las pelis en versión original que había comprado. Mañana sería otro día. Hoy mis pies ya no podían más y casi había gastado las suela de mis zapatos. Índice del Diario: Scotland: tierras altas y poetas.
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