Despertamos, desayunamos y ponemos rumbo a la frontera francesa, específicamente a Colmar, un pueblo francés mágico. Paseamos por sus calles empedradas y disfrutamos del ambiente a pesar del calor sofocante y el gran número de turistas concentrados. Es lo que tiene el fin de semana.

De nuevo en el coche, nos dirigimos a Friburgo para conocer esta ciudad universitaria. Una vez en Friburgo, hacemos la primera parada en Hausbrauerei Feierling, un biergarten enorme y con mucho ambiente donde aparte de tomar cerveza (que la fabrican ellos)comemos un plato que se llama Weisswürste , que son unas salchichas blancas hervidas acompañadas por mostaza y un Bretzel, y otro plato que se llama Obatzter que es como un paté de camembert y cebolla. Todo exquisito. (Que conste que podemos pedir eso y acertar porque pedimos la carta en inglés, que es lo que hacíamos siempre que íbamos a comer o cenar.)
Damos una vuelta por el centro histórico de la ciudad y decidimos subir al campanario de la catedral para tener una vista panorámica de 360º de la ciudad. Valen la pena los 209 escalones para observar las campanas y disfrutar desde lo alto.

Tampoco podemos perder la ocasión de meter los pies en los riachuelos que corren a lo largo de las calles de Friburgo, como hacen muchos más visitantes ,ya que hace mucho calor.
Es curioso ver a los niños empujando unos barquitos de madera por los canales. Es una buena manera de tenerlos entretenidos.
Volvemos al hotel para descansar un rato y merendar una deliciosa tarta de frutas casera y un agua…con gas (cuidado con esto, las botellas de agua, aparte de ser extremadamente caras, muchas veces son con gas o peor todavía, con etiqueta de Still (sin gas) pero con un poco de burbujas). Con la paz que desprende el lugar decidimos subir al punto más alto de la Selva Negra, el Monte Kandel, donde disfrutamos del espectáculo de varios valientes despegando con sus parapentes y sobrevolando las montañas. Una pasada.
Cenamos en el hotel, de nuevo trucha y probamos el "ragut" de ciervo, una carne de caza guisada con acompañamiento de una salsa y de los típicos noodles alsacianos.
