Ningún país del planeta reúne tantos ecosistemas como Costa Rica en un espacio tan reducido. Es un país feliz, con una democracia longeva, sin ejército, con más profesores que policías, con mas de un 20% de su superficie protegida y con un índice de alfabetización del 97%... Su biodiversidad es espectacular pues alberga 58 microclimas diferentes en los que habitan el 5% de las formas de vida del planeta; casi doscientas especies de anfibios, monos, armadillos… jaguares, casi mil especies de aves, tortugas marinas, tiburones, ballenas, peces tropicales… más de dos mil especies de árboles y el 10% de las mariposas del mundo mundial. Sin duda un rincón lleno de Pura Vida que teníamos muchísimas ganas de conocer a nuestro aire…
Viaje realizado en pareja del 16 de abril a 3 de mayo de 2007
Aunque no es un viaje reciente, aprovecho que ya estaba escrito en mi antiguo cuaderno de viajes analógico y lo digitalizo. Soy de las que creo que de todos los diarios se extrae algo… espero que éste pueda ser de utilidad a alguien.
ITINERARIO/RUTA
DÍA 1: Llegada a San José
DÍA 2: San José – Tortuguero (por Guapiles y Cariari R32 )
DÍAS 3 y 4: Tortuguero
DÍAS 5, 6 Y 7: Cahuita (por Puerto Limón R32)
DÍAS 8, 9 Y 10: Arenal (por Guapiles-Puerto Viejo-Aguas Zarcas-Venecia-Quesada-Florencia)
DÍAS 11 Y 12: Monteverde (por Tilarán-Santa Elena)
DÍAS 13, 14 Y 15: Manuel Antonio (por El Roble-Río Tárcoles-Jacó-Parrita-Quepos- Playa Espadilla)
DÍA 16: Poas – Alajuela (por Quepos-Parrita-Santiago-Brasil-Guácima-Ánimas-Grecia-Vara Blanca-Heredia)
DÍA 17: San José
DÍA 18: Regreso - FIN
Día 1: LLEGADA A SAN JOSÉ
Amanece el día 16 de abril y comienza nuestro viaje. Volamos desde Málaga a Madrid, y con una escala en Nueva York (Newark) llegamos a San José. Volamos con Continental Airlines, todo ok aunque la escala hizo el viaje más largo y pesado por la recogida de equipaje, colas, controles, refacturaciones, aduanas, re colas…
Recogimos el equipaje y en un mostrador compramos el ticket para coger un taxi oficial que nos llevaría a nuestro alojamiento en Alajuela. La simple fachada del hotel escondía una bonita casa colonial recientemente restaurada. Habíamos leído sobre la posibilidad de regatear los precios sobre todo en temporada baja…así que regateamos un poco. Y con un descuento y muy cansaditos del largo día nos fuimos a dormir a la colonial cama escuchando el murmullo de alguna cercana fuente.
Recogimos el equipaje y en un mostrador compramos el ticket para coger un taxi oficial que nos llevaría a nuestro alojamiento en Alajuela. La simple fachada del hotel escondía una bonita casa colonial recientemente restaurada. Habíamos leído sobre la posibilidad de regatear los precios sobre todo en temporada baja…así que regateamos un poco. Y con un descuento y muy cansaditos del largo día nos fuimos a dormir a la colonial cama escuchando el murmullo de alguna cercana fuente.
DÍA 2: DE SAN JOSÉ A TORTUGUERO
Nos despertamos tempranito y descansados. En estas latitudes amanece pronto, sobre las 5:30 sale el sol, y atardece sobre las 17:30. Tomamos un riquísimo y completo desayuno en el agradable patio y nos organizamos. Como nos gusta el hotelito decidimos negociar con el agradable personal el mismo precio para volver a quedarnos allí al final de nuestro viaje. Hacemos el checkout y nos piden un taxi que nos llevará a recoger el coche de alquiler en unas oficinas próximas al aeropuerto.
Llevábamos reservado con Poas rent car un Daihatsu Terios. Aún siendo CR un país seguro nos dan algunas indicaciones tipo: no dejar nada a la vista, tener cierto cuidado con la técnica denominada “el pinchonazo” en la que una rueda no tan casualmente se pincha y aparece ayuda no tan casual, hacer caso a los límites de velocidad, y sobre todo no mover el coche si tuviéramos algún accidente pues moverlo significaría asumir la responsabilidad del mismo y el seguro no respondería.
Vehículo 4x4, consejos de seguridad básica y un mapa de carretera no muy completo… con ello nos ponemos en marcha…y comienza la aventura en “Tiquicia”. Nuestro primer destino: Tortuguero. (nota autora: nada de GPS por aquellos días, …).
“Circunvalar” San José fue un poco caótico, tráfico matutino algo denso, no muy buena señalización, y primer contacto con la forma algo anárquica del tico al volante. Atravesamos la ciudad tomando el Paseo Colón, dejando a derecha e izquierda el hospital San Juan de Dios, el mercado central, el banco de CR, el teatro Salazar, la catedral, el teatro Nacional….Una primera y leve impresión, un paso fugaz por Chepe …que es el nombre cariñoso de la capital… Y con cierto trabajo conseguimos salir siguiendo las indicaciones que nos llevarían a la provincia Limón.
Por fin orientados y por fin rumbo al Caribe… y a tan solo unos pocos kilómetros de la frenética capital el paisaje se transforma. Atravesamos el primer Parque Nacional: Braulio Carrillo (nombre del tercer jefe de Estado de CR). El verde casi fosforito, las montañas, colinas,…todo cubierto de bosque tropical lluvioso, agua, más verde… síííí ¡¡estábamos en Costa Rica!!... Atravesamos el llamado río Sucio… un bonito río bicolor donde el marrón y el azul se mezclan.
Llevábamos reservado con Poas rent car un Daihatsu Terios. Aún siendo CR un país seguro nos dan algunas indicaciones tipo: no dejar nada a la vista, tener cierto cuidado con la técnica denominada “el pinchonazo” en la que una rueda no tan casualmente se pincha y aparece ayuda no tan casual, hacer caso a los límites de velocidad, y sobre todo no mover el coche si tuviéramos algún accidente pues moverlo significaría asumir la responsabilidad del mismo y el seguro no respondería.
Vehículo 4x4, consejos de seguridad básica y un mapa de carretera no muy completo… con ello nos ponemos en marcha…y comienza la aventura en “Tiquicia”. Nuestro primer destino: Tortuguero. (nota autora: nada de GPS por aquellos días, …).
“Circunvalar” San José fue un poco caótico, tráfico matutino algo denso, no muy buena señalización, y primer contacto con la forma algo anárquica del tico al volante. Atravesamos la ciudad tomando el Paseo Colón, dejando a derecha e izquierda el hospital San Juan de Dios, el mercado central, el banco de CR, el teatro Salazar, la catedral, el teatro Nacional….Una primera y leve impresión, un paso fugaz por Chepe …que es el nombre cariñoso de la capital… Y con cierto trabajo conseguimos salir siguiendo las indicaciones que nos llevarían a la provincia Limón.
Por fin orientados y por fin rumbo al Caribe… y a tan solo unos pocos kilómetros de la frenética capital el paisaje se transforma. Atravesamos el primer Parque Nacional: Braulio Carrillo (nombre del tercer jefe de Estado de CR). El verde casi fosforito, las montañas, colinas,…todo cubierto de bosque tropical lluvioso, agua, más verde… síííí ¡¡estábamos en Costa Rica!!... Atravesamos el llamado río Sucio… un bonito río bicolor donde el marrón y el azul se mezclan.
Subidas y bajadas, valles y cimas, tráfico abundante. Recuerdo que en algún lugar de la autopista pagamos peaje en una cabina. Y aquí nos cruzamos con los primeros megacamiones, gigantes, ruidosos, coloridos… algunos cargados de no se que, otros cargados de gigantescos troncos de algún rincón de este pequeño país… muchos otros parados esperando a que el motor se les enfriara…
Atravesamos Guápiles, centro de transportes de la región bananera de Río Frío, y llegamos a Cariari. Pequeña población también platanera y animada donde paramos para comprar, en la estación de autobuses junto a la comisaría, los tickets del bote-taxi que nos llevaría a Tortuguero (3$). Como iríamos con nuestro coche hasta la Pavona, la vendedora nos recomendó que siguiéramos al bus para no perdernos. Hicimos tiempo tomando algo, haciendo fotos de la vida cotidiana,…
Y cuando el bus se pone en marcha, nosotros nos ponemos en marcha tras él. Aún no habíamos salido del pueblo cuando nos quedamos atascados en un revuelo en la calle principal y perdemos de vista nuestra estrella polar de cuatro ruedas. Preguntamos a la salida del pueblo... y es en ese momento cuando nos damos cuenta de que los tic@s son un poco “particulares” para dar las direcciones. Es tal su afán de agradar, ser amable y quedar bien, que si no sabe la respuesta, nunca dirá abierta y claramente: No lo sé o No sé…. lo que hará será darte una enrevesada e incomprensible indicación que no habrá por donde cogerla y de la que no te habrás enterado de nada aunque pongas tus cinco sentidos y toda la atención del mundo mundial… Otras veces dan las direcciones por referencias tipo: allá donde está aquel palo de limón hay una casa azul… y tu has de saber que el palo de limón es un árbol y que quizás la casa fue azul en sus orígenes!!!, y ahora puede ser por ejemplo amarillo pollo pero él te dirá que es azul pues ese fue su color original!!!... Existe también la opción de que lo sepan pero, aunque hablamos el mismo idioma, a veces no lo parece pues se explican un poco regumal o nosotros entendemos un poco regumal, y su concepto del cerca – lejos también pueden diferir bastante del tuyo… dato importante a tener en cuenta para las distancias a pie…
Conclusión: siempre preguntamos a más de una persona… por suerte es cierto que preguntando se llega a Roma…aunque nadie dijo si había que preguntar a 1, o a 2 o a 3 o 4 o 5… (Nota autora: en aquellos días nuestra Jenny no nos acompañaba aún en los viajes, aún no había ni nacido ).
Tras las pérdidas, desencuentros y encuentros con el bus de la compañía Coopetraca, llegamos a la plantación bananera de la Finca de la Pavona, donde dejamos el coche en un improvisado pero vigilado parking por la turística cantidad de 10$ diarios.
Cogimos las mochilas, atravesamos unas finas e inestables tablas de madera para atravesar un primer y somero caño y subimos a una camioneta que nos lleva al embarcadero donde nos espera una motora de casco plano que nos llevaría al pueblo de Tortuguero. No somos muchos en el bote-taxi.
La navegación por los canales es espectacular. Impresionantes las orillas verdes de bosques secundarios, palmeras, rafias, lianas,… a veces salpican el trayecto bancos de arena donde se pueden ver caimanes tomando el sol, …de repente una sucesión de meandros, de nuevo las amplias rectas, la sombra, niños que se bañan, enormes troncos, los reflejos…inolvidable trayecto.
Conclusión: siempre preguntamos a más de una persona… por suerte es cierto que preguntando se llega a Roma…aunque nadie dijo si había que preguntar a 1, o a 2 o a 3 o 4 o 5… (Nota autora: en aquellos días nuestra Jenny no nos acompañaba aún en los viajes, aún no había ni nacido ).
Tras las pérdidas, desencuentros y encuentros con el bus de la compañía Coopetraca, llegamos a la plantación bananera de la Finca de la Pavona, donde dejamos el coche en un improvisado pero vigilado parking por la turística cantidad de 10$ diarios.
Cogimos las mochilas, atravesamos unas finas e inestables tablas de madera para atravesar un primer y somero caño y subimos a una camioneta que nos lleva al embarcadero donde nos espera una motora de casco plano que nos llevaría al pueblo de Tortuguero. No somos muchos en el bote-taxi.
La navegación por los canales es espectacular. Impresionantes las orillas verdes de bosques secundarios, palmeras, rafias, lianas,… a veces salpican el trayecto bancos de arena donde se pueden ver caimanes tomando el sol, …de repente una sucesión de meandros, de nuevo las amplias rectas, la sombra, niños que se bañan, enormes troncos, los reflejos…inolvidable trayecto.
Los canales se construyeron para conectar una serie de tranquilas lagunas naturales y meandros de ríos facilitando la comunicación con otras regiones. En 1969 se finalizó su construcción permitiéndose así la navegación por el interior de Limón y los pueblos costeros en un medio más sólido que las piraguas que aún abundan en la zona.
Tras hora y media de preciosa navegación llegamos al poblado. La barca atraca encallándose voluntariamente muy adentro en la fina arena y desembarcamos saltando directamente a la arena firme. Lo primero fue buscar el “Bed & Breakfast Casa Marbella” que era el único alojamiento que llevábamos reservado desde casa. Tras encontrarlo fácilmente la sorpresa fue que había habido problemas cibertécnicos y que la reserva no estaba confirmada y solo disponían de sitio para esa noche, la siguiente deberíamos pasarla en otro lugar.
Tras hora y media de preciosa navegación llegamos al poblado. La barca atraca encallándose voluntariamente muy adentro en la fina arena y desembarcamos saltando directamente a la arena firme. Lo primero fue buscar el “Bed & Breakfast Casa Marbella” que era el único alojamiento que llevábamos reservado desde casa. Tras encontrarlo fácilmente la sorpresa fue que había habido problemas cibertécnicos y que la reserva no estaba confirmada y solo disponían de sitio para esa noche, la siguiente deberíamos pasarla en otro lugar.
Nuestro agradable anfitrión fue Daryl, un biólogo canadiense que a orillas del canal ubicó su negocio y su vida. El lugar está maniáticamente limpio, es cómodo y agradable. Tiene un bonito embarcadero-terraza a orillas del canal donde servían el desayuno y que era el lugar perfecto para ver la vida flotar o navegar o pasar, leer …mecerse en una hamaca… Desde ahí esa nítida tarde y a lo lejos se veía la cima del volcán Irazú.
Nos ubicamos, acordamos con Daryl las excursiones y nos fuimos a recorrer el pequeño y muy atractivo pueblo. Básicamente consiste en una calle principal, sin carretera ni aceras porque no hay vehículos. Una parte de dicha “avenida” principal está cementada, otra posee una especie de embarcadero de hormigón y la mayoría de la calle es de arena.
Hay una pequeña iglesia amarilla, comisaría, un colegio con alumnos impecablemente uniformados, su campo de fútbol y un pequeño cementerio. Algunas tiendas de suvenir y algunos lugares turísticos para comer con encanto y con vistas al canal, algunas sodas (las sodas son como se les denomina a los bares, chiringos, chiringuitos o “restaurantes” locales), un almacén de materiales de construcción, un par de abastecimientos o pulperías, algunas casas de colores …y poco más constituyen el gran atractivo de este mágico lugar rodeado de selva y mar.
Me gusta el pueblo y aunque tiene un punto quizás demasiado turístico por entonces aún conservaba mucho encanto.
La playa de Tortuguero, estrecha, de fuerte oleaje, de negra y muy fina arena volcánica contrasta con el verde intenso de las palmeras y de la propia selva. La subsistencia del pueblo gira en torno a esta playa y sus tortugas. Es el lugar de nidificación más importante de todo el Caribe de la tortuga verde que acude a desovar, desde febrero a noviembre (siendo la mejor época julio y agosto). En sus oscuras playas además desovan otras especies como son la tortuga laúd (en abril-mayo), la tortuga lora, la carey (marzo -octubre) y muy puntualmente la boba o cahuama. No obstante en estas playas nació el movimiento conservacionista en 1955 iniciado por el doctor Archie Carr creador de la Caribean Conservation Corporation (CCC). Aquella tarde visité las instalaciones de la CCC, para mi era una parada obligatoria.
Visité las instalaciones del campamento tortuguero, charlé con la coordinadora, y el resto de la tarde paseamos calle arriba y abajo. Elegimos el alojamiento para el siguiente día y nos dedicamos a asomarnos a la playa, al canal y a buscar bichos…las primeras hormigas cortadoras de hojas, los primeros lagartos, loros…Hizo un bonito día, que llegaba a su fin… la tarde se desplomó.
Después de una agradable cena junto al canal, con luz de velas, crepes y cerveza local, Imperial, en el Buddha café fuimos a hacer la excursión de las tortugas obligatoriamente acompañados con un guía local. Abril es principalmente época de tortuga laúd o baulas, fuimos los dos solos con el ticoguía… tras caminar varias millas, un paseo de dos horas bajo un cielo espectacular… vimos algunos viejos rastros pero ninguna tortuga……una lástima. Eso sí impresionantes los sonidos nocturnos de la selva mezclados con el sonido del mar. No hubo suerte tortuguera… solo infinitas estrellas.
DÍA 3 y 4: TORTUGUERO
Por la mañana muy tempranito hicimos la excursión por los canales del parque y alrededores, siendo Daryl nuestro guía y usando una cómoda lancha a la que él acopló un pequeño y silencioso motor eléctrico... mola más el silencio para bichear
Escuchamos y vimos por primera vez los monos aulladores también llamados congos. Los sonidos de estos monos se escuchan a más de 1Km de distancia. Este ruido descrito como gruñido, rugido o aullido según su intensidad es uno de los más característicos y memorables de la selva tropical. Curiosamente los monos centroamericanos a diferencia de los monos africanos poseen una cola prensil.
Además observamos: garzas níveas, garzas tigre, garzas nocturnas, garzas azules (existe un total de 14 especies de garzas), jacanas, ibis, escandalosas lapas (loros verdes), un bonito martín pescador,…
Reptiles varios como tortugas, el basilisco o también llamado lagarto Jesucristo por ser capaz de andar sobre el agua a dos patas ayudándose de su cola… la impresionante Morpho una mariposa de unos 15 cm…. de un discreto color café en la parte inferior de las alas y de un indiscreto e inimaginable azul eléctrico en la parte superior de las mismas… ¡¡para mí fue un flechazo a primera vista!!,… una tortuga negra, un pequeño caimán de anteojos,… monos arañas y un perezoso… No tuvimos suerte con los manatíes, vimos una mierda…literal: Al ser herbívoros sus flotantes excrementos dan pistas de por donde andan,… pero no pudo ser…
Gracias al silencio de la barca también podíamos disfrutar de los sonidos de la selva en la azul y radiante mañana y de la tranquilidad de los canales. A veces nos cruzábamos con otras ruidosas barcas mas grandes y repletas de turistas pertenecientes a los grandes lodges… personalmente nos gustaba más nuestro plan íntimo y silencioso con nuestro anfitrión y biólogo. Muy recomendable
Tras finalizar la excursión nos esperaba el desayuno en el agradable embarcadero de la casa. Dejamos las maletas preparadas para el cambio de alojamiento y nos fuimos a la entrada oficial del Parque para preguntar por el sendero y echar un vistazo a los paneles interpretativos que había. En ellos además de la fauna y flora del lugar, se explicaba la relación que el poblado mantenía con las tortugas marinas consumiendo su carne y huevos y como dicha relación fue cambiando a medida que Archie Carr se instaló en la zona instaurando la investigación y el conservacionismo… y poco a poco, el pueblo comenzó a vivir del turismo tortuguero. Después del paseo nos mudarnos y reinstalarnos en el Hotel Miss Junnie en el que nos dieron la bienvenida con un ácido y rico jugo de tamarindo.
Nos asomamos a la playa, callejeamos un poco, y comimos en la soda central del pueblo unas bocas de pollo frito, nombre con el que se les llama allí a las pequeñas raciones o tapas. Allí vimos como los chinos vivían en Tortuguero y eran dueños de algunos negocios…y uno de ellos debía ser algo ludópata pues no se separaba de la máquina tragaperras ubicada en el “Pollo Gollo”.
Por la tarde nos dedicamos a recorrer a pie el sendero del Gavilán en el parque. Volvimos a reencontrarnos con los monos aulladores, vimos volando una pareja de tucanes, los inmensos árboles, las impresionantes raíces aéreas de los gigantes ficus que sirven de refuerzo a tanta altura, los árboles caminantes, las primeras heliconias y bromelias, enredaderas infinitas, arañas, insectos multicolores e iridiscentes, mariposas, las autopistas y rastros de hojas verdes dejados por las hormigas cortadoras de hojas, sonidos no identificables… y una pareja de españoles con los que nos cruzamos al final del camino los cuales nos dieron algunas referencias para contratar las excursiones por un precio más económico a medida que avanzáramos en nuestro recorrido por el país.
El sendero finaliza en la violenta playa Tortuguero por la que regresamos. Dimos una vuelta por el pueblo y esperamos el atardecer en las de nuestro alojamiento acompañados de iguanas y lagartos…
La tarde cae. Una ducha rápida y esa noche acabamos el día cenando en el que era uno de los restaurantes más conocido del pueblo, el de nuestro alojamiento Miss Junnie donde pedimos pescado y camarones, acompañado de arroz, frijoles y banano cocinado todo con una rica salsa caribeña a base de coco.
DÍA 5: TORTUGUERO - CAHUITA
Amanece en el Caribe. De fondo se escuchan los gallos y gallinas de las coloridas pero despintadas casas de alrededor. Nos asomamos a la playa a ver amanecer sentados en uno de los muchos troncones que las olas y mareas traen… Unos pescadores que llegan con la gran captura, otros que salen a navegar... a nuestros pies los cangrejos vienen y van…
Hacemos el checkout y nos vamos al embarcadero para tomar la primera barca- taxi de la mañana rumbo a la Pavona. Nuevamente nos adentramos por los canales, la bruma de la azul mañana se enreda en el único cerro y en los altos árboles. Aunque no nos llovió ninguno de los dos días que allí estuvimos, Tortuguero se considera la zona más lluviosa del país y aún en la estación seca (de diciembre a abril) las lluvias son frecuentes y abundantes. En épocas de lluvias los canales a veces se vuelven intransitables debido a la enorme cantidad de grandes troncos y ramas que pueden obstaculizar la navegación por determinadas zonas. El verde intenso a ambos lados del canal te abraza. Disfrutamos de la fauna, de las últimas vistas y nos despedimos mentalmente de la inolvidable barra de Tortuguero.
Tras hacer un transbordo improvisado a mitad de camino sugerido por el coordinador del bote-taxi para aligerar el peso de la barca llegamos a la finca donde tras esperar el equipaje y al “carro” llegamos al parking donde recogimos nuestro 4x4…. y a dos autostopistas: uno el coordinador de Coopetraca que resultó ser un personaje nicaragüense y una chica argentina que llevaba poco tiempo viviendo en CR en la zona del pacífico y que visitaba Tortuguero.
El Nica nos ayudó a no perdernos con sus indicaciones y a hacer el recorrido en un tiempo record mientras nos hablaba sin parar de las morcillas gigantes de su país, de sus 24 años en Tortuguero,… de política y corrupción nicaragüense, de ética, moralidad y vicios varios… Fue un trayecto muy entretenido, a ambos los llevamos hasta Cariari.
Nosotros continuamos rumbo a Guápiles donde en una pastelería compramos dulces ticos para desayunar y hacemos una parada cibertécnica para “quemar” el primer CD de fotos. Lo que parecía facilísimo debido al elevado número de cibers que hay en todo el país… pues se complicó un poco pues no todos disponían de “quemadores” (grabadoras) de discos,… y el que lo tenía fallaba y fallaba… lo cual se traduce en dos horas para completar la cibermisión. Mientras la vida pasa por la calle de Guápiles. (Nota autora: …va cambiando rápido la tecnología …. ).
Continuamos rumbo a Limón, a unos 95 kilómetros dirección Sur. Por el camino el verde vuelve a llenarlo todo, plátanos, zopilotes, puestos de frutas junto a la carretera, sodas, …aumenta el tráfico, aparecen muchos camiones principalmente portacontenedores debido a la proximidad del importante puerto.
Llegamos a Puerto Limón. En dimensiones es la gran ciudad del Caribe, lugar de nacimiento de la United Fruit y capital de la provincia de Limón. Aquí los negocios se miden por contenedores y camiones de bananas y no por autobuses de turistas pese a ser el principal puerto del país donde al parecer atracan los cruceros desde octubre a mayo.
Solo atravesamos en coche parte de la ciudad. Nos llama la atención el ruinoso encanto de una trabajadora localidad portuaria, con una imagen algo decrépita, descuidada o descascarillada, aparentemente con pocos atractivos y seguridad… pero muy fotogénica.
En 1502 Colón viajó por cuarta y última vez al Nuevo Mundo. Un huracán dañó seriamente su embarcación y se vio obligado a fondear, echó el ancla en isla Uvita allí enfrente de la costa de Puerto Limón. Mientras se arreglaban los desperfectos Colón se arriesgó a adentrarse en la espesura de la selva e intercambió presentes con los hospitalarios nativos. A su regreso predicó a los cuatro vientos que había visto más oro que en toda su vida, pero fueron sus entusiastas descripciones de la “costa rica” las que decidieron el nombre final de esta zona del nuevo mundo. La primera colonia española se fundó en la década de 1560 en Cartago. Sin embargo los colonos españoles no exploraron gran parte de la costa atlántica-caribeña hasta el siglo XIX.
En 1867, se comenzó a llevar a cabo el ambicioso proyecto de una línea de ferrocarril para conectar las tierras altas con la zona marítima. Se eligió Limón como enclave del puerto principal para facilitar las exportaciones de café desde el valle central. El proyecto del ferrocarril cambió CR radicalmente. Los esclavos jamaicanos liberados fueron la mano de obra barata para construir la línea ferroviaria y se instalaron en la costa, introduciendo el inglés y la cultura caribeña en una previamente homogénea población. Los plátanos que se plantaron a ambos lados de las vías como una fuente barata de alimentos para los esclavos trabajadores, posteriormente y paradójicamente se convirtieron en la exportación más importante del país.
La compañía gringa United Fruit controlaba este próspero negocio, y convirtió CR en parte de su imperio bananero. En 1913 una plaga causó el cierre de numerosas fincas bananeras caribeñas, y gran parte de la producción fue a parar a la costa pacífica. No obstante los visados de los trabajadores afrocaribeños estaban restringidos a la provincia de Limón y no se les permitía desplazarse hacia las nuevas zonas de empleo, por lo que quedaron “atrapados” en la zona del país menos desarrollada, y muchos se dedicaron a la agricultura de subsistencia, a la pesca o a las plantaciones de cacao. Otros protagonizaron sangrientas huelgas contra la United Fruit.
En 1949 se redactó una nueva constitución que daba a los negros derecho a trabajar y viajar libremente por CR. Aunque las barreras raciales desaparecieron con la nueva constitución, la electricidad, las carreteras y el teléfono llegaron tarde a esta bella región junto al mar. El resultado de este aislamiento es una cultura todavía enormemente independiente del resto de CR.
Nosotros solo atravesamos la ciudad, y seguimos las indicaciones rumbo al Sur, al corazón de la población afrocaribeña. Por el camino paramos en una soda de carretera y probamos el primer “casado” regado con ricos zumos naturales (así como se denomina al plato básico y típico costarricense compuesto por arroz, frijoles, banana, “ensalada” y carne o pescado).
Retomamos la marcha y pronto llegamos a Cahuita. Nos damos cuenta que esto es “el Caribe” …el ritmo, el color, la gastronomía, la música,… aún más calma. Sin duda la distinción entre el pacífico y el caribe, lejos de ser sólo geográfica, es marcadamente cultural. Nos damos cuenta que aunque la mayoría de los locales hablan español, se escucha frecuentemente un inglés algo indescifrable.
Lo primero fue buscar y decidir el alojamiento. Tras echar un vistazo a las cabinas económicas y no convencernos, pedimos ver habitaciones en las consideradas de categoría media-alta. Tras un suave regateo nos quedamos en los bungalows Aché que fue el más bonito, bien situado y “lujoso” de todo el viaje. Unos preciosos “palafitos” octogonales todo en madera, de altos techos, cómodas camas con mosquitera, espacioso, grandes ventanas, caja de seguridad… amplio y nuevo baño… un porche con una colorida hamaca… una nevera y cuatro cosas de menaje de cocina que nos permitieron unas agradables, sencillas y cómodas cenas…
El alojamiento está muy bien ubicado, linda con el Parque Nacional. Se encuentra en una tranquila y silenciosa calle cortada ….y me encantaron los colibríes del jardín. Dejamos el equipaje y aún nos da tiempo de acercarnos a playa Blanca. De camino comenzamos a captar la esencia del lugar, las calles más céntricas no están asfaltadas, el transporte predominante, y aun así escaso es la bicicleta, un par de supermercados, un tenderte con frutas….llegamos a la blanca playa.
El mar nos recibe muy quieto, muy tranquilo, verde-azul-turquesa y con la calidez indescriptible del Caribe más tropical… nos damos un largo, caliente y reponedor baño frente a los cocoteros y al verde de la selva.
Una pequeña compra en el supermercado regentado por chinos y en el puesto de frutas de la entrada del parque, unas risas con un loro políglota que saludaba en varios idiomas y que tenía una divertidísima carcajada tipo Antonia total jajajaja parece ser que todas las “marujas” del mundo mundial tienen el mismo tipo de risa escandalosa y típica,… existe algo así como una risa marujil internacional o universal. Un último paseo. Una cena picnic deluxe y a dormir.
Día 6: CAHUITA
Justo antes del amanecer nos despiertan muy muy muy cerca los gritos de los monos aulladores del parque…, un sonido increíble, un ruido bestial, un escándalo animal… algo así como el conciertazo del día para dejar desde muy temprano las cosas claras sobre los terrenos y donde estamos cado uno.
Tempranito nos ponemos en marcha para recorrer el parque por el cómodo trail costero de unos 7 Km. A veces el sendero bordea la playa, a veces se adentra un poco en el verde profundo, cruzamos un pequeño puente, una zona de mangles... la playa está increíblemente preciosa, el agua apenas se mueve, ningún oleaje, el color y la luz nos recuerdan que estamos en el Caribe.
Los monos nos acompañan en las alturas, los escuchamos y los vemos, nos encontramos con varios pequeños tiburones de arrecife cercando a un pequeño cardumen en la misma orilla,…muchas mariposas, sonidos de aves que desconocemos… Playa Blanca termina en Punta Cahuita, al este y al oeste extendiéndose como un abanico se encuentra su tesoro: el arrecife.
Es el arrecife más desarrollado en la costa del caribe costarricense y allí hicimos una laaaaaarga parada para bucear en las transparentes y cálidas aguas. Al principio estábamos cerca de la orilla… hasta que poco a poco nadando sin darnos cuenta llegamos a un autentico jardín de corales: cuernos de alce, corales cerebriformes, coral abanico, erizos de púas largas y dólares, peces ángeles, mariposas, escalares, pavos reales, la preciosa y majestuosa manta raya, pulpo, peces loros, pequeñas langostas, poliquetos multicolores, pepinos, morenas……… espectacular!!! Cuánto disfruté!! Horas!!
Aparentemente solos en la perfecta e idílica playa, con la sombra de los cocoteros, un perfecto día azul radiante …cuando de repente nos damos cuenta de que realmente no estamos tan solos…!!! Una pareja de monos cariblancos se encuentran junto a nuestra mochila intentando abrirla, intentan cogerla…. Salimos del agua… y tenemos que establecer algo así como turnos de vigilancia jejeje pues cada vez que la mochila se quedaba sola los monos aparecían en busca de algo de comida.
Nos avisaron que esto ocurría pero realmente no me imaginaba yo a los monos tan sumamente descarados e insistentes jejejeje porque aún de pie, enfrente de ellos, gritándoles, asustándolos… ellos seguían intentando abrir la mochila o llevársela si el peso de la misma se lo hubiera permitido… La forma más efectiva de espantarlos era salpicándoles con agua de mar!!! Y una vez espantados ellos se quedaban en las palmeras y árboles cercanos, disimulando, jugueteando,… en definitiva esperando una nueva oportunidad u ocasión jejeje. Así que cuidado con mochilas, las cámaras…
Después del buceo y de unas frescas rodajas de piña nos volvimos a poner en marcha para continuar el sendero hasta el final del recorrido. Un mapache se cruza en nuestro camino o nosotros en el de él… precioso todo él!
El sol está alto, hace calor y se agradece muchísimo la agradable sombra del sendero selvático paralelo al mar… Por el camino la playa perfecta, solitaria, vacía… verdeturquesazulmarino …una belleza inolvidable. También aquí nidifican algunas especies de tortugas marinas y se establecen campamentos estacionales para su estudio y conservación.
Cuando llegamos al final del trail el calor y humedad nos recordaban que estábamos en una latitud tropical… por suerte un inteligente italiano montó su restaurante-chiringuito ahí donde el parque termina (o comienza)… Una rica comida italocaribeña, coca cola fría y una piscina donde nos refrescamos antes de coger el bus que nos devolvería al pueblo.
Tras esperar un buen rato el autobús llegó y aún nos dio tiempo de darnos otro rico baño en la playa Blanca hasta última hora de la tarde. Repetimos cena picnic deluxe en nuestro palafito ¡¡y un baño en aftersun!!!
DÍA 7: CAHUITA, PUERTO VIEJO, GANDOCA
Amanece y escuchamos nuestro exótico y primitivo despertador de monos aulladores, nos ponemos en pie. Esa mañana repetiríamos la primera parte del itinerario de ayer, llegaríamos hasta la punta, hasta el arrecife, hasta donde estaban los divertidos y sinvergüenzas monos playeros… iríamos hasta “monkey island”.
A nuestro alrededor el verde fosforito, azules, arena radiante, turquesas, celestes… espectacular de nuevo el solitario baño en el jardín de corales. Regresamos y tras un último chapuzón en la entrada del parque, un descanso en la hamaca del porche y una ducha, nos ponemos en marcha rumbo al sur por la asfaltada, coherente y cómoda carretera que llega hasta Sixaola, frontera con Panamá. Dimos un paseo por Manzanillo.
Y allí comimos en una escandalosa soda local en la que Bob Marley sonaba demasiado fuerte y los lugareños jugando al dominó también sonaban demasiado fuerte… ¡¡cuanta pasión!! A fuera… gente en la playa de oscura arena, niños y jóvenes jugando al futbol en la polvorienta y encantadora calle principal del pueblo…, algunas bicicletas por aquí y por allá… Una rica comida y después un agradable paseo para bajarla…
Pregunté por la forma de ir a Gandoca para ver las tortugas… pero para llegar a la playa de nidificación se necesitaba de una barca, de un barquero y de transporte terrestre... lo cual hacia que se incrementara muuuucho el precio… y decidimos no ir.
Sin prisas regresamos a Cahuita. Paramos en algunas de las muchas playas del camino: la bonita playa de Punta Cocles con sus dos islotes enfrente, playa Uva… y una paradita en el animado Puerto Viejo de Talamanca a tomar algo y disfrutar del precioso atardecer.
Compramos en un gran supermercado por el camino para preparar la cena deluxe en el bungalow… y a descansar.