Con esto del jet-lag estamos todos despiertos a las 4 o 5, no sé, pero aguantamos en la cama hasta una hora decente y luego nos vamos a desayunar. Sopla una ligera brisa y está un poco nublado por lo que no te asfixias ya de buena mañana. En el buffet-desayuno hay un poco de todo, pero sin pasarse, puesto que los clientes también somos un poco de todo. Bollería, fruta, yogures en perolas, cereales, fiambre y panecillos, fritanga variada, lo normal.
Como Beatriz está enferma y tiene algo de fiebre nos dedicamos a pasar el día tranquilamente en el hotel, primero vamos un momento a inaugurar la playa pero nos volvemos rápido para ir a la reunión con el representante de Iberojet, para que nos cuente lo de las excursiones y cuando nos recogen a la vuelta. Luego a la piscina, principalmente en la barra “húmeda”, con sus correspondientes mojitos y piñas coladas. Beatriz intenta en jacuzzi pero está frio ¿?
Luego nos vamos otra vez a la playa, pero somos abducidos por la preparación de una paella en el chiringuito de la playa amenizada con música en directo y narración en 4 idiomas de cómo se preparar la paella. Algo surrealista. Yo pensaba que eso sólo pasaba en las películas de Jose Luis López Vázquez. de la época del desarrollismo. Ni que decir que la paella no tiene mucho que ver con una paella de verdad. Le ponen de todo, calamares, gambas, langosta, cerdo, pollo, conejo, unas judías y para arreglarlo arroz de ese precocido que no coge el sabor ni aunque lo tengas una hora en la paella. Por supuesto está bastante mala. En la comida se nos une una de las chicas de la animación, Lili y estamos hablando con ella, muy guapa y simpática.
Visto el éxito (previsible) de la paella, nos vamos a comer al buffet de la palapa a escasos metros, no sea que nos cansemos. No es muy apetecible y acabamos comiendo ensalada y fruta (mejor).
Por fin acabamos llegando a la playa y nos instalamos en el mismo lugar de la mañana, cerquita del faro-bar, a la izquierda, bajo un “almendro” delante de las rocas, esas a las que la gente le tiene tanto miedo, con lo que estamos en la gloria, medio solos y a la sombra. Nadamos un poco pero aún allí no hay muchos peces. Estreno la cámara sumergible pero creo que no sale ni una foto decente. Tiempo al tiempo.
