30 de agosto de 2025. Mostar

A partir de las 23:00h del día anterior empezó a llover y lo hizo con bastante fuerza hasta bien entrada la mañana del día 30 de agosto. Por lo que fuimos a desayunar casi a las 10:00h (el horario de desayuno es de 07:00h a 10:00h) y lo hicimos prácticamente solos. Teníamos dos opciones: cambiar el recorrido previsto o esperar a que escampara. Tuvimos que escoger necesariamente la segunda opción; ya que en el resto de lugares del país a visitar hacía el mismo mal tiempo. Así que esperamos un rato y cuando la lluvia se convirtió en llovizna pusimos rumbo andando hacia la ciudad de Mostar. Al llegar, cesó la lluvia aunque volvería intermitentemente durante todo el día.

Antes de llegar al "centro" de la ciudad fuimos subiendo desde el hotel por la calle que atraviesa toda la población, Maršala Tita, en la que encontramos algún que otro cajero y ya que no teníamos efectivo y disponemos de un par de tarjetas Revolut intentamos sacar unos cuantos BAM. Con mi tarjeta Revolut (Master) en dos cajeros no puede sacar dinero, en cambio, mi hija con su tarjeta Revolut (Visa) no tuvo problemas. Después en un tercer cajero sí puede sacar con la mía. Así que depende del banco bosnio, supongo. Subiendo por la calle mencionada pasamos por Šarića podharem, un cementerio bastante grande a pie de calle, a ambos lados de Maršala Tita y después, unos metros más adelante contemplamos algún testimonio de la guerra de Bosnia.


Imagen típica de Mostar en un día lluvioso desde el Lučki Most
Unos 5' después andando hacia el norte por Maršala Tita giramos a la izquierda para atravesar el Lučki Most y contemplar el famosísimo paisaje de la ciudad formado por el río Neretva, el Stari Most y de fondo, los minaretes y cúpulas de las mezquitas.
Cruzado el Lučki Most, que a parte de la vista que ofrece no tiene más interés, seguimos, más o menos, el siguiente primer recorrido que finaliza en el restaurante donde comimos para después continuar con la segunda parte de la visita.

Lučki Most - Punto fotográfico - Kriva ćuprija - calle Onešćukova - Stari Most - Kujundžiluk Bazar - Koski Mehmed-pašina džamija - Museo de las víctimas de la Guerra y el Genocidio - casa Biscevic - Karađozbegova džamija - Grill Centar (restaurante)

Una vez cruzado el puente sobre el rio Neretva giramos a la derecha por Gojka Vukovića hasta donde se abre un descenso hacia el rio y desde allí tener la posibilidad de hacer "mil" fotos del Stari Most. En este punto hay alguna empresa de alquiler de kayacs y embarcaciones que ese día en concreto, por el mal tiempo, estaban mano sobre mano.

Luego subimos hasta el Kriva ćuprija o el puente torcido es un pequeño puente de piedra que cruza el río Radobolja, afluente del Neretva. El puente es el puente de un solo arco más antiguo de Mostar, construido en 1558 durante el dominio otomano. Su constructor fue el arquitecto otomano Ćejvan Ketoda. Se encuentra a unos 30 m al oeste del Stari Most y es una versión en miniatura del mismo. Une las orillas del río Radobolje con un arco de medio punto de 8,56 m de diámetro. El puente tiene una altura de 4,15 m y se accede a él por unas escaleras resbaladizas de piedra que empezamos a experimentar por toda la parte antigua de Mostar y, sobre todo, con lluvia. Kriva Ćuprija pertenece al complejo arquitectónico del casco antiguo de Mostar y ha sido declarado Monumento Nacional de Bosnia y Herzegovina por KONS y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


A cada lado del puente figura una piedra que contiene el mensaje "No olvides 1993"
Una vez cruzado este puente ascendemos hasta la calle Onešćukovacalle en la que podemos ver los edificios de los antiguos talleres, convertidos actualmente en tiendas. Por esta calle se llega hasta la estrella de la ciudad, el Stari Most,
El Stari Most o Стари Мост es uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia. El puente, junto al barrio circundante en la ciudad vieja de Mostar, forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 2005. El puente otomano da nombre a la ciudad (most significa «puente» en idioma bosnio)
El puente, que databa originalmente del siglo XVI, siempre ha sido considerado como un símbolo de la época otomana de Bosnia y Herzegovina. Fue el Sultán Solimán el Magnífico quien encargó su construcción al arquitecto Mimar Hajrudin que fijó los fundamentos de lo que sería la arquitectura del Imperio Otomano. El puente resistió durante cuatro siglos terremotos, inundaciones y guerras. En la II Guerra Mundial lo atravesaron incluso los Panzer de la Alemania nazi.
Este puente entre la orilla musulmana y la croata católica de Mostar no resistió los bombardeos de las fuerzas croatas y cayó sobre el río, a pesar del llamamiento que había hecho la comunidad internacional para que no fuera destruido. Fue volado durante la guerra de Bosnia el 9 de noviembre de 1993 a las 10:15 horas siendo Uno de los episodios más simbólicos de la Guerras yugoslavas (1991-2001). Slobodan Praljak, el comandante del Consejo Croata de Defensa que había ordenado su destrucción, se suicidó en 2017 ante el tribunal Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY) que ratificaba su condena a 20 años de prisión por dicha acción, así como por otros cargos. Tras su destrucción fue reemplazado, primero y temporalmente por un puente colgante y, luego, ya en paz se iniciaron los trabajos de reconstrucción, bajo la colaboración de la Unesco y de organizaciones de rescate del Patrimonio de la Humanidad. La reconstrucción se prolongó durante años y, aunque se trata de una réplica fiel, el color de la piedra marca una diferencia notable con el original. No se utilizó ninguna piedra recuperada del viejo puente. El 23 de julio de 2004 se reinauguró el puente como símbolo de la reconciliación nacional en Bosnia y Herzegovina. Desde el fin de la guerra hasta el comienzo de las obras de reconstrucción, ambos lados de la ciudad permanecieron unidos gracias a un puente provisional construido por ingenieros militares españoles destinados en Bosnia y Herzegovina como parte de la misión de paz de la ONU.
El puente tiene una anchura de 4 m, una longitud de 30 m, 28 m de luz de su arco y una altura sobre el río Neretva de unos 20 m. Lo flanquean dos torres, la Torre Halebija y la Torre Tara, añadidas en el siglo XVII.
En la ciudad de Mostar, saltar desde el puente es una prueba de coraje que data de más de 400 años. Con la reconstrucción del puente volvió la costumbre de los saltos desde su cima. El concurso que se celebra cada verano atrae a decenas de competidores nacionales e internacionales y varios miles de espectadores.

Cruzando el puente de oeste a este acabas en Kujundžiluk y su bazar. La otra arteria comercial de la ciudad antigua. Es una de las zonas más antiguas de Mostar. Una pequeña y bonita calle adoquinada que data de mediados del siglo XVI, donde se encuentran tiendas de artesanía y restaurantes tradicionales. En la época otomana llegó a reunir más de 500 talleres siendo el corazón del mundo empresarial de toda la región. El Antiguo Bazar representa un ejemplo característico de la arquitectura y, al mismo tiempo, de la vida cotidiana de Mostar con talleres, restaurantes y cafés.
Al final de la calle, a su izquierda, en Mala Tepa, se halla la Koski Mehmed-pašina džamija.


Horario: todos los días de 09:00-16:00 (período de invierno) o de 09:00-20:00 (período de verano).
La entrada al patio es gratuita, no así el acceso al interior de la mezquita y el ascenso al minarete. Está abierto a los visitantes siempre que sigan los códigos de vestimenta básicos y un comportamiento respetuoso.
La mezquita es uno de los monumentos arquitectónicos y culturales más importantes de Mostar. Ubicada en el corazón del casco antiguo, justo a orillas del río Neretva, esta mezquita es un testimonio de la rica herencia otomana en Herzegovina.
La mezquita fue construida en 1618 durante el gobierno otomano. Su fundador fue Mehmed-pasha Koski, un funcionario otomano de alto rango que contribuyó significativamente al desarrollo urbano de Mostar. La construcción de esta mezquita jugó un papel esencial en el fortalecimiento de la identidad religiosa y cultural de la comunidad musulmana en Mostar, convirtiéndose en un lugar central para las prácticas religiosas y las reuniones culturales. Mehmed-pasha Koski fue conocido por sus esfuerzos para mejorar la infraestructura de Mostar, convirtiéndola en una de las ciudades más importantes de Herzegovina bajo el dominio otomano. Durante su larga historia, sufrió daños, particularmente durante el siglo XX, cuando las guerras dejaron huella en su estructura. La mezquita y el complejo fueron totalmente destruidos en 1993 en el transcurso de un asedio a la ciudad por parte de las tropas croatas de HVO. Tras terminar la guerra fue objeto de reconstrucción entre los años 1999 a 2001.
La mezquita es un ejemplo de arquitectura otomana clásica, caracterizada por su simplicidad, elegancia y proporciones. Construida con piedra local, la mezquita está dominada por una impresionante cúpula, uno de los elementos más reconocibles de la arquitectura otomana. Esta cúpula refleja el estilo otomano clásico. Su simplicidad y perfecta integración con el entorno lo hacen una de las características arquitectónicas más llamativas de la mezquita. La cúpula de 10 m de diámetro y 15,25 de altura está antecedida por un porche cubierto por otras tres pequeñas cúpulas. El edificio de la mezquita presenta una planta de un solo piso con forma de cubo de 12.60 m de lado, formado por bloques de piedra cuadrados “tenelija” (el mismo tipo de piedra con que se construyó el Stari Most) de 1,10 m de lado, labrados con precisión. El Minarete, de 30 m de altura, es una de sus características más destacadas que ofrece una vista panorámica del Puente Viejo y el Casco Antiguo. Debido a su altura y posición a lo largo del río Neretva, el minarete es visible desde todas las partes de la ciudad.Una de las mayores atracciones es la oportunidad de escalar el minarete de la mezquita.
El interior de la mezquita está adornado con pinturas murales bien conservadas, inscripciones caligráficas y patrones geométricos. Las paredes presentan ricos motivos islámicos, que reflejan la profunda devoción religiosa y la expresión artística de la era otomana. Estas decoraciones no solo son estéticas, sino que también tienen significados simbólicos, a menudo representando versos del Corán o mensajes morales y espirituales. El mihrab (nicho que indica la dirección de La Meca) y el minbar (púlpito) están tallados en piedra finamente trabajada. Ambos elementos no solo son funcionales, sino que también son joyas artísticas, lo que demuestra la precisión y la artesanía de los constructores otomanos.
La mezquita sigue funcionando como un lugar de culto, con la llamada a la oración (adhan) resonando desde su minarete cinco veces al día. Además de las oraciones diarias, alberga celebraciones religiosas, conferencias y eventos culturales. Además de la propia mezquita, el complejo incluye una pequeña casa de té y una tienda de recuerdos
En la misma calla Mala Tepa, unos metros más hacia arriba a la derecha por la primera y llegamos al Museo de las Víctimas del Genocidio en Mar sala Tita, 130.
Horario:Todos los días de 09:00h a 21:00h
Precio: 15 BAM


En el museo no se puede hacer fotos
El Museo de las Víctimas de la Guerra y el Genocidio ofrece una experiencia relacionada con lo que pasó durante la guerra de 1992-1995, con toda su brutalidad: genocidio, campos de concentración, masacres, crímenes contra la humanidad. El museo muestra declaraciones de las víctimas, objetos personales exhumados de las masacres, fotografías, testimonios, pruebas judiciales, etc.
Luego volvemos a Mala Tepa, la primera a la derecha hasta encontrar la calle Biščevića y a la izquierda hasta dar con la Bišćevića kuća
Horario: 09:00h a 17:00h (según google)
La casa data del siglo XVII y es un ejemplo de la arquitectura otomana de la ciudad. Se trata del complejo residencial de la familia Biscevic que, por cuestiones hereditarias, se dividió en tres zonas diferenciadas en el siglo XIX. El complejo está orientado hacia el rio y cuenta con patios interiores donde reina La Paz. puedes recorrer las diferentes estancias y contemplar desde sus ventanales el discurrir del rio. Lo mejor es que no tiene la gran afluencia de gente de las otras casas otomanas más conocidas.


Al volver a la calle Braće Fejića giramos a la izquierda y topamos con el muro de la Karađozbegova džamija que nos limitamos a ver desde fuera. Mezquita otomana del siglo XVI quecon su gran cúpula y su alto minarete, es una de las mezquitas más grandes de la región.
Una inscripción de fundación árabe en la mezquita registra que fue encargada por Mehmed Beg b. Abu al-Saʿadat', que era hermano de un visir en el año AH 965 (1557-58). La mezquita puede haber sido diseñada por el arquitecto imperial Mimar Sinan. Tiene la forma de un cubo con bóveda frente a un pórtico doble. Las tres cúpelas del pórtico interior están sostenidas por cuatro columnas de mármol. El pórtico exterior tiene un techo de cobertizo que descansa sobre pequeños pilares octogonales. La gran cúpula de 10,65 m (34,9 pies) de la mezquita se encuentra en un tambor fenestrado octogonal que está sostenido por arcos de ocho puntas.
La mezquita sufrió graves daños durante la II Guerra Mundial y se enfrentó a casi la destrucción durante la Guerra de Bosnia a principios de la década de 1990. Sin embargo, la Mezquita Karađoz Bey fue objeto de exhaustivas reparaciones entre 2002 y 2004 y fue completamente renovada y reabierta al público en julio de 2004.

Seguimos subiendo por Braće Fejića y a mano derecha encontramos la taberna en la que comimos bien y barato, el Grill Center Mostar. Sólo se puede pagar en efectivo que se soluciona sacando dinero en los cajeros de enfrente mismo. Así que aquí hicimos un alto en la visita para después continuar con una segunda parte.
Después de comer salimos a la calle Braće Fejića hasta Mostarskog bataljona y giramos a la izquierda y allí se encuentra el hotel Neretva.

El Hotel Neretva (cirílico bosnio: Хотел Неретва) fue diseñado en 1890 por el arquitecto Alexander Wittek y construido en un estilo pseudo-morisco específico que fue dominante desde finales del siglo XIX, en la orilla izquierda del río Neretva, en el corazón del casco antiguo de Mostar, durante el dominio austrohúngaro en Bosnia y Herzegovina.
Numerosos líderes mundiales permanecieron en él, desde el emperador Francisco José hasta Josip Broz Tito y numerosos turistas de muchas partes del mundo. Así, a finales del siglo XIX, se creó el hotel "Neretva", que en el momento de su construcción en 1892 trajo a Mostar no solo un nuevo estilo arquitectónico, sino también el espíritu de la vida en Europa con un nuevo tipo de habitaciones de invitados, salas de reuniones o salas de lectura acompañadas de música de piano. El hotel servía el famoso pastel Sachertorte y el Wiener schnitzel, preparado por chefs contratados de Praga. En el centenario del hotel (a pesar de varias renovaciones y adiciones), el hotel estaba listo para una renovación en profundidad, pero el edificio fue destruido en los primeros meses de la guerra de Bosnia en 1992, junto con casi todos los edificios importantes de la ciudad.
El hotel ha permanecido en ruinas hasta el año 2018 en que se iniciaron sus obras de reconstrucción que todavía no han finalizado.
Al cruzar el puente llegaremos hasta la Plaza de España o Španski trg o Španjolski trg
La Plaza de España es la plaza pública más grande de Mostar. Fue construida por el gobierno de Bosnia y Herzegovina en homenaje a los militares españoles caídos en acto de servicio durante la misión en el país durante la Guerra de Bosnia. La Plaza de España fue creada el 12 de octubre de 1995 por el gobierno bosnio y fue inaugurada oficialmente el 3 de abril de 2012 por el rey Juan Carlos I de España en su visita oficial al país.
La Plaza de España es la plaza pública más grande de Mostar. Fue construida por el gobierno de Bosnia y Herzegovina en homenaje a los militares españoles caídos en acto de servicio durante la misión en el país durante la Guerra de Bosnia. La Plaza de España fue creada el 12 de octubre de 1995 por el gobierno bosnio y fue inaugurada oficialmente el 3 de abril de 2012 por el rey Juan Carlos I de España en su visita oficial al país.


Escuela de secundaria, rehabilitada en 2010 con fondos de la Cooperación Española, en la parte sur de la plaza. Banderas de España y Bosnia en la Plaza de España con una placa con los nombres de los 23 militares españoles fallecidos durante la guerra
En 2010 la escuela de secundaria en la plaza -denominada Gimnazija- fue rehabilitada en 2010 por la ONG Rescate con fondos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En la plaza se encuentra un edificio en ruinas desde donde los francotiradores se apostaban, Sniper Tower


En el 2012 la plaza fue remodelada e inaugurada de manera oficial por el rey Juan Carlos I de España en su visita oficial al país y el presidente de Bosnia, Bakir Izetbegović. El Gobierno de España aportó 500.000 euros a la remodelación de la plaza que incluían nuevas zonas ajardinadas, una fuente y una nueva pérgola.

En esta zona se concentran edificios en ruinas desde la guerra que se mantienen en ese estado como recuerdo de lo sucedido y para que perviva en la memoria aunque no dejan de ser atracciones para los turistas que por allí pasamos.
Por último nos queda llegar hasta la Iglesia Franciscana o Franjevačka Crkva u Mostaru. Desde la plaza España bajamos por Boulevard M6.1y giramos a la derecha por Franjevačka para salir a la Iglesia de San Francisco con su torre de la paz. Antes habremos pasado por delante del Ayuntamiento de Mostar.
Horario: Todos los días de 09:00h a 17:00h. Subir a la torre de pago: ¿?€
Ubicada junto al río Radobolja y bajo la sombra de la montaña Hum se encuentra un testimonio de la fe profunda de Mostar: la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Este edificio católico romano, junto con el monasterio franciscano que lo acompaña, se alza como un faro de esperanza. Esta majestuosa estructura, construida originalmente en 1866, estaba gobernada por los frailes franciscanos. Aproximadamente treinta años después de la inauguración de la iglesia, el monasterio franciscano adyacente adornaba el paisaje de la ciudad. Sin embargo, en 1992, sufrió la destrucción por el bombardeo serbio-montenegrino de Mostar. La iglesia, que alguna vez fue majestuosa, quedó en ruinas y sus restos dañados por el fuego y los proyectiles. Sin embargo, frente a la adversidad, el espíritu de Mostar y sus fieles habitantes brillaron y con una dedicación inigualable, en tan solo 35 días, los frailes construyeron una enorme cripta con capacidad para 1.200 personas y, en la Navidad de 1995, la Misa de Gallo resonó de nuevo. El renacimiento de la iglesia no se detuvo allí. La reconstrucción posterior se inspiró en la iglesia original, replicando su grandeza, aunque a una escala más grande y más robusta. En 2009/2010, el exterior del Monasterio Franciscano también fue restaurado meticulosamente para devolverle su antigua gloria. Las reliquias de la iglesia original que se salvaron del fuego y los bombardeos se exhiben ahora en la galería del monasterio franciscano. El esplendor se completa con el Campanario de la Paz, que con sus 107 m de altura es el más alto de la región. Erigido en el lugar del campanario original de 1866, alberga
cinco campanas conservadas desde 1927 y dos más nuevas de 2015. El campanario ofrece una vista panorámica de la belleza de Mostar.Horario: Todos los días de 09:00h a 17:00h. Subir a la torre de pago: ¿?€
Ubicada junto al río Radobolja y bajo la sombra de la montaña Hum se encuentra un testimonio de la fe profunda de Mostar: la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Este edificio católico romano, junto con el monasterio franciscano que lo acompaña, se alza como un faro de esperanza. Esta majestuosa estructura, construida originalmente en 1866, estaba gobernada por los frailes franciscanos. Aproximadamente treinta años después de la inauguración de la iglesia, el monasterio franciscano adyacente adornaba el paisaje de la ciudad. Sin embargo, en 1992, sufrió la destrucción por el bombardeo serbio-montenegrino de Mostar. La iglesia, que alguna vez fue majestuosa, quedó en ruinas y sus restos dañados por el fuego y los proyectiles. Sin embargo, frente a la adversidad, el espíritu de Mostar y sus fieles habitantes brillaron y con una dedicación inigualable, en tan solo 35 días, los frailes construyeron una enorme cripta con capacidad para 1.200 personas y, en la Navidad de 1995, la Misa de Gallo resonó de nuevo. El renacimiento de la iglesia no se detuvo allí. La reconstrucción posterior se inspiró en la iglesia original, replicando su grandeza, aunque a una escala más grande y más robusta. En 2009/2010, el exterior del Monasterio Franciscano también fue restaurado meticulosamente para devolverle su antigua gloria. Las reliquias de la iglesia original que se salvaron del fuego y los bombardeos se exhiben ahora en la galería del monasterio franciscano. El esplendor se completa con el Campanario de la Paz, que con sus 107 m de altura es el más alto de la región. Erigido en el lugar del campanario original de 1866, alberga
Lástima que llegamos pasadas las 17:00h y se encontraba cerrado

Desde ahí al puente Stari Most y, aunque la buscamos durante ese trayecto no localizamos la Sinagoga o los restos de la misma, así que cruzado el puente recorremos, una vez más, el casco antiguo entre momentos de lluvia y otros de sol radiante y salimos a Marsala Tita para recorrerla hacia el sur y llegar al hotel a pegarnos un baño, cenar y descansar hasta el día siguiente