Llegada a Orlando y primera noche en Disney ✏️ Diarios de Viajes de USA

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JUEVES 26 ENERO 2017

A las 02:45 ya estábamos en pie. Concretamente Paula, pero el resto no duramos mucho más. Aunque no se hubiese despertado ella, seguramente no nos habrían dado más de las cinco. Era algo con lo que ya contábamos. Bienvenido a USA, bienvenido Jet Lag. Como nos temíamos, Paula había cogido algo de frío y estaba tosiendo bastante.

Teníamos el desayuno incluido con la habitación, pero hubo que esperar hasta las 06:00 para ello.
A pesar de que nos habían dicho que era un desayuno frío y nos lo habíamos imaginado como que sería muy poquita cosa, la verdad es que estuvo bastante bien. En un principio la reserva no especificaba que lo teníamos incluido, y fue una grata sorpresa. En una nevera había agua, una especie de puré de frutas y luego podías elegir entre café o té y bollería así como algo de fruta natural. Nos supo a gloria a todos.



Aún nos quedaba un largo camino hasta llegar a Orlando y, como no podía ser de otra manera, nuestra primera parada fue para ir de compras. A mitad de camino, paramos en un Wallgreens para comprar alguna cosa para la tos de Paula, pero según le dijeron a Asun, para menores de 12 años todo va con receta, así que lo único que nos pudo dar fue una especie de jarabe que era casi todo miel y unos caramelos de miel y limón. Lo primero se lo tomó medio bien, pero los caramelos dijo que no le gustaban nada y que no quería más. La cosa prometía. Durante el trayecto nos cayó un poco de agua pero, en general, la temperatura era agradable.


En cuanto a las compras, empezamos con un trío que casi nunca nos defrauda: Ross Dress for Less y TJMaxx para cosas de ropa y calzado a buen precio, aunque hay que rebuscar bastante y es mejor ir a primera hora ya que así está todo más ordenado, y DollarTree, lo que vendría a ser para un americano entrar aquí en un bazar chino. Muchas tonterías a un dólar y una forma de pasar el rato.

Hicimos algunas compras y continuamos el recorrido por el Premium Outlet de International Drive que nos quedaba justo al lado. La visita fue muy rápida ya que a Asun no le apetecía mucho meterse por las tiendas, así que prácticamente fuimos a lo que yo andaba buscando, lo que hizo que terminásemos antes de lo esperado. La idea era haber comido allí, pero como era muy pronto, nos fuimos hasta el Walmart que hay junto a Disney para completar el día. Básicamente necesitábamos provisiones para los desayunos y cenas de toda la estancia en Disney.







Nos gastamos 80.29US$, pero pensamos que sería más que suficiente para sobrevivir allí. Entre algunas tonterías, habíamos metido en la maleta un hervidor de agua que teníamos en casa a punto de jubilar, así como unos sobres de café descafeinado y de té. No estoy muy seguro de que eso se pueda meter en USA, pero como no os pararon en la aduana, nos quedaremos con la duda. El caso es que pensamos que nos iba a ser muy útil y cómodo para poder desayunar en la habitación o incluso prepararnos unos noodles por la noche.

Si ya había poco sitio en el coche con las maletas y demás trastos, ahora había que añadirla las compras y eso sí que fue digno de campeón de tetris.

El sitio para comer lo eligió Paula y ohh sorpresa, sorpresa, quiso McDonalds. Un día y medio allí y parecía que no existiese otro sitio en el mundo. Asun y Paula comían entre poco y medio sano, pero yo es que no me puedo resistir. Veo una hamburguesa y se me va la cabeza. En comida solo lo supera un buen cacho de carne. Mi perdición.

Después de llevar unas semana dándole la tabarra a Paula con que si Disney aquello que si Disney lo otro, la pobre tenía ya unas ganas locas de meterse en faena, así que no la hicimos sufrir más y nos llegamos al hotel.



Habíamos elegido el All Star Music Resort, básicamente por un tema económico, pero al llegar nos dimos cuenta de que el lugar merecía la pena. Como llegamos en coche, aparcamos en un parking que hay nada más llegar a mano izquierda que está reservado para los check in. Yo lo llevaba hecho online, así que pensé que sería cuestión de pocos minutos, pero me equivoqué por poco. En primer lugar, la cola iba desesperantemente lenta. Estando donde estábamos, supuse que la gente tendría un millón de preguntas en la entrada al hotel, así que no le dimos mayor importancia. Mientras yo esperaba, Asun y los niños cotilleaban toda la zona de recepción y se entretenían con lo que iban viendo. Cuando la familia que estaba delante de mí terminó, me fui a acercar al mostrador, pero la recepcionista que estaba en ese momento me dijo de muy malas formas que aún no había acabado (la familia ya se había ido) y que esperase a que ella me llamase. Segundos antes, me había fijado en que el recepcionista que estaba a su lado hablaba español, así que ya tenía dos razones para no tratar con ella. Pensé en cederle el turno a los que estaban detrás de mí si me llamaba, pero al final no hizo falta y continué el registro con Roberto, un hombre pasados los cincuenta que me pareció entender que era de Puerto Rico.

Personalmente, quería que el viaje fuese algo muy especial para la familia, así que había indagado acerca de cómo sorprender a mi mujer y a Paula (Carlos todavía es demasiado pequeño) a nuestra llegada a Disney. Ellos mismos te pueden preparar una sorpresa decorando la habitación, pero se escapaba definitivamente del presupuesto. El pack de bienvenida de Anna y Elsa (que era el que más atractivo me parecía) se iba a los US$410.95, así que decidí pasar a un versión más low cost (jejeje). La primera opción fue a través de la página de Disney Store, pero el tiempo de entrega era de 7 a 9 días, así que me acordé del servicio Prime de Amazon que tiene entrega gratuita al día siguiente y además tiene un mes de prueba gratis (solo hay que acordarse de cancelar el servicio a la vuelta de las vacaciones). El único problema de esta opción es que Amazon ya trabaja con muchos vendedores chinos, por lo que casi todo lo que vende de Disney son imitaciones con unos comentarios no muy buenos, así que tras unas cuantas vueltas, retomé la idea original de la Disney Store que, por lo menos me aseguraba la calidad de los productos. Lo único que tuve que hacer fue realizar el pedido unos 10 días antes de salir y, con un poco de suerte, nuestro paquete estaría esperando en la recepción a nuestra llegada al resort. Tenía un poco de todo e iba dirigido principalmente a Paula, pero sabía que a Asun también le haría ilusión al ver la cara de la niña. Aparte de esto, compré también unas camisetas de Disney a juego para toda la familia, pero esta vez fue a través de eBay.

Sorpresas by Disney

Lo de las camisetas era un poco frikada, pero me apetecía mucho hacerlo. Estuve mirando para personalizarlas a través de internet aquí en España pero, o no me gustaba el resultado final, o se iban casi a los 110 euros las de todos, así que por poco más de US$50 las compré a través de EBay USA, cuyo envío al hotel era además gratuito.

Disney Store: 95.00
Camisetas: 25.16
Pijama Frozen: 16.45
Flores: 69.30
Total: 205.91

La tercera sorpresa que tenía prevista era un ramo de tulipanes que son las flores favoritas de Asun, a través de I Drive Florist pero en ese caso había puesto que la entrega fuese al día siguiente.

Roberto me comentó que habían recibido 3 paquetes (eso ya lo sabía), y dio aviso para que los llevasen a la habitación lo antes posible. El resto de cosas (casi todo lo de Disney Store) no había llegado todavía, y sólo una de ellas estaba enviada. El resto NS/NC.

Entre pitos y flautas, cuando terminé con todo y volví con Asun y los niños, habían pasado ya 47 minutos!!! El check in más largo del mundo… En un principio nos habían asignado una habitación en el Country Inn, las más alejadas de la recepción, pero al final nos cambiaron a una del Rock Inn en la tercera planta: la 3602.









La primera impresión al llegar a la habitación fue buena. La decoración exterior de los jardines y alrededores está muy chula y, aunque la habitación propiamente dicha tiene una decoración simple, era amplia y se ajustaba perfectamente a nuestras necesidades. A las 17:00 tocaron a la puerta para dejarnos los primeros paquetes: las camisetas de Disney, el pijama de Elsa y Ana y un libro de pegatinas para Paula.






Organizamos un poco todas las cosas y salimos a dar un paseo para conocer el resto del hotel. Todos los días a las 19:00 ponen una película al aire libre en los hoteles All Star y, aunque ese día no había nada programado en el nuestro, en el Sports ponían Peter Pan, así que nos acercamos a conocer también el hotel y a ver cuánto aguantábamos con la película. En ese caso, el lugar donde la ponían era el campo de fútbol. Paula se puso muy decidida en una de las colchonetas que había por allí repartidas, pero al par de minutos se tumbó, y unos segundos más tarde, ya se le estaban cerrando los ojos, así que decidimos que lo mejor era regresar a la habitación.










Asun cenó un rollito césar y yo una de pollo barbacoa de lo que habíamos comprado en el Walmart que nos sorprendieron por lo buenos que estaban (a lo mejor también el hambre tenía algo que ver), y para las 21:30 nos terminamos de dormir todos.

Dos horas más tarde, sentimos un golpetazo y nos levantamos asustados al ver que Paula se había caído de la cama, y nos pusimos blancos al ver que estaba sangrando. Ver a una niña de 3 años con la cara cubierta de sangre sin saber muy bien qué es lo que lo está provocando es una sensación nada agradable. La llevamos corriendo al lavabo y después de un par de lavados vimos que lo que sangraba era la nariz y un poco el labio. Más escandaloso que otra cosa, pero sí que se hizo bastante daño la pobre. Su carita era un poema.

Para evitar futuros accidentes, quitamos la mesita de noche y juntamos las dos camas.

Además, tuvimos que despertarla para tomarse el jarabe, ya que la tos seguía siendo muy intensa y tenía los pies hirviendo, aunque no parecía tener fiebre.

Todavía no habíamos puesto un pie en Disney y ya estábamos hechos un cuadro.

Hoy ha sido otro día intenso. 11.4km para el cuerpo.

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