El día 22 de diciembre nuestro avión salía a las 12.30h del mediodía desde Málaga. Al fin!
Facturamos las maletas sin problema y como tenías los asientos pagados previamente, (nos costó una pasta pero queríamos ir juntos si o si) estabamos tranquilos. El vuelo se retrasó 30 minutos, pero como teníamos una escala en Estambul de 6 horas, tampoco era un problema. Fue un detalle que Turkish como compensación por ese retraso nos dió dos cupones para comer algo en el aeropuerto de Estambul, así que al llegar cenamos en Popeyes de gratis. El aeropuerto era gigante y estaba lleno de Duty frees que permitían pagar en euros así que no hizo falta cambiar a lira turca. La verdad es que la escala se hizo muy larga ya que llegamos a las 19h y el avión salía casi a las 2 de la madrugada. Respecto a la comidad de los aviones, la normal, las pantallas funcionaban bien, nos dieron el típico set de zapatillas, pasta de dientes, mantita, tapones, y la comida pues la típica del avión, aceptable tirando a justita.

El día 23 de diciembre llegamos por fin a Narita casi a las 20h de la tarde. Estábamos reventados, y encima las maletas tardaron muchísimo en salir, así que entre eso, el QR de aduanas, la foto, las huellas...se nos fue bastante tiempo. Cogimos el monorail directos a Asakusa y luego transbordo en Ginza line hasta Sueirocho, ya que teníamos la primera noche de hotel allí. La primera impresión fue: Joe, que frío hace!

Llegamos al Apa Hotel Akihabara Ochanomizu-Ekikita , hicimos el check-in super rápido, dejamos las maletas y salimos a ver si aun pillabamos algo abierto por Akihabara para cenar, eran cerca de las 22h de la noche. Encontramos un sitio de curry riquísimo, jugamos un rato a los ganchos y nos volvimos al hotel, no sin antes pasar por Family Mart y Seven Eleven. A coger energía!
