Nueva Zelanda se encuentra situada en el Océano Pacífico Sur, a 2.000 kilómetros al sureste de Australia. La superficie total de Nueva Zelanda es de 268.680 km².
Es un 20% mayor que Reino Unido y es aproximadamente la mitad de grande que España, y tiene una de las densidades de población más bajas del mundo, con 4 millones de habitantes, su densidad es de 15 habitantes/km².
El 65% de habitantes son de origen europeo y hay un 15% de maoríes. La mayoría de la población está concentrada en las cuatro grandes ciudades: Auckland, Wellington, Christchurch y Dunedin.
Gran parte de los maoríes viven en la Isla Norte, en la región del Cabo Este, la cuna de su cultura.
El país está formado por dos islas principales, la Isla Norte y la Isla Sur, separadas por el estrecho de Cook, y muchas otras islas más pequeñas, como la Isla Stewart y Tokelau.
Wellinton es la capital y se encuentra en el sur de la Isla Norte.
La Isla Norte posee volcanes y zonas termales, bosques, praderas y una costa espectacular, entre otras cosas. Y la Isla Sur, aún más espectacular cuenta con los Alpes neozelandeses, fiordos espectaculares, preciosos glaciares. Las dos islas están separadas por el estrecho de Cook y poseen altas montañas, fantásticos ríos y lagos, faros, zonas verdes espectaculares y una naturaleza casi virgen para dejarte sin aliento allí donde vas.
La Isla Norte, en maorí, “te ika a maui” abarca unos 113.729 km². En el centro se encuentra una zona de mesetas de gran actividad sísmica y volcánica. El Monte Ruapehu (2.797 metros) es uno de los tres volcanes activos en la isla. Las montañas se extienden al este y al sur de la meseta, y el Cabo Oriental de Estrecho de Cook. La isla se caracteriza por sus playas doradas de arena fina, por sus volcanes y por tener los árboles más antiguos del mundo, el Kauri nocturno.
La Isla Sur, en maorí, “te waipounamu”, es la menos poblada de las dos islas y tiene unos 152 720 km2. La cadena montañosa de los Alpes neozelandeses tiene una longitud aproximada de unos 500 kilómetros y allí está el imponente Monte Cook, el punto más alto del país (3.764 metros).
La vertiente occidental de la Isla Sur es húmeda y arbolada mientras que la vertiente oriental es más seca. Las llanuras de Canterbury son la zona más grande de este tipo del país.
Si os interesa la historia, Nueva Zelanda posee una muy interesante, tanto la más histórica, como la que se tiñe de pinceladas mágicas y mitológicas. Para mí, que me dicen que soy medio celta, medio maorí y me siento tan identificada y unida a ellos, fue uno de los aspectos más emocionantes de esta aventura.
Según cuenta la leyenda, tres canoas llenas de hombres vinieron desde la Polinesia y desembarcaron en Bay of Plenty en el siglo XIV. Fue la llegada de los primeros maoríes a la isla. Fue uno de los territorios más tardíamente poblados de la tierra.
Existen varias leyendas sobre quiénes llegaron, cuándo y dónde. Los maoríes, por ejemplo, creen que sus ancestros provienen de una tierra mítica llamada Hawaiki.
Según la mitología maorí migraron con siete barcas que fundaron las siete tribus iniciales. Lo más probable es que hubiera sucesivas migraciones, todas ellas provenientes de la Polinesia, entre los años 1000 a 1300 aproximadamente.
Nueva Zelanda en maorí se dice Aotearoa que significa “la tierra de la larga nube blanca”.
Este nombre se debe a que su territorio está muy frecuentemente nublado. El actual nombre probablemente venga de los cartógrafos de los Países Bajos que denominaron a estas islas Nova Zeelandia, en honor a la provincia neerlandesa de Zeeland. La traducción correspondería al actual nombre de Nueva Zelanda.
La historia habla de que la colonización del país comenzó alrededor de mil años antes de la llegada de los primeros europeos. El primer pueblo que se instaló en Nueva Zelanda provenía del Este de Polinesia, sus descendientes son los Maorís. Su leyenda cuenta que el hallazgo del país se produjo en Kupe, cuyo nombre es Aotearoa «Tierra de la alargada nube blanca».
Ya en 1642, el navegante holandés Abel Tasman es el primer europeo en llegar a Aotearoa. Aunque no es muy bien recibido, bautizan las islas con el nombre de Nueva Zelanda.
Hasta el 1769 James Cook no llega al país y lo reivindica en nombre de la Corona británica. Y al principio del siglo XIX los europeos crean las colonias.
En 1840, el capitán William Hobson es nombrado cónsul por Gran Bretaña con la orden de negociar con los jefes maoríes. De esa negociación se firma el Tratado de Waitangi, el 6 de febrero de 1840, cediendo la soberanía a la Corona a cambio de la garantía sobre sus tierras, derechos y tradiciones maoríes, y la protección británica.
El 21 de mayo de 1840, Hobson proclama la soberanía británica sobre la Isla del Norte y reivindica la Isla del Sur. En 1841, Nueva Zelanda se convierte en una colonia británica con Auckland como capital. El gobierno parlamentario comienza a funcionar en 1856.
Hubo conflictos entre los colonos y los maorís y éstos desencadenaron, finalmente, en guerras que duraron hasta 1872.
En los años 70 se produjo un resurgir de la cultura Maori, los líderes nativos reclamaron la justicia social y fue hasta 1975 que se reconsideró el Tratado de Waitangi.
El actual gobierno está bajo monarquía constitucional y es una democracia parlamentaria. Isabel II es la reina de Nueva Zelanda y jefa del Estado. El poder ejecutivo es ejercido por Primer Ministro.
Nueva Zelanda es considerada el país más libre, el que más respeta los derechos civiles en el mundo y el país según la ONU con mejor calidad de vida.
La cultura maorí es la más antigua de Nueva Zelanda. Hay un cálculo que estima que unos 50.000 maoríes hablan con soltura su idioma de origen.
Una de las tradiciones más arraigadas es su música, acompañada de canciones que aún se preservan como el Karanga, el canto de las mujeres en los rituales de origen, y el Haka, la canción de guerra y el canto más famoso del equipo de Rugby del país, los All Blacks.
Además de las canciones también es muy tradicional el tatuaje Moko con el que los maorí distinguían el rango de la tribu a la que pertenecían.
La artesanía es un reflejo del patrimonio maorí y destacan en el tallado y el tejido, donde representan historias, leyendas y roles religiosos.
Hay dos materiales a destacar en cuanto a las tallas, la artesanía y la joyería: la paua y el pounamu o jade verde. Recordad que es ilegal, además de tremendamente irrespetuoso y carente de ética, llevarse conchas, piedras, o cualquier elemento de la naturaleza. La joyería de Nueva Zelanda tiene un afán conservacionista y respetuoso con el medio ambiente y la protección de su tierra y sus recursos.
La paua es una hermosa y brillante concha cuya variedad cromática abarca toda la paleta de colores entre el azul y el verde. Entre otras joyas de paua que me traje, mi precioso y mágico colgante me acompaña siempre al cuello junto a mi kokopelli nativo-americano.
Respecto al Pounamu, greenstone o jade verde, se considera por los maoríes como el corazón verde de Aotearoa.
Sólo se encuentra en algunos ríos de la costa oeste de la Isla Sur y es uno de los grandes taonga (tesoros) maoríes.
La población maorí dio tanta importancia al pounamu que llamaron a la Isla Sur "Te-Wai -Pounamu" que significa "las aguas de piedra verde".
La tradición más conocida, recuerda que uno no debe tallar o comprar una piedra para sí mismo. Al igual que la pounamu fue un regalo de la tierra en su forma natural, la tallada debería ser siempre un regalo de una persona a otra.
Uno de los símbolos del país es el rugby y su equipo nacional, los All Blacks.
Además de en el rugby, destacan en el críquet, la natación, la vela, el ciclismo, el senderismo y todo tipo de deportes extremos.
Y otro de los iconos nacionales son las ovejas. En 1982, el país acogía a 70,3 millones de ovejas, es decir, 22 por persona. Ahora calculan que hay 10 ovejas por cada habitante
También veréis muchas vacas, culpables de dejar una huella de carbono tan grande que, además del metano generado por los siete millones de vacas , representan una gran proporción de las emisiones de efecto invernadero del país, algo que llevó al anterior gobierno a considerar un “impuesto sobre los pedos”. Verídico