Hoy madrugamos, lo que se dice madrugar. A las 7:30 ya estamos desayunando en el Caffe degli Innoccenti, porque tenemos visita reservada para visitar la Galleria dell’Accademia a las 9:00 y, antes, tenemos que canjear la reserva por la entrada oficial. Al igual que en Galleria degli Ufizzi nosotros llevábamos las entradas reservadas en Florence-Museum. A pesar de esto, entrar en el museo se hace pesado por toda la seguridad que hay que pasar. Evidentemente, aquí tampoco se pueden hacer fotografías.
Pasado el vestíbulo se extiende la Galleria del David, donde la imponente estatua de Miguel Ángel dispone de su propio espacio abovedado. Es verdad es que esta escultura es archiconocida, que ya hemos visto varias réplicas, pero al estar ante ella, de nuevo vuelvo a sentir ese cosquilleo que se siente cuando estás ante maravillas como ésta o como el Parthenon de Atenas.
Representa a un muchacho guerrero, alerta, preparado para la batalla y al mismo tiempo tranquilo y convencido de la victoria. Hay que destacar que Miguel Ángel la esculpió en un solo bloque de mármol de más de 5 metros de alto. Además, este bloque había sido considerado como defectuoso para su uso artístico y había sido rechazado por otros autores. Mucha gente dice que es desproporcionada, que la mano es demasiado grande, al igual que la cabeza... Yo creo que es lo que Miguel Ángel quería resaltar, la fuerza de su mano, las venas de sus vigorosos brazos, los músculos de las piernas, el cambio de expresión al mirarlo desde otros ángulos... para mí es impresionante. Es muy difícil olvidar la profundidad y fuerza de su mirada.
Pero además del David, destacan otras obras de Miguel Ángel como San Mateo o los 4 Esclavos o Prisioneros. Éstos últimos debían formar parte de la tumba del Papa Julio II en Roma. Pero la tumba nunca se acabó. Cuando se ven estas esculturas inacabadas se comprende la idea que tenía Miguel Ángel de que él únicamente liberaba las figuras que estaban prisioneras en un bloque de piedra...
Estas no son las únicas obras, pero todas las demás quedan un poco eclipsadas a su lado. También encontramos una réplica en escayola del Rapto de las sabinas que hay en la Piazza della Signoria, o el Cassone Adimari, un cofre de boda del siglo XV pintado con una vista parcial de Florencia durante una fiesta medieval. También encontramos unos paneles de Taddeo Gaddi procedentes de la iglesia de la Santa Croce...
Al salir, queremos volver a Oltrarno. Nos dirigimos a Via Camillo Cavour. El primer día habíamos visto Eataly, un espacio gastronómico, que queríamos ver: es una tienda, restaurante... Un día vendremos a comer aquí.
Atravesamos el río Arno. De visitar Santo Spiritu nos olvidamos, porque los miércoles está cerrado. Queda pendiente para el regreso.
Callejeamos hasta llegar a la Piazza del Carmine. Aquí hay una iglesia sin fachada: es la Iglesia de Santa Maria del Carmine. La construcción de la iglesia original se inició en el año 1268, los trabajos duraron hasta 1476. En 1771 sufrió un incendio que la destruyó casi en su totalidad. Se conservaron la sacristía y tres capillas, entre ellas, una de las joyas del Renacimiento: la capilla Brancacci decorada con frescos de Masolino, Masaccio y Filippino Lippi, dedicados a la vida de San Pedro. La decoración de la reconstrucción se realizo en estilo barroco.



Pero bueno, sin desmerecer a la iglesia, lo que nos ha traído hasta aquí es la Capilla Brancacci. Felice Brancacci era un mercader que encargó, en 1424, que se decorara esta capilla con unos frescos que narraran La vida de San Pedro. La decoración fue iniciada por Masolino, si bien algunos episodios fueron finalizados por su discípulo Masaccio, que no vio completada su obra antes de morir. Filipino Lippi fue el encargado de terminarlos.


A la derecha de la capilla se encuentran los frescos de Masolino, mientras que en el lado izquierdo se encuentran los episodios realizados por Masaccio. La obra más famosa de todo el conjunto es Adán y Eva Expulsados del Paraíso de Masaccio (en el arco de entrada, en el extremo izquierdo superior, mirando a los frescos). El rostro de Eva tiene una gran expresividad, con un grito de dolor, mientras que Adán se tapa la cara con las manos. En la pared de enfrente hay una representación de Adán y Eva realizada por Masolino, mucho más estática. La evolución de la pintura es clara.

Los demás paneles del conjunto narran episodios de la vida de San Pedro (en todas las escenas aparece con un manto naranja). Hay que empezar a mirar las pinturas por el lado izquierdo. Y precisamente son los dos paneles de la izquierda los que más me gustan. El panel superior, también es obra de Masaccio. Es el Pago del Tributo y en un solo fresco, explica tres historias. En el Centro aparece Cristo a las puertas de Cafarnaum al serle exigido el pago del tributo para la ciudad (la última figura a la derecha del grupo puede ser un autorretrato de Masaccio). A la izquierda, San Pedro saca monedas de la boca del pez para pagar el tributo (Jesús en la escena central indica dónde se puede encontrar el dinero) y en la escena de la derecha San Pedro pone el dinero en manos de un funcionario.


En Resurrección del hijo de Teófilo y San Pedro en la cátedra, Masaccio trata el episodio en el que San Pedro resucita al hijo del prefecto de Antioquía. A cambio, los agradecidos ciudadanos, construyen un trono desde el que el santo pueda predicar (escena representada a la derecha). Se cree que los personajes de la puerta de la derecha son Masaccio, Brunelleschi y Leon Battista Alberti.


Por cierto, si podéis apuntaros a una visita guiada, os lo recomiendo. También os diría que llegaseis pronto para poder disfrutar de la capilla. Nosotros llegamos un poco tarde y estaba lleno de gente. Según la página web, se tiene que reservar la hora de la visita por teléfono, pero en la oficina de turismo nos dijeron que no hacía falta.
Atravesamos el río por el Ponte Santa Trinita. Llevamos varios días aquí y todavía no nos hemos hecho ninguna foto con el Ponte Vecchio. Cuando nos estamos haciendo un selfie, otro turista muy amable se ofrece para hacernos una fotografía juntos: es el doble de Cocodrilo Dundee. ¡Da gusto encontrarse con buenas personas que quieren ayudarte! Si además supiesen hacer fotografías sería la leche. De las tres fotos que nos hizo, solo una no está movida, pero tomada tan de cerca que apenas se ve el Ponte. Por suerte tenemos el selfie.
Nuestro siguiente destino es el Museo Nazionale del Bargello y ya podemos espabilar, porque solo abre por la mañana, y aunque tenemos tiempo más que suficiente, en él hay mucho que ver. Cuando llegamos hay un poco de cola, pero enseguida entramos. Está en un edificio medieval que era el Palazzo del Podestà, sede del alto magistrado de la ciudad, representante de las libertades adquiridas por el pueblo contra el despotismo imperial. En 1574, cuando los Médicis abolieron dicho cargo, cedieron el edificio al bargello o Jefe de Policía.

Se accede a un patio que tiene una la escalera exterior que conduce al piso superior. En los muros están los blasones de los magistrados de la ciudad. En el centro hay unos pozos junto a los que tenían lugar los suplicios. También está expuesto el cañón de San Pablo que tiene la cabeza del apóstol en la culata.


De la planta baja se exponen varias obras de Miguel Angel como un Apolo (o David) inacabado., un busto de Bruto, el grupo de Baco borracho con un sátiro joven, un Medallón de la Virgen mostrando al Niño, con el pequeño San Juan. De Benvenuto Cellini, orfebre, escultor y aventurero, también se exponen algunas obras como el Narciso, Perseo...



En el primer piso, se ven esculturas de Juan de Bolonia, como el Mercurio Alado.

En la Sala del Consejo General, se encuentran reunidas obras de Donatello, como el San Jorge de mármol, que estaba en Orsanmichele. El Marzocco, león heráldico de piedra que simbolizaba el pueblo florentino, en otros tiempos situado delante del Palazzo Vecchio. El David adolescente, de bronce, realizado para Cosme de Médicis y que fue el primer desnudo individual representado desde la era clásica. También hay una escultura de Attis, es una especie de Cupido arrogante.




En la misma sala hay obras de Luca della Robbia. Destacan los dos paneles de bronce en el que se representa el Sacrificio de Abraham de Ghiberti y Brunelleschi, para el concurso de las puertas del Baptisterio. Ambos resultaron vencedores en el concurso de 1401, pero fue a Ghiberti a quien se encargó su realización, simplemente porque resultaba más barato su ejecución.


Estamos en una de esas horas en las que es pronto para comer, pero tarde para iniciar otra visita, ya que acabaríamos comiendo demasiado tarde, o, directamente no encontraríamos lugar para hacerlo. Como estamos al lado de Osteria de' Peccatori y tuvimos una buena experiencia, nos decidimos por comer primero y luego encaminarnos hacia la Santa Croce.
La Iglesia de Santa Croce es la iglesia franciscana más grande del mundo. Las obras se iniciaron hacia 1294, y se quería competir con Santa Maria Novella, entonces en construcción, que era la iglesia madre de los dominicos. La fachada no es original, sino que fue añadida en el siglo XIX, con un estilo que imita al gótico.

A pesar de que los franciscanos tienen votos de pobreza, esto no se muestra en esta iglesia. Recibieron gran cantidad de las donaciones realizadas por los prósperos habitantes de la ciudad, como algunos banqueros, que consideraban que estas donaciones les liberaban del pecado de la usura.
Cuando ingresamos en la iglesia, frente al primer pilar de la derecha, está el Monumento a Miguel Ángel, obra de Vasari. Se encuentra aquí por expreso deseo del artista, ya que se dice que lo primero que quería ver cuando saliera de la tumba el Día del Juicio final era la cúpula de la catedral de Florencia.

A continuación, está el cenotafio de Dante, que no la tumba, ya que está enterrado en Rávena, donde murió en el exilio. También está la tumba de Maquiavelo, realizada dos siglos después de su muerte solo destaca por la inscripción “Ningún epitafio iguala a tan gran nombre”. Detrás, se encuentra un relieve de piedra dorada de la Anunciación de Donatello, que tiene gran delicadeza.

En los muros hay restos de frescos. Giotto es el autor de las pinturas de la Cappella Bardi y la Cappella Peruzzi, situadas en la nave principal, a la derecha del altar mayor. Se representan escenas de las vidas de San Juan Bautista y san Juan Evangelista, en la Capppella Peruzzi, y paisajes de la vida de san Francisco en la Cappella Bardi, entre los que destaca Muerte de San Francisco.
A la derecha de la Santa Croce se encuentra la Capella Dei Pazzi. El arquitecto es Brunelleschi y fue diseñada como sala capitular y mausoleo de la familia Pazzi. Es uno de los edificios que más estudié en la facultad, ya que es una muestra de cómo Brunelleschi diseñaba sus edificios con un patrón matemático. En esta capilla se utiliza la misma combinación cromática que en la Sacristía Vieja, el blanco de los muros y el gris azulado de la piedra serena de los elementos arquitectónicos. Luca della Robbia fue el autor del tondo de San Andrés, situado sobre la puerta principal y del revestimiento coloreado de la cúpula del pórtico y de la guirnalda de grutas que rodea el escudo de armas de los Pazzi. También de los cuatro tontos que representan a los cuatro Evangelistas que hay en la cúpula y de los 12 tondos de los apóstoles que se encuentran en las paredes.
Es una pena el estado en que se encuentra, con algunas paredes desconchadas... Esperemos que pronto se pueda poner solución.
Volvemos hacia la Piazza del Duomo. Aunque todavía tenemos casi dos horas por delante para subir a la cúpula, antes de que caduque el tiquet combinado. Cuando vemos la cola que hay, lo desestimamos. Los dos ya hemos subido en visitas anteriores y preferimos hacer otras cosas.
Nos queda pendiente Santa María Novela y algún que otro palacio, pero preferimos visitarla la semana próxima, cuando regresemos de Siena, ya que nuestro hotel estará justo al lado.
Habíamos leído que Fiesole, que está a unos 30 minutos de Florencia en autobús, recibe el nombre del Balcón de Florencia, por las vistas que se ven desde allí. Pues ni que decir tiene que allí nos vamos.
Hay que comentar que, el autobús núm. 7 sale desde la estación de autobuses que hay junto a la de ferrocarril. El paisaje es interesante, pero el trayecto corto. En 30 minutos estás en la Piazza Mino da Fiesole, donde, nada más bajar del autobús, hay una terraza con unas buenas vistas, nada espectaculares, solo buenas.
En la misma plaza está la catedral de San Rómulo, pero está cerrada, así que nos conformamos con disfrutar de su campanario, que tanto recuerda las torres de los palacios medievales, como el Palazzo Vecchio de Florencia.

Siguiendo por la calle donde se encuentra el ábside de la Catedral se llega al Museo de Fiesole, con piezas de la edad de bronce en adelante: monedas, joyas, cerámica y esculturas de mármol. Desde aquí se accede al Teatro Romano, los restos de las termas, del templo etrusco... Junto con la entrada, te entregan una tablet para ir haciendo la visita guiada.


Desde la Catedral, parte la Via San Francesco que conduce hasta el Convento del mismo nombre y al Parco della Rimembranza. Desde allí hay una vista panorámica de Florencia.


Mientras hacemos tiempo para que llegue el autobús que nos devuelva a Florencia, damos un paseo por la Piazza y nos tomamos un coppetta de gelatto (nada que ver con los que nos hemos tomado en días anteriores, la verdad).
Es una visita interesante si se cuenta con tres horas libres y decides ver algo distinto, pero para programar una visita...