28/ Enero /2015
Hoy toca madrugar para ir a los museos prontito y no hacer cola. Después de desayunar, nos compramos la entrada del Batisterio, Cúpula , el Duomo (museo de abajo) y el Campanille(10€). Entramos, en primer lugar, al Batisterio, admirando las obras en su techo. Tras esto, recorremos la calle que conduce al Palazzo Vecchio, y decidimos entrar a la Galleria Ufizzi, donde nos recreamos con los cientos de esculturas y pinturas (bíblicas en su mayoría).
Panorámica del Ponte Vecchio desde la Galleria Ufizzi
Un par de horas más tarde salimos en busca de un bar, donde compramos un par de bocadillos típicos de Florencia que llevaban queso, alcachofas, berenjenas y salami (un mezcladito que estaba realmente bueno); y nos los comemos en un banco en la Iglesia de Santa Croce. Una vez de nuevo en pie, entramos al Duomo y al museo de éste, y nos volvemos a descansar al hotel hasta la tarde. Somos españoles, necesitamos una siestecita. Al despertar de ésta decidimos si subir al Campanile o a la Cúpula, decantándonos finalmente por ésta debido a sus frescos en el techo.
Frescos en el techo de la cúpula del Duomo
No subáis los 500 escalones que habrán ahí justo después de levantaos de la siesta, No os podéis imaginar la pedazo de cola que hice detrás de mí, casi tan larga como la que hice al bajar después. Cuando finalmente llegamos arriba estaba oscureciendo y había unas increíbles vistas. (Igual de increíble que el frío de una tarde de enero en Italia a no sé cuántos metros del suelo). Tras estar un rato allí arriba fotografiando la puesta de sol, nos disponemos a bajar. Un grupo de chicas españolas se quejaron a mis espaldas de la cola que estaba haciendo la asiática. Y sí, era yo. Tras aclararle que no era asiática sino de su país, y que tenía un vértigo de miedo, terminamos de descender lo más rápido posible (eso sí, con muchas risas).
Panorámica de Florencia desde la cúpula del Duomo
Campanille visto desde la cúpula del Duomo de Florencia
Una vez de nuevo en tierra, nos dirigimos hacia el Palazzo Pitti, pasando de nuevo por el Ponte Vecchio, y regresando al hotel pasando por la Piazza de la Signoria.
Palazzo Pitti
Esa noche me ducho con agua fría (porque no hay agua caliente) en mi baño prefabricado, y cuando me dispongo a secarme el pelo se va la luz del hotel por más de una hora. Pulmonía asegurada. Genial. (Al final del viaje os haré una entrada detallando nombres de hoteles, precios y demás, para que os hagáis una idea de presupuesto y hoteles donde ir (y no ir, claro).
No puedo decantarme por lo mejor del día, puesto que Florencia es en sí lo mejor.