Sudáfrica: Safari, Buceo y Trekking. ✏️ Blogs of South Africa

Penúltimo día en el Kruger. Hoy hemos dormido genial aunque a las 4 de estábamos ya en marcha. Hoy vamos desde Lower Sabie hasta Cocodrile bridge recorriendo caminos de tierra.

Comenzamos a las 4:30. Pasamos por una presa donde desayunamos viendo los animales acercarse a beber y hasta las 5:30 pasadas no tenemos el primer encuentro reseñable. A la derecha del camino nos encontramos una familia que de hienas. La madre esta tumbada y a su alrededor jugueteando se encuentran las crías. Dos especialmente jóvenes que tendrían como mucho un mes. Al pararnos se acercan todas las crías a olernos. La situación es inmejorable. Todas las hienas acercándose casi hasta la puerta, ante el mínimo ruido salen corriendo a la vez tras una piedra y una a una vuelve a salir para acercarse. Al rato cogen confianza y ya va cada una a su bola mordiendo palos o mordiéndose entre ellas. Las hienas y nosotros solos...Madrugar es maravilloso





El siguiente encuentro ha sido con unos perros salvajes. Se mueven en grupo mientras huelen todo lo que se encuentran. Por el color y las orejas parecen hienas pero por el resto son perros tal cual. Son unos animales que cuesta verlo y es que normalmente siempre están avanzando y hay que seguirlos un rato para verlos con gusto.




Tras los perros hemos pasado por una charca con hipopótamos y cocodrilos y tras una hora y pico de matorrales nos hemos topado con tres rinocerontes blancos en medio del camino pastando. La cuestión es que aquí en el Kruger te comes muchas horas de coche y muchas horas sin ver nada más allá de elefantes, jirafas o impalas, pero entre que vas buscando y que tienes encuentros muy espectaculares no se hacen pesadas.




Llegamos a Cocodrile bridge a las 11. Hoy hasta el Sunset drive no volvemos a conducir. El campamento es pequeño y apañado la verdad. Está en el borde del parque y mucha gente solo viene a pasar el día por lo que es muy tranquilo. Hasta las 16:30 estamos descansando en el campamento y a las 16:30 cogemos el Sunset drive. El recorrido lo hacemos por la carretera donde ayer vimos rinocerontes y guepardos. Ya bien podría llamarse carretera de los rinocerontes porque hoy nos hemos topado con un primer grupo de tres, otro de dos y uno último de 3. Lo más destacado ha sido un grupo de unas 10 leonas avanzando lentamente en posición de caza al lado del camino. Lo bueno del Sunset drive es que no estas limitado a estar en el campamento a las 18:30 así que al principio había varios coches junto a los lenes pero al. Poco se han ido hasta quedarnos solos siguiéndolos. El Sunset drive de hoy ha estado chulo. Menos la parte nocturna en la que no hemos visto una M y encima hacia una rasca importante.



Ya en el campamento sándwich y a la cama. Mañana último día

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Adiós Kruger. Hoy nos vamos a Suazilandia, pero antes recorremos 60 kilómetros hasta la salida de Melalane que tardamos en hacer 2 horas y media. Hasta la hora y media hemos visto más bien poco. Lo único un elefante con mala leche que al parar a su lado ha hecho intención de atacar, nos ha faltado tiempo para salir zumbando de ahí.

La ruta hasta Melalane va paralela al rio que hace de frontera sur del Kruger. Esta zona es de las que más rinocerontes hay así que a primera hora suben del rio y con suerte los ves cruzando el camino. Nosotros nos hemos podido encontrar con un rinoceronte que hacia un rato que había cruzado el camino y estaba algo lejos y finalmente a dos kilómetros de la Salida nos hemos topado de lleno en el camino con un rinoceronte y la cría. Un buen broche final.


Hoy es el séptimo día que estamos en el Kruger contando la tarde en la que entramos. Esto ha superado las expectativas de lejos y hemos visto de todo. Nos ha faltado el puercoespín pero bueno, siempre hay que dejarse algo para volver. La parte mala quizá son las horas de arbustos e impalas que echas, el calor que puede llegar hacer y los madrugones que hay que pegarse pero por lo demás más es un turismo muy impactante y muy cómodo. Esfuerzo físico nulo, los campamentos están muy bien cuidados, la limpieza de los baños es excepcional y si encima vienes de camping sale tirado de precio, comer en los restaurante te sale por 15€ dos personas y si encima pillas comida en las tiendas te dejas cuatro perras. Cuesta más una semana en el rojo buceando que venir una semana al Kruger de camping, y ves muchísima mas vida aquí con total seguridad. Si vas de cabañas sí que se dispara el precio pero aún sigue siendo mucho más barato que los safaris que se pueden hacer en Kenia, Tanzania o Zimbabue. Un consejo bueno es pillar un coche automático, yo lo he agradecido un montón, entre que conduces por la Izquierda y que paras cada dos por tres viene de lujo. Lo que sería aquí especial es un híbrido, eso sería el combo perfecto porque ni asustarías a los animales con el motor.


Ya fuera del parque ponemos rumbo a Suazilandia. El objetivo de pasar por Suazilandia es porque pilla a medio camino de Santa Lucía. Ir a Santa Lucia del tirón es un disparate y leí que en Suazilandia hay un parque que se llama Milwane que merece la pena.

En 40 minutos llegamos a la frontera. La verdad que se cruza rápido. No había nada de cola. Pagas 50 rands, que son como 3€, te sellan el pasaporte y pasas. Suazilandia me ha sorprendido muchísimo. Tengo que reconocer que hasta el año pasado ni sabía que existía. Y tampoco había visto fotos del país.
Resulta que es un paisaje súper montañoso y muy verde. Tanto es así que me recuerda muchísimo a Asturias. Además aquí parece ser que les ha dado por la industria de la madera y está todo replantado de eucaliptos. Por la carretera se ve gente vestida con ropas típicas y alguno con pieles de animales. Entre puerto y Puerto de montaña terminamos pillando una autovía que nos lleva a una carretera de tierra que conduce a Milwane. Milwane es una especie de parque en donde se encuentran antílopes, monos, pumbas, cebras, los impalas de las narices, cocodrilos e hipopótamos. El entorno es como la casa de la pradera. Cabañas típicas Suazas y una zona de camping con unas instalaciones y una limpieza que ya quisiéramos en España. Milwane es una especie de humedal, lo bueno es que es un sitio donde se ven gran variedad de pájaros y lo malo son los mosquitos...

Nada más llegar vamos al restaurante a comer. El restaurante se encuentra al lado de un laguito lleno de Ibis y demás pájaros que hacen que la comida pase a segundo plano.






Tras comer instalamos la tienda y nos preparamos para hacer una ruta de senderismo que llaman "Hippo Trail". La ruta son diez kilómetros muy cómodos pasando por siguiendo un río y pasando por charcas que con lo verde de paisaje parece mentira que sea África. Los animales van muchos con las crías y se ven con facilidad, pasamos por una zona donde se ven varios Abejarucos, me tiro media hora intentando pillar alguno y yo creo que alguna foto decente ha salido, mañana por la mañana volvemos aquí fijo a intentarlo de nuevo. Una ruta muy chula. Llegamos al campamento a las 16:30.


TRACK GPS DE LA RUTA








Aprovechamos para ducharnos y al poco el tiempo empieza a cambiar. Comienza a encapotarse mientras caen unos rayos de cuidado junto con viento. Temiendo la tormenta final aseguramos la tienda y vamos al restaurante. Nos habían reservado mesa justo en frente de la charca, así que nos echamos unas cerves locales y a las 18 cenamos mientras comienza a llover.

De vuelta al campamento la lluvia parece que ha atraído a los sapitos. Mientras nos lavamos los dientes nos encontramos sapitos hasta dentro del aseo y al lado de la tienda. Hoy con la lluvia y los truenos vamos a dormir de diez en la tienda. Lo mejor es que mañana ni hay que despertarse a las 3 30... Así que decidimos poner el despertador a las 5. A lo loco!

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Al final la noche no ha sido tan mala y la tienda ha amanecido seca. Aun despertándonos a las 5 hemos dormido 8 horas largas.

Por fin podemos guardar la tienda sabiendo que ya no hay que volver a dormir en ella. 6 noches en tienda se hacen ya pesadas. Con todo recogido nos vamos a la zona del lago. A primera hora de la mañana está más bonito si cabe que ayer. Me tiro una hora persiguiendo abejarucos entre pumbas, ñus y antílopes hasta que decidimos irnos a desayunar. El desayuno frente al laguito esta idílico, la verdad que los suazis tienen el parque este muy bien cuidado.




Sobre las 9 ponemos de nuevo rumbo a Sudáfrica. El destino es Santa Lucia y esto implica 4 horas de coche. Hoy y mañana son los días de más recorrido en coche. Las carreteras en Suazilandia tienen dos cosas, coches rosas y unos resaltos en los que aunque vayas lento te rozan los bajos, y lo peor es que ni si quiera los anuncian. Incomprensible. Como te descuides y te comas uno te dejas el coche ahí. Otra manía que tienen es que los semáforos son simbólicos. La regla es que si no viene nadie hay que avanzar aunque el semáforo este en rojo. Esto lo he descubierto tras la segunda vez que me han pitado como un energúmeno por no arrancar con el semáforo en rojo y al fijarme luego que todos se saltan los semáforos si no viene nadie.

Saliendo de Suazilandia la frontera ha sido rapidísima al no haber colas. Conduciendo por Sudáfrica te das cuenta de la forma de conducir que tienen. Es demencial. En lo que viene siendo nacionales la velocidad permitida son 120. Aquí las carreteras son rectas larguísimas al ser una planicie. Pues en la carretera la norma es que si alguien viene por detrás conduzcas por el arcén para que el otro pase, aunque sea línea continua o una curva. Es más si tú vas más rápido que el de enfrente, este se echa al arcén y te deja pasar. Se da el caso de que tu adelantes a la vez que adelantan los del sentido contrario y todo tan normal, aquí deben de matarse en la carretera como chinches.

A las 14 llegamos a Santa Lucia. A la guesthouse Whale Song. Qué maravilla pillar un sitio así tras una semana penando. Nos hemos duchado rápido y hemos ido a un bar que está al borde de la desembocadura del río a comer.

Santa Lucia es un pueblo turístico que está al límite de que sea habitable ya que aquí gana la naturaleza a la civilización de lejos. Se encuentra en el humedal de iSimangaliso. Un humedal enorme, patrimonio de la humanidad, que llega hasta Mozambique. Aquí todo gira en torno al estuario y los hipopótamos. Hasta tal punto que por la noche si aprecias tu vida solo puedes moverte con el coche porque los hipopótamos salen del estuario a pastar por el pueblo. Se han dado varios casos de ataques a turistas por parte de hipopótamos al encontrárselos en la calle de noche.


Tras comer nos acercamos la playa que hay en la desembocadura. Una playa enorme con un viento y unas olas que parece el fin del mundo. Entre eso y los carteles de peligro tiburones cocodrilos e hipopótamos pasar un día de playa aquí tiene su aventura. De la playa nos vamos al paseo en barco que habíamos contratado por el estuario. El paseo esta bien pero después de ver hipopótamos mucho más de cerca en el Kruger no sorprende tanto. El barco es grande, te puedes mover libremente y solo vamos 7 personas. Mola por el paisaje y por los hipopótamos, te vas acercando de grupo en grupo mientras los ves zambullirse, bostezar y llamarse entre ellos con un ruido en forma de eructos que hacen con la nariz. Otro punto del estuario son los pájaros, está lleno de unos pajaritos amarillos que hacen unos nidos en forma de esfera y se dedican a ir y venir con hierba en la boca para seguir construyendo su nido. Tenemos suerte y vemos una pareja de Martín pescador africano.




El tour ha terminado las 18:15. Hemos ido al súper a comprar algo para mañana y ya de noche antes de ir a la habitación hemos decidido comprobar si es cierto lo de los hipopótamos paseando por el pueblo. Hemos empezado a dar vueltas y a los 15 minutos al girar una curva nos hemos encontrado el primero. Una mole inmensa, parada en la carretera frente a nosotros y mirándonos fijamente con la piel aun mojada de llevar todo el día en el agua. El pobre lo hemos deslumbrado con las luces y le ha costado reaccionar. Al rato ha decidido moverse y seguir su camino pastando hierba del suelo pasando a un metro nuestro. Hemos seguido por el pueblo y nos hemos encontrado con dos más. Ya satisfechos volvemos para la habitación y fin del día. Mañana toca día de transición, aunque aún así intentaremos aprovechar algo.

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