Aprovechando la semana de carnaval y buscando el frío del que casi nunca disfrutamos en Gran Canaria, nos plantamos en Londres un sábado por la tarde, con un vuelo directo con Ryanair a Stanted. Recogidas las maletas, pasamos el control de seguridad rápidamente. Solo estábamos los pasajeros de nuestro vuelo, así que enseguida llegamos al bus que nos llevaría al centro de Londres.
TRASLADO AL CENTRO. Escogimos Terravisión, aunque había también otras opciones (Easybus, el bus National Express, el tren Stanted Express…). Esta nos pareció la más rápida y barata para llegar a Victoria. Llevábamos el billete impreso de ida y vuelta, 14 £ por persona, aunque hay un puesto de información y venta al salir del control de seguridad, a mano izquierda. Para coger el bus hay que bajar una planta y a la derecha; se enseña la hojita impresa, te tachan el viaje y… hacia Londres.
Durante el trayecto pudimos identificar el Tower Bridge, donde había bastante retención de tráfico, la Torre de Londres y parte del skyline londinense. En una hora y cuarto estábamos en la estación de Green Line, en Bulleid Way, justo enfrente de Victoria Station.
ALOJAMIENTO. Siguiendo en la misma dirección en que nos dejó el bus, a mano izquierda se encuentra Belgrave Road, calle en que teníamos el B&B “Luna&Simone” (630£ por 7 noches, con desayuno). La situación es inmejorable (bus 24 en la puerta; metro Victoria y Pimlico cerca; dos supermercados, Tesco en Warwick Way 18 y Sainsbury en Wilton Road 99, varios pubs en los alrededores…) y, sobre todo, el trato y la limpieza extrema. La habitación pequeñita, una cama doble, una silla, armario y pequeña encimera. La moqueta casi ni se notaba, porque estaba limpísima, igual que la habitación y sala de desayunos. Lo único negativo: nos tocó en la última planta y son dos escaleras por cada una, es decir, 8 tramos de escalones estrechitos; después de un día matador… es lo que menos se agradece. El desayuno es el mismo cada día, servido en la mesa: a elegir 1) zumo de naranja o cereales con leche; 2) té o café; 3) huevos pasados por agua o huevos fritos con bacon y judías [en nuestro caso, siempre “no beans”] o jamón cocido y un tomate natural. Además, tostadas con mantequilla y mermelada.
UN POCO DE LOW COST. Compramos unas travel card para una semana, que nos costaron en torno a las 25 libras; Londres es la ciudad donde hemos gastado menos dinero en entradas, aparte de por la gratuidad de algunas de ellas, por el descuento 2x1 de National Rail. Nos fue tan sencillo como entrar en la web Days out Guide, registrarnos, imprimir el billete y presentarlo junto a la tarjeta de transporte con el logo de National Rail. Las ofertas iban cambiando cada cierto tiempo.
Londres es una ciudad que te atrapa con su mezcla de historia y fuertes tradiciones, y su cosmopolitismo y modernidad, sus calles siempres llena de gente...
TRASLADO AL CENTRO. Escogimos Terravisión, aunque había también otras opciones (Easybus, el bus National Express, el tren Stanted Express…). Esta nos pareció la más rápida y barata para llegar a Victoria. Llevábamos el billete impreso de ida y vuelta, 14 £ por persona, aunque hay un puesto de información y venta al salir del control de seguridad, a mano izquierda. Para coger el bus hay que bajar una planta y a la derecha; se enseña la hojita impresa, te tachan el viaje y… hacia Londres.
Durante el trayecto pudimos identificar el Tower Bridge, donde había bastante retención de tráfico, la Torre de Londres y parte del skyline londinense. En una hora y cuarto estábamos en la estación de Green Line, en Bulleid Way, justo enfrente de Victoria Station.

ALOJAMIENTO. Siguiendo en la misma dirección en que nos dejó el bus, a mano izquierda se encuentra Belgrave Road, calle en que teníamos el B&B “Luna&Simone” (630£ por 7 noches, con desayuno). La situación es inmejorable (bus 24 en la puerta; metro Victoria y Pimlico cerca; dos supermercados, Tesco en Warwick Way 18 y Sainsbury en Wilton Road 99, varios pubs en los alrededores…) y, sobre todo, el trato y la limpieza extrema. La habitación pequeñita, una cama doble, una silla, armario y pequeña encimera. La moqueta casi ni se notaba, porque estaba limpísima, igual que la habitación y sala de desayunos. Lo único negativo: nos tocó en la última planta y son dos escaleras por cada una, es decir, 8 tramos de escalones estrechitos; después de un día matador… es lo que menos se agradece. El desayuno es el mismo cada día, servido en la mesa: a elegir 1) zumo de naranja o cereales con leche; 2) té o café; 3) huevos pasados por agua o huevos fritos con bacon y judías [en nuestro caso, siempre “no beans”] o jamón cocido y un tomate natural. Además, tostadas con mantequilla y mermelada.
UN POCO DE LOW COST. Compramos unas travel card para una semana, que nos costaron en torno a las 25 libras; Londres es la ciudad donde hemos gastado menos dinero en entradas, aparte de por la gratuidad de algunas de ellas, por el descuento 2x1 de National Rail. Nos fue tan sencillo como entrar en la web Days out Guide, registrarnos, imprimir el billete y presentarlo junto a la tarjeta de transporte con el logo de National Rail. Las ofertas iban cambiando cada cierto tiempo.

Londres es una ciudad que te atrapa con su mezcla de historia y fuertes tradiciones, y su cosmopolitismo y modernidad, sus calles siempres llena de gente...