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HERCEG NOVI Y PERAST
HERCEG NOVI Y PERAST

Kotor por la mañana
Miércoles, 23 de Octubre, 2019
Yo soy poco dormilón y a las 8 de la mañana ya estaba en la terraza del pub-restaurante situado frente a la Catedral de San Trifón desayunando y, como había poca gente, charlando con el camarero. Le conté que soy español
- ¿De dónde eres? ¿De Madrid? ¿Barcelona?
- De Bilbao
- ¿De Bilbao… Athletic de Bilbao ?
- El mismo… -( La Geografía Balompédica… esa gran disciplina…)- ¿Y tú?
- Yo no soy montenegrino… Soy de Macedonia del Norte.
Ya me parecía a mí que era muy simpático. Los macedonios son de lo mejor del mundo.
- He estado en Macedonia del Norte –le dije-
- ¿Sí? ¿Dónde? Me imagino que en Skopje o en Ohrid.
- En Skopje, en Ohrid y en Prilep
- ¿De verdad? ¡¡Yo soy de Prilep!!
Se le alegró la cara y todo. No mucha gente va a Macedonia. Le pregunté cómo andaba todo aquello y mencioné algunos sitios que había estado por la zona. Me dijo que iba allá con menos frecuencia de lo que le gustaría. Cambié de tema de conversación al ver que las primeras hordas de turistas con sus guías comenzaban a llenar la plaza.
- Toda esta gente… ¡Y tan temprano…! ¿Vienen del crucero? –le pregunté-
- Sí, del crucero… No veas cómo se pone esto con los cruceros. Ayer vino uno de los más grandes.
- ¿Cuántos cruceros vienen cada día?
Sacó su móvil para hacer una consulta y me respondió:
- Hoy tenemos ya aquí al “Marenostrum Brutalis”, luego viene el “Diplodocus Adriáticus” y por la tarde el “Marina D´Or Mastodontic”, así que hoy vamos a tener un día movidito.
- ¡Qué barbaridad! -respondí. Le pagué los 5.80 € del desayuno y me marché.
Este día lo iba a hacer todo por mi cuenta por medio de transporte público. Me fui a la estación de autobuses y cogí uno a Herceg Novi que está situado al otro de la bahía, muy cerca de la frontera con Croacia. Me costó 4 € y en 40 minutos ya estaba ahí.
Herceg Novi
La estación de autobuses está en la parte alta de la ciudad. Desde ahí comienzas a bajar y al cabo de 5 minutos estás en la plaza Trg Nikole Durkovika junto a la muralla. De un extremo de esta plaza sale la calle principal Njegoseva. La tomé y recorrí hasta llegar a un cruce donde había una estatua de un curioso personaje:

Es una estatua de bronce y en seguida te das cuenta de que se trata de algún personaje poco común. El individuo se llamaba Rudy Karujic. Evidentemente está hecha a tamaño natural: Es un tipo pequeño que mediría 1,60 aproximadamente. Rudy fue el único deshollinador que Herceg Novi ha tenido. Siempre caminaba de un lado para otro cargado con sus herramientas y se las daba de importante. Una característica suya era la de aparentar siempre que estaba ocupadísimo por la gran cantidad de trabajo que tenía. Si le llamabas para que limpiase tu chimenea o para alguna otra tarea, consultaba su agenda con cara de confusión y te decía que hasta dentro de dos meses no iba a ser posible. Fue una auténtica fuente de anécdotas y leyendas urbanas. Era tartamudo y mujeriego y le gustaba cantar. Muchos en Herceg Novi le recuerdan cantando serenatas bajo la ventana a alguna moza del pueblo. Durante toda su vida soñó con emigrar a Belgrado, sin llegar a hacerlo. No se sabe la fecha exacta de su muerte pues desapareció un día en la década de los años noventa y no se supo más de él. Cometió un pecado de juventud: A la edad de 17 años, cuando la invasión de los fascistas italianos apoyó a éstos pero el gobierno local hizo la vista gorda y decidió erigir esta estatua con una placa que dice: “En recuerdo a los excéntricos del pueblo”
Al ver que llegaba un cruce y que me alejaba del centro, decidí volver sobre mis pasos hacia la plaza donde estaba la muralla, atravesándola y llegando a otra plaza: Trg Herceg Stjepana (plaza Belavista para los amigos y vecinos del lugar), donde se encuentra la Iglesia del Arcángel San Miguel, construída en la segunda mitad del siglo XIX. Llama más la atención por fuera que por dentro.

Herceg Novi: Iglesia de San Miguel en la Plaza Belavista
Desde ahí tenía dos opciones: ir hacia arriba o ir hacia abajo. No existía la opción de caminar por el llano porque Herceg Novi es todo cuestas debido a que está situado en la falda de una empinada colina que cae en el mar. Decidí ir hacia arriba para visitar el Castillo. Pasé por un pequeño jardincillo donde está el busto del escritor Simo Matavulj, subí una importante cantidad de escalones hasta llegar a Kanli-Kula, una fortificación. Ahí estaba en la entrada, muy diligente con su caja registradora, un chico que interrumpio la lectura del libro que tenía para saludarme:
- Zdravo! 2 €
- Hvala –contesté, mientras pagaba
- Enjoy your visit !
- I will.
Kanli-Kula se trata de una fortificación amurallada con magníficas vistas a Herceg Novi y la bahía. No tiene habitaciones ni nada especial. En el centro había filas de asientos. Evidentemente el espacio se utiliza para conciertos.

a) Simo Matavulj (1852-1908), nacido en Sibenik (Croacia) paso 8 años de su juventud en Herceg Novi. En la rebelión de Herzegovina entabló amistad con quien posteriormente fue el rey Pedro I de Serbia. Matavulj fue un maestro del relato corto, especialmente describiendo la vida rural de Montenegro, muchas veces en clave de humor. Su obra más destacada es Pilipenda y Povareta.
b) Callejón amarillo de Herceg Novi
c) Vista de Herceg Novi
d) Kanli-Kula
Una vez visitada la fortificación, comencé a bajar escaleras. Llegué de nuevo a la Plaza Belavista, donde me desvié un poco para seguir bajando entre por una estrecha calle hasta llegar a la iglesia de San Jerónimo, que estaba cerrada. Está situada en medio de una plaza que tiene un mirador desde donde admiré las vistas a la bahía acompañado por la música de un torpe y desafinado violín tocado por algún estudiante del conservatorio de música que se encuentra también aquí. Las vistas son similares a las que hay en Kanli-Kula, pero desde más abajo y más cerca del mar.
Seguí caminando calle abajo. Pasé por delante de los bustos de Marko Car (1859-1953), escritor y activista nacido en Herceg Novi y de Marko Vojnovic (1732-1807), Admirante de la Armada Imperial rusa, también nacido en Herceg Novi y que llevó a cabo expediciones en el Mediterráneo, en el Mar Caspio y en el Mar Negro, donde fundó una flota.
Continué calle abajo pasando por un par de restaurantes y cervecerías y llegue a una plaza situada junto al mar y la playa en la que hay una inmensa estatua de unos 7 u 8 metros de altura de Stjepan Tvrko I, rey de Bosnia entre 1377 y 1391 y fundador de la ciudad de Herceg Novi. En la pequeña playa que hay al lado había gente bañándose pues, por increíble que parezca a finales de Octubre, estábamos a 30ºC de temperatura. A partir de ahí comencé a caminar por Setaliste pet Danica, que es en realidad un paseo marítimo peatonal que bordea la costa, pero el sol daba de pleno y con el calor que hacía decidí que ya era hora de coger un autobús para ir a mi siguiente destino, así que pedí direcciones en la oficina de Turismo que hay en el paseo para ir a la estacion de buses. Me dijeron que lo único que tenía que hacer era subir las muchas escaleras que comenzaban justo al lado de la oficina, atravesar un parque para luego seguir subiendo escaleras hasta la estación.
Escaleras, escaleras, escaleras. El premio Nobel Ivo Andric, que vivió en ésta ciudad definió Herceg Novi como “la ciudad del verde perpetuo, sol y escaleras” y ciertamente es así.

Por suerte en el parque hay una fuente de agua potable donde rellenar la botella y seguir subiendo. Al cabo de unos 15 minutos ya estaba en la estación. No tuve que esperar mucho para coger el bus que me llevase a Perast.
- Perast –
Llegué a Perast al cabo de 20 minutos en el autobús de línea que bordea la bahía y que cuesta 2 €. Me dejó en la bifurcación que hay en la entrada del pueblo. La carretera general va por arriba y yo sólo tenía que bajar caminando junto al mar ¿Las vistas? Formidables. No te cansas de mirar la bahía, el pueblo y las dos islitas del centro. A cada segundo los colores, la cambiante luz o la niebla o lo que sea le dan un aspecto distinto.

Perast: Nuestra Señora de las Rocas

Ví en la plaza que había bustos que retratan a tres personalidades de Perast: Matija Zmajevic (1680-1735), que emigró a Rusia donde llegó a ser Almirante de la flota del Báltico, Marko Martinovic (1663-1716), marinero, matemático y poeta. Fundó una escuela naval en Perast y escribió un tratado de construcción de barcos. El otro retrato es de Tripo Kokolja (1661-1713) pintor de los lienzos que decoran el interior de la iglesia de Nuestra Señora de las Rocas.
Recorrí el pueblo buscando un lugar donde comer. Los únicos sitios disponibles eran restaurantes-trampa de turistas. El pueblo de Perast no tiene mucho donde elegir. Al final me incliné por uno –llamado Admiral- que ví que servían lubina a un precio –aparentemente- muy barato. Me la sirvieron muy bien: me la cortaron y deshuesaron delante de mí ahí en la terraza del restaurante. Muy buena… Pero el precio al final no era tan barato como anunciaban. Pregunté la razón y bueno me vinieron con nosequé excusas difíciles de entender porque su inglés no era muy allá. Me cobraron 22 € por la lubina y una cerveza Niksicko para hacer frente al calor que hacía. Eso sí: las vistas a las dos islas y la bahía son fantásticas.
Después de comer me fui al muelle y por 10 € ida y vuelta me fui a la isla de Nuestra Señora de las Rocas. Se pasan un par de pueblos con el precio porque el trayecto en bote es de apenas 5 minutos. Llegamos a la isla: Eran las 4.30 y la iglesia ya estaba cerrada, así que no pude admirar los cuadros de Tripo Kokolja. Junto a la iglesia hay una mesa de piedra soportada por dos titanes. En la isla hay también un faro, un busto del poeta Frano Alfirevic (1903-1956) y poco más.


El barquero fue a recoger a alguien más a Perast y, una vez llegado de nuevo a la isla, me llevó a mí de regreso al continente. Comenzaba a caer la tarde. Me dí un paseo por el pueblo. Tiene nada menos que 16 iglesias, todas ellas cerradas esa tarde, muchas escaleras, algunos palacetes venecianos y unos cuantos restaurantes, todos ellos para la turistada. Tuvo en el pasado vocación marinera. En el presente tiene vocación de postureo: Un bonito pueblo de postal que vive del turismo.

Perast, visto desde Santa María de las Rocas

Eran las 6.30 de la tarde y ya era de noche, así que me fui a la parada de bus que hay a la salida del pueblo y, tras esperar unos 20 minutos, cogí uno que me dejó en el puerto de Kotor, delante de la muralla. Al ver ésta sobre la montaña, toda iluminada, se me ocurrió la Gran Absurda Idea de Kotor: Dar un paseo nocturno por la muralla y admirar las vistas de Kotor y la bahía de noche. Bueno, pues ésta idea de “Kotor la-Nuit” se convirtió en “Kotor-Chapuze” porque la muralla está iluminada pero no el camino de subida a la fortificación: De hecho se trata de un camino medieval de piedra muy irregular que sube por la montaña y que no está iluminado: No hay ni una sola farola despistada. Al cabo de cinco minutos subiendo me dí cuenta de que corría el riesgo de descalabrarme y me dí la vuelta para regresar al pueblo.
Decidí entonces ir a la oficina de 360 Monte (que es en realidad el hostel del mismo nombre) y tras pagar 49 € reservé la excursión del día siguiente. Finalmente, como ya estaba cansado, me fui al fast food de debajo de mi pensión, propiedad de mi anfitrión y cené una Pljeskavica, que es el plato serbio por antonomasia también muy popular en Montenegro: es fundamentalmente una hamburguesa de una mezcla de carne picada de cerdo y cordero, cebolla y acompañado de algo de ensalada y patatas. Y me fui a dormir que mañana me esperaba otro madrugón.

Perast la Nuit: Hora azul