Como Roma es la puerta de entrada a Italia desde esta parte del mundo, a pesar que las dos ya habíamos ido en tour, decidimos hacer base ahí unos días para visitar lugares a los que no nos habían llevado y recorrer como y cuanto quisiéramos los lugares a donde ya habíamos estado en anterior oportunidad.
El hotel de Roma se llama Cecil, muy bien ubicado al costado de la parte alta de la escalinata de Plaza España. Del hotel, aparte de la ubicación lo que recuerdo es que en la recepción atendían un muchacho jovencito y una señora mayor de figura generosa que tenía al muchachito a grito pelado, lo que nos hacía mucha gracia. El joven además nos dio la anécdota de Roma.
La primer noche le preguntamos si por la zona nos recomendaba algún restaurante para cenar, y nos mandó a uno a la vuelta del hotel que resultó ser un restaurante gourmet, o sea lindo, poco y caro. Esa noche pedimos risotto y nos trajeron un plato enorme….con un cilindro de arroz del tamaño de una cucharita de postre con una hojita de perejil de adorno, el precio lógicamente correspondía a lo que se cobra en Europa por un plato lleno de risotto. Esa es solo parte de la anécdota, porque 2 cabezonas como nosotras insisten y van todas las noches a comer al mismo lugar a ver si el resto del menú es normal. Otra noche vimos en el menú Pez espada, yo nunca lo había comido y Amalia me dijo es riquísimo, pidámoslo, y así fue, nos trajeron un plato enorme….. con 2 tiras de pez espada que parecían cortadas con máquina de cortar fiambre, y nos cobraron por un pez espada. En esa época todavía se nos veía la cara de turistas.
Roma es una capital que algunos dicen que no les fascina, yo me enamore de Roma la primera vez que fui en tour antes del 2000, Italia en general me hace sentir en casa, los argentinos somos tannnn parecidos¡¡¡.
Ya dije que estábamos parando pegadas a Plaza de España, así que empezamos por ahí que termina en la Fuente de la Barcaza llamada así porque esa es su forma, siempre llena de gente

Ahí empieza la calle Via del Condotti, una calle comercial, peatonal, muy bonita y sobre la que esta uno de los cafés ilustres de Roma “Greco” hermoso, con separaciones como si fuera las distintas habitaciones de una casa antigua, que eso debe ser en realidad, y con cuadros de fotos de los personajes ilustres que la visitaron por todas las paredes, como verán siempre vamos detrás de cafés hermosos, (Como los turistas que vienen a Buenos Aires y van a conocer el Café Tortonni) En todos los lugares pedimos capuchino porque el café, como lo preparan en Europa es fuertísimo para nuestro gusto y el americano lo sentimos como agua coloreada.
Recorrimos varias iglesias a las que no nos habían llevado en el tour años atrás, y yo tenía la sangre en el ojo. La Iglesia San Pedro in Vincoli, donde está la famosa estatua del Moisés de Miguel Ángel, increíble.

La Iglesia Santa Maria de Cosmedin donde esta “la boca de la verita” que se hizo famosa por una película de Hollywood cuyos protagonistas son Gregory Peck y Audrey Hepburn, es una escultura en la pared exterior de la iglesia hoy con rejas para impedir que los turistas entren en tropel, dejan entrar de a dos, por lo tanto la fila, al menos cuando fuimos era más larga que la de supermercado en cuarentena, por supuesto no estábamos dispuestas a hacer esa cola para hacer la turisteada de meter la mano en la boca y disparar una foto, así que metí la cámara por entre las rejas y saque una foto en el momento justo entre el que saco la mano y el siguiente antes que la meta, y listo. Miren, tan mal no salió.

La Iglesia Basílica Santa María Maggiore, imponente, con un baldaquino muy parecido al del mismísimo Vaticano, hermosa, vale la pena la caminata

Hicimos también sin detenernos mucho las visitas a La Fontana de Trevi, El Monumento a Vittorio Emanuelle (la máquina de escribir), el Coliseo y el Foro romano por fuera, la Plaza Navona, El panteon y el Campo di Fuori.
La mayor parte de este recorrido lo hicimos un día de frio y lluvia pero en compensación nos permitió ver la maravilla arquitectónica que es el Panteón que filtra el agua que cae de la lluvia en los agujeros del piso sobre cielo abierto sin que se moje en absoluto nada del resto del piso detrás de los cordones de seguridad que ponen. Si se fijan en la foto siguiente se nota que hay agua en el centro pero no donde está parada la gente.

También estuvimos en el Trastevere. En este último lugar creo que fue donde estuve todavía un poco dolorida del pie, igual nos caminamos todo Roma.
Quien va a Roma y no va al Vaticano?? Por supuesto nosotras también fuimos, en metro, de ese paseo tenemos una anécdota, dos en realidad, una es que casi pierdo a Amalia porque una señora robusta con un nene robusto en brazos siguió caminando como si mi amiga fuera transparente y la hizo caer de cabeza al suelo, el golpazo que se dió¡¡¡¡ y la segunda es que lo que queríamos ver, que era a Bergoglio elegido Papa (primer Papa argentino) hacía poco, no lo pudimos ver porque había tanta gente que no se podía llegar a la plaza, lo vimos de lejos en unas pantallas gigantes que había. A la tarde volvimos para entrar en la Basílica, eternamente bellísima.
De todas las fotos que podría haber elegido para ilustrar El Vaticano me decidí, a pesar de los reflejos de las cámaras, por la estatua de La Piedad de Miguel Ángel que es perfecta.
