Como el vuelo es a las 14:35 desde la T2 del aeropuerto de Barcelona no hace falta madrugar (y eso en mi casa se agradece). Reservamos un Cabify y nos lleva hasta la terminal a la que llegamos a eso de las 12:00h. Pasamos el control de seguridad (este año no tenemos problemas de vuelos cancelados

Luego pasamos el control de pasaportes (las máquinas se resisten un poco; pero se consigue) y antes de las 14:00 estamos ante la puerta de embarque asignada.
Volamos, como ya he dicho, con la compañía

El vuelo sale con algo de retraso y llegamos, teniendo en cuenta la hora que se deba sumar, pasadas las 19:00h de Turquía. A la llegada se debe pasar el control de pasaportes y con la cola que hay nos sellan los nuestros pasadas las 19:45h; por lo que ya no cumplimos con el horario que le había dicho a la compañía que nos viene a recoger.

Esta compañía, en el intercambio de mensajes que mantuvimos, me dijo que no me preocupara por un posible retraso; ya que ellos iban controlando la llegada de los vuelos y me esperarían.

Además te envían un vídeo por whatsApp indicándote dónde debes dirigirte a la salida del aeropuerto. Una vez localizado, el chico de la compañía de transfer comprueba mi nombre en su lista y que ahora llama a nuestro chófer. Se ve que el que teníamos asignado, al llegar con retraso, ha ido a hacer otro servicio y debe llamar a otro. En definitiva, nos recogen a más de las 20:00h.
El trayecto lo hacemos en una van para nosotros 4 exclusivamente y nos lleva Mustafa (muy simpático y amable) en una 1h, más o menos, hasta nuestro hotel (El tráfico es mucho y denso y casi siempre es así).

Sura Design Hotel & Suites
Alemdar, Ticarethane Sk. No: 13
Alemdar, Ticarethane Sk. No: 13
Realizamos el check in, subimos a las habitaciones, dejamos las maletas y salimos a ver de noche lo que hay en este plano que copio aquí. El recorrido desde el hotel es de 2' andando: se trata de salir del hotel y a la derecha llegamos.

Hacía exactamente 23 años que no viajaba a Estambul y una de las diferencias (además de la enorme cantidad de turistas que ahora tiene) es que para acceder a cualquier atracción turística hay policía que controla, bastante relajadamente, los accesos. Pasamos por delante de la policía y estamos en el antiguo hipódromo (Sultanahmet Meydanı).
Unos apuntes para entender dónde nos encontramos:
El emperador romano Constantino trajo obras de arte de todos los rincones del imperio para adornarlo. Entre ellas estaba el Trípode de Platea, conocido como la Columna de las Serpientes, construida para celebrar la victoria de los griegos sobre los persas durante las Guerras Médicas en el siglo v a. C. Constantino ordenó trasladarla al hipódromo desde el templo de Apolo en Delfos, y la colocó en el centro del hipódromo. La parte superior de la columna estaba adornada con una bola dorada sostenidas por tres cabezas de serpiente. La bola fue destruida o robada durante la Cuarta Cruzada. Las cabezas de serpiente fueron destruidas a finales del siglo XVII .Algunos trozos de las cabezas se recuperaron y se exhiben en el Museo arqueológico de Estambul. Actualmente, todo lo que queda del Trípode de Delfos es su base, conocida como la Columna de las Serpientes.
Otro emperador que adornó el hipódromo fue Teodosio el Grande, que en el 390 trajo un obelisco desde Egipto, el obelisco de Teodosio, y lo erigió dentro de la pista. Tallado en granito rosa, fue erigido originalmente en el Templo de Karnak en Luxor alrededor del 1490 a. C., durante el reinado de Tutmosis III. Para trasladar el obelisco hasta Constantinopla, Teodosio tuvo que dividirlo en tres piezas. Solo sobrevive la parte superior, erigida actualmente en el lugar donde Teodosio la colocó, sobre un pedestal de mármol. El obelisco ha sobrevivido casi 3500 años en condiciones asombrosamente buenas.
En el siglo X, el emperador Constantino VII construyó otro obelisco, el de Constantino, en el otro extremo del hipódromo. Originalmente estaba cubierto con placas de bronce doradas pero fueron robadas durante la Cuarta Cruzada, quedando a la vista el interior construido con bloques de piedra.
El recorrido de la antigua pista de carreras ha sido enlosada. La pista original se encuentra 2 metros bajo tierra del recorrido actual. La spina, los dos obeliscos y la columna serpentina están colocados en agujeros ajardinados, manteniendo los edificios sobre la superficie original del hipódromo.
En la entrada norte del área del hipódromo, enfrente de la Mezquita Azul, se encuentra la fuente alemana, una fuente octagonal abovedada de estilo neobizantino, construida por el gobierno alemán en 1900 para celebrar la visita del emperador alemán Guillermo II en 1898.
Otro emperador que adornó el hipódromo fue Teodosio el Grande, que en el 390 trajo un obelisco desde Egipto, el obelisco de Teodosio, y lo erigió dentro de la pista. Tallado en granito rosa, fue erigido originalmente en el Templo de Karnak en Luxor alrededor del 1490 a. C., durante el reinado de Tutmosis III. Para trasladar el obelisco hasta Constantinopla, Teodosio tuvo que dividirlo en tres piezas. Solo sobrevive la parte superior, erigida actualmente en el lugar donde Teodosio la colocó, sobre un pedestal de mármol. El obelisco ha sobrevivido casi 3500 años en condiciones asombrosamente buenas.
En el siglo X, el emperador Constantino VII construyó otro obelisco, el de Constantino, en el otro extremo del hipódromo. Originalmente estaba cubierto con placas de bronce doradas pero fueron robadas durante la Cuarta Cruzada, quedando a la vista el interior construido con bloques de piedra.
El recorrido de la antigua pista de carreras ha sido enlosada. La pista original se encuentra 2 metros bajo tierra del recorrido actual. La spina, los dos obeliscos y la columna serpentina están colocados en agujeros ajardinados, manteniendo los edificios sobre la superficie original del hipódromo.
En la entrada norte del área del hipódromo, enfrente de la Mezquita Azul, se encuentra la fuente alemana, una fuente octagonal abovedada de estilo neobizantino, construida por el gobierno alemán en 1900 para celebrar la visita del emperador alemán Guillermo II en 1898.

Si ya es impresionante donde estamos lo es más poder contemplar la Mezquita Azul (Sultan Ahmet Camii) iluminada y Santa Sofía (que ahora ha sido reconvertida en Mezquita como Ayasofya Camii)


En el interior del recinto compramos unas mazorcas de maíz tostado por 25TL que nos sirvieron para matar el hambre que traíamos desde España y con ellas en la mano nos sentamos a contemplar lo que ante nosotros se alzaba.


Luego nos fuimos ya hacia el hotel y en una calle cercana encontramos el que sería nuestro restaurante durante la estancia en Estambul: Otantik Cafe Restaurant en Alemdar, Çatalçeşme Sk. 29/E, con cocina hasta las 03:00h. Buena comida, buen servicio y buen precio (Los 4 por unos 55€) regalándonos un magnífico apple tea y unos postres exquisitos.
A eso de la 01:00h volvimos al hotel hasta el día siguiente que empezaba la aventura por la enorme ciudad de Estambul.