Madrugamos y vamos al lugar que quizá es el punto turístico más conocido de la Isla, Las montañas del Fuego, en el parque Nacional de Timanfaya. Por suerte podemos montar en el primer bus, que hace el recorrido por el Parque. Este parque solo se puede visitar en el recorrido que hace este bus y muestra una vista panorámica, acompañada de la explicación de la formación e historia de las montañas de fuego y las diferentes erupciones que dieron lugar en este lugar.
Tras el recorrido, hay una demostración en el llamado “islote de Hilario” donde se ve la temperatura que aún hay en la zona. También hay un restaurante que como peculiaridad cocinan con el calor que desprende la tierra.
Desde el parque nos dirigimos al Golfo para visitar la laguna de los Clicos, una curiosa laguna de color verde. Allí también hay unas bonitas vistas de los acantilados y la playa negra.
La siguiente parada la hacemos en “Los Hervideros”, unas formaciones en la roca originadas por la erosión. Cuando hay mar brava, el agua entra entre las rocas y parece que está hirviendo. En nuestra visita el mar no estaba muy brava, pero la visita mereció la pena porque hay unas vistas muy bellas del mar y los Acantilados.
Ponemos camino de Playa Blanca, haciendo alguna parada en los miradores que quedan a un lado de la carretera. Desde allí tenemos unas bonitas vistas del mar y los acantilados.
La última parada la realizamos el Las salinas de Janubio, que son las más extensas de la isla y a día de hoy siguen en pleno funcionamiento. Allí se pueden adquirir los productos.
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