Nos levantamos sobre las 9 y como teníamos incluido el desayuno en el precio de la habitación fuimos a dar cuenta de el. La verdad es que era muy completo, con fruta, zumos, diferentes tipos de pan, bollos, tartas, salchichas, huevos, etc. Vamos lo que es un bufet muy completo. Después de reponer fuerzas recogimos nuestro pequeño equipaje e hicimos el check out. Como pensábamos aprovechar toda la mañana en Milán dejamos las maletas en el hotel y salimos a la mañana lluviosa (¡otra vez!) de Milán. Cogimos el metro y nos fuimos directos al Castillo Sforzesco, yo esperaba menos de este edificio pero me pareció muy bonito y aunque se ve que está bastante restaurado tenía mucho encanto.
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Pensábamos dar una vuelta por el Parque Sempione que está detrás, pero como había llovido mucho y seguia lloviendo (estaba todo muy embarrado) decidimos dejarlo. Además el Arco de la Paz que está al final del parque vimos que estaba tapado por alguna obra, así que eso nos animó más a no caminar hasta allí para luego no ver nada. Salimos del recinto del castillo y continuamos por la calle peatonal que está de frente, la Via Dante y que lleva directa al Duomo. Antes de llegar al Duomo paramos en la Piazza Mercanti que también es recomendable visitar.[align=center]
De allí directos al Duomo para verlo por dentro que el día anterior no pudimos y aunque el interior no llama tanto la atención como el exterior, a mí me gustó más que otras catedrales que habíamos visto en nuestro anterior viaje por la Toscana.
Al salir fuimos a buscar el ascensor para subir a las terrazas (hay dos) y que por 8 euros por persona y sin hacer cola nos dejó arriba. Yo esto lo recomiendo, poder ir viendo todas las terrazas es fantástico, y eso que nosotros entre el paraguas y estar pendientes del suelo para no caernos se nos hizo un poco incómodo, pero aún así estuvimos bastante tiempo allí arriba haciendo fotos y contemplando esta obra de arte.
Cuando bajamos decidimos coger otra vez el metro (por el tema de la lluvia sobre todo) e irnos a ver la Basílica de San Ambrosio que también es muy recomendable la visita, tiene un claustro muy bonito y el interior también es muy bello.
Desde allí cogimos otra vez el metro y fuimos a la zona de Brera que había leído en el foro que era recomendable, pero que nosotros no le vimos nada especial, tal vez porque era domingo. Desde allí nos fuimos otra vez hacia la zona de la Iglesia de San Babila y donde están todas las tiendas. Dimos vueltas por allí y sobre las 2 cogimos el metro para ir al hotel y recoger nuestro equipaje. Antes de llegar a la estación nos paramos en un Mac Donals (en Milán hay a patadas) y nos compramos algo de comida para tomar en el tren. Al llegar a la estación nos dirigimos hacia las máquinas (donde puedes elegir el idioma español) y muy facilmente compramos dos billetes (4,20 euros cada uno) para el tren de Bérgamo que salía a las 15:10. En una hora llegamos a la estación de Bérgamo y andando al Hotel Mercure Bergamo Palazzo Dolci (4 estrellas: sólo alojamiento 77,40 euros) y que estaba a tres minutos, que aunque estaba más nuevo y moderno que el anterior no tenía tanto encanto, aunque también lo recomiendo por su posición, calidad y precio. Dejamos otra vez el equipaje y a intentar aprovechar algo de luz en Bérgamo. Cogimos la calle principal y después de dar un agradable paseo entre fabulosos palacetes llegamos al funicular. Compramos el billete por 1,05 que tiene validez durante 75 minutos desde la primera validación. Me imagino que las vistas desde el funicular de día serían dignas de mención, pero como ya casi había anochecido nosotros sólo vimos unas pocas lucecillas. El funicular te deja justo en la calle del Gombito que es la calle comercial por excelencia de la Citta Alta. Aunque ya estaba bastante de noche pudimos ver que tenía muchos edificios medievales y la plaza es muy destacable. Conseguimos entrar en la catedral que era muy bonita y dimos un agradable paseo por toda la zona, y compramos un panetone que estaba de vicio. Cogimos el funicular de vuelta a la Citta Baja y dimos una vuelta por la calle peatonal que también está llena de tiendas y con muchos palacios y edificios destacables. Me quedé con ganas de haber visto Bérgamo de día pero al precio de los vuelos de Ryanair seguro que repetiremos. . Compramos unas porciones de pizza en un local cerca del hotel y nos fuimos a descansar porque a la mañana siguiente nos teníamos que levantar muy temprano.[/align]