Típico recorrido por la ciudad con nuestra cicerone Ariadna: Casa Blanca, National Mall, amplísima zona verde donde se encuentran todos los “memorials” imaginables a los que tan aficionados son los americanos, un montón de edificios gubernamentales, museos de todo tipo (de gratís, eso sí), limitado en sus extremos por el Lincoln Memorial y el Capitolio, para mí lo mejor del conjunto junto con el impresionante monolito del Washington Monument. También destacaría la preciosa Biblioteca del Capitolio, conjunto de hermosas salas con techos muy chulos y la espectacular biblioteca propiamente dicha.
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Como dentro de 3 días es 4 de julio, fiesta nacinal de los USA, los preparativos del evento limitaban el acceso a algunos lugares y las vallas, carpas y escenarios afeaban los jardines.
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Comida en Chinatown, VAPIANO, italiano muy agradable con pinta de caro que resultó baratísimo: comimos 3 por 32 $ aunque se les pasó cobrar la cerveza que calculo serían 10 $ más. No reclamamos.
Por la tarde visita a Arlington Cemetery. Precioso cementerio y con unas vistas panorámicas a la ciudad. Merece mucho la pena a pesar del tremendo calor húmedo que nos hizo sudar de lo lindo.
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Es obvio que a los Yankees les mola jugar a la guerra y que tienen medio país jalonado de monumentos recordando a sus héroes y sus caídos. Este es el memorial a los caídos en la guerra de Korea:
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Al atardecer paseo por Georgetown, la parte más antigua de la ciudad. Agradable y muy british.
Noche en tren a Boston pasando por New York. 8 horas en un tren cómodo pero muy muy frio. Se pasan un montón con el aire acondicionado y hay que abrigarse contundentemente.
Resumen: Ciudad agradable y armónica sin los altos rascacielos propios de la mayoría de ciudades americanas, prescindible si no hay mucho tiempo pero buen complemento para visitar un día desde New York.
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