En Etiopía, como en toda África en general, especialmente en las zonas rurales, el peso del trabajo lo llevan las mujeres. No es que los hombres no trabajen, pero sin duda lo hacen en menor medida y los trabajos más duros están destinados irremediablemente a las mujeres, a veces todavía niñas.
En nuestra ruta por carretera vimos, ya desde primera hora de la mañana, a veces todavía a oscuras, como las primeras portadoras de leña del dia caminaban penosamente monte arriba, pegadas a los bordes del asfalto para orientarse en su camino.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mujeres y niñas, menudas, con la espalda doblada por completo, con fardos de leña que casi con seguridad duplicaban su peso. Curiosamente, al pasar por algún poblado, los hombres aparecían sentados próximos a la carretera, así que distinguimos claramente que sí, que en su mayoría eran hombres los que, sentados, charlaban entre ellos mientras las mujeres trabajaban.
En Addís Abeba el 90 por ciento de los obreros de la construcción son mujeres, muchas llegadas de las zonas rurales, que alquilan juntas una pequeña y humilde habitación y trabajan a la intemperie en condiciones pésimas. Los andamios son de madera, mucho más endeble que el hierro, no tienen ninguna medida de seguridad e impresiona verlas literalmente colgadas de las alturas. También vimos mujeres picando piedra en obras de construcción en Akaki, zona industrial a las afueras de la capital, y muchas barrenderas en las calles de Addís.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por fortuna también se ven mujeres en otro tipo de trabajos mejor remunerados, y cada vez más, pero son unas pocas privilegiadas y en las zonas rurales quien trabaja al cien por cien es la mujer: mujeres y niñas trabajando en el hogar, recogiendo leña, portando agua, atendiendo pequeños puestos de venta de fruta o verdura de algún pequeño huerto, y en la ciudad muchas mendigando.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Es cierto que muchos hombres abandonaron sus casas para ir a combatir en la guerra con Eritrea, dejando a la mujer a cargo de la unidad familiar. También casos en los que muere el cabeza de familia y la responsabilidad del hogar, los hijos y el trabajo lo asume la mujer. Pero la mayor parte de los hombres, de manera consciente, permiten que sus hijas pequeñas trabajen o que sus mujeres sufran duras e interminables jornadas de trabajo sin ponerle mayor remedio, una cuestión cultural muy arraigada en toda África que supongo de difícil solución.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un amigo etíope, gran trabajador por cierto y una honrosa excepción a este tema, nos decía en nuestro camino a través de las zonas rurales etíopes: "A veces, viendo trabajar en tan duras condiciones a estas mujeres me pregunto, ¿dónde están los hombres en Etiopía?". Nosotras también nos hicimos la misma pregunta.
Fotografías:
- Mujeres portando leña en Addís.
- Barrendera, en Addís.
- Niña vendiendo caña de azúcar en una aldea etíope próxima a Fiche, junto a la carretera.
- Hombres ociosos en la calle, Akaki.
En nuestra ruta por carretera vimos, ya desde primera hora de la mañana, a veces todavía a oscuras, como las primeras portadoras de leña del dia caminaban penosamente monte arriba, pegadas a los bordes del asfalto para orientarse en su camino.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mujeres y niñas, menudas, con la espalda doblada por completo, con fardos de leña que casi con seguridad duplicaban su peso. Curiosamente, al pasar por algún poblado, los hombres aparecían sentados próximos a la carretera, así que distinguimos claramente que sí, que en su mayoría eran hombres los que, sentados, charlaban entre ellos mientras las mujeres trabajaban.
En Addís Abeba el 90 por ciento de los obreros de la construcción son mujeres, muchas llegadas de las zonas rurales, que alquilan juntas una pequeña y humilde habitación y trabajan a la intemperie en condiciones pésimas. Los andamios son de madera, mucho más endeble que el hierro, no tienen ninguna medida de seguridad e impresiona verlas literalmente colgadas de las alturas. También vimos mujeres picando piedra en obras de construcción en Akaki, zona industrial a las afueras de la capital, y muchas barrenderas en las calles de Addís.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por fortuna también se ven mujeres en otro tipo de trabajos mejor remunerados, y cada vez más, pero son unas pocas privilegiadas y en las zonas rurales quien trabaja al cien por cien es la mujer: mujeres y niñas trabajando en el hogar, recogiendo leña, portando agua, atendiendo pequeños puestos de venta de fruta o verdura de algún pequeño huerto, y en la ciudad muchas mendigando.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Es cierto que muchos hombres abandonaron sus casas para ir a combatir en la guerra con Eritrea, dejando a la mujer a cargo de la unidad familiar. También casos en los que muere el cabeza de familia y la responsabilidad del hogar, los hijos y el trabajo lo asume la mujer. Pero la mayor parte de los hombres, de manera consciente, permiten que sus hijas pequeñas trabajen o que sus mujeres sufran duras e interminables jornadas de trabajo sin ponerle mayor remedio, una cuestión cultural muy arraigada en toda África que supongo de difícil solución.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un amigo etíope, gran trabajador por cierto y una honrosa excepción a este tema, nos decía en nuestro camino a través de las zonas rurales etíopes: "A veces, viendo trabajar en tan duras condiciones a estas mujeres me pregunto, ¿dónde están los hombres en Etiopía?". Nosotras también nos hicimos la misma pregunta.
Fotografías:
- Mujeres portando leña en Addís.
- Barrendera, en Addís.
- Niña vendiendo caña de azúcar en una aldea etíope próxima a Fiche, junto a la carretera.
- Hombres ociosos en la calle, Akaki.