¡Por fin había llegado el día de viajar a Praga!
Despertamos emocionados y salimos rápidamente del hotel para dirigirnos al aeropuerto Charles de Gaulle. Decidimos irnos en metro/RER, pero no compremos el boleto del RER previamente. Oh gran error!
Llegando a la estación Gare du Nord es prácticamente imposible comprar un boleto hacia el aeropuerto si no traes 20 € en monedas porque las máquinas no aceptan billetes.
Después de muchos contratiempos en la estación, encontramos una taquilla y pudimos comprar los boletos. Para el que lo necesite, la taquilla está en el piso de arriba, bastante escondida. Ya con el boleto de RER abordamos hacia el aeropuerto para tomar nuestro vuelo de easyjet a Praga. (40€ aprox).
LLEGADA A PRAGA
Llegando a Praga, habíamos decidido trasladarnos hacia el hotel en metro. Había leído que afuera de la terminal del aeropuerto están estacionados los autobuses que conectan con el metro. Apenas salimos, vimos el autobús 119 afuera y nos dio mucho gusto, ya que no sabíamos que tan complicado sería encontrarlo.
El Autobús 119: sale de la terminal 1 y 2 y llegan al metro Dejvická, donde enlaza con la línea A de metro. El precio son 26CZK (menos de 1€)
Abordamos junto con muchísimos turistas más, por lo que apenas había lugar para sentarse con tantas maletas. Después de 20 min aproximadamente ya estábamos en el metro, lo tomamos con dirección a Staroměstská (solo son 3 estaciones) y caminamos las escasas 3 cuadras hasta nuestro hotel, a 2 minutos de la Plaza de la Ciudad Vieja.
Con respecto al hotel, nos costó trabajo decidir entre uno en el barrio del castillo (más bonito) y otro un poco más sencillo pero en el centro de todo. Al final nos decidimos por la ubicación y elegimos el hotel-hostel Richie´s. La ubicación es absolutamente inmejorable, exactamente a medio camino entre el Puente de Carlos y la plaza de la Ciudad Vieja.
Despertamos emocionados y salimos rápidamente del hotel para dirigirnos al aeropuerto Charles de Gaulle. Decidimos irnos en metro/RER, pero no compremos el boleto del RER previamente. Oh gran error!
Llegando a la estación Gare du Nord es prácticamente imposible comprar un boleto hacia el aeropuerto si no traes 20 € en monedas porque las máquinas no aceptan billetes.
Después de muchos contratiempos en la estación, encontramos una taquilla y pudimos comprar los boletos. Para el que lo necesite, la taquilla está en el piso de arriba, bastante escondida. Ya con el boleto de RER abordamos hacia el aeropuerto para tomar nuestro vuelo de easyjet a Praga. (40€ aprox).
LLEGADA A PRAGA
Llegando a Praga, habíamos decidido trasladarnos hacia el hotel en metro. Había leído que afuera de la terminal del aeropuerto están estacionados los autobuses que conectan con el metro. Apenas salimos, vimos el autobús 119 afuera y nos dio mucho gusto, ya que no sabíamos que tan complicado sería encontrarlo.
El Autobús 119: sale de la terminal 1 y 2 y llegan al metro Dejvická, donde enlaza con la línea A de metro. El precio son 26CZK (menos de 1€)
Abordamos junto con muchísimos turistas más, por lo que apenas había lugar para sentarse con tantas maletas. Después de 20 min aproximadamente ya estábamos en el metro, lo tomamos con dirección a Staroměstská (solo son 3 estaciones) y caminamos las escasas 3 cuadras hasta nuestro hotel, a 2 minutos de la Plaza de la Ciudad Vieja.
Con respecto al hotel, nos costó trabajo decidir entre uno en el barrio del castillo (más bonito) y otro un poco más sencillo pero en el centro de todo. Al final nos decidimos por la ubicación y elegimos el hotel-hostel Richie´s. La ubicación es absolutamente inmejorable, exactamente a medio camino entre el Puente de Carlos y la plaza de la Ciudad Vieja.
Nuestra habitación bastante bien, con vista a la calle Karlova pero muy bien aislada del ruido.
Otro plus para el hotel es que ahí mismo en la recepción cambiaban el dinero a buen tipo de cambio y sin comisión. En Praga hay casas de cambio en cada esquina, pero muchas cobran comisiones muy altas o se aprovechan con el tipo de cambio. También dan un desayuno decente.
Apenas llegamos y descansamos un poco, salimos inmediatamente para tener un primer contacto con la ciudad. Inmediatamente nos envolvió un ambiente de calma, de buen humos, y nos dispusimos a disfrutar Praga con otro ritmo, más lento, saboreando cada detalle.
Caminamos hacia el puente, maravillados con el ambiente de Praga y nos tomamos un largo rato para disfrutarlo, para sentir su esencia… Nos detuvimos un poco en cada una de las estatuas del puente y poco a poco lo cruzamos.
Otro plus para el hotel es que ahí mismo en la recepción cambiaban el dinero a buen tipo de cambio y sin comisión. En Praga hay casas de cambio en cada esquina, pero muchas cobran comisiones muy altas o se aprovechan con el tipo de cambio. También dan un desayuno decente.
Apenas llegamos y descansamos un poco, salimos inmediatamente para tener un primer contacto con la ciudad. Inmediatamente nos envolvió un ambiente de calma, de buen humos, y nos dispusimos a disfrutar Praga con otro ritmo, más lento, saboreando cada detalle.
Caminamos hacia el puente, maravillados con el ambiente de Praga y nos tomamos un largo rato para disfrutarlo, para sentir su esencia… Nos detuvimos un poco en cada una de las estatuas del puente y poco a poco lo cruzamos.
Uno de los momentos más bellos de nuestro viaje a Praga tuvo lugar en el puente. Mientras nos asomábamos a ver los cisnes nadando en el río, empezamos a oír una música que nos enchinó la piel de inmediato a mi esposo y a mí. Sentí un escalofrío cuando me di cuenta que era el Cannon de Pachelbel, la melodía con la que entré a la iglesia el día de nuestra boda.
Fue como trasladarnos a un universo paralelo. Estar ahí, los 2 en el puente de Carlos, con esa Ciudad divina como escenario y estar escuchando precisamente esa música… Un instante en el tiempo que se quedara grabado en mi memoria y en mi corazón para siempre.
El violinista que lo interpretaba debe haber visto nuestra cara de asombro y se acercó a nosotros, tocaba para nosotros, se me salieron las lágrimas.
Estuvimos el resto de la tarde en el puente, escuchando la música y viendo pasar a la gente.
Otra canción que me llamó la atención fue “Charlie my boy”, interpretada por un músico todo en uno, que cantaba y tocaba todos los instrumentos a la vez.
Fue como trasladarnos a un universo paralelo. Estar ahí, los 2 en el puente de Carlos, con esa Ciudad divina como escenario y estar escuchando precisamente esa música… Un instante en el tiempo que se quedara grabado en mi memoria y en mi corazón para siempre.
El violinista que lo interpretaba debe haber visto nuestra cara de asombro y se acercó a nosotros, tocaba para nosotros, se me salieron las lágrimas.
Estuvimos el resto de la tarde en el puente, escuchando la música y viendo pasar a la gente.
Otra canción que me llamó la atención fue “Charlie my boy”, interpretada por un músico todo en uno, que cantaba y tocaba todos los instrumentos a la vez.
VIDEO "CHARLY MY BOY"
Después caminamos hacia la Plaza de la ciudad vieja y compramos uno de esos panes enroscados en un palito, cubiertos de azúcar.
Después de pasear un rato por la Plaza, nos fuimos al hotel a descansar alrededor de las 11pm.
Al día siguiente, después de un rico desayuno, nos fuimos caminando hasta el castillo.
Volvimos a cruzar el hermoso puente de Carlos hasta Malá Strana, y de ahí subimos poco a poco hasta llegar al castillo.
Las vistas durante todo el recorrido son hermosas y no se hace nada pesado.
Una vez en el castillo nos dimos cuenta que es casi un pueblo pos sí solo, ya que incluye varias calles, la Catedral de San Vito y varios edificios más.
Después de pasear un rato por la Plaza, nos fuimos al hotel a descansar alrededor de las 11pm.
Al día siguiente, después de un rico desayuno, nos fuimos caminando hasta el castillo.
Volvimos a cruzar el hermoso puente de Carlos hasta Malá Strana, y de ahí subimos poco a poco hasta llegar al castillo.
Las vistas durante todo el recorrido son hermosas y no se hace nada pesado.
Una vez en el castillo nos dimos cuenta que es casi un pueblo pos sí solo, ya que incluye varias calles, la Catedral de San Vito y varios edificios más.
Para entrar al castillo hay 3 posibilidades:
- Entrar solo a los sitios gratuitos y no pagar nada
- Comprar el pase de visita corta (incluye lo más importante) 250 CZK
- Comprar el pase de visita larga (inlcuye todo) 350 CZK
Elegimos la visita corta, y nos dirigimos primero a la catedral de San Vito. Además de sus hermosos vitrales, la catedral alberga la tumba de Wenceslao IV.
- Entrar solo a los sitios gratuitos y no pagar nada
- Comprar el pase de visita corta (incluye lo más importante) 250 CZK
- Comprar el pase de visita larga (inlcuye todo) 350 CZK
Elegimos la visita corta, y nos dirigimos primero a la catedral de San Vito. Además de sus hermosos vitrales, la catedral alberga la tumba de Wenceslao IV.
Seguimos visitando el castillo, ahora hacia el callejón del Oro, famoso porque en una de la muchas casitas de colores vivió Franz Kafka durante un tiempo.
El callejón en sí es muy pintoresco, en el interior de las casas de puede ver el mobiliario e instrumentos que representan a la gente que vivió en ellas.
Subiendo por las escaleras en una de las casas, se llega a un pasaje que pasa por todo lo largo del callejón. En él se exhiben varios escudos y una colección de armaduras y trajes de épocas pasadas. Vale la pena verlo.
Saliendo del castillo, bajamos por un camino diferente al que tomamos en la subida, ésta vez fueron las escaleras, desde donde hay unas vistas preciosas hacia la ciudad .
Nos acercamos al río para ver el puente de Carlos desde otro ángulo, y nos encontramos con estos lindos cisnes muy cerca de la orilla.
Para ese momento ya era hora de comer, así que optamos por un lugar justo frente al hotel con muy buena pinta.
Comimos delicioso y nada caro. (comida completa para 2 incluyendo postre 650 CZK)
Después paseamos un poco por las miles de tiendas de joyería que hay en esa calle, para comprar algún recuerdo que llevar a casa.
Por la tarde nos dirigimos a ver el reloj astronómico y la torre de la pólvora.
Comimos delicioso y nada caro. (comida completa para 2 incluyendo postre 650 CZK)
Después paseamos un poco por las miles de tiendas de joyería que hay en esa calle, para comprar algún recuerdo que llevar a casa.
Por la tarde nos dirigimos a ver el reloj astronómico y la torre de la pólvora.
Y cuando oscureció, de nuevo a la Plaza para tomar más fotos. No podíamos parar, las vistas simplemente son de cuento.
Más tarde, de nuevo al puente de Carlos para despedirnos.
Nos faltó más tiempo en Praga, es simplemente maravillosa, tendremos que volver
Nos faltó más tiempo en Praga, es simplemente maravillosa, tendremos que volver