STAVANGER: PREIKESTOLEN APRESURADO
Hay lugares con imán
Por tierra, por fiordo o por aire, la mayoría queremos tener alguna perspectiva de ese balcón extraordinario tallado en las paredes del Lysefjord. Por mi parte, llevo meses recreándome en la sonoridad del nombre y cada monte que subo en el invierno y la primavera se convierte en una antesala del PREIKESTOLEN . Es mi acicate para ir un poco más allá, para hacerlo mejor.
Vamos, que las expectativas están altas. Y eso que trato de enfriarlas diciéndome que va todo a una carta, que el tiempo es muy variable allí y hay mil circunstancias que pueden deslucirlo e incluso impedirlo.
Pongamos las cosas en su sitio
Subir al Preikestolen en una escala de crucero es...lo que es. Empecemos por la escala. Si hay programado algo diferente de Stavanger, digamos Haugesund que suele funcionar como puerto auxiliar en la zona, o sobreviene un cambio de puerto (no he oído que esto ocurra con frecuencia, pero la naviera tiene la prerrogativa, por motivos fundados) es improbable que se pueda hacer la subida en la duración habitual de la escala. Así pues, lo primero, revisar bien el puerto y los tiempos. En nuestro caso, el Empress estuvo amarrado en Stavanger entre las 8 y las 18 horas.
El Púlpito en los meses de verano es un lugar muy (pero que muy) concurrido. Lo has visto en las fotos. Los cruceristas, además, suelen llegar a la hora punta. Hay que mentalizarse a ello.
Y los tiempos. Los posibles retrasos en el desembarco, para formar los grupos, los autobuses que se esperan unos a otros, los fallos de coordinación con la salida del ferry...todo va restando tiempo para la subida-disfrute-bajada.
Vamos con la estrategia
De Stavanger a la base hay un buen trecho por tierra y por fiordo. Las formas más habituales de salvarlo son una combinación de transporte público (autobús + ferry), contratar una excursión con la naviera o bien con una agencia externa.
La tercera opción me pareció un buen equilibrio entre comodidad y precio. No obstante, ahí va el enlace para llegar por cuenta propia en autobús + ferry:
www.tidereiser.com/ ...Pulpitrock
Visto lo regular que se organiza la agencia, ahora consideraría esta posibilidad con más cariño.
Así fue mi experiencia
El desembarco transcurrió con normalidad. El grupo se reunió en un tiempo aceptable (Argimira puso más celo en esto que la propia guía de la agencia). El autobús tardó un buen rato en arrancar a pesar de que estábamos todos a bordo. Creo entender que esperábamos a otros autobuses de la misma empresa pero esto no lo entendí bien pues, una vez en marcha, cada uno fue a su aire y nos dejaron atrás. Llegamos justo cuando el ferry partía y nos tocó esperar 40 minutos al siguiente.
Comenzamos la caminata a las 10:50 y debíamos estar de regreso en el autobús a las 15:00. Muy justo, yo a eso le llamo Púlpito-Express El tiempo para estar arriba había que arañarlo de las dos horas estimadas para llegar y otras tantas para volver. Y algo se pudo arañar pero tampoco mucho, pues el camino era un río de gente. La senda es, en bastantes tramos, estrecha para semejante caudal humano así que no hay muchas ocasiones para ganar puestos en la fila sin incomodar a otros caminantes y sí frecuentes "tapones". La afluencia de gente condiciona los tiempos tanto o más que la propia condición física y hay que acoplar el ritmo propio al general lo que siempre cansa más. Yo empleé unos 100 minutos en la subida sin hacer ninguna parada y me permití media hora arriba. Hubo quien no llegó y es una pena. También hubo algún resbalón con consecuencias, algún tobillo resentido...tal vez con menos presión se habrían evitado.
Consejo: si no estás seguro, -a de tu forma física quizás no sea este el reto más apropiado. Por la cantidad de gente. Porque hay algunos tramos exigentes tipo "escalera de gigante". Por los tiempos que impone la escala de crucero y que un montón de contingencias pueden dejar en mínimos. Estoy segura de que podrías lograrlo a tu ritmo pero esto es otra historia. Simplemente con que la agencia hubiera estado mejor organizada en la salida y hubiésemos llegado al ferry que perdimos por los pelos, la cosa habría cambiado para muchos. Así lo viví y así te lo cuento.
Con todo, es mágico. Aparece de improviso. Doblas un recodo en el camino y ¡zas! te quedas parado en seco. ¡Ya estás ahí! Te abres paso cautelosamente hasta el borde y recibes desde lo hondo el abrazo del Lysefjord, el Fiordo de la Luz. Es bellísimo, mires hacia donde mires. (Lástima, hoy hay que mirar también el reloj)
El Lysefjord: el fiordo de la luz.
No tengo queja: El día estuvo despejado, la temperatura perfecta y pudo ser. Pero ya estoy soñando con volver: plantar mis reales en las inmediaciones y echar a subir apenas claree. A mi ritmo. Darme tiempo para ser más consciente de todo. Sentarme un buen rato allí. Ignorar el reloj. Escuchar el silencio que es privilegio de ciertas brujas y algunos mortales y, cuando me parezca bien, iniciar el descenso con calma, dejando sitio a los que llegan a horas "más razonables".
La equipación
¿Qué más puedo contarte, que sea de tu interés? La parafernalia...seguramente nada que no sepas. Lo propio de cualquier caminata por el monte. Te cuento la mía, que ya es habitual: atiende sobre todo al calzado: impermeable, con buen agarre y que te resulte cómodo. Es conveniente que esté ya "domado", no es día para estrenar. Aunque uno "tipo bota" proporciona la mejor sujeción, me permití uno "tipo zapato" más polivalente y resultó bien. Luego, calcetines de un cierto grosor y un puñado de tiritas por si acaso. Llevé un pantalón largo fino. Lo encuentro más versátil que uno corto pero tampoco vi arbustos o maleza que hagan a este último desaconsejable. Si acaso que el día salga fresco. Seguimos hacia arriba: camiseta de manga corta de material transpirable, cortavientos impermeable a mano aunque no llegué a necesitarlo, mochila de tamaño mediano que resulte cómoda, protección solar de calidad, también para los ojos. Unos bastones plegables (dos mejor que uno) aliviarán la carga de las rodillas en la bajada y facilitarán el equilibrio. Ningún problema para subirlos a bordo. Esta habitante del sub-desierto acostumbra a llevar una botella-termo con agua fresca. En los dispensadores del buffet Panorama se pueden rellenar durante el desayuno y también hay hielo disponible. Para redondear la lista: Empress-bocata y pieza de fruta, la cámara a punto...e ilusión. Eso es fundamental.
La motivación es importante
Pregúntate si es para ti. No te dejes llevar por la fama y los "imprescindibles". No es imprescindible y hay otras maneras de disfrutarlo y más opciones en Stavanger. Me pareció una subida interesante para los que estamos acostumbrados a trotar por los montes y un sendero exigente en general. No es para todos los públicos. Puedes ver docenas de vídeos para hacerte idea (Está filmado paso a paso, a lo que llega la gente ) A los mayores o menores rigores del camino súmale la "circunstancia crucero" con lo que supone de gentío asegurado y rigidez en los tiempos y te harás un cuadro más realista.
Lagos de origen glaciar en el camino
Para los "vertiginosos": el camino no tiene nada de particular en este sentido y una vez allí es cuestión de subir un poco más y disfrutar de las vistas con la roca formando parte de ellas y lejos del abismo. Otra cosa es el "vértigo ajeno", la desazón que da al ver a la gente sentada con las piernas colgando y las ganas de meterlos a todos para adentro. ¡Si hasta pasa viendo las fotos! Ana me tenía mala, con medio cuerpo fuera retratando a unos japoneses que estaban dentro (¿No se supone que es al revés? ) Bromas aparte, son 25 x 25 m para andar con cautela, con tanto bastón, tanto chisme y tanto alegre montañero por allí en medio.
Reservé el mismo tiempo que había empleado en subir para el descenso, aunque tardé algo menos. El grupo fue razonablemente puntual y esta vez sí que subimos al ferry sin espera aunque por los pelos. Regresamos a tiempo al Empress pero sin posibilidad de una asomadita por Stavanger. Tan sólo lo que alcanzamos a ver desde el autobús y el puerto. Lástima, el centro histórico prometía.
Stavanger desde el puerto
Plan B,C, D…
Como siempre hay que tenerlos, llevaba conmigo esta completa guía de escala de Stavanger y alrededores:
descargas.pitupo.es/ ...ER_v.3.pdf
Y plano, desde luego. Éste en español incluso:
www.stavanger-guide.no/ ...h/city.pdf
Me gustan más las guías que elaboran los propios viajeros. Las encuentro verosímiles y espontáneas. No obstante, ahí va también un tocho “oficial” sobre la región. Entre publicidad y publicidad alguna idea interesante se puede espigar:
www.regionstavanger-ryfylke.com/
Noche del capitán
Y subamos ya a bordo que toca Noche del Capitán: ¡Ea! De las botas a la gala Afortunadamente las brujas nos transmutamos con facilidad y hasta apetece el cambio.
En la cubierta 6 me topé con una cola espectacular y supe que era para la foto con el capitán, un clásico cruceril y paso obligado para acceder al Salón Broadway, donde tendría lugar la consabida presentación seguida del espectáculo. Prescindí, la verdad –ya había tenido mi cuota de masas por aquel día- y fui directa al restaurante donde nuestros atentos camareros se desvivieron por ofrecernos una cena especial.
La gala, pues vívela a tu gusto. Hoy en día tiene un sentido muy amplio donde es fácil encajar.
¡Venga! Tú engalánate lo que te plazca, que nos vamos a lucir preike-cuerpos tonificados al Embarcadero