Sinceramente estábamos tan centrados en los volcanes que no preparamos mucho qué playas visitar. Sabíamos que un día lo dedicaríamos a las playas del papagayo y el resto ya se vería. Además dependíamos mucho del clima, que andaba casi primaveral. En pocas horas teníamos las 4 estaciones, pero tuvimos suerte y aprovechamos bien los ratos de sol.
PLAYAS DEL PAPAGAYO
En este conjunto de playas vírgenes en el Paraje Natural de los Ajaches se encuentran muchas de las mejores calas y playas de la isla. Llegamos hasta ellas por un carril de tierra que llegado a un punto se divide en dos, un parking para la zona de la playa del papagayo y otro para la playa del Congrio. Tomamos el desvió para las del papagayo pero al llegar al parking vimos que había unos 50/60 coches mientras que en el parking de la playa del congrio sólo había 4 coches. Decidimos visitar primero la Playa del Congrio.
Al llegar a la playa nos dimos cuenta que era nudista, por eso encontramos el parking casi solitario, nos lo pensamos un poco, pero al momento estábamos en pelotas. Una maravilla esto de bañarte tan libre. Nos gustó tanto la experiencia que pasamos la tarde entre la playa del Congrio y la de Puerto Muelas, que se supone que es mixta, pero en la que seguimos al natural, como todos los allí presentes. La cala de Puerto Muelas es ideal para el snorkel, vimos un montón de especies diferentes.
PLAYA DE FAMARA
En ella disfrutamos un atardecer de fuego, además de un paseo kilométrico durante la marea baja. Es una playa infinita, de acantilados gigantes y aguas peligrosas, que crean un paraíso para los deportes de viento.
Allí pasamos la tarde, caminando mientras veíamos a los que van con las cometas pegar unos saltos increíbles en las olas. Sin duda os recomiendo ir a ver un atardecer en esta playa.
CALETÓN BLANCO
Para nosotros fue la playa sorpresa, una de esas que ves desde la ventana del coche y buscas un hueco en el arcén para dejarlo y salir corriendo hacia el mar.
Este paraíso de aguas turquesas y fina arena blanca, tiene la particularidad de desaparecer con la marea baja. Nosotros, que no teníamos ni idea de esto ni de la existencia de la playa, tuvimos la suerte de encontrarla con la marea alta a nuestro paso, de lo contrario habríamos pasado de largo.
En Lanzarote hay muchísimas otras playas, nosotros nos quedamos con muchas ganas de conocer la solitaria playa del Risco y la playa de las Canterías.
PLAYAS DEL PAPAGAYO
En este conjunto de playas vírgenes en el Paraje Natural de los Ajaches se encuentran muchas de las mejores calas y playas de la isla. Llegamos hasta ellas por un carril de tierra que llegado a un punto se divide en dos, un parking para la zona de la playa del papagayo y otro para la playa del Congrio. Tomamos el desvió para las del papagayo pero al llegar al parking vimos que había unos 50/60 coches mientras que en el parking de la playa del congrio sólo había 4 coches. Decidimos visitar primero la Playa del Congrio.
Al llegar a la playa nos dimos cuenta que era nudista, por eso encontramos el parking casi solitario, nos lo pensamos un poco, pero al momento estábamos en pelotas. Una maravilla esto de bañarte tan libre. Nos gustó tanto la experiencia que pasamos la tarde entre la playa del Congrio y la de Puerto Muelas, que se supone que es mixta, pero en la que seguimos al natural, como todos los allí presentes. La cala de Puerto Muelas es ideal para el snorkel, vimos un montón de especies diferentes.
PLAYA DE FAMARA
En ella disfrutamos un atardecer de fuego, además de un paseo kilométrico durante la marea baja. Es una playa infinita, de acantilados gigantes y aguas peligrosas, que crean un paraíso para los deportes de viento.
Allí pasamos la tarde, caminando mientras veíamos a los que van con las cometas pegar unos saltos increíbles en las olas. Sin duda os recomiendo ir a ver un atardecer en esta playa.
CALETÓN BLANCO
Para nosotros fue la playa sorpresa, una de esas que ves desde la ventana del coche y buscas un hueco en el arcén para dejarlo y salir corriendo hacia el mar.
Este paraíso de aguas turquesas y fina arena blanca, tiene la particularidad de desaparecer con la marea baja. Nosotros, que no teníamos ni idea de esto ni de la existencia de la playa, tuvimos la suerte de encontrarla con la marea alta a nuestro paso, de lo contrario habríamos pasado de largo.
En Lanzarote hay muchísimas otras playas, nosotros nos quedamos con muchas ganas de conocer la solitaria playa del Risco y la playa de las Canterías.