Pues nada, con el mítico jet-lag que estoy a las 6 de la mañana despierto como unas castañuelas y toda la tropa que llevo conmigo que duerme a pierna suelta así que como soy de culo inquieto pues que me levanto y me voy a conocer todo el hotel. La verdad es que supera a todo lo que yo había pensado, es sencillamente espectacular, las zonas comunes son increíbles y los jardines están extraordinariamente cuidados.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después del gran reconocimiento del hotel, la verdad es que se hace muy rápido porque es relativamente pequeño, me dirijo a la playa y me llevo una de las grandes decepciones del viaje. La playa está llena de algas y aunque el servicio de limpieza del hotel se afana en quitarlas de la arena, el agua está llena de ellas y hace que mi recuerdo de la playa del palladium se difumine por completo.
Aquí quiero hacer un paréntesis y deciros que a lo largo de este diario compararé ciertas situaciones que viví en el palladium en el 2007 con mi experiencia en el majestic para haceros ver como es uno y otro y siempre INSISTO BAJO MI PUNTO DE VISTA.
Pues nada con mi pequeña decepción sobre la playa me dirijo a la habitación a buscar a mi gente (mi recién esposa y mis amigos, en otra habitación evidentemente ). Cuando llego, sobre las ocho de la mañana ya está todo el mundo en marcha y nos dirijimos a desayunar como el resto de los días al buffet Flavours. La verdad es que todo muy bien, no hay mucha variedad, comparado con mi anterior experiencia pero está todo muy bueno, la comida está bien preparada y lo mejor para mi las tortillas que preparaban al momento, los zumos también muy buenos, vamos que sin ningún problema para el desayuno.
Después del desayuno, nos vamos a la habitación, nos ponemos el bañador y dejo en la habitación lo que siempre hago para la chica de la limpieza, tres dólares, una cajita del maquillaje del todo a 100, y un estuche lleno de pinturas porque seguramente tendrán hijos. La limpieza de la habitación os diré que para mi gusto fue un poco escasa, sabemos que allí todo se lo toman con mucha calma pero no se me esperaba algo más de este hotel, pensé que se esmerarían un poquito más pero bueno que tampoco le di la mayor importancia porque estoy de vacaciones pero vamos ni figuritas con toallas, ni llenarnos el jacuzzy ni nada de nada y se que no tienen porque hacerlo y soy el primero que se que no debe exigirse pero sinceramente me esperaba algo más de este pedazo de hotel.
Bueno sigo que me enrollo de cuidado, nos fuimos a la playa y lo que os decía antes, pequeña decepción, por el tema de las algas y sobre todo cuando después de un rato me fui a dar un paseo hacia la zona derecha y veo que tanto las playas del bahia principe, que es el primero que te encuentras, como la del riu están en mucho mejor estado. Esto era un sábado y me agobié un poco pero después la zona cambió, a partir del martes, la playa se puso increíble, todas aquellas algas por arte de magia desaparecieron y la playa se convirtió en la que yo recordaba del palladium. Me imagino que allí el tema de corrientes de agua funcionará y por eso se puso mucho mejor la playa, así que sin ningún problema.
A media mañana me dirigí a la piscina para presentarle mis respetos a la barra húmeda, lugar en el que pasaría grandes horas de mi viaje.
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La verdad es que la piscina es de lo mejor del hotel, es inmensa y preciosa, con su jacuzzi y con su red de volley para echar unos partiditos sin problema.
En la barra húmeda conocí a César Castillo, uno de los barman, y sin duda la persona a la que cogí más cariño en todo el viaje, siempre estaba super-atento a nosotros, para que no nos faltara de nada y siempre con una enorme sonrisa en la boca para que nos sintieramos como en casa. Es una persona como creo que halla pocas y el último día por supuesto además de todas las propinas que le fui dando a lo largo de los días le di mis cosas de aseo personal (espuma de afeitar, desodorante, colonia y además dos camisetas) porque como el me contó allí es todo muy caro y cualquier cosa les es bienvenida porque así ellos ya no la tienen que comprar. Pasamos con él y con Miguel, su compañero una semana excelente.
El gran César (es el de la derecha) (tengo su permiso por supuesto para poner la foto)
Sobre las dos nos fuimos a comer y nos decidimos por el buffet de la playa y la verdad es que la vista es majestuosa, el poder comer y ver el mar y con esa brisilla tan auténtica es una sensación única, aunque allí la vista deja basante que desear, la calidad no es tan buena como en el buffet principal y hay muy poca variedad. Para pasar está bien pero vamos que es mejor caminar un poquito más y comer mucho mejor.
Resto de la tarde en la piscina con mojito va y mojito viene, o sea que excelente!!!!!!. Sobre las seis, que es a la hora que cierra la barra húmeda pues nos fuimos a duchar con calma, un jacuzzy en la habitación que da mucho juego os lo puedo asegurar, además es inmenso!!!!!!!!! y ponernos guapos (bueno cada uno hace lo que puede) y a cenar.
Esta noche tocaba ir a la playa, al restaurante que hay allí que por la noche se convierte en el del pescado y marisco y bueno sobre todo la idea era comer langosta y bueno no estuvo mal pero tampoco fue para tanto para mi gusto estaba un poco seca pero bueno hay que pensar que en el resto de hoteles o no te la ponen o la tienes que pagar aparte con lo que no sería justo ponerle muchas pegas. También comimos langostinos a la plancha (ellos le llaman camarones) y todo regado con mucha cerveza o sea que le daremos a este restaurnate un 7 sobre 10.
Después de cenar, copita en el lobby y a la cama que estábamos destrozados, la playa y la piscina cansan mucho.