Otro día soleado. Despertarse así es una maravilla. Los dos últimos buceos de Utila y casi seguro del viaje. Aunque quizá puede que bucee en Panamá.
El primer buceo hemos ido a la parte norte. Sin duda, la parte norte es la mejor de la isla. Ya hicimos el primer buceo allí y fue cuando vimos un par de tortugas. El coral está mejor que en el sur y la visibilidad también. Este buceo, además, ha sido bastante aceptable en cuanto a vida marina. Una barracuda grandota, una especie de banco de bacoretas y un banco enorme de un pez que aquí llaman palometa, pero que nada tiene que ver con lo que llaman palometa en Murcia.
En el segundo buceo, hemos vuelto al sur y baja el nivel claramente. No sé qué les costaría, ya que estábamos en el norte, hacer ahí los dos buceos. Terminados los buceos en Utila hay que decir que cumplen. No son sobresalientes, ni tan siquiera notables, pero he pasado cinco días muy buenos con buceos agradables. La verdad que el ambiente de Utila hace que esto tenga un plus. Mola mucho que sea como una isla sin ley. El personal del centro ha sido majísimo y el rollo backpacker cutre pues le da también su punto, obligándote a relacionarte con gente de todo tipo. El chaval español que vive en Suiza ya es amigo y me ha prometido que vendrá a Cabo Palos, la pareja alemana con la que he compartido habitación muy maja, los monitores argentinos con las guitarras, la pareja española de Pamplona, el hondureño barbero, etc. Por las noches siempre hay plan, que si concierto, que si micro abierto o fiestas tecno. Por las tardes hay puntos de snorkel y playas en donde se puede pasar el día más que bien. ¿Que el centro de buceo está hecho mierda y las habitaciones están sacadas de la peli de Saw? Pues sí, pero es parte del encanto. Como decían en el centro: "Esto es Destructila, una forma de vida".
Tras comer y darme la última vuelta por el pueblo, me he despedido de la gente y he salido para La Ceiba. Tengo la sensación de que empiezo otro viaje distinto después de los días en Utila. A La Ceiba la llaman "la novia de Honduras". Me he quedado en un hostel medio decente que se llama Hostal Guacamayo. Me he pegado una ducha y he tirado a la zona del malecón.
Aquí están ya a tope con la Navidad. En el malecón estaba la típica feria de Navidad, como en España, con sus puestos de cosas artesanales, villancicos y demás. Me he metido en un bar a comer un plato típico: pollo chuco. Una barbaridad de plato que consiste en tiras de pollo frito con medio kilo de plátano en rodajas frito, remolacha, lechuga y col. Todo bañado en una especie de salsa barbacoa, 2500 calorías mínimo.
Después de comer, me he quedado en una especie de teatro en el que estaban haciendo bailes y canciones. Un grupo de chavalas haciendo ballet, niños del coro y una mujer cantando salsa. No pega nada que esta gente esté cantando villancicos con gorros de Papá Noel. Para colmo, muchos villancicos los hacen rollo salsa o cumbia. Ha estado entretenido. Es graciosísimo ver cómo críos de 5 años se mueven con una gracia increíble. Aquí la mitad son garífunas, así que no han faltado los tambores tampoco.
Ya de noche, me he vuelto al alojamiento y a descansar. Estaré en Honduras hasta el miércoles. Intentaré visitar mañana un parque nacional que hay cerca y martes y miércoles otro. Lo malo es que me temo que me va a llover por lo que dice las predicciones.