Entre los restos arqueológicos de una villa romana de los siglos III al V d.C., descubierta en los años ochenta del pasado siglo en la población de Noheda (pedanía del municipio de Villar de Domingo García), a solo 18 kilómetros al norte de la ciudad de Cuenca, en 2005 se localizó uno de los mosaicos figurativos más grandes y espectaculares del Imperio, perteneciente a una lujosa mansión del siglo IV.
Situación de la Villa de Noheda en el mapa peninsular e itinerario por carretera desde Madrid según Google Maps.
Como gran amante que soy de los mosaicos antiguos, en cuanto supe la noticia de su apertura al público tras varios años de trabajos de restauración y acondicionamiento, apunté la visita a ese lugar en mi lista prioritaria de deseos. Sin embargo, pese no nos pilla demasiado lejos de casa y vamos con cierta frecuencia a la provincia de Cuenca, al final tuvimos que esperar más de lo que me hubiese gustado, en un principio porque no nos coincidieron los días ni los horarios y luego por el cierre obligado por la pandemia. Así que tras el estado de alarma consulté en su página web casi a diario hasta que me enteré de que volvía a abrir, si bien con las restricciones impuestas por la pandemia.
Exterior del yacimiento.
La reapertura se produjo el pasado 18 de junio y es necesario efectuar reserva previa por internet en la siguiente dirección: ventaenlinea.castillalamancha.es/ ...entonoheda
Todas las visitas son guiadas y, anteriormente, la entrada general costaba 3 euros, pero desde la reapertura y hasta el 31 de diciembre de 2020 es gratuita. Los pases duran una hora y los horarios son los siguientes en verano. Seguramente varían a lo largo del año, pero no hay problema en ir y que no esté abierto por la necesidad de hacer reserva anticipada.
Jueves y domingos: 10:30 a 13:30. Viernes, sábados y festivos: 10:30 a 13:30 y 17:00 a 20:00.
Los lunes, martes y miércoles está cerrado.
Los lunes, martes y miércoles está cerrado.
Dado que la noche anterior habíamos dormido en el Parador de Cuenca, reservamos para las 11:30. Hay que prestar atención porque la entrada no está bien señalizada y también nos despistó Google Maps, de modo que vimos el cobertizo del yacimiento cuando ya nos habíamos pasado la única entrada, que es la que conduce al pueblo, donde ya sí que existen indicadores. En fin, nada que no pudiésemos solucionar dando la vuelta. Menos mal que fuimos con tiempo suficiente. Si se utiliza navegador, lo mejor es poner "Noheda", en lugar de "Villa romana de Noheda".
Captura de Google Maps con la entrada que hay que tomar llegando a Noheda, desde la N-220. Luego se aprecia claramente la pista que lleva al yacimiento.
Como todavía faltaba más de un cuarto de hora, antes de entrar dimos un pequeño paseo por los alrededores. Ya había varios coches esperando a que saliesen los visitantes del turno anterior al nuestro. Hay que mostrar las entradas a un vigilante, que se pueden llevar impresas o en el teléfono móvil. Creo recordar que éramos un grupo de 15 personas (máximo por entonces, no sé si ahora lo habrán reducido). Después de las indicaciones pertinentes por parte de la guía y del gel desinfectante en las manos, fuimos hasta la instalación cubierta donde se ubica la villa que alberga el gran mosaico.
Interior de la villa, pasarelas y puntos de observación.
La guía nos explicó que debido a la pandemia hay algunas zonas cerradas y otras que no se pueden visitar porque aún se está realizando excavaciones, dado que lo descubierto supone una muy pequeña parte de lo que se supone que puede haber. La parte interior está acondicionada con varias pasarelas y puntos de observación, frente a los puntos más interesantes.
En este punto estaba situada yo, con la guía a la derecha.Algunos mosaicos me quedaban lejos. Si es posible, poneos en el habitáculo que está frente por frente, o en el que está de la detrás de la cabecera. Son los que tienen mejores perspectivas.
Antes de las restricciones, los grupos iban pasando por cada punto, recibían las explicaciones y pasaban al siguiente. Con las limitaciones por la covid-19, actualmente hay dibujados unos círculos con pies pintados a lo largo de las pasarelas, donde tiene que situarse cada una de las personas del grupo a fin de mantener las distancias de seguridad obligatorias mientras se escuchan los comentarios del guía o la guía, que permanece sin moverse en otro sitio durante toda la visita. En fin, medidas estrictas para que el recorrido sea seguro, lo cual está muy bien, aunque también presenta algunos inconvenientes, lógicamente.
Este es el magnífico mosaico central. La primera foto está tal como la tomé, las siguientes las he saturado un poco para que se distingan mejor las figuras.
El principal es que dado el gran tamaño del recinto (varias habitaciones que ahora forman un todo), dependiendo del lugar en que te sitúas tienes una visión cercana y más clara de una parte pero no del resto, con lo cual te enteras de poco o nada de lo referente a las partes del mosaico (conjunto de mosaicos, en realidad) más alejadas de tu posición, pues no hay que olvidar que la sala tiene una superficie de 300 metros cuadrados.
Una vez terminada la charla, tuvimos unos diez minutos para recorrer libremente todos los puntos de observación y ver más de cerca las diferentes escenas de los mosaicos y hacer fotos. Todo ello, naturalmente, manteniendo las distancias de seguridad entre las personas no convivientes
.Gracias a esa posibilidad, en las fotos que hice he podido apreciar las figuras, los colores y las escenas mucho más claramente que en directo por la luz y la facilidad para utilizar el zoom de la cámara.
Como he comentado antes, algunas las he saturado un poco para distinguir mejor las figuras porque los reflejos y las perspectivas no ayudaban demasiado.
También se contemplan otros restos de la villa (paredes, pinturas, sistema de agua, etc), cuyo propietario debió ser un personaje muy importante a juzgar por sus dimensiones y riqueza de los hallazgos.
Aunque hay quienes la definen como la Pompeya española, a mí las comparaciones me parecen odiosas y no me gusta emplear ese tipo de calificativos porque los encuentro fuera de lógica y contexto, sobre todo en arqueología, donde cada lugar es único y tiene su propia historia detrás, oculta muchas veces. En cualquier caso, la visita me resultó muy interesante y los mosaicos son realmente espectaculares. La recomiendo para todos los amantes de la cultura romana, la historia antigua y los mosaicos, claro.