DIA 10.
Amaneció una mañana más agradable que la tarde anterior, pero seguimos sin ver ningún animal acercarse a beber a la charca. El que hubiera llovido la noche anterior hace que estos tengan todo el agua que necesitan en el bush (bosque bajo), sin necesidad de acudir a las charcas. Después del desayuno estuvimos observando la incesante actividad de las aves hasta que llegó la hora en que el transfer nos llevó a la cercana ciudad de VICTORIA FALLS, última etapa de nuestro viaje.
Tras detenernos a pagar la correspondiente visa de entrada en la frontera con ZIMBAWE, llegamos a la ciudad en algo más de una hora de viaje, dirigiéndonos directamente al alojamiento que habíamos elegido para pasar los siguientes días visitando las CATARATAS VICTORIA, el SHONGWE LOCKOUT LODGE & SPA, un magnífico hotel boutique, situado en una zona muy tranquila, cerca las famosas cataratas.
Este lodge y su servicio son estupendos, con una zona común situada bajo una enorme y elegante carpa con vistas a la piscina, y con habitaciones grandes y acogedoras, con vistas también al cuidado jardín y a la piscina.
Después de acomodarnos, hicimos tiempo en la piscina antes de la recogida de la excursión programada para hoy, un crucero al atardecer por el RÍO ZAMBEZE. Tras un corto desplazamiento por carretera, nos embarcamos en un estupendo barco de la compañía SHEARWATER, en el que se incluía barra libre de bebida durante todo el trayecto y un snack.
Tras detenernos a pagar la correspondiente visa de entrada en la frontera con ZIMBAWE, llegamos a la ciudad en algo más de una hora de viaje, dirigiéndonos directamente al alojamiento que habíamos elegido para pasar los siguientes días visitando las CATARATAS VICTORIA, el SHONGWE LOCKOUT LODGE & SPA, un magnífico hotel boutique, situado en una zona muy tranquila, cerca las famosas cataratas.
Este lodge y su servicio son estupendos, con una zona común situada bajo una enorme y elegante carpa con vistas a la piscina, y con habitaciones grandes y acogedoras, con vistas también al cuidado jardín y a la piscina.
Después de acomodarnos, hicimos tiempo en la piscina antes de la recogida de la excursión programada para hoy, un crucero al atardecer por el RÍO ZAMBEZE. Tras un corto desplazamiento por carretera, nos embarcamos en un estupendo barco de la compañía SHEARWATER, en el que se incluía barra libre de bebida durante todo el trayecto y un snack.

Disfrutamos de una bonita tarde navegando por las tranquilas aguas del río ZAMBEZE, viendo numerosos grupos de hipopótamos y algunos elefantes, antes de detenernos ante los rápidos que anunciaban la cercana presencia de las famosas cataratas. Disfrutamos gratamente de este crucero, del entorno y, sobre todo, de un magnífico atardecer que reflejaba el sol sobre el río. Fue una experiencia maravillosa.
Regresamos al lodge donde cenamos, a decir verdad, regular, dando por finalizado una gran jornada.
Regresamos al lodge donde cenamos, a decir verdad, regular, dando por finalizado una gran jornada.
DIA 11.
Hoy es el día clave de nuestra aventura en África, la causa original de nuestro viaje, la visita a las CATARATAS VICTORIA. Después de un buen desayuno en el lodge, cogimos un taxi para trasladarnos hasta ellas, en un trayecto de no más de 10 minutos. Antes de llegar, le pedimos al conductor que pasase primero por el famoso BIG TREE, un gigantesco baobab de casi 1.500 años de antigüedad situado en las afueras de la ciudad. Hicimos unas fotos y continuamos hasta la puerta de acceso a las cataratas.
En este punto cabe recordar que, al igual que pasaba en BOTSWANA, toda la zona que abarca la ciudad es parte del Parque Nacional y carece de vallado. Es frecuente entonces, y así lo pudimos comprobar, ver fauna salvaje en total libertad deambulando por carreteras, caminos y calles. No así en las cataratas, donde existe un vallado para proteger a los visitantes.
Pagamos los 50 $ p/p de la entrada y comenzamos a recorrer el sendero, perfectamente indicado, que te lleva por toda la secuencia de miradores, del 1 al 16, situados en la parte de ZIMBAWE. El resto correspondería a la parte de ZAMBIA.
En este punto cabe recordar que, al igual que pasaba en BOTSWANA, toda la zona que abarca la ciudad es parte del Parque Nacional y carece de vallado. Es frecuente entonces, y así lo pudimos comprobar, ver fauna salvaje en total libertad deambulando por carreteras, caminos y calles. No así en las cataratas, donde existe un vallado para proteger a los visitantes.
Pagamos los 50 $ p/p de la entrada y comenzamos a recorrer el sendero, perfectamente indicado, que te lleva por toda la secuencia de miradores, del 1 al 16, situados en la parte de ZIMBAWE. El resto correspondería a la parte de ZAMBIA.

El espectáculo comenzó, desde el primer momento, a ser extraordinario. Como indicamos en las consideraciones previas, las cataratas se encuentran, en esta época del años, en toda su plenitud de caudal. Al principio del recorrido, en la LIVINGSTONE STATUE, la bruma no era muy densa e incluso no era necesario el obligado chubasquero. Ya hacia la mitad del recorrido, el spray formado por la caída del agua era bastante denso, aunque si tenemos un poco de paciencia, se suele ir disipando a medida que sopla el viento. Aquí si te mojas bastante, aunque debido a la espléndida mañana soleada que disfrutamos, era de agradecer pues refrescaba el ambiente. No nos pusimos los chubasqueros y, aunque acabamos empapados, al final del recorrido ya estábamos completamente secos.
Hay que recordar que durante todo el recorrido no hay ni baños ni agua. Solamente están en la entrada del recinto. Pero desde el mirador número 4 y desde el número 9, parten senderos que te llevan a la entrada, sin necesidad de desandar todo el camino. Continuamos disfrutando del colosal espectáculo de las cataratas, mirador a mirador, hasta el último, el punto 16 DANGER POINT, desde donde se observa un paisaje espectacular de cañones y rápidos. Además, desde aquí se ve perfectamente el famoso puente de hierro que sirve de frontera entre los dos países, el VICTORIA FALLS BRIDGE.
Hay que recordar que durante todo el recorrido no hay ni baños ni agua. Solamente están en la entrada del recinto. Pero desde el mirador número 4 y desde el número 9, parten senderos que te llevan a la entrada, sin necesidad de desandar todo el camino. Continuamos disfrutando del colosal espectáculo de las cataratas, mirador a mirador, hasta el último, el punto 16 DANGER POINT, desde donde se observa un paisaje espectacular de cañones y rápidos. Además, desde aquí se ve perfectamente el famoso puente de hierro que sirve de frontera entre los dos países, el VICTORIA FALLS BRIDGE.

Iniciamos el camino de vuelta con la intención de pasear sobre dicho puente. Después de salir del acceso principal a las cataratas, nos dirigimos caminando por la concurrida carretera que te lleva al puesto fronterizo de ZIMBAWE, situado a unos 200 metros. Una vez allí, se debe pedir en los puestos de inmigración un pase para visitar solamente el puente, un papelito sellado que debe entregarse a la vuelta y es totalmente gratuito.
Recorrimos los aproximadamente 2 kilómetros que distan hasta el puente y, una vez allí, disfrutamos de unas vistas excepcionales de las cataratas y de las gargantas que forma el RÍO ZAMBEZE. Cruzamos el puente hasta el final y nos tomamos un merecido descanso en el bar-mirador SHEARWATER CAFÉ, situado en la parte de ZAMBIA, pero sin necesidad de pasar el puesto fronterizo de este país. Tras un rato disfrutando del paisaje y del entorno, iniciamos el regreso hacia ZIMBAWE, donde devolvimos el pase eventual en el puesto fronterizo, y continuamos nuestro paseo para recorrer el mercado artesanal que se encuentra frente al acceso a las cataratas.
Recorrimos los aproximadamente 2 kilómetros que distan hasta el puente y, una vez allí, disfrutamos de unas vistas excepcionales de las cataratas y de las gargantas que forma el RÍO ZAMBEZE. Cruzamos el puente hasta el final y nos tomamos un merecido descanso en el bar-mirador SHEARWATER CAFÉ, situado en la parte de ZAMBIA, pero sin necesidad de pasar el puesto fronterizo de este país. Tras un rato disfrutando del paisaje y del entorno, iniciamos el regreso hacia ZIMBAWE, donde devolvimos el pase eventual en el puesto fronterizo, y continuamos nuestro paseo para recorrer el mercado artesanal que se encuentra frente al acceso a las cataratas.
Como nos sobraba algo de tiempo, nos propusimos acercarnos caminando al cercano LOOKOUT CAFÉ, distante un kilómetro del parking. Siendo aun de día, este camino de tierra no entraña riesgo; no así cuando comienza a oscurecer, pues como se comentó antes, la fauna salvaje deambula en libertad en esta zona. El LOOKOUT CAFÉ es un local enorme, muy bonito, situado estratégicamente sobre la garganta del RIO ZAMBEZE. Desde su terraza es posible ver el puente de hierro y más allá la bruma de las cataratas. Es de visita imprescindible. Reservamos mesa para cenar al día siguiente y llamamos al taxi para regresar al lodge.
Después de relajarnos un rato en la piscina del hotel, nos cambiamos con la ropa adecuada para acudir a cenar en uno de los tres restaurantes del famoso VICTORIA FALLS HOTEL. Y comento lo de adecuada porque el dress-code de este restaurante es muy estricto. Lejos queda ya el tiempo donde se exigía el uso de chaqueta y corbata. Ahora se permite un look casual, con chaqueta y zapatos cerrados para hombres, y falda o bermudas para las mujeres, pero sin tener un look de safari.
Este hotel es un precioso edificio de principios del siglo XX, al más puro estilo colonial de “Memorias de África”. Tiene una terraza con unas vistas magníficas sobre el RÍO ZAMBEZE, en la que es típico disfrutar del té de la tarde o de una cena informal, sin el estricto dress-code de otro de los restaurantes, el LIVINGSTON ROOM.
Es este un restaurante realmente espectacular, en el que una vez pones el pie en su enorme moqueta, te traslada de inmediato a otra época. Posee los techos altos y sus paredes están decoradas con muchos detalles de caza. El ambiente era muy bonito y acogedor, con mesas finamente decoradas con cubertería muy antigua, iluminación de velas, y un servicio excelente y refinado, todo ello amenizado por una agradable música de piano en directo.
Después de relajarnos un rato en la piscina del hotel, nos cambiamos con la ropa adecuada para acudir a cenar en uno de los tres restaurantes del famoso VICTORIA FALLS HOTEL. Y comento lo de adecuada porque el dress-code de este restaurante es muy estricto. Lejos queda ya el tiempo donde se exigía el uso de chaqueta y corbata. Ahora se permite un look casual, con chaqueta y zapatos cerrados para hombres, y falda o bermudas para las mujeres, pero sin tener un look de safari.
Este hotel es un precioso edificio de principios del siglo XX, al más puro estilo colonial de “Memorias de África”. Tiene una terraza con unas vistas magníficas sobre el RÍO ZAMBEZE, en la que es típico disfrutar del té de la tarde o de una cena informal, sin el estricto dress-code de otro de los restaurantes, el LIVINGSTON ROOM.
Es este un restaurante realmente espectacular, en el que una vez pones el pie en su enorme moqueta, te traslada de inmediato a otra época. Posee los techos altos y sus paredes están decoradas con muchos detalles de caza. El ambiente era muy bonito y acogedor, con mesas finamente decoradas con cubertería muy antigua, iluminación de velas, y un servicio excelente y refinado, todo ello amenizado por una agradable música de piano en directo.

El menú (45$ p/p) constaba de 6 pases, cada uno de ellos deliciosos. Disfrutamos de una maravillosa cena, en un ambiente que te trasladaba a lo que serían los momentos más brillantes de épocas pasadas. Un taxi nos llevó al hotel, encontrándonos con el ánimo y el espíritu plenamente satisfechos por lo vivido este gran día.
DIA 12.
Último día de nuestra aventura en África. Tras el desayuno, esperamos que viniese la recogida que nos llevaría a hacer una de las actividades que más ilusión nos hacía, un vuelo en helicóptero sobrevolando las cataratas. Estos vuelos se pueden hacer durante todo el día, pero es por la mañana cuando se dan las mejores condiciones para verlas. Para esta actividad usamos los servicios de la empresa BONISAIR HELICOPTERS. Tras un breve trayecto por carretera, llegamos al coqueto helipuerto de la compañía, donde nos acreditamos, recibimos las oportunas instrucciones de seguridad y nos comunicaron el plan de vuelo. Este duró 15 minutos, tiempo más que suficiente para permitirnos dar 3 vueltas y media sobre las CATARATAS VICTORIA y así poder admirar esta maravilla de la naturaleza desde las alturas. El espectáculo fue extraordinario y la experiencia, maravillosa.

Regresamos a nuestro hotel donde disfrutamos el resto del día en su piscina. Antes del atardecer, nos dirigimos al LOOKOUT CAFÉ, donde teníamos reservada mesa para la cena. Desde una inmejorable ubicación, disfrutamos de un bonito atardecer, con la vista puesta a la garganta del RIO ZAMBEZE, el puente de hierro, un tren de vapor de época que lo cruzaba, y el sol cayendo sobre las cataratas como telón de fondo. Todo un placer para los sentidos.
Cenamos muy bien y el servicio fue excelente. Regresamos en taxi al hotel, cruzándonos por el camino algún que otro elefante que, a esas horas de la noche, hacían su aparición cerca de la ciudad. Ya en el hotel, a hacer el equipaje porque nuestro viaje llegaba a su fin.
Cenamos muy bien y el servicio fue excelente. Regresamos en taxi al hotel, cruzándonos por el camino algún que otro elefante que, a esas horas de la noche, hacían su aparición cerca de la ciudad. Ya en el hotel, a hacer el equipaje porque nuestro viaje llegaba a su fin.

DIA 13.
Tras el desayuno y el check-out, un taxi (30$) nos llevó hasta el aeropuerto de VICTORIA FALLS, en un trayecto de 20 minutos. Tomamos un vuelo hasta JOHANNESBURGO, llegando en hora y media a la capital sudafricana. Ya en el aeropuerto, intentamos infructuosamente coger un vuelo con destino a Madrid. De las 6 compañías que lo intentamos, todas llevaban overbooking, por lo que optamos por coger un hotel e intentarlo al siguiente día.
Volvimos a alojarnos en el hotel de inicio de nuestro viaje, el PREMIER O.R. TAMBO, una garantía por su ubicación, comodidad y servicio. Cenamos muy bien en él, mientras comprábamos nuevos billetes para volar, esta vez, con la compañía ETHIOPIAN AIRLINES a la mañana siguiente.
Volvimos a alojarnos en el hotel de inicio de nuestro viaje, el PREMIER O.R. TAMBO, una garantía por su ubicación, comodidad y servicio. Cenamos muy bien en él, mientras comprábamos nuevos billetes para volar, esta vez, con la compañía ETHIOPIAN AIRLINES a la mañana siguiente.
DIA 14.
Madrugamos bastante para trasladarnos al aeropuerto y coger el primer avión en nuestra vuelta a casa. Este nos llevaría hasta MAPUTO, en MOZAMBIQUE. Desde aquí, otro vuelo nos acercaría hasta ADDIS ABEBA, en ETIOPIA. Siguiente vuelo hasta ROMA y, sin bajarnos del avión, llegada a MADRID. A pesar de ser varias las escalas, estas fueron cortas y el tiempo se nos pasó muy rápido. Llegamos a Madrid en la mañana del día 14 de abril con la sensación de haber disfrutado de unas de las mejores vacaciones de nuestra vida.
CONCLUSION.
Como se indicó al comienzo de este relato, el motivo principal de nuestro viaje era visitar las CATARATAS VICTORIA, y la experiencia debemos definirla como maravillosa. El rugido del agua te llena de energía. La misma sensación tuvimos en IGUAZÚ o en NIÁGARA, o en el PERITO MORENO o en ATACAMA. Estas maravillas de la naturaleza son indescriptibles, no se puede expresar con palabras la extraordinaria sensación que produce en los sentidos.
Pero el gran descubrimiento de este viaje fue BOTSWANA. Su fauna es asombrosa, con los elefantes, las jirafas y los leones en su hábitat natural, sin vallas que condicionen su libertad de movimiento. La naturaleza es exuberante, con el DELTA DEL OKAVANGO como su joya natural. Y además su gente, cálida y acogedora. El viaje a esta parte de África es una experiencia inolvidable, llena de emoción y conexión con la naturaleza. Nuestra sensación de haber vivido todo esto es indescriptible. Pendiente queda una nueva aventura al sur del continente africano.
Pero el gran descubrimiento de este viaje fue BOTSWANA. Su fauna es asombrosa, con los elefantes, las jirafas y los leones en su hábitat natural, sin vallas que condicionen su libertad de movimiento. La naturaleza es exuberante, con el DELTA DEL OKAVANGO como su joya natural. Y además su gente, cálida y acogedora. El viaje a esta parte de África es una experiencia inolvidable, llena de emoción y conexión con la naturaleza. Nuestra sensación de haber vivido todo esto es indescriptible. Pendiente queda una nueva aventura al sur del continente africano.