Este viaje fue pensado para ver exclusivamente San Juan de Luz (Saint-Jean-de-Luz), pueblo francés perteneciente a la región de Nueva Aquitania en el departamento de Pirineos Atlánticos. Por otro lado forma parte del País Vasco-francés, y de hecho las localidades tienen dos nombres como ocurre en el País Vasco y Navarra en España. En este caso el nombre vasco de San Juan de Luz es Donibane Lohizune.
Hay otros dos pueblos de esta zona también bonitos, como son Biarritz y Hendaya, pero estaban descartados para este viaje porque ya los conocíamos.
El viaje fue de 3 días y medio contando con los viajes de ida y vuelta, salida el viernes a mediodía y vuelta el lunes por la tarde.
Unas 5 horas de viaje en coche antes de llegar al pueblo (de unos 14.000 habitantes), lo primero es aparcar y para ello existe un amplio parking gratuito justo detrás de la estación de tren, entre las vías y la avenida du Professeur Gregorio Marañón.
Además nuestro hotel está frente a la estación de tren, al otro lado de la calle, se trata del hotel Relais Saint Jacques. Este hotel, aparte de tener una situación muy buena tenía un precio asequible (289€ las tres noches, impuestos locales aparte), al menos en comparación con casi todos los demás, y una puntuación de 8,5 en booking, plataforma desde la que lo reservamos.
La recepción cierra a las 19 h., el hotel el día anterior nos envió el código de acceso de la puerta exterior y nos dijo que ya dentro habría un sobre a mi nombre con las llaves de la habitación. Al llegar entramos con el código y efectivamente en el mostrador de recepción estaba el sobre con mi nombre escrito. Subimos a la habitación, situada en la última planta (con ascensor). La habitación estaba bastante bien y la única pega podía ser que estaba situada pegada al ascensor, además daba a la calle principal (Av. De Verdun), sin embargo no tuvimos ningún problema y ni se oían los ruidos de la calle ni los del ascensor. Además tenía nevera y una cafetera Nespresso con 6 cápsulas, y cada mañana reponían las que faltaban, eran gratis. Nosotros no cogimos desayuno, que costaba en torno a 11,50€ por persona y día.
Las vistas desde la pequeña terraza de la habitación apuntaban al sur, con la estación de tren en primer término, el monte Larrun (La Rhune) al fondo y el puerto a la derecha.
En tiempo que nos daba era de lluvia el sábado y domingo, y ya más bien soleado el lunes. El del sábado era especialmente lluvioso.
Hay otros dos pueblos de esta zona también bonitos, como son Biarritz y Hendaya, pero estaban descartados para este viaje porque ya los conocíamos.
El viaje fue de 3 días y medio contando con los viajes de ida y vuelta, salida el viernes a mediodía y vuelta el lunes por la tarde.
Unas 5 horas de viaje en coche antes de llegar al pueblo (de unos 14.000 habitantes), lo primero es aparcar y para ello existe un amplio parking gratuito justo detrás de la estación de tren, entre las vías y la avenida du Professeur Gregorio Marañón.
Además nuestro hotel está frente a la estación de tren, al otro lado de la calle, se trata del hotel Relais Saint Jacques. Este hotel, aparte de tener una situación muy buena tenía un precio asequible (289€ las tres noches, impuestos locales aparte), al menos en comparación con casi todos los demás, y una puntuación de 8,5 en booking, plataforma desde la que lo reservamos.
La recepción cierra a las 19 h., el hotel el día anterior nos envió el código de acceso de la puerta exterior y nos dijo que ya dentro habría un sobre a mi nombre con las llaves de la habitación. Al llegar entramos con el código y efectivamente en el mostrador de recepción estaba el sobre con mi nombre escrito. Subimos a la habitación, situada en la última planta (con ascensor). La habitación estaba bastante bien y la única pega podía ser que estaba situada pegada al ascensor, además daba a la calle principal (Av. De Verdun), sin embargo no tuvimos ningún problema y ni se oían los ruidos de la calle ni los del ascensor. Además tenía nevera y una cafetera Nespresso con 6 cápsulas, y cada mañana reponían las que faltaban, eran gratis. Nosotros no cogimos desayuno, que costaba en torno a 11,50€ por persona y día.
Las vistas desde la pequeña terraza de la habitación apuntaban al sur, con la estación de tren en primer término, el monte Larrun (La Rhune) al fondo y el puerto a la derecha.
En tiempo que nos daba era de lluvia el sábado y domingo, y ya más bien soleado el lunes. El del sábado era especialmente lluvioso.