JUEVES 21/11/2024[u]
Por fin se cumplía mi sueño de celebrar mi cumpleaños en Ginebra!! Me desperté sobre las 9 en el Hotel Central, mejor de lo que me acosté, probablemente gracias al paracetamol que me había tomado antes de acostarme. Desayunamos en el cuarto y luego fuimos a dar un paseo por la ciudad, concretamente por las diversas islas, hasta que llegamos a La Jonction. Es una zona agradable, con bares, grafitis, tiendas de alquiler de piraguas, zona boscosa de descanso, orilla del río para bañarse, etc. Sin embargo, al ser noviembre, estaba prácticamente todo cerrado y en obras. En este punto se juntan los dos ríos que pasan por Gienbra, el Arve y el Ródano, que se nota por la diferencia de colores. El mejor punto para verlo está en un puente pero nos quedaba lejos y además no sé si era peatonal, pues sólo vimos trenes atravesar por el mismo.
Volvimos caminando hacia el centro, pasando por el Cementerio des Rois, en Plainpalais, donde están enterrados Calvino, Jorge Luis Borges y toda una serie de personajes ilustres que algo tuvieron que ver con el país. Continuamos hasta el Parc des Bastions, en pleno corazón de la ciudad, que alberga el famoso Monumento de la Reforma. Además allí seguían los tableros de ajedrez pintados en el suelo para que la gente juegue, con grandes fichas de plástico, que tanto llamaron mi atención en 2004.
Aproveché para hacerme fotos en UniDufour, el edificio administrativo de la Universidad Cantonal de Ginebra, donde había estado durante mi período de Erasmus. Enfrente está el Grand Théâtre de Genève, el Monumento de Henri Dufour en Place Neuve, el Museo Rath, etc. Nos adentramos en la Vieille Vile, entrando a ver el patio del Ayuntamiento, y caminamos hasta Rive. Allí cogimos el bus 6 hasta el embarcadero de Genève Plage, donde queríamos coger un barco hasta la otra orilla pero volvimos a perderlo…
Resulta que salía de un pequeño embarcadero que está cerca del monumento de Port Noir, a las y cuarto y a las menos cuarto así que finalmente cogimos el M4 hasta Chateaubriand a las 12:45. Una vez en el otro lado del lago tomamos un bus hasta Appia, pues teníamos entradas reservadas para visitar la ONU a las 14:30, con guía en español. Estas entradas fueron las únicas que compré online con cierta antelación, pues se suelen agotar (el 15/11 para el 21/11), pagando 42’4CHF por las dos.
Recibí los códigos QR por correo, que hay que mostrar en la entrada, de hecho recomiendan estar media hora antes del inicio de la visita, con el fin de poder pasar los controles de seguridad con tiempo suficiente y no llegar tarde. Como aún faltaba algo de tiempo aprovechamos para entrar en el Museo de la Cruz Roja, que está justo enfrente, y tomar algo en la cafetería, pues comenzó a nevar. La verdad es que el comedor tenía buena pinta, había bastante gente. Este museo, del que me han hablado bien, me queda todavía pendiente de visitar.
Cuando fue la hora nos acercamos hasta Naciones Unidas, donde pasamos el control de documentación y el de seguridad, para luego esperar a que nos viniesen a buscar las guías. Una vez dentro del edificio de reuniones nos repartieron en dos grupos; nosotros tuvimos la suerte de hacer la visita con Mónica, una guía mejicana que nos hizo gozar con la visita, nos pasaron las dos horas volando, es excepcional.
Nos explicó el origen de la ONU, nos mostró varias de las salas que estaban libres, obras de arte que regalan los países, etc. La pena es que la parte más antigua, de la que yo guardaba un gran recuerdo, no pudimos verla, pues estaba en reformas, que es donde además se encuentra la Gran Sala de reuniones que siempre aparece en la TV. Sin embargo sí que pudimos ver la Sala XX o de los Derechos Humanos y de la Alianza de las civilizaciones, pintada por Miquel Barceló, también llamada la Capilla Sixtina de la ONU. Al parecer se basó en el mar y cuenta con numerosas estalactitas de pintura (en total se usaron casi 35.000 kilos), polémica en su momento por el gran gasto que supuso.
Una vez que desgraciadamente acabó la visita y nos despedimos de Mónica, visitamos la tienda, donde Pelayo compró una gorra (19 CHF) para él y una sudadera para mí (69 CHF). Yo cogí una pequeña navajita llavero (7CHF) que pasó por el control del aeropuerto, a la vuelta, sin problema. Una vez fuera del recinto cogimos el bus 20 justo delante de la ONU, bajando en Bastions. Dimos una vuelta por la Vielle Vile para ver la Catedral de Saint Pierre y callejuelas de alrededor. Nos acercamos también al hotel para dejar las bolsas y aprovechamos para comer algo en el cuarto, pues no habíamos comido nada desde el desayuno.
Para la noche había reservado mesa en La Gruyeriène, gracias a la camarera que nos atendió por teléfono, pues me dijo que si íbamos de 18:30-20:00 nos daba mesa, pero que luego tendríamos que marchar porque estaba todo completo. Como eran las 18h nos dirigimos ya para el restaurante, que iba a ser más merienda que cena, pero no había otra opción y tampoco nos importaba, después del desgaste del día.
La joven que nos atendió por teléfono fue la que luego también nos sirvió en el restaurante, de origen africano, extremadamente amable, así que le agradecimos mucho el gesto. Otro de los camareros que nos atendió, portugués, era también muy majo, y nos recomendó muy bien. Pedimos una fondue con boletus, que venía con patatas cocidas, y además un steak tartar porque no les quedaba entrecôte. De postre tomamos unos merengues con doble crema de Gruyère. Todo estaba muy rico, siendo acompañado por un vino elaborado a base de Pinot Noir, de la zona de Fribourg, jarra gratuita de agua y dos copas de Ruinart para celebrar mi cumpleaños. Estaba todo muy rico pero pagamos 151’6CHF, es decir, el doble que en La Limite (sólo las copas de Champagne fueron 30CHF). Antes de las 20 abandonamos la mesa, como nos habían solicitado.
Pelayo quiso tomar algo después de la cena, pues la verdad es que aún era temprano para el horario español, así que entramos en un local muy animado, llmaado Katrépices, donde probamos varias copas de vino:
-Celler des Chartreux by Sebastian Chebal 2023: vino rosado elaborado a base de Garnacha por un antiguo jugador de rugby), 7CHF
-Domaine Creuze Noire St-Amour 2022: Beaujoulais (Gamay), 10CHF
-Domaine Creuze Noire St Véran 2022: Chardonnay elaborado en Borgoña, 10CHF
-Dom Cottebrune transhumance 2021, de Faugères, Languedoc-Roussillon, 9CHF
La verdad que había muy buen ambiente en el local y disfrutamos las copas de vino, pagando por todo 37CHF. Volvimos dando un pequeño paseo hasta el hotel, cuya zona ya estaba menos transitada y animada que durante el día, sólo quedaba abierto algún que otro restaurante suelto.
Por fin se cumplía mi sueño de celebrar mi cumpleaños en Ginebra!! Me desperté sobre las 9 en el Hotel Central, mejor de lo que me acosté, probablemente gracias al paracetamol que me había tomado antes de acostarme. Desayunamos en el cuarto y luego fuimos a dar un paseo por la ciudad, concretamente por las diversas islas, hasta que llegamos a La Jonction. Es una zona agradable, con bares, grafitis, tiendas de alquiler de piraguas, zona boscosa de descanso, orilla del río para bañarse, etc. Sin embargo, al ser noviembre, estaba prácticamente todo cerrado y en obras. En este punto se juntan los dos ríos que pasan por Gienbra, el Arve y el Ródano, que se nota por la diferencia de colores. El mejor punto para verlo está en un puente pero nos quedaba lejos y además no sé si era peatonal, pues sólo vimos trenes atravesar por el mismo.
Volvimos caminando hacia el centro, pasando por el Cementerio des Rois, en Plainpalais, donde están enterrados Calvino, Jorge Luis Borges y toda una serie de personajes ilustres que algo tuvieron que ver con el país. Continuamos hasta el Parc des Bastions, en pleno corazón de la ciudad, que alberga el famoso Monumento de la Reforma. Además allí seguían los tableros de ajedrez pintados en el suelo para que la gente juegue, con grandes fichas de plástico, que tanto llamaron mi atención en 2004.
Aproveché para hacerme fotos en UniDufour, el edificio administrativo de la Universidad Cantonal de Ginebra, donde había estado durante mi período de Erasmus. Enfrente está el Grand Théâtre de Genève, el Monumento de Henri Dufour en Place Neuve, el Museo Rath, etc. Nos adentramos en la Vieille Vile, entrando a ver el patio del Ayuntamiento, y caminamos hasta Rive. Allí cogimos el bus 6 hasta el embarcadero de Genève Plage, donde queríamos coger un barco hasta la otra orilla pero volvimos a perderlo…
Resulta que salía de un pequeño embarcadero que está cerca del monumento de Port Noir, a las y cuarto y a las menos cuarto así que finalmente cogimos el M4 hasta Chateaubriand a las 12:45. Una vez en el otro lado del lago tomamos un bus hasta Appia, pues teníamos entradas reservadas para visitar la ONU a las 14:30, con guía en español. Estas entradas fueron las únicas que compré online con cierta antelación, pues se suelen agotar (el 15/11 para el 21/11), pagando 42’4CHF por las dos.
Recibí los códigos QR por correo, que hay que mostrar en la entrada, de hecho recomiendan estar media hora antes del inicio de la visita, con el fin de poder pasar los controles de seguridad con tiempo suficiente y no llegar tarde. Como aún faltaba algo de tiempo aprovechamos para entrar en el Museo de la Cruz Roja, que está justo enfrente, y tomar algo en la cafetería, pues comenzó a nevar. La verdad es que el comedor tenía buena pinta, había bastante gente. Este museo, del que me han hablado bien, me queda todavía pendiente de visitar.
Cuando fue la hora nos acercamos hasta Naciones Unidas, donde pasamos el control de documentación y el de seguridad, para luego esperar a que nos viniesen a buscar las guías. Una vez dentro del edificio de reuniones nos repartieron en dos grupos; nosotros tuvimos la suerte de hacer la visita con Mónica, una guía mejicana que nos hizo gozar con la visita, nos pasaron las dos horas volando, es excepcional.
Nos explicó el origen de la ONU, nos mostró varias de las salas que estaban libres, obras de arte que regalan los países, etc. La pena es que la parte más antigua, de la que yo guardaba un gran recuerdo, no pudimos verla, pues estaba en reformas, que es donde además se encuentra la Gran Sala de reuniones que siempre aparece en la TV. Sin embargo sí que pudimos ver la Sala XX o de los Derechos Humanos y de la Alianza de las civilizaciones, pintada por Miquel Barceló, también llamada la Capilla Sixtina de la ONU. Al parecer se basó en el mar y cuenta con numerosas estalactitas de pintura (en total se usaron casi 35.000 kilos), polémica en su momento por el gran gasto que supuso.
Una vez que desgraciadamente acabó la visita y nos despedimos de Mónica, visitamos la tienda, donde Pelayo compró una gorra (19 CHF) para él y una sudadera para mí (69 CHF). Yo cogí una pequeña navajita llavero (7CHF) que pasó por el control del aeropuerto, a la vuelta, sin problema. Una vez fuera del recinto cogimos el bus 20 justo delante de la ONU, bajando en Bastions. Dimos una vuelta por la Vielle Vile para ver la Catedral de Saint Pierre y callejuelas de alrededor. Nos acercamos también al hotel para dejar las bolsas y aprovechamos para comer algo en el cuarto, pues no habíamos comido nada desde el desayuno.
Para la noche había reservado mesa en La Gruyeriène, gracias a la camarera que nos atendió por teléfono, pues me dijo que si íbamos de 18:30-20:00 nos daba mesa, pero que luego tendríamos que marchar porque estaba todo completo. Como eran las 18h nos dirigimos ya para el restaurante, que iba a ser más merienda que cena, pero no había otra opción y tampoco nos importaba, después del desgaste del día.
La joven que nos atendió por teléfono fue la que luego también nos sirvió en el restaurante, de origen africano, extremadamente amable, así que le agradecimos mucho el gesto. Otro de los camareros que nos atendió, portugués, era también muy majo, y nos recomendó muy bien. Pedimos una fondue con boletus, que venía con patatas cocidas, y además un steak tartar porque no les quedaba entrecôte. De postre tomamos unos merengues con doble crema de Gruyère. Todo estaba muy rico, siendo acompañado por un vino elaborado a base de Pinot Noir, de la zona de Fribourg, jarra gratuita de agua y dos copas de Ruinart para celebrar mi cumpleaños. Estaba todo muy rico pero pagamos 151’6CHF, es decir, el doble que en La Limite (sólo las copas de Champagne fueron 30CHF). Antes de las 20 abandonamos la mesa, como nos habían solicitado.
Pelayo quiso tomar algo después de la cena, pues la verdad es que aún era temprano para el horario español, así que entramos en un local muy animado, llmaado Katrépices, donde probamos varias copas de vino:
-Celler des Chartreux by Sebastian Chebal 2023: vino rosado elaborado a base de Garnacha por un antiguo jugador de rugby), 7CHF
-Domaine Creuze Noire St-Amour 2022: Beaujoulais (Gamay), 10CHF
-Domaine Creuze Noire St Véran 2022: Chardonnay elaborado en Borgoña, 10CHF
-Dom Cottebrune transhumance 2021, de Faugères, Languedoc-Roussillon, 9CHF
La verdad que había muy buen ambiente en el local y disfrutamos las copas de vino, pagando por todo 37CHF. Volvimos dando un pequeño paseo hasta el hotel, cuya zona ya estaba menos transitada y animada que durante el día, sólo quedaba abierto algún que otro restaurante suelto.