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Y a primera hora de la mañana llegamos a Santorini, o Thera como le llaman los griegos, una de las "escalas" fuertes del crucero. Son tantas las veces que he visto sus cupulitas azules recortándose en la inmensidad azul del mar que era como saludar a un viejo conocido.
La excursión prometía desde que el barco entró en la espectacular laguna volcánica anegada de mar y rodeó por un lado el volcán aún activo de Nea Kameni para detenerse cerca de los acantilados.
Sin duda toda la isla es un espectáculo y sobrecoge pensar lo que debió ser el colapso y explosión del volcán que acabó con todo vestigio de vida en torno al año 1600 a.C. Imaginar el enorme tsunami que vino después y que seguramente acabó con la avanzada civilización minoica de Creta y los probables mitos que se crearon en torno a la Atlántida.
Todo eso está ahí, delante de nuestros ojos, mientras cogemos las lanchas lanzaderas que desde el barco nos llevan a tierra. Arriba los pueblos blancos colgados literalmente en el vacío. Distingo Fira, la capital y en un extremo a la izquierda nuestro destino Oia, el pueblo de las fotos de los catálogos de viajes.
En el autobús que sube la peligrosa carretera desde el puerto la guia, una chica nativa del lugar, joven, guapa y que habla un perfecto español nos explica lo del volcán, también el excelente vino que se cultiva aqui y que imagino que será parecido al de otras islas volcánicas como Lanzarote o La Palma, nos habla de que los apellidos más repetidos en Santorini son de origen italiano y ¡Oh sorpresa!, catalán. También de la fama de beodos que tienen los varones de la isla que les llevan a pintar de blanco los troncos de los árboles que están junto a las carreteras para evitar dejarse los piños cuando vuelven conduciendo. Nos habla de costumbres ancestrales y de la generalizada entre los isleños a construirse iglesias particulares con la cúpula azul.
De paso, junto a la carretera nos enseña lo que parece ser la casa que se han contruido Brad Pitt y Angelina Jolie. ¿Les han visto?. No, nadie ha visto a la famosa pareja. Deben ser como los fantasmas, no les ve nadie pero "haberlos, hailos"
Vemos el lado opuesto de la isla, donde se asienta la mayor parte de la capital, Fira y donde están las playas. En suaves laderas descendentes el contraste es enorme con el otro lado.
Hay veces que desde el autobús puedes ver ambas vertientes, veo el barco abajo anclado y ahora junto a él veo dos cruceros mucho más grandes.
Llegamos a Oia (los griegos la pronuncian Oi) y aparcamos junto a otro montón de autocares. Me temo lo peor y así es, riadas de turistas que llegamos y por lo que veo vamos hacia el mismo sitio. Somos tantos que la calle se desborda de gente que a paso cansino parece la lava de ese volcán desparramandose por el pueblo.
Llegamos a una plaza con una bonita iglesia de cúpula azul. La guia se despide alli y nos recomienda la calle que hay que tomar para tener las mejores fotos. Da igual, aunque no lo hubiera dicho lo habríamos sabido. El aluvión de turistas va por esa misma calle.
Casi a codazos nos acercamos a las terracitas que caen sobre el acantilado. Ahí están las casas colgadas en el vacío, sobre el precipicio. Ahí está el azul intenso del mar mientras sobre nuestras cabezas un cielo igual de azul con un sol de justicia reverbera sobre la cal blanca de las casas y las cupulitas también azules de las oratorios. Tan blanco y tan azul que hay que protegerse los ojos. Imagino que al ocaso aquello tiene que ser aún más bonito y menos doloroso para unos ojos azules como los mios.
Fotos casi a puñetazos, palos de selfies que molestan una y otra vez. Cientos de fotos, las mismas fotos... De nuevo a la calle que parece principal y más masas de turistas. Un nativo apenas puede hacer pasar entre la gente a su burro cargado con maletas a la puerta de una pensión. Aquí los burros hacen de ascensoristas y taxistas ya que el puertecito de Oia no tiene carretera y el camino de escalones que sube los 300 metros en vertical hay que hacerlo andando o a lomos del pollino.
Hay a uno y otro lado tiendas de souvenirs y de artesanía muy bien montadas en los bonitos patios, soportales y sótanos de las casas. Algunas de ellas tienen las puertas de colores y casi todas los tejados curvos para amortiguar el efecto de los vientos.
Todos miramos las tiendecitas pero nadie parece interesado en comprar nada. Solo de andar, andar como borregos o como la Santa Compaña unos detrás de otros.
Todo es muy bonito, pero hay tanta gente que es difícil encontrar el encanto, aún menos la emoción. Solo podemos respirar cuando llegamos a lo que parece que fue un pequeño fuerte en el extremo del pueblo. Desde allí se ven los molinos de viento y más casas blancas, algunas de ellas con piscinas. Deben ser las piscinas ilegales que no pagan impuestos y que por tanto "no existen" de la que han hablado las televisiones durante la crisis griega.
Poco más podemos ver, entre el calor y la multitud tampoco hay muchas ganas. Quizá aliviarse tomando una birra en la terraza de algún bar.
Regresamos a la plaza donde nos dejó la guia. Junto a la iglesia una pareja de novios japoneses esperan para casarse. Está de moda como antes lo estaba hacerlo en Bali. ¿Se casarán en la iglesia?. ¿Japos ortodoxos?. Esto me da que pensar aunque todo es posible en el pais del manga.
Vuelta al autocar y nueva vuelta al barco en la lancha. Ahora ya son cinco los cruceros que vomitan turistas.
Me quedo con lo último que nos dijo la guia: "gracias por venir de turismo a Grecia en estos difiíciles momentos".
Quizá algún dia en el futuro recuerde que una mañana de agosto estuve en Santorini y en el pueblo de los folletos de las agencias de viajes y lamente no haber estado en temporada baja, con las calles vacías y al caer el sol.
SANTORINI DESDE EL OJO DE BUEY DEL CAMAROTE
LOS CRUCEROS ATRACADOS EN LA LAGUNA VOLCÁNICA: En primer plano a la izquierda nuestro barco El Costa Neoclassica.
OIA: LA FAMOSA FOTO DE LOS FOLLETOS DE VIAJES
TIENDA DE MARIONETAS EN OIA
TIENDA DE SOUVENIRS MARINOS
OTRAS VISTAS DE OIA
LOS BURRO-TAXIS DE SANTORINI
ESTA NO ESTÁ EN CRISIS: JOVEN JAPONESA A PUNTO DE CASARSE EN OIA
ESTE SIN EMBARGO SI LO ESTÁ: MUSICO AMBULANTE GRIEGO
CAMPANAS DE OIA
SEGÚN LA GUIA, ESTA ES LA CASA DE BRAD Y ANGELINA
EL VOLCAN NEA KAMENI EN EL CENTRO DE LA LAGUNA
NUESTRO BARCO
ACANTILADOS DE FIRA, CAPITAL DE SANTORINI
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