Con todo el dolor de nuestro corazón nos levantamos este día no para comenzar la ruta sino para terminarla

Elegimos quedarnos la última noche en Stirling por la facilidad para llegar al Aeropuerto de Edimburgo. En apenas media hora llegamos al mismo por la M9. Como nuestro avión salía a las 12:00 decidimos ir pronto y podemos decir que sobre las 9:00 de la mañana la utopista no tiene mucho tráfico y se lega perfectamente.
Nosotros teníamos que devolver el coche en Arnold Clark, la oficina está a la entrada del aeropuerto, no tiene pérdida. Lo único que debéis tener en cuenta es dónde están las gasolineras por si tenéis que devolver el coche con el tanque de gasolina lleno. La gasolinera que mejor os viene es una BP que está situada en frente de la oficina de Arnold Clark.
Una vez dejamos el coche y comprobaron que no había desperfecto alguno, nos acercaron hasta la terminal en una VAN. Facturamos en las máquinas automáticas y pasamos el control sin problemas. El viaje se había acabado pero, al menos en mi caso, lo recordaré siempre.
Escocia ya me había enganchado, pero con esta visita vuelvo enamorado de sus ciudades, pueblos, lagos, montañas, de su magia, incluso de la lluvia y de la niebla que contribuyeron a generar un ambiente único. Siempre se dice que hay determinadas cosas que debes ver una vez en la vida, al menos, las pirámides, Petra, el Taj Mahal, Macchu Picchu, ahora se que Escocia se debe incluir en esta lista.
¡Cuidado que Escocia engancha!


