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Después de meses preparando nuestro viaje por fin salíamos hacia nuestro destino. El domingo, 26 de junio, a las 16:25 hrs teníamos nuestro vuelo desde Alicante a Reykjavik directo, pero al llegar al aeropuerto nos comunicaron el retraso del vuelo, primero de una hora, después de dos y finalmente de 4 horas. Fue una pesadez tantas horas esperando para salir, nos consolaron con un ticket de 15€ para cenar en el aeropuerto, pero estábamos ansiosos por despegar y sobre todo por llegar.
Finalmente llegamos a nuestro destino a la 01:00AM, menos mal que allí no se pone el sol y parecía que estaba aterdeciendo.
Recogimos nuestro coche de alquiler para los próximos 8 días con una segunda marca de AVIS, que nos ha salido por 420€ entre las cuatro personas que viajábamos incluido el seguro ppor pago de franquicia en caso de algún incidente, super cómodo, y fácil de conducir. Supuestamente era un Polo o similar y nos dieron un Hyunday i30.
Nos alojamos en Reykjavik en un apartamento y el casero nos esperaba para darnos las llaves y explicarnos todo. Entre una cosa y otra llegamos a las 3 de la madrugada, menos mal que allí retrasamos el reloj dos horas por ser verano y nos acostamos a descansar para poder disfrutar al día siguiente de la ciudad donde acabábamos de instalarnos.
Día 1
Para nosotros, este si era realmente el primer día de viaje, el anterior con los retrasos y el viaje no contaba.
Lo primero que hicimos es pasarnos por el supermercado Bonus a comprar comida para para los desayunos y las cenas de nuestra estancia. Como pudimos comprobar a lo largo de los días, la diferencia de precios entre esta cadena y otros supermercados donde entramos a veces para cosas que necesitábamos en el momento, es a veces hasta de un 200%. Esta visita siempre es muy entretenida porque te paras a ver los productos de allí, los precios, ...
Pasamos por nuestro apartamento a dejar la compra y con un día super soleado nos fuimos de visita a la capital.
Dedicamos este primer día a caminarnos todo el centro, es una capital muy asequible, la calle principal Laugavegur, que veis en la foto, está bastante transitada sobre todo turistas en esta época pero es como de un pueblecito con sus edificios en chapa o madera y de no más de dos plantas.
Es bastante larga, con tiendas, comercios, bares, e incluso os diría que es donde compramos los pocos detallitos que trajimos mejor de precio, una vez que volvimos de darle la vuelta la isla y comprobar que barato no íbamos a traernos nada de nada.
De allí por la calle Skólavördustígur, curiosa de bares, tiendas y casas, fuimos hasta Hallgrímskirkja, la iglesia de hormigón que a nosotros nos gustó regular, y de allí una nueva calle hasta llegar a la escultura del barco vikingo que está en el paseo junto al mar, no sin antes entrar en una panadería de la que salía un olor exquisito y probar unos dulces recién hechos de manzana y canela. Usan mucho para los dulces el toffee, la manzana y la canela. Y aunque no vimos muchas panaderías las que encontramos con dulces artesanales fueron especiales y disfrutamos de ellos en alguna que otra ocasión.
Como hacía un día estupendo paseamos por esta zona que es muy agradable y donde te cruzas con numerosos islandeses y turistas haciendo lo mismo, respirando aire puro, y disfrutando de la tranquilidad y las montañas en frente de la ciudad.
Llegamos hasta Harpa Concert Hall para adentrarnos de nuevo hacia el centro y comer algo, que finalmente fueron unos perritos calientes, muy ricos en una placita donde tenían instalada una pantalla para ver los partidos de la Eurocopa. Hemos estado además en los dos partidos de Islandia en la Eurocopa donde nadie imaginaba que llegarían y también hemos tenido la suerte de disfrutar de ese ambiente en la ciudad.
Seguimos paseando y viendo la zona del centro hasta que cansados decidimos volver al apartamento y descansar para el día siguiente.
Día 2
Este segundo día era muy especial porque salíamos por primera vez de la ciudad para empezar a descubrir maravillas de la naturaleza que sólo puedes encontrar en este país.
Decidimos dedicar este día al Circulo Dorado. Nuestro casero nos recomendó por comodidad y por clima comenzar en valle y la falla de Thingvellir. De camino ya comenzamos a parar porque las vistas son una maravilla. A los lados de la carretera de vez en cuando encuentras zonas recomendadas para parar y disfrutar de las vistas.
Al llegar a Thingvellir hay parking público, te cobrar 500Krs (3,80€) por el estacionamiento que dicen que sirve para todo el día en la ruta que teníamos. La zona es una pasada, tienes un sendero señalizado para recorrerlo todo y puedes pasear por allí hasta cansarte. Lo primero es un mirador que te situa y a partir de ahí comienzas a caminar entre las placas tectónicas, además con una vegetación tremenda y nosotros tuvimos la suerte de disfrutarlo con un sol increíble.
Decidimos seguir el camino que nos llevaba a la cascada Oxararfoss y el paseo en si hasta allí ya mereció la pena, la cascada, comparada con las que íbamos a ver estos días, no es muy espectacular, pero en ese momento me pareció una maravilla y sigo pensando que es muy bonita aunque no tan grande como otras.
Desde allí puedes seguir paseando cruzando el río y visitar la pequeña iglesia de madera, vimos que por esa zona había otro parking desde donde se podía empezar la visita, pero el primero donde nosotros dejamos el coche creo que es mejor porque comienzas en alto con una vista general de todo.
Volvimos a recoger el coche para ir al segundo destino de ese día. La zona de los Geiser.
Llegamos enseguida pues todo en esta ruta está bastante cerca.
Cuando íbamos de camino en la carretera comenzamos a ver las columnas de humo y según nos acercamos vimos el estallido del geiser que hoy en día está activo, Stokkur.
Nada más bajarnos del coche empezamos a sentirnos acosados por millones de moscas pequeñas y molestas que rondan la zona. Está zona es tremendamente turísitica y puedes encontrar un centro con varios restaurantes y hoteles. La zona está repleta de pequeñas fumarolas hasta llegar a la zona del geiser activo. Habíamos leido que brotaba cada 15-20 minutos pero en el rato que estuvimos allí estaba más activo porque entre 5-10 minutos estalló varias veces. Es realmente sorprendente ver este fenómeno, como el agua comienza a llenarse de burbujas, a escupir y finalmente se inflama y suelta el chorro de agua a metros del suelo. Y a la vuelta también sorprende bastante, por lo menos a mi, el agua se mete dentro de la tierra como si fuera a desaparecer y de nuevo brota hasta el nuevo chorro.
Paseamos por allí un rato, llegamos hasta el auténtico Geyser que está inactivo, parece ser porque le metieron productos químicos para que estallara más fuertes y lo acabaron enfadando. Una lástima!
Nos sentamos en unos bancos de madera fuera del restaurante y allí nos tomamos nuestros bocatas que llevábamos hoy, y menos mal, porque los precios en este sitio eran bastante altos.
Comimos, nos tomamos un café y unos dulces y contemplamos un rato más la zona y la cantidad de gente que andaba por allí y decidimos seguir nuestro camino hasta la siguiente parada.
La cascada Gullfoss es sencillamente increible. Creo que es la más bonita que he visto en todo el viaje, además como os comentaba antes tuvimos suerte con el día y hacía sol así que el arcoiris se reflejaba en la cascada al pasear para verla desde todos sus ángulos.
Subimos a la parte más alta, un mirador que hay arriba para verla desde allí, impresionante, luego bajamos para verla de frente, impresionante, después nos adentramos por el camino hasta una roca que te deja justo en medio de los dos saltos que tiene, IMPRESIONANTE.
Esta cascada nos dejó realmente impresionados.
Volvimos por Selfoss donde nos paramos a tomar algo y ver un poco el pueblo, pero no tiene realmente nada únicamente es un pueblo más grande. Volvimos como a las 10 de la noche con la ventaja que en junio nunca se ponía el sol.
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