Empezamos la mañana esperando nuestro transporte, que resulta ser algo parecido a un tuc tuc de países asiáticos. Lo hemos contratado de antemano para que nos lleven al punto de inicio de la ruta drl Paratge de Tudela.
Yo creo que se trata de uno de los puntos más curiosos del Parque Natural de Cap de Creus. En los últimos años ha cambiado radicalmente. Algunos paneles explicativos que encontramos al inicio nos muestran fotografías de un complejo turístico de los años 60 que afeaba el entorno y que por suerte ha desaparecido. No hace falta recordar que para preservar el lugar como lo vemos ahora debemos ser respetuosos y cumplir las normas, no arrancar flores ni plantitas, no tocar las rocas, no salirnos de los caminos, etc.

La gracia de este paraje es recorrer los caminos señalizados y ver lo que la erosión ha hecho con las rocas. Con algo de imaginación veremos un conejo, un águila y hasta un tigre.

Este lugar servía de inspiración a Dalí. Y de hecho unas palabras suyas nos sirven de advertencia:
«Esta parte comprendida entre el Camello y el Águila que tú conoces y amas tanto como yo mismo, es y debe seguir para siempre siendo geología pura, sin nada que pueda mixtificarlo; hago cuestión de principio. Es un paraje mitológico que está hecho para dioses más que para hombres y hace falta que continúe tal como está «.

La Roca Cavallera, de hecho, inspiró a Salvador Dalí para pintar su obra El Gran Masturbador (uno de sus cuadros más famosos, que actualmente se encuentra en el Museo Reina Sofía de Madrid).

Encontrar el camino hasta la carretera sin deshacer lo andado nos cuesta un poco. Pero lo logramos.
El Cap de Creus es el punto más oriental de la Península ibérica, situado al norte del golfo de Roses. Es un promontorio abrupto y rocoso de 672 metros de altitud que se alza sobre el mar Mediterráneo. En el extremo oriental del cabo, a 87 metros de altitud, encontramos un famoso faro del siglo XIX. Todos los alrededores, insisto, son Parque Natural. Ah, acostumbra a hacer viento. Mucho viento. Es la famosa tramuntana. Cuidado, pues. No os pongáis al borde de los acantilados porque podéis perder el equilibrio.

El Cap de Creus es visita obligada si estás por la zona.
Para regresar a Cadaquès vamos andando. Y lo haremos por el llamado Camí antic que nos lleva a Portlligat. Son algo más de 7 kilómetros. Aprovechamos para comer un bocadillo que llevamos en la mochila a medio camino. El camino está bien indicado.
