Viaje de 20 días por India y Nepal, con breve escala en Abu Dhabi. ✏️ Blogs de IndiaTres países y un millón de sensaciones.Autor: Zaiby Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (18 Votos) Índice del Diario: Viaje de 20 días por India y Nepal, con breve escala en Abu Dhabi.
01: Escala en Emiratos Árabes: Abu Dhabi y la mezquita más bonita del mundo.
02: Nepal: Llegada a Katmandú, una ciudad entre montañas.
03: Nepal: La cara más amable de Katmandú
04: Nepal: Bandipur, el atardecer más bonito de Nepal.
05: Nepal: De Dumre a Pokhara.
06: Nepal: Amanecer en el Himalaya.
07: Nepal: De Pokhara a Katmandú y el festival de la luz.
08: Nepal: Bhaktapur y Bouddhanath
09: India: Sobrevolando el Himalaya
10: India: Amritsar, la ciudad de los sij.
11: India: De Amritsar a Jaipur por carretera.
12: India: Jaipur, la ciudad rosa.
13: India: Abhaneri y Fatehpur Sikri, on the road.
14: India: Una cita con el Taj Mahal
15: India: Orchha, la ciudad de las sonrisas.
16: India: Khajuraho, la ciudad de los templos.
17: India: Varanasi, una de las ciudades más antiguas del mundo.
18: India: Un paseo por el Ganges.
19: India: Delhi y la tumba que inspiró el Taj Mahal.
20: India: Namasté
21: 10 consejos si vas a visitar Nepal
22: 15 consejos si vas a visitar India
23: BONUS TRACK: Comer en India y Nepal, la guía definitiva.
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Etapas 1 a 3, total 23
Escala en Emiratos Árabes: Abu Dhabi y la mezquita más bonita del mundo.Escala de un día en Abu Dhabi que aprovechamos para visitar la Mezquita Sheikh Zayed. El día que empieza un viaje siempre es raro. Los nervios, la emoción, los últimos preparativos… El tiempo se acelera y, de repente, todo se pone en marcha. Lo que has estado preparando durante meses, los lugares con los que has soñado, todo toma forma. Y las ciudades dejan de ser sólo mapas, y los vuelos ya no son un número anotado en la agenda. Se convierten en la espera del aeropuerto, el control de pasaportes, una bandeja de comida, turbulencias y siete horas de avión. Tu viaje se va llenando de caras, de palabras, de cosas que salen mejor de lo que esperabas y, sí, también de contratiempos. Y se te va escapando de las manos como si de un reloj de arena se tratara… [align=justify] Pero volvamos al principio. O, al menos, al lugar del despegue. Porque el viaje en sí tal vez comenzara cuando la idea de Nepal cruzó por primera vez nuestra mente. O puede que lo hiciera cuando compramos los billetes. No importa, lo único que importa es que hoy estamos en el aeropuerto. Y que dentro de siete horas estaremos en Abu Dhabi. Lo que no importa tanto pero, aún así, forma parte del viaje son los detalles. Que la cola para facturar era inmensa. Que embarcamos por los pelos. Que los aviones de Etihad nos dejaron maravillados. Que la comida de los aviones me encanta porque la asocio con viajar. Que no conseguí dormirme en todo el vuelo y que al aterrizar estaba agotada. Que el control de pasaportes fue rápido y sencillo, más de lo que había imaginado. Detalles que se terminar por olvidar porque son demasiado parecidos a otros tantos. Porque todos los viajes se parecen en los detalles insignificantes. En las cosas que nadie recuerda cuando deshace las maletas. Lo que no se olvida es la primera vez que ves un lugar. La primera vez que escuchas un idioma desconocido. La primera vez que sostienes entre tus manos una moneda que jamás habías tocado antes. Cuando te sabes en un sitio desconocido y, de pronto, todo se vuelve relevante. Inolvidable. Abu Dhabi Lo primero que siento en Abu Dhabi es calor. Un calor pegajoso y húmedo, que dificulta la respiración y debilita el cuerpo. Un calor de sauna. De ese que te empapa la piel y te aprieta la garganta. El aire acondicionado de la Terminal es casi como un oasis. Tratamos de cambiar dinero pero nos exigen un mínimo de 70€, así que nos decantamos por sacar dinero del cajero con la N26. Ya fuera, buscamos el autobús A1, que es el que va a la mezquita. Es curioso porque las paradas de autobús están cerradas y tienen aire acondicionado, algo que se agradece enormemente y, a su vez, es un indicativo del calor que hace en la ciudad y del dinero que se mueve aquí. Las máquinas para sacar el ticket están justo al lado. No son del todo intuitivas, pero un señor con cara seria nos ayuda en el proceso: el precio es de 5 dírhams y admite tarjetas. Hay que seleccionar ticket personalizado y ponerle un importe de 5 dírhams a mano. Te devuelve una tarjeta que es el billete de autobús. Desde el aeropuerto a la mezquita se pueden tomar los autobuses A1 y 162. El autobús tarda una media hora en llegar y nos deja a unos 5 minutos a pie de la Mezquita, pero con el calor parece mucho más. Es de noche y, por suerte , corre una ligera brisa. Caliente, eso sí. La mezquita parece cerrada pero no, cierra a las 10 de la noche. Eso nos da algo más de una hora para visitarla. La entrada que queda abierta a estas horas está en obras y mal indicada, cuesta verla. Tenemos que pedir indicaciones a la única persona que vemos por el lugar, un guarda de seguridad. La entrada está divida por género, para las mujeres hay disponible un servicio gratuito de chilaba, aunque basta con llevar un pañuelo para cubrirse el cabello y ropa que cubra el cuerpo. El acceso a la mezquita es gratuito y el horario de visita es de sábado a jueves de 9h a 22h. Los viernes sólo abren por la tarde, de 16:30h a 22h. No se permite acceder con comida o bebida, pero lo puedes dejar fuera y recoger al salir. No tenemos problemas para acceder con las mochilas. La mezquita es impresionante. La iluminación nocturna hace que el color blanco resalte más sobre la negrura de la noche. Apenas hay turistas, lo cual se agradece enormemente. El interior de la mezquita, con el suelo cubierto de alfombras y las lámparas de swarovski en el techo es impresionante. Nos quedamos un buen rato con la boca abierta admirándola porque es verdaderamente espectacular. Nos vamos a la hora del cierre. Cogemos un autobús que creemos que nos llevará al hotel más rápido, pero al rato nos indican por signos que tenemos que hacer un transbordo. Está vez el autobús 32 nos deja en la puerta del hotel. Nos llama la atención que los autobuses tengan las primeras filas de asientos reservadas para mujeres. Imaginamos que por motivos religiosos. Subimos a la habitación y descansamos unos minutos. Se agradece el aire acondicionado que, en esta ciudad parece ser imprescindible. Bajamos a pie hasta La Corniche. Nos sorprende que pese a ser tan tarde, hay mucha gente en la calles, en los parques sentados o paseando. Sospechamos que la gente sale a estas horas porque el calor es más soportable que durante el día. Un grupo de gente está cantando en el paseo lo que parece algún tipo de misa. Hacemos fotografías de los edificios iluminados, aunque esperábamos un skyline más espectacular del que encontramos. Compramos unos pastelitos en una tienda y regresamos al hotel, completamente agotados por el viaje y, sobre todo, por el calor. Etapas 1 a 3, total 23
Nepal: Llegada a Katmandú, una ciudad entre montañas.Dejamos Abu Dhabi y volamos a Nepal, nuestra primera parada será Katmandú. Amanece en Abu Dhabi Nos despertamos sobre las 10 de la mañana y vamos a dar una vuelta, pero con el sol pegando de lleno el calor es insoportable. Pasamos a un supermercado a echar un vistazo y acabo comprando un preparado para hacer gulaj jamun. Después regresamos al hotel, recogemos y nos vamos. Desayunamos en el sitio de anoche, otros pastelitos distintos. Es curioso porque en las esquinas hay unos tipos con una pinta un poco rara vendiendo iPhones como si fueran droga. Cuando vamos a coger el autobús, nos encontramos con que varias máquinas están estropeadas. Vamos a otra parada y tampoco conseguimos comprar billete. Se nos ha echado el tiempo encima y no podemos entretenernos más, así que subimos al bus cuando llega (el siguiente viene en media hora!). Le explicamos al conductor que la máquina no funciona y nos dice que pasemos. Estamos un poco agobiados porque creemos que no llegamos a tiempo, pero al final entramos en la terminal a la 1 justo cuando abren el embarque. Muy justos, pero a tiempo. Hemos tenido suerte porque los controles han sido muy rápidos, sin colas. El precio de un trayecto en autobús en Abu Dhabi es de 5 dirhams. El avión es un poco más viejo que el de Madrid a Abu Dhabi y el vuelo resulta algo más pesado pese a ser más corto. Namaste, Nepal Llegamos a Katmandú a las siete de la tarde, hora local. Nos volvemos un poco locos la principio con la hora hasta que vemos que estamos a 5:45 GTM. El control de pasaportes es un caos. Hay que rellenar una ficha con una fotografía y después pagar las tasas, en efectivo. Van muy lentos y hay muchísima gente. Pagamos 50€ y nos devuelven 4€. Después recogemos las maletas, que ya llevan un rato fuera de la cinta. El precio del visado de Nepal es de 25 € para españoles. Negociando el taxi, paramos a una pareja de españoles que también se aloja en Thamel para compartir. El precio es de 700 rupias, más 100 por ser de noche, más otros 100 por tener que parar en dos hoteles. Aún no tenemos rupias, pero nos dicen que podemos pagar en euros (en total, 8€). Dejamos a la otra pareja y vamos a nuestro hotel pero, al llegar, nos dicen que no podemos pagar con monedas; solo billetes. No tenemos rupias ni, evidentemente, billetes de 8 euros, pero subimos al hotel y el recepcionista nos presta el dinero para el taxi. Aprovechamos para llamar al orfanato que vamos a visitar mañana y quedamos con ellos a las 11. La Stupa Guest house no nos causa una buena primera impresión. Lo primero.. porque no tenemos agua caliente. Si nos queremos duchar calentitos tiene que ser en un baño compartido de la tercera planta que no deben de haber limpiado desde la inauguración (luego nos enteraremos de que es bastante común en Nepal que el agua caliente sea solar.. es decir, que funcione solamente durante el día). Lo segundo porque según entramos en la habitación saltan los plomos y nos tienen que cambiar de cuarto al no conseguir solucionarlo. Nos mandan a la última planta, en la que hace un calor horroroso y solo tenemos un ventilador de pie que funciona fatal y hace muchísimo ruido. Además la WiFi no llega hasta aquí arriba y, lo mejor de todo, cuando estamos a punto de salir por la puerta nos dice el recepcionista que ya ha cerrado la puerta de entrada y que no podemos salir. Finalmente negociamos con él que nos deje salir media hora para ir a buscar un cajero. Damos una vuelta por la zona de Thamel y probamos el famoso lassi de plátano. Sacamos dinero del cajero que nos cobra 500 rupias de comisión. Es un poco robo pero, a cambio, con la N26 nos hacen un cambio de 124 rupias que está bastante bien, viendo que en las casas de cambio están ofreciéndolo a 118. Nuestra primera impresión de Katmandú no es muy buena. Las calles que no pertenecen a Thamel están vacías y sin iluminación, solo hay perros callejeros merodeando. En Thamel solo hay turistas y nepalies tratando de vender cosas a los turistas. Música y bares abiertos, mucho ajetreo aunque no termina de convencernos: demasiado turístico, demasiado poco real. Regresamos a la guest house, donde el recepcionista nos espera impaciente para irse a dormir. Nos vamos a la cama. Etapas 1 a 3, total 23
Nepal: La cara más amable de KatmandúPrimer día completo en Katmandú, visitamos un orfanato y la estupa de Swayambhunath. Nos levantamos muy pronto y bajamos a recorrer la zona de Thamel. Queremos comprar material escolar para llevar al orfanato ya que, aunque traemos algunas cosas de España que nos han dado unos amigos, nosotros hemos preferido comprar aquí porque, en primer lugar, es mucho más barato y, en segundo lugar y más importante, así ayudamos también a los comercios locales. Desayunamos un chapati con tortilla y vegetales que nos prepara un vendedor ambulante. Los chapati son viejos amigos: ya los conocíamos de Tanzania y siguen siendo una delicia. Después compramos unos rotis, que son una especie de rosquillas con sabor a churro. Paseando con nuestros rotis, encontramos una tienda con artículos de papelería y compramos cuadernos, lapiceros y bolígrafos. Un montón. El tipo de la tienda se queda encantado. Con la luz del día, Katmandú parece algo más amable. Las calles se han llenado de gente y en las plazas se juntan vendedores con todo tipo de productos : artesanía, verduras, flores… También las tiendas están abiertas. Vemos muchísimas tiendas de ropa y material de montaña (entiendo que la mayoría falsificaciones, pero dan el pego bastante bien). Lo peor, sin duda, es el tráfico: los coches y las motos pitan a los viandantes constantemente y nos vemos obligados a caminar apartándonos todo el rato para que no nos atropellan. Las calles son estrechas y el tráfico muy intenso. En las zonas con aglomeraciones de gente pasan igualmente. Resulta bastante estresante. En una de las plazas, un niño se acerca a nosotros. Nos dice que quiere practicar su inglés y que no va a pedirnos dinero. Nos lleva a ver un templo que hay escondido en una plaza y después a ver una estupa. No terminamos de fiarnos mucho de él, sobre todo cuando nos dice que si le podemos acompañar a su escuela de arte para que su profesor nos conozca porque, asegura, eso le hará estar muy orgulloso de él. No nos convence mucho la historia, pero hasta ahora el niño ha sido bastante agradable y educado, así que le acompañamos. Acabamos en una tienda de pinturas y mandalas, pero en cuanto vemos el percal decimos que no vamos a comprar nada y nos vamos. Nos sentimos un poco decepcionados, no tanto por el engaño (que realmente nos ha beneficiado más que otra cosa, pues al templo no hubiéramos accedido si no hubiera sido por el niño), sino por el hecho de sentir que toca estar alerta. Es algo que ya experimentamos en Cuba y en Tanzania y no resulta nada agradable: aunque comprensible, sentir constantemente que todo el mundo trata de sacarte dinero da bastante pena. Volvemos a la guest house y reservamos el autobús para Pokhara. Son 700 rupias aunque nos bajemos en Dumre, ya que cobran el trayecto completo. Nos garantizan, eso sí, que tiene aire acondicionado (Importante porque hace mucho calor). A las 11 viene a buscarnos el director de Hopad. Es un orfanato situado cerca de Patán al que llegamos en taxi. Los niños más simpáticos de Patán En el orfanato hay 18 niños. La mayoría ha sido abandonados por sus padres por falta de recursos económicos, aunque también hay varios huérfanos. Aquí cuidan de ellos, van a la escuela y practican deporte, siendo especialmente buenos (varios de ellos campeones a nivel nacional!) en artes marciales. Nada más llegar nos reciben con montones de dibujos que han hecho para nosotros, dándonos la bienvenida a Nepal. Nos emociona el gesto y la sonrisa de los niños que, desde el primer momento, se ponen a jugar con nosotros. Se vuelven locos con las cámaras: “clic” nos piden sin parar de hacerse selfies y fotografías entre ellos. Algunos incluso se animan con los vídeos y cantan, bailan o, simplemente, se graban hablando y contando cosas como el nombre de su colegio o su color favorito. Pasamos un buen rato con ellos y después charlamos con el director para recabar la información que necesitamos para JMM, la ONG que colabora con el orfanato que visitamos en Tanzania. Después el director nos invita a comer con su familia: un dal bath que es nuestro primer contacto con la comida Nepalí. Se trata de un plato típico, consistente en arroz y un guiso de lentejas especiadas. Está muy rico. Después de comer, y con mucha pena, nos despedimos de los niños y cogemos un taxi hasta la estupa de Swayambhunath. Swayambhunath La estupa es impresionante y, sin duda, uno de los imprescindibles de Katmandú. Está situada en la cima de una colina al oeste de la ciudad y fue elegida Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1979. También es conocido como el Templo de los monos por la cantidad de estos animales que viven aquí. Hay mucha gente local, que le da un ambiente cálido y movido. Entre eso, las vistas y lo impresionante de la estupa, nos tiramos un buen rato por allí. De la estupa bajamos andando a Katmandú. No tardamos mucho (50 min) en llegar a la Durbar. La entrada cuesta mil rupias, pero se puede pasar durante todo el tiempo que dura el visado con una foto (lo llevas a la oficina de turismo y te hacen una especie de carnet). No llevamos una foto encima, pero nos hacen una tarjeta provisional para que la llevemos el próximo día. Aprovechamos para ir a mirar hoteles para las dos noches que pasaremos en Katmandú a la vuelta de Pokhara. No vamos a repetir en el que estamos,: queremos un sitio con agua caliente y, sobre todo, con recepción 24 horas. Tras dar un par de vueltas nos decidimos por uno situado cerca de The Garden of Dreams llamado Magnificient View. Nos cuesta entendernos con el recepcionista , pero nos dice que la habitación doble cuesta 15$ por noche y la reservamos. No nos pide el nombre ni apunta nada, así que nos vamos algo mosqueados pero.. bueno, esto es Nepal. Después vamos a cenar y echamos un vistazo a las tiendas de montaña antes de irnos al hotel. Etapas 1 a 3, total 23
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