Llegamos aún desubicados y acostumbrándonos a nuestra nueva forma de vivir, de un lado para otro durante los próximos tres meses. Encontramos alojamiento en Neotel Hotel, toda una sorpresa, estaba mucho mejor de lo que nos habíamos imaginado y lo conseguimos por menos de 50myr la noche. La primera tarde la estuvimos alrededor de las torres que pusieron a Malasia en el mapa, las Twin Towers o Torres Petronas. Ni que decir tiene que subir a las torres se escapa por mucho de nuestro presupuesto mochilero, así que nos conformamos con verlas desde abajo. Nos enteramos que a las 19:30 comenzaba un espectáculo en la fuente que hay en el parque de las torres, allí estábamos nosotros viendo como los chorros de agua iban cambiando de colores y formas hasta que comenzó una tormenta eléctrica que vino seguida de un diluvio, los escasos 200 metros que nos separaban de la entrada al centro comercial de las torres fueron suficientes para que llegásemos totalmente empapados. Kuala Lumpur nos dejó claro cómo funciona el clima tropical, aquí no llueve, aquí diluvia y media hora después sale un sol abrasador y te mueres de calor.
Una de las visitas imprescindibles en la capital malaya es la de las Batu Caves. Con un sol impresionante llegamos al pie de la escalera que da entrada a uno de los templos hindúes más populares fuera de la India.
Nos dedicamos a observar a los indios que llegaban muy emocionados, intentamos comprender alguno de los muchos rituales y ofrendas que veíamos, algunos se afeitaban la cabeza y se ponían un mejunje anaranjado en la calva, algunas familias iban con los bebes casi recién nacidos, en lo que parecía una demostración de respeto a sus dioses, en fin como no entendíamos muy bien los rituales nosotros nos montábamos nuestra película.
Mientras todo esto pasa no se puede bajar la guardia, hay que estar muy alerta y tener controlados en todo momento a los verdaderos dueños de estas cuevas, los monos. Siempre hay alguno que viene a aprovecharse de un turista despistado que lleva una bolsa en la mano, una botella de agua descuidada, un coco, un plátano, un móvil…
Un lugar turístico para cenar es la calle Jalan Alor, una calle entera llena de puestos de comida uno detrás de otro. Es imposible pararte a ver un menú porque los camareros te asaltan y te cogen directamente del brazo para llevarte a su local, se hace incómodo, pero viene bien para irnos acostumbrando a ignorar a los vendedores pesados, una habilidad que desarrollaremos enormemente durante estos meses.
Junto a la plaza Masjid Jamek hay una oficina de turismo en la que realizan varios tours gratuitos, nosotros hicimos el freetour heritage y fue muy interesante. En un par de horitas caminando alrededor de la zona colonial conseguimos entender mucho mejor las costumbres y el porqué de algunas cosas que antes no entendíamos.
Kuala Lumpur es una ciudad que está cambiando a pasos agigantados, un ejemplo es que en los últimos 5 años se han construido más de 300 rascacielos en el centro de la ciudad. A veces encuentras rincones en los que dudas que estés en Asia, hay centros comerciales de lujo en cada esquina que le dan mil vueltas a los de Europa, pero al salir te chocas con la otra cara de Kuala Lumpur, gente que no tiene nada, mujeres con bebes que duermen en la calle, ni siquiera tienen una chabola en la que dormir. Existen grandes diferencias entre clases sociales, aunque hay una mayor clase media que en otras ciudades del sudeste asiático aquí los pobres no tienen casi nada. Por la zona de nuestro hotel al caer la noche eran decenas de personas las que dormían en la calle.
Una zona más tranquila que las calles de KL es el parque Tun Abdul Razak. Aquí se encuentran varias atracciones turísticas como el aviario, un mariposario, un planetario y no sé que más, todas ellas se escapan a nuestros bolsillos y a nuestro interés. Cómo siempre comento en mis diarios me encantan los animales, por eso los disfruto en libertad y no encerrados en jaulas, esta es solo una opinión personal. Dicho esto, este parque es una joya para descubrir la fauna que campa a sus anchas por el parque, sin mucho esfuerzo nos encontramos con varanos, ardillas, multitud de pájaros preciosos, garzas y gran cantidad de mariposas. Nos dimos un paseo por el lago y descansamos un buen rato del ruido de las calles de KL.
Para moverte gastando poco dinero no hay nada mejor que tomar las líneas de autobuses gratuitas que se mueven por toda la ciudad. Funcionan realmente bien y te ahorran un dinerito que para los que vayan justos de presupuesto será más que bienvenido.
Una de las visitas imprescindibles en la capital malaya es la de las Batu Caves. Con un sol impresionante llegamos al pie de la escalera que da entrada a uno de los templos hindúes más populares fuera de la India.
Nos dedicamos a observar a los indios que llegaban muy emocionados, intentamos comprender alguno de los muchos rituales y ofrendas que veíamos, algunos se afeitaban la cabeza y se ponían un mejunje anaranjado en la calva, algunas familias iban con los bebes casi recién nacidos, en lo que parecía una demostración de respeto a sus dioses, en fin como no entendíamos muy bien los rituales nosotros nos montábamos nuestra película.
Mientras todo esto pasa no se puede bajar la guardia, hay que estar muy alerta y tener controlados en todo momento a los verdaderos dueños de estas cuevas, los monos. Siempre hay alguno que viene a aprovecharse de un turista despistado que lleva una bolsa en la mano, una botella de agua descuidada, un coco, un plátano, un móvil…
Un lugar turístico para cenar es la calle Jalan Alor, una calle entera llena de puestos de comida uno detrás de otro. Es imposible pararte a ver un menú porque los camareros te asaltan y te cogen directamente del brazo para llevarte a su local, se hace incómodo, pero viene bien para irnos acostumbrando a ignorar a los vendedores pesados, una habilidad que desarrollaremos enormemente durante estos meses.
Junto a la plaza Masjid Jamek hay una oficina de turismo en la que realizan varios tours gratuitos, nosotros hicimos el freetour heritage y fue muy interesante. En un par de horitas caminando alrededor de la zona colonial conseguimos entender mucho mejor las costumbres y el porqué de algunas cosas que antes no entendíamos.
Kuala Lumpur es una ciudad que está cambiando a pasos agigantados, un ejemplo es que en los últimos 5 años se han construido más de 300 rascacielos en el centro de la ciudad. A veces encuentras rincones en los que dudas que estés en Asia, hay centros comerciales de lujo en cada esquina que le dan mil vueltas a los de Europa, pero al salir te chocas con la otra cara de Kuala Lumpur, gente que no tiene nada, mujeres con bebes que duermen en la calle, ni siquiera tienen una chabola en la que dormir. Existen grandes diferencias entre clases sociales, aunque hay una mayor clase media que en otras ciudades del sudeste asiático aquí los pobres no tienen casi nada. Por la zona de nuestro hotel al caer la noche eran decenas de personas las que dormían en la calle.
Una zona más tranquila que las calles de KL es el parque Tun Abdul Razak. Aquí se encuentran varias atracciones turísticas como el aviario, un mariposario, un planetario y no sé que más, todas ellas se escapan a nuestros bolsillos y a nuestro interés. Cómo siempre comento en mis diarios me encantan los animales, por eso los disfruto en libertad y no encerrados en jaulas, esta es solo una opinión personal. Dicho esto, este parque es una joya para descubrir la fauna que campa a sus anchas por el parque, sin mucho esfuerzo nos encontramos con varanos, ardillas, multitud de pájaros preciosos, garzas y gran cantidad de mariposas. Nos dimos un paseo por el lago y descansamos un buen rato del ruido de las calles de KL.
Para moverte gastando poco dinero no hay nada mejor que tomar las líneas de autobuses gratuitas que se mueven por toda la ciudad. Funcionan realmente bien y te ahorran un dinerito que para los que vayan justos de presupuesto será más que bienvenido.