Hoy teníamos que madrugar para que nos diera tiempo de ver Jerash antes de tener que ir al aeropuerto para volver a España.
Desayunamos en el hotel y nos pusimos en marcha. Jerash está aproximadamente a 1h de Amman. El paisaje que veíamos en el camino ya no era de desierto sino de pequeñas montañas y campos repletos de olivos, de hecho Jordania es un gran productor de aceite de oliva virgen extra de gran calidad.
Llegamos a Jerash o Gerasa como se la conocía en la antigüedad, sobre las 09:30. Lo primero que vimos fue el Arco de Adriano, construido en el siglo II d.C para conmemorar la visita del emperador a la ciudad.
Nada más atravesarlo nos encontramos con el hipódromo, allí se realizaban las carreras de cuadrigas y nos imaginamos cómo tenían que ser. Hacen representaciones pero no coincidía con la hora.
Después nos encontramos con la Puerta Sur que da paso a la parte principal de la ciudad, el foro y la impresionante columnata. Nada más pasar la puerta, a la izquierda, está el Templo de Zeus. Una maqueta nos permitió hacernos una idea de lo majestuoso que era, con razón estaba considerado como el principal monumento de la ciudad. Desde aquí subimos al Teatro Sur, el más grande de Jerash. Su construcción terminó en el siglo I d.C y tenía una capacidad para 5000 personas, nos pareció realmente impresionante.
De allí salimos a la Plaza Oval, totalmente rodeado de columnas en bastante buen estado y que nos recordó mucho a la Plaza del San pedro del Vaticano.


Al mediodía salimos de Jerash con sabor agridulce, nos había encantado la visita pero teníamos que irnos al aeropuerto porque el viaje terminaba.
Comimos algo a la salida en unos puestos que había y salimos hacia el aeropuerto.
Nos despedimos de Mohamed e iniciamos los trámites aeroportuarios para volver a casa.