Sábado 15/08 ✏️ Diarios de Viajes de Dominicana Rep.

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Una vez enfriado y reposado el pie de Beatriz, le empieza a doler de verdad y decidimos ir al médico del hotel lo primero. En efecto, le dice que tiene una tendinitis y le inyecta un anti inflamatorio, le pone un gel y una venda, lo cual parece mágico pues le quita bastante dolor. También le recomienda el mayor reposo posible, lo cual no hace falta decirlo, visto los dolores.

Decidimos, con mucho dolor de corazón, llamar a Capitán Gringo y decirles que no vengan a recogernos que no podemos ir. Sin mayores comentarios, nos dicen que ok.

Así que nos pasamos lo que nos queda de viaje en el hotel descansando en la playa o piscina, lo cual no está nada mal, aunque no fuese lo que teníamos pensado. Nos quedamos sin ir a Isla Saona ni hacer el sendero del Padre nuestro (está señalizado justo después del desvío a Bayahive. Nos explican que es un kilómetro o 2 de camino bastante malo hasta llegar a la entrada. Supongo que para que cojamos un taxi y nos claven 10 dólares extra.

A cambio pasamos un día y medio muy agradable de descanso y nadando alrededor del faro, por encima de esas rocas tan odiadas por algunos “resorteros” T.I., y nadando entre cubitos de hielo alrededor de la barra del faro.

Júlia se hace una amiguita dominicana de 6 años que está de fin de semana con sus abuelos, y se hacen inseparables. Por otra parte buceando con tubito y observando sin prisa y con atención los fondos voy descubriendo esas pequeñas cositas que hacen el mar tan especial, las anémonas, los diferentes erizos, arañitas, gusanos y por fin, como no puede ser de otra manera, escondida entre las rocas de debajo del faro y muy escondida, una morena verde grandísima, impresionante, como todas las morenas cuando abren la boca amenazantes, tras darle un poco por saco con un palito. También allí mismo al día siguiente, vimos una raya baby, eso sí, era pequeña, pero muy bonita. A destacar las puestas del sol, apurando el último daiquiri, ya que el faro-bar cierra a las 7 pm.

Detalle importante: hoy teníamos reservada cena en el restaurante japonés, pero como no nos gustó mucho, decidimos no ir y cenar cuando y lo que nos apetezca. Sólo para que conste que los restaurantes temáticos no son la bomba.

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