La ciudad de Jaipur, capital del estado de Rajastan, la fundó en 1728 el marajá Sawai Jai Singh II, conocido por su afición a la arquitectura, la poesía y la astronomía.
Jai Singh II diseñó la ciudad en colaboración con su arquitecto y la concibió como un gran rectángulo dividido en 9 barrios, a su vez rectangulares, separados por anchas avenidas. Los 9 barrios representan las 9 planetas del Universo según la tradición védica. Todo el conjunto estaba rodeado por 10 Km. de muralla de 6 m. de altura y a través de 10 puertas se accedía a la ciudad, en la actualidad no se utilizan todas, sólo 7.
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Las callejuelas de los barrios de Jaipur son estrechas, llenas de color y vida, repletas de bulliciosos bazares.
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Una experiencia que no se puede uno perder en Jaipur es la de observar el tráfico. Si subes a una terraza puedes ser espectador de imágenes casi surrealistas; todo es caos, pero curiosamente,todo fluye con un orden que parece establecido de antemano, como si todos los que circulan, vacas , peatones, bicicletas, rischaw, coches, buses, camiones, ????????', se hubiesen puesto de acuerdo y, al son de un ruido infernal, se deslizasen por la calzada bailando una danza salvaje en la que ninguno pierde el ritmo. Increíble

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Al caer la tarde la ciudad se va tiñendo de rosa intenso, reflejo del sol en los edificios de arenisca rosada. Vale la pena buscar un lugar apartado y en alto para disfrutar la puesta del sol en todo su esplendor. Una buena opción puede ser el Templo de Birla, dedicado a Vishnu y a Laxmi, emplazado en la pequeña colina de Moti Dungari. Este templo se construyó en 1988 gracias a la aportación de la familia Birla, una de las más ricas de la India.
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Es de mármol blanco, las figuras de Visnhu y Laxmi están talladas en las columnas, también hay tallas de otros personajes: Confucio, Buda, Jesucristo, la Virgen María, Sócrates.... Desde la terraza exterior la puesta de sol resulta imponente.
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La visita a Jaipur puede comenzar por el palacio de la ciudad, en el casco antiguo. El palacio es una mezcla de estilos rajastaní y mogol. Todas las dependencias están muy bien conservadas. En el museo podemos ver magníficas colecciones de arte, alfombras, esmaltes, armas,trajes de los antiguos maharajás y marajanís......
El recinto del palacio es inmenso, con muchos patios y edificios de varias plantas, pintados en color rosado y blanco. El edificio principal, Chandra Mahal, sigue siendo la residencia de la familia del actual maharajá de Jaipur. La entrada y el mirador están decorados con pavos reales con las plumas de la cola extendidas. La guardia del maharajá, con uniforme blanco, bigote y turbante rojo ,flanquea la entrada.
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Muy cerca del Palacio encontramos el abservatorio astronómico Jantar Mantar edificado en 1728 debido a la pasión de Jai Singh por la astronomía.
Cada construcción del observatorio tiene una función: medición de la posición de las estrellas, cálculo de eclipses.... Un enorme reloj de sol de 30 metros aún se sigue tomando como referencia por su exactitud y es el que marca la hora local de Jaipur.
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En una céntrica calle de la ciudad vieja se alza Hawa Mahal, Palacio de los Vientos, con su fachada rosa y banca. Construido en 1799 formaba parte del antiguo palacio de la ciudad. Su función era permitir a las damas de de la corte observar la vida de la ciudad y los actos oficiales sin ser vistas. Tiene 5 pisos y 953 pequeñas ventanas, el viento que circulaba a través de ellas dio nombre al palacio. La forma de la fachada recuerda la cola de un pavo real, motivo que se repite en muchos edificios repartidos por todo el pais.
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Al sur de las murallas del casco antiguo está el Albert Hall, rodeado por los jardines de Ram Niwas y por amplias avenidas. Se hizo para la visita del príncipe Alberto de Inglaterra en 1877, en la actualidad es un museo.
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A 12 Km. de Jaipur se alza la imponente fortaleza de Amber. La subida a lomos de los elefantes es muy divertida y se puede disfrutar de un maravilloso paisaje desde algunos tramos de la rampa que conduce a la fortaleza. Lo malo es que a lo largo de todo el recorrido un enjambre de vendedores y fotógrafos te persigue hasta la saciedad para ofrecerte sus artículos o para inmontalizarte con sus cámaras en lo alto del paquidermo. Son superpesados porque, encima, el conductor del elefante está compinchado con ellos y no cesa de arrojarte cosas al cesto...manteles, cojines, colchas, láminas....en fin, todo el ajuar completo. Y tú no paras de recoger prendas y de devolverlas con una sonrisa, con lo cual sólo estás pendiente de todo el trajín de esa tienda en casa ambulante y no puedes gozar del paisaje todo lo que quisieras, hasta que te hartas y le dejas bien claro al del elefante que no hay propina si no te espanta a los moscones.

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Los elefantes te dejan en un patio central desde el que se acede al palacio. Si la entrada al palacio es fabulosa, motivos florales, celosías, bajorrelieves....el interior resulta fantástico, con sus muros decorados con pequeños espejos incrustados. En el llamado Salón de los espejos se podía iluminar toda la estancia con una sola vela. El actual Fuerte Amber se comenzó en 1592 bajo el reinado del rajá Man Singh, su remodelado aprovechó los restos de una fortaleza anterior.
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Hay mucho más que ver en Jaipur, todo depende del tiempo del que se disponga, pero lo más interesante de este lugar es pasear tranquilamente por la ciudad antigua, sin prisas, sin cámaras, para no perderse cada detalle, cada gesto de la gente.....
Y tras casi tres intensos días dejamos esta ciudad mágica de intrincados rincones y de colores y olores, nuevamente , únicos.