Hemos pensado hacer una parada intermedia en nuestro camino de regreso a Sevilla por lo que la noche la pasaremos en Béjar y así no tenemos que conducir tantos kilómetros seguidos.
Antes de llegar a León atravesamos un precioso tramo de carretera entre las montañas de los Picos de Europa. Hasta la zona del embalse de Riaño el paisaje fue alucinante, hicimos una breve parada al llegar al pantano y al bajarnos del coche hacía mucho frío, unos 6 grados de temperatura en pleno Junio.
A partir de aquí dejamos atrás las montañas y la carretera pasa a ser mucho más llana. Sobre las 11:30 llegamos a León. Al igual que hicimos en Salamanca hemos decidido conocer la ciudad mediante el free tour, en este caso lo hicimos con Ganda Turismo, totalmente recomendable sobre todo si se dispone de poco tiempo para ver la ciudad.
Nuestro guía, Raúl, nos hizo disfrutar de los principales monumentos y nos condujo a través de la historia de la ciudad, la cual fue fundada en tiempos romanos por una de sus legiones.
En León hacía bastante frío, había gente con abrigo, en Junio… así que si vas a León echa siempre una chaqueta como mínimo, aunque sea verano. Nos gustó mucho la ciudad, y bien se merece un fin de semana como mínimo, me quedé con ganas de ver más.
Además de poseer una de las grandes catedrales del mundo tiene otros muchos edificios importante, se come muy bien y tienen unos grandes vinos, con esta combinación es imposible que no se disfrute de esta ciudad.
Comimos en Los Cazurros, uno de los muchos bares que se encuentran en el famoso barrio húmedo y tras un café seguimos con nuestro camino hasta Béjar.
Llegamos bastante cansados por tantas horas de carretera y teníamos la duda de si visitar Béjar o el bonito pueblo de Candelario. Finalmente nos quedamos por Béjar a dar una vuelta.
Sinceramente no conocía nada de este pueblo y me llamaron la atención varias cosas. La primera fueron ver tantas paredes cubiertas por tejas y por uralita, la segunda fue el nombre del río que rodea al pueblo "Cuerpo de Hombre" y por último me dio bastante pena ver la decadencia y el abandono en el que se encuentra el centro de la ciudad.
Teniendo una arquitectura civil preciosa es una pena ver el estado en el que se encuentran sus casas y calles principales. Los locales en los que me imagino que se desarrollaba la vida principal del pueblo hace unos años, están todos cerrados con carteles de se vende y se alquila. Muchas de las casas están al borde del colapso.
Me da la sensación que este pueblo llegó a su esplendor gracias a la industria textil y tras el desplome de ésta durante el siglo XX habrá sufrido una tremenda despoblación y crisis por lo que el abandono ha llegado hasta las calles más bonitas de la ciudad.
Me encantaría haber descubierto el por qué de tantas paredes con tejas y uralitas, imagino que será para aislar las paredes de la lluvia aunque siempre era la pared sur la que se tapaba, en fin, si alguien sabe la respuesta que me lo diga, que me encantan estas curiosidades que hacen únicos a los pueblos.
Ojalá este pueblo vuelva a brillar con la riqueza que un día tuvo porque es una pena que casas y monumentos tan admirables caigan en el olvido.
Sin más, al día siguiente terminamos nuestro viaje llegando a Sevilla.
Espero que os haya gustado el diario y que os sirva de ayuda e inspiración para seguir recorriendo el mundo y nuestro país que tiene multitud de lugares maravillosos por descubrir.
Hasta la próxima!
Antes de llegar a León atravesamos un precioso tramo de carretera entre las montañas de los Picos de Europa. Hasta la zona del embalse de Riaño el paisaje fue alucinante, hicimos una breve parada al llegar al pantano y al bajarnos del coche hacía mucho frío, unos 6 grados de temperatura en pleno Junio.
A partir de aquí dejamos atrás las montañas y la carretera pasa a ser mucho más llana. Sobre las 11:30 llegamos a León. Al igual que hicimos en Salamanca hemos decidido conocer la ciudad mediante el free tour, en este caso lo hicimos con Ganda Turismo, totalmente recomendable sobre todo si se dispone de poco tiempo para ver la ciudad.
Nuestro guía, Raúl, nos hizo disfrutar de los principales monumentos y nos condujo a través de la historia de la ciudad, la cual fue fundada en tiempos romanos por una de sus legiones.
En León hacía bastante frío, había gente con abrigo, en Junio… así que si vas a León echa siempre una chaqueta como mínimo, aunque sea verano. Nos gustó mucho la ciudad, y bien se merece un fin de semana como mínimo, me quedé con ganas de ver más.
Además de poseer una de las grandes catedrales del mundo tiene otros muchos edificios importante, se come muy bien y tienen unos grandes vinos, con esta combinación es imposible que no se disfrute de esta ciudad.
Comimos en Los Cazurros, uno de los muchos bares que se encuentran en el famoso barrio húmedo y tras un café seguimos con nuestro camino hasta Béjar.
Llegamos bastante cansados por tantas horas de carretera y teníamos la duda de si visitar Béjar o el bonito pueblo de Candelario. Finalmente nos quedamos por Béjar a dar una vuelta.
Sinceramente no conocía nada de este pueblo y me llamaron la atención varias cosas. La primera fueron ver tantas paredes cubiertas por tejas y por uralita, la segunda fue el nombre del río que rodea al pueblo "Cuerpo de Hombre" y por último me dio bastante pena ver la decadencia y el abandono en el que se encuentra el centro de la ciudad.
Teniendo una arquitectura civil preciosa es una pena ver el estado en el que se encuentran sus casas y calles principales. Los locales en los que me imagino que se desarrollaba la vida principal del pueblo hace unos años, están todos cerrados con carteles de se vende y se alquila. Muchas de las casas están al borde del colapso.
Me da la sensación que este pueblo llegó a su esplendor gracias a la industria textil y tras el desplome de ésta durante el siglo XX habrá sufrido una tremenda despoblación y crisis por lo que el abandono ha llegado hasta las calles más bonitas de la ciudad.
Me encantaría haber descubierto el por qué de tantas paredes con tejas y uralitas, imagino que será para aislar las paredes de la lluvia aunque siempre era la pared sur la que se tapaba, en fin, si alguien sabe la respuesta que me lo diga, que me encantan estas curiosidades que hacen únicos a los pueblos.
Ojalá este pueblo vuelva a brillar con la riqueza que un día tuvo porque es una pena que casas y monumentos tan admirables caigan en el olvido.
Sin más, al día siguiente terminamos nuestro viaje llegando a Sevilla.
Espero que os haya gustado el diario y que os sirva de ayuda e inspiración para seguir recorriendo el mundo y nuestro país que tiene multitud de lugares maravillosos por descubrir.
Hasta la próxima!