
Tras nuestra aventura africana, he decidido escribir las conclusiones antes de empezar las etapas que describen el día a día de la ruta por un motivo muy simple: todos aquellos que estén interesados en realizar este viaje, pero deseen mantener el factor sorpresa y no ver demasiadas fotos antes de viajar, pueden hacerse una idea que les ayude a acabar de decidirse leyendo únicamente hasta aquí. No quisiera hacer spoilers de ningún tipo a los que prefieran mantener la intriga sobre lo que les espera
Pues bien, quienes ya hayan estado en esa zona del sur de África podrán imaginar que vuelvo entusiasmada y muy emocionada con todo lo que hemos vivido…
El itinerario ha superado mis expectativas prácticamente en todos los sentidos y ha salido todo según estaba planeado. Los parques y otros parajes naturales de Botswana y Zimbabwe son lugares espectaculares y poco visitados todavía (sobretodo Zimbabwe), sus gentes son amables y agradables, y la fauna es diversa y abundante, aunque se trata de animales salvajes y no de un zoo, con lo cual ver todas las especies de interés tiene su dificultad.En base a nuestra experiencia como novatos en África negra, permitidme recopilar aquí una serie de impresiones que pueden resultar útiles a cualquier interesado en hacer un viaje de este tipo, ya sea organizado o por libre (por supuesto, se trata de opiniones subjetivas y luego cada uno decide):
- No se trata de un viaje apto para todos los públicos: hay que ser conscientes de donde va uno y de las infraestructuras de cada país. Si buscáis comodidades y relax por encima de cualquier otra cosa, o sois urbanitas empedernidos, este viaje no es para vosotros (es de sentido común, pero no está de más comentarlo). En cambio, es una ruta 200% recomendable para amantes de la naturaleza y de los animales con ganas de algo de aventura… sin duda os vais a emocionar hasta la médula y cada día os esperan nuevas sorpresas que os dejarán sin palabras.
- Para aprovechar al máximo las jornadas, tendréis que apechugar con incomodidades varias: madrugones importantes (cada día en pie entre las 4:30 y las 6 de la mañana), carreteras y pistas en mal estado (baches, bancos de arena…), largas jornadas de desplazamiento o de safari prácticamente sin bajar del vehículo, frío por la mañana y por la noche y calor abrasador al mediodía en según qué parques, insectos y demás bichejos (aunque mucho menos de lo que esperaba), polvo y sequedad (os quedará el pelo como un estropajo), días de acampada salvaje con duchas y baños muy rudimentarios (un agujero en el suelo, vaya) o incluso algún día sin ducha, servicios muy limitados en gran parte de la ruta, en la mayoría de sitios no tendréis wifi ni cobertura… en fin, podéis haceros una idea de lo que os espera, estaréis en el corazón del África austral
-El ritmo africano es muy diferente del de aquí: allí viven el momento y las cosas llevan su tiempo, se lo toman todo con mucha calma. En un viaje organizado, el/la guía ya estará al caso y minimizará los momentos de espera, pero si vais por libre os aconsejo ante todo armaros de paciencia y sentido del humor. Oiréis mil veces esta frase: “It’s coming…”.
- Los lugares que incluye esta ruta son muy seguros, pero hay que tomar las precauciones básicas que dicta el sentido común y que seguiríais en cualquier lugar: no dejar cosas de valor a la vista, no hacer ostentación de dinero (sobre todo en las ciudades), mantener el pasaporte con vosotros en todo momento, etc…
- La comida africana es muy especiada y puede resultar extremadamente picante para paladares poco acostumbrados
- Los animales que encontraréis son salvajes y por lo tanto imprevisibles, así que hay que mantener en todo momento una serie de precauciones básicas y seguir las indicaciones de los guías/conductores/rastreadores con el fin de no poner en riesgo vuestras vidas ni las de otros viajeros (ni las de los animales, que normalmente son sacrificados cuando atacan a los humanos). Por muy manso e inofensivo que parezca un animal, nunca se sabe cómo va a reaccionar. Tampoco se trata de ir acojonado, simplemente siendo respetuoso, responsable y siguiendo las normas de seguridad de los parques y/o de los guías todo irá como la seda.
- Siguiendo con el tema animal, los parques y reservas de Botswana y Zimbabwe no son zoológicos

Estas son las consideraciones generales a tener en cuenta antes de cualquier viaje a la zona, pero ahora me gustaría centrarme un poco en nuestro viaje en particular. Hay varios factores que influyen enormemente en el resultado de un viaje organizado de este tipo:
- El itinerario
- El/la guía
- El grupo
- Los equipos locales
- Los imprevistos que puedan aparecer y su solución
Nosotros hemos tenido muchísima suerte: tanto la guía como el grupo han resultado geniales, y no hemos tenido ningún percance serio. Son muchas horas de viaje compartidas, así que el buen rollo y el sentido del humor son fundamentales para lograr una buena convivencia, y en ese sentido para mí la experiencia no ha podido ser mejor. Desde aquí aprovecho para agradecer a todos los compañeros de ruta los buenos momentos compartidos, ¡sois los mejores, ha sido un placer viajar con vosotros! ¡Todo son alegrías!
En cuanto a la guía, Teri, tan solo decir que es una crack: con un montón de años de experiencia en África (sobre todo en esa zona) y su gran amor por el lugar, nos ha hecho sentir cómodos y cuidados en todo momento, además de compartir sus amplios conocimientos sobre los animales y países visitados. Su alto nivel organizativo y capacidad para resolver imprevistos ha hecho que todo salga rodado, así que solo tengo buenas palabras para ella
. Los equipos locales de conductores, cocineros, guías de safari, etc también han resultado estupendos y hemos tenido todas las comodidades dentro de lo posible en cada momento. En cuanto a imprevistos, no hemos pinchado ni encallado, ni ha sido necesario modificar ningún punto del itinerario por largas esperas debido a problemas mecánicos. Así que no tenemos ninguna queja, todo ha salido a la perfección.
Por último, el itinerario: se trata sin duda de una ruta muy equilibrada y donde se visitan paisajes muy variados, con todo tipo de medios de transporte y alternando los lodges más exclusivos con la acampada en lugares privilegiados, en plena naturaleza salvaje. Si tuviera que cambiar algo (y esto es algo muy personal), a posteriori y teniendo en cuenta que me ha encantado el bicheo, me hubiera gustado pasar algún día más en Moremi, Savuti y Chobe (quizá dos noches en cada sitio en lugar de una) para aumentar las probabilidades de avistamiento. Por supuesto, esto implicaría un aumento del precio y además supone más noches acampando, cosa que seguramente no es del gusto de otros viajeros.
Así que después del rollo que os he soltado, aquí van los puntos más positivos del viaje:
- La gran variedad de paisajes visitados: la clásica sabana de Hwange, las formaciones graníticas y pinturas rupestres de Matobo, las lagunas del santuario de aves de Nata, los áridos salares de Makgadikgadi, la poblada cuenca del río Boteti, los mágicos baobabs del Kalahari, el increíble delta del Okavango y sus canales llenos de vida, la belleza de Moremi, los secarrales y la dureza de Savuti, la riqueza de la orilla del río Chobe y las espectaculares Cataratas Victoria. Todos ellos, maravillas de la naturaleza dignas de disfrutar por lo menos una vez en la vida, aunque personalmente me encantaría volver.

Baobabs en el Kalahari
- La enorme diversidad y densidad de fauna que se puede ver: elefantes, jirafas, cebras, impalas, kudus, hipopótamos, cocodrilos, rinocerontes, suricatas, facoceros, ñus, búfalos, todo tipo de antílopes, aves (rapaces, pelícanos, flamencos, buitres…), leones, leopardos, licaones, gatos salvajes, hienas, mangostas… ya os iré contando en cada etapa lo que conseguimos ver nosotros.
- La variedad de actividades que se llevan a cabo, con lo cual la ruta no se vuelve aburrida en ningún momento: safaris en 4x4 o a pie por distintos parques nacionales y reservas, desplazamientos en camión 4x4, visita a cuevas con pinturas rupestres, noche al aire libre en un salar, visita a tribus locales auténticas (no en plan turistada), subida hasta Chief’s Island en lancha rápida por el delta del Okavango, vuelo en avioneta sobre el delta, crucero por el río Chobe al atardecer y sobrevuelo de las Cataratas Victoria en helicóptero. Cada día tenía su momento estrella, no ha habido una sola jornada en la que no nos hayamos maravillado por algo.
- Los amaneceres y las puestas de sol: sé que suena a tópico, pero es completamente cierto, el sol en África es una ardiente esfera roja que te deja hipnotizado al salir y desaparecer tras el horizonte. Los amantes de la fotografía disfrutarán como enanos, y los demás también.

- La gente: siempre os podéis encontrar con el rancio de turno, pero en general los habitantes de estos dos países son gentes sencillas y muy agradables. Los hombres están especialmente obsesionados con el fútbol y os resultará sencillo entablar conversación con ellos. Si les regaláis alguna camiseta de un equipo europeo os estarán eternamente agradecidos
- Los alojamientos: algunos de los lodges de la ruta son verdaderas joyas, como por ejemplo el Amalinda Camp en Matobo, el Cresta Mowana Safari Lodge en Kasane y el Victoria Falls Hotel en cataratas. En realidad, todos tienen su encanto y son altamente recomendables. Entraré más en detalle en las etapas correspondientes.

Piscina en Amalinda Camp, Matobo
- La noche al aire libre en el salar: impresionante, todo un espectáculo dormir bajo las estrellas en medio de la inmensidad de Nwetwe Pan.
- La experiencia de acampar en pleno delta del Okavango, Moremi y Savuti: aunque hay algunas incomodidades (como el tema de los baños y la ducha), para mí ha sido una experiencia fabulosa dormir en tiendas en mitad de la naturaleza, sabiendo que no hay barreras y los animales podían rondar por allí. De nuevo, siguiendo las instrucciones del guía no hay ningún problema incluso acampando en el suelo.
- La autenticidad y poca masificación de los lugares del itinerario: excepto en centros muy turísticos como Victoria Falls y Kasane (también Maun, pero no tanto), en el resto de la ruta estuvimos prácticamente solos pese a ser temporada alta en cuanto a turismo. Sobre todo en Zimbabwe, donde apenas nos cruzamos con un par o tres de coches durante los safaris. Se trata todavía de lugares poco explotados y, personalmente, espero que sigan así durante mucho tiempo, ya que eso es parte de su encanto.
- La sensación de desconexión y de vivir el momento, y los ratos de conversación alrededor de la hoguera al final de una larga jornada de ruta o safari. En la mayoría de lugares no tuvimos wifi y nos limitamos a vivir el aquí y ahora, disfrutando plenamente de cada detalle. En un mundo dominado por las prisas y el exceso de información en los medios, sienta realmente muy bien una desconexión así de vez en cuando.

Como podéis ver, he vuelto entusiasmada y enamorada de la ruta, pero prometí ser lo más objetiva posible en mi crítica, así que aquí van los puntos negativos del viaje (siempre teniendo en cuenta que para mí el resultado global es muy, muy positivo):
- El precio, no apto para presupuestos ajustados. Botswana es un país muy caro, tanto por libre como viajando organizado, así que si se desea visitarlo toca ahorrar. Zimbabwe es algo más económico, pero Cataratas Victoria es también un lugar muy caro. Por supuesto por libre debe de salir bastante más económico (seleccionando alojamientos más humildes y/o acampando más días), pero el nivel de estrés puede llegar a ser mucho más elevado. La verdad es que resulta muy cómodo que te lleven de un lado a otro y te resuelvan todas las dudas y problemas sin tener que preocuparte ni estresarte por nada, además de todos los conocimientos que te puede transmitir el/la guía. Eso ya depende del grado de aventura que busque cada uno en sus viajes, pero yo tras haber estado allí no iría a Botswana y Zimbabwe en pareja por libre (a Cataratas Victoria sí, ya que es ultra-turístico), tan solo me atrevería a hacerlo como mínimo en grupo de más de 3 o 4 personas (y si es posible que alguna de ellas tenga algo de experiencia en este tipo de países, mejor).
- El traqueteo, los baches, la sequedad y el polvo: hay algunas jornadas de safari/desplazamiento en 4x4 bastante duras, sobre todo por las pistas de Moremi, Savuti y Chobe. Si tenéis problemas de espalda, al final del día acabaréis molidos
- Es una ruta muy intensa y con poco tiempo libre: por mi parte encontré bien hacerlo así para aprovechar al máximo el viaje, pero se puede llegar a echar de menos algo de tiempo para descansar y disfrutar de los alojamientos (todos ellos con piscinas estupendas). Pensaba que tendríamos algún descanso durante las horas centrales del día, de más calor y con menos posibilidades de ver animales, pero no es así, estuvimos constantemente en ruta o haciendo actividades durante casi toda la jornada. En cada etapa detallaré los horarios aproximados de cada actividad, para que os hagáis una idea de los tiempos.
- Al ser un viaje organizado, el itinerario no es flexible ni se pueden elegir los alojamientos: en caso de querer dedicar más o menos tiempo a algún sitio o bien alojarse en lugares más económicos, no es posible porque todo está programado al milímetro. Para personalizar la ruta y los alojamientos habría que hacer un safari en privado, con el consiguiente sobrecoste (no es lo mismo dividir gastos entre 18 que entre 2). En ocasiones puntuales, en el caso de tener que elegir entre dos opciones, hay que consensuarlo con todo el grupo (aunque en nuestro caso no hubo problema para ponernos de acuerdo).
- El riesgo de malaria: este es un tema muy personal, pero en los centros de medicina internacional os recomendarán tomar la profilaxis antipalúdica, con los consiguientes efectos secundarios que os puede provocar, llegando a fastidiaros el viaje (náuseas, vómitos, diarreas, dolor de cabeza constante…). En ese caso, ya depende de vosotros seguir tomándola o no (también hay que decir que vimos muy pocos mosquitos en toda la ruta). Siendo generosos en el uso del repelente y usando manga larga, pantalones largos y calcetines en las horas de más actividad de los mosquitos el riesgo se reduce muchísimo, por lo menos en época seca como viajamos nosotros. En nuestro caso, no sufrimos ninguna picadura.
- Me faltaron más avistamientos de felinos: como decía, es complicado rastrear depredadores y creo que la única forma de conseguirlo es dedicar más días a hacer safaris por Moremi, Savuti y Chobe, sobre todo a primera y última horas del día, aunque la suerte sigue siendo el principal componente del éxito o el fracaso en la empresa. En cualquier caso, esto es algo muy personal y para algún otro viajero puede resultar totalmente innecesario, pero para locas de los gatos o amantes de los animales el tema felinos queda un poco justillo.
- Las incomodidades de la acampada salvaje: duchas portátiles de campaña donde hay que ir rápido y de las que apenas sale agua, los lavabos son un agujero en el suelo, el tema de ir al baño por la noche con animales rondando… son inconvenientes inherentes a la logística de la ruta. Personalmente, no me supusieron ningún problema, pero entiendo que para algunos viajeros puede resultar algo duro o difícil de sobrellevar, dependiendo de las circunstancias personales de cada uno. De nuevo, el esfuerzo merece la pena y además es toda una experiencia. Dormir en plena naturaleza oyendo a los hipopótamos, leones y hienas a lo lejos (o no tan lejos) no tiene precio
.En resumen, toda una aventura para cualquier amante de los animales y la naturaleza más salvaje con ganas de disfrutar al máximo de los lugares tan espectaculares y todavía altamente conservados que nos ofrece África del Sur. Un viaje marcado por la ilusión y las emociones más intensas en cada jornada, y que no deja de sorprenderte hasta el mismísimo final.
Y ahora sí que sí, os invito a conocer el día a día lo de nuestra maravillosa ruta, que no me importaría repetir en un futuro no tan lejano. Dicen que África te roba un trocito del alma y solo piensas en volver, y, aunque suene cursi, puedo asegurar que en mi caso así ha sido
. 