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El viaje del año, 5 días cerca de Sanxenxo en pareja y con la única intención de relajarnos y de volver a Asturias un poco más morenos. Las visitas, por tanto, iban a ser más de playa que culturales. Nos movemos desde Playa Montalvo (Apartamentos El Velero), a 2 kilómetros de Portonovo. Las fechas, del 19 al 24 de agosto de 2013. El apartamento era con cocina completa y estaba muy bien, a un par de minutos de Playa Montalvo y con una piscina para darse un chapuzón al volver de la playa. Al lado había una panadería con muy buen pan, perfecto para nuestros planes.
Nos lo montamos en plan low-cost, llevando toda la comida desde casa y nos salió bastante económico (unos 300 euros en total)
El planning era un día en las Cies (el único fijo, el jueves), otro en la Lanzada, una tarde conociendo sitios encantadores y cruzando a Portugal y lo demás playa. Lo que teníamos claro era que las paradas en la ida y vuelta serían para conocer sitios (As Catedrais a la ida y Santiago a la vuelta) El viaje tenía el añadido de visitar nuestro primer Patrimonio de la Humanidad, el Centro Histórico de Santiago de Compostela.
Día 1: Lunes 19/08/13: Breve incursión en la mariña lucense
Llegó el gran día, nos ponemos en camino a una hora prudente (9:30) con la intención de hacer una parada en la mariña lucense que no nos desvíe demasiado de la ruta hacia Sanxenxo.
El destino estaba claro, la Praia As Catedrais, entre Ribadeo y Foz, muy pintoresca y conocida. Aparcamos bien (eran las 10:45 más o menos) y nos encaminamos hacia la playa. La marea debe estar baja para poder pasear por ella. Por suerte no estaba demasiado llena de gente y se podía pasear y hacer fotos tranquilamente. La verdad es que es espectacular.
No creais que es una playa en la que poner la toalla y tomar el sol, pues toda la arena está mojada y es que cuando sube la marea desaparece. No paramos demasiado tiempo, y el paseo fue breve (la playa es muy extensa), pero nos llamó la atención las grietas de las rocas que al entrar te hacen sentir como en una catedral.
Además, al irnos hacia fuera nos impresionó la gran longitud de la playa, que unido al sol nos permitió hacer unas fotos espectaculares.
La siguiente (y última parada) fue Foz, muy cercana y donde nos limitamos a dar un paseo por la ría y tomar un café en una terraza. Vimos el centro de interpretación de la Mariña lucense, con buena pinta, pero no entramos ya que teníamos en mente comer en el apartamento.
Bastante cerca de Foz está la Basílica de San Martiño, que data del siglo IX (870) como iglesia fortificada ante los ataques de las razias árabes. Fue sede opiscopal hasta el siglo XII, momento en el que empieza su decadencia, dejando de usarse poco a poco el monasterio adyacente hasta que acabó siendo derruido. En el siglo XIX el obispo Francisco Lanteiro salvó a esta joya románica de grandes dimensiones de caer en ruinas. Es impresionante el tamaño, y aunque estaba cerrada, tenía muy buena pinta. No había absolutamente nadie, es una visita interesante y fuera del agobio de la masa. Está perfectamente explicado parte por parte en la web del Concello de Foz, en gallego, pero se entiende perfectamente: www.concellodefoz.es/ ...an_martino
Llegamos al apartamento, en Playa Montalvo a la hora de comer, y pese a que el check-in es, en teoría, a partir de las 5, a las 3 y poco estábamos ya preparando la comida.
El resto del día nos lo tomamos de relax en la playa (las fotos en el día de mañana) y en la piscina, que estaba bastante bien.
Día 2: Martes 20/08/13- Relax en Praia Montalvo
Habíamos pensado en ir a Lanzada hoy, pero estábamos bastante cansados (los madrugones no son lo nuestro) y nos quedamos en la playa de al lado del hotel descansando todo el día. La verdad es que está genial, mide sobre 1 kilómetro y está superlimpia, con buena arena y con la gente justa. Me sorprendió muy gratamente. Además, tener al lado el apartamento es un punto a favor, ya que en las horas más centrales nos fuimos a estar un poco frescos y comer de plato, que no se repetiría.
Los chapuzones en la piscina al subir de la playa prestan bastante la verdad, era de agua salada sin cloro y estaban bien para refrescar antes de ir al apartamento.
Día 3: Miércoles 21/08/13- Las Rias son más que sol y playa
Hoy volvíamos a tener en mente ir a pasar el día a Lanzada, pero estaba cubierto, así que decidimos pasar el día completo conociendo las Rías. Nuestro plan era ir a Combarro, Poio, Pontevedra y cruzar a cenar a Portugal, pero teniendo todo el día decidimos incluir Baiona y A Guarda, al final fuimos a todos esos sitios menos a Baiona.
Nada más salir nos tragamos un atascazo de hora y pico para cruzar Portonovo y Sanxenxo, según el Tom-Tom era la ruta más corta y perdimos mucho tiempo, además del cabreo. Pero bueno, cuando se despejó todo paramos en el Mirador da Granxa de forma improvisada a hacer unas fotos, que las vistas de Raxó eran preciosas.
Tras esto llegamos a Combarro, un pueblo tan encantador como masificado. Tuvimos mucha suerte al aparcar justo al lado de la zona peatonal porque se iba un coche y nos encaminamos rapidamente a la calle paralela al mar. Lo primero que se ve son las réplicas de 3 horreos gallegos (bastante más pequeños que los asturianos)
Y luego ya comienza la calle paralela al mar, preciosas las imágenes de hórreos justo al borde de la Ría de Pontevedra, pero hay demasiada gente y está lleno de tiendas de recuerdos y de comerciales invitándote a probar tal vino o tal orujo, y eso que era la hora de comer y me imagino que habría menos gente. El día acompañaba y las fotos quedaron de postal.
Tras el paseo y la compra de algunos detalles para la familia nos encaminamos al Monasterio de Poio, pegado a Combarro y precioso, pero completamente vacío, vale que eran las 2 de la tarde y estaba cerrado, pero nos sorprendió. El monasterio se fundó antes de la invasión musulmana, pero cuando empezó a cobrar importancia fue en el siglo XII-XIII con el apoyo de Doña Urraca. Los benedictinos obtuvieron mucho poder y tierras circundantes, hasta que la Desamortización de Mendizabal (1835) les quitó todos los fueros y el monasterio quedó despoblado hasta finales de siglo, cuando llegaron los mercedarios (actuales regentes). Tiene estilo principalmente renacentista y aguarda una de las mayores bibliotecas de Galicia, con más de 80.000 ejemplares.
Lo pillamos cerrado y decidimos no volver por la tarde, por el perjuicio de tiempo que originaría, aunque la vista por fuera es espectacular. La iglesia tiene un jardincillo delante que hace un efecto precioso, y el monasterio es amplio y con pinta de ser precioso (viendo las fotos en Google Imagenes más tarde nos arrepentimos de no entrar a las 16:30 que abría)
Después de esto, comimos con unas preciosas vistas a la Ría de Pontevedra, pero cuando nos pusimos a sacar los bocadillos nos encontramos con solo uno, vaya cabecina tenemos, iba a tocar pasar por un McDonalds/Burger King en Pontevedra a rematar la faena.
Tras la comida, a Pontevedra, que está muy cerca. Aparcamos en el parking Zona Monumental, muy bien situado y bien de precio. Tras preguntar donde está la Oficina de Turismo, nos encaminamos a ella, quedándonos asombrados del encanto de la capital pontevedresa, con unas calles estrechas y cuidadas que transportan a otra época.
Llegamos a la oficina y cerrada hasta las 5, bien, sin plano, nos decidimos por dejarnos llevar y caminar un rato por la ciudad, con rincones preciosos. Desembocamos en la Plaza de la Ferrería, preciosa, que nos dejó completamente maravillados.
La Plaza da Leña es sencillamente espectacular, parece que el reloj se haya detenido hace siglos (borré la foto que hice por error) y cualquier rincón de esta ciudad tiene bastante magia.
Incluso el Burger King (donde comimos algo para rematar el almuerzo) está encalado en un edificio histórico y se mimetiza a la perfección con él. Delante de él, y de manera contradictoria hay un homenaje del Partido Comunista de Galicia (sí, comunistas a la puerta de una empresa yanki) a Alexandre Bóveda, político nacionalista gallego fusilado en 1936, que raro ver esto en España, nunca viene mal un poco de memoria histórica.
Seguimos callejeando y pasamos por delante de la casa de Valle-Inclán y nos topamos con un jardín como conmemoración del descubrimiento de América por el almirante "pontevedrés" Cristóbal Colón, que gracia me hizo. El jardín es precioso.
Cruzamos el Río Lérez, alejándonos del centro histórico y caminando un poco por un precioso paseo en su ribera.
Justo al lado estaba Pasarón, el campo de fútbol, y la curiosidad tiró de mi y nos acercamos a echar un vistazo, pero estaba cerrado. No tiene mala pinta, la verdad.
Nos fuimos a por el coche y vimos que se nos hacía tarde, que nos habíamos liado en la terraza del BK que estaba realmente genial. Decidimos saltarnos Baiona y nos encaminamos directamente a A Guarda, a ver el Monte Santa Terga y a coger el transbordador rumbo a Portugal.
Y así hicimos, subimos a Santa Terga (previo pago de 1€ por persona, que merece la pena y mucho), un castro celta con geniales vistas sobre el Miño (para saber más sobre un castro mi etapa de la Costa Occidental Asturiana: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33471 ) Había alguna cabaña restaurada como sería en tiempo de los celtas, impresiona ver que había gente que vivía en sitios así.
A espaldas de esta cabaña se encuentra el castro original, muy grande (mucho más que el de Coaña) y precioso con la luz de la tarde.
La cima está a unos metros del castro, y las vistas sobre la preciosa A Guarda; y la desembocadura del Miño y el principio de la costa portuguesa son espectaculares, de postal.
Con el tiempo justo fuimos a por el transbordador (4€ coche + 2 personas), y aunque tuvimos que esperar ya que el primer barco se llenó, a la media hora escasa ya estábamos montados. Tiempo que nos valió para tomar un café y relajarnos un poco.
La vista de Caminha era buena, y nos impresionó bastante.
Entramos a Portugal como dos niños con zapatos nuevos, la primera vez que íbamos al extranjero por nuestros medios, nos hizo mucha ilusión.
La ciudad en sí tiene poco que ver, lo que más nos llamó la atención fue la torre bajo la cual se pasa para entrar a la plaza del pueblo, que es bastante bonita y jalonada de terrazas.
Subimos a buscar los miradores que anunciaban los carteles y pasamos por las murallas, pero lo primero no lo encontramos y lo segundo no merecía demasiado la pena.
Así que nos pusimos camino de la última parada de hoy, Valença do Minho y su fortaleza con las preciosas calles estrechas. Lo que más nos llamó la atención fue la muralla de la fortaleza, donde llegamos justo cuando estaba cayendo la tarde y que nos permitió hacer auténticos fotones (el mejor hecho con el móvil para subir a Instagram, perdón por la calidad)
Tras esto, fuimos a cenar al centro, preguntando acabamos en un restaurante cerca a un cúmulo de bancos (no sé como explicarlo mejor) llamado el SB12, donde cenamos muy bien y superbarato, increibles los precios de esta zona no turística de Portugal (12,40 dos refrescos y dos pizzas bastante grandes y ricas, seguimos flipando) y luego compramos dos pasteles riquísimos en una pastelería que está pegada por menos de 2 euros, de verdad que quedamos alucinados con lo barato que nos salió esto.
Después de la cena, cruzamos el puente de la Nacional (que cutre es, me decepcionó) y enfilamos al apartamento, que mañana toca madrugón para ir a las Cies, aunque dan nublado, vaya pufo, una de las mejores playas del mundo (la mejor según The Guardian) y parece que habrá que ir en sudadera...
Día 4: Jueves 22/08/13- Illas Cies, senderismo en chanclas
Nos hacía mucha ilusión ir a las Cies, y habíamos reservado con más de un mes de antelación el pasaje en Mar de Ons para asegurarnos entrar en el cupo. Sin embargo nos desencantamos un poco con la masificación, el cupo debería ser bastante más estricto para poder disfrutarlas de verdad, que había hasta unos canis haciendo botellón en la Playa das Rodas...
Bueno, que teníamos billetes para las 10:15 y 19:15 y el camino que tocaba eran los 3/4 de hora al puerto de Vigo.
Así que llegamos a Vigo con tiempo de sobra y aparcamos en el parking robótico del puerto (15€ por dejar el coche todo el día) Nada más bajarnos nos percatamos de que la batería de mi Reflex, con el madrugón, se quedó cargando en el apartamento. Menos mal que mi novia llevaba su cámara digital de repuesto y que hay un Media Markt en el puerto, que no abría hasta las 10, así que nos tuvimos que apañar con ella, que por cierto, hace muy buenas fotos. La cola era desorbitada para subir al barco, y había atracado a su lado un crucero mastodóntico.
Nos subimos al barco y en media hora por la Ría de Vigo nos plantamos en las Illas Cíes, que son preciosas (aunque solo se pueda visitar la Norte) y nos recibe un día completamente cubierto y fresco (se estaba bien en sudadera) Nuestro gozo de probar la mejor playa del mundo en un pozo.
Desembarcamos y tras hacernos con un planito de la isla e informarnos de las rutas de senderismo vamos a la Playa das Rodas, la verdad es que es espectacular, de arena blanca y finísima donde te hundes y que no se pega y un mar azul que recuerda al Caribe. Dejamos las toallas, mochilas y nevera y nos llevamos una pequeña mochilita con todo lo de valor, por si las moscas.
El plan era tomarnoslo con calma, y hacer una ruta por la mañana y otra por la tarde, la del Monte Faro y la del Alto del Príncipe respectivamente. Ambas son las más conocidas de la isla. Dejo un planito explicativo para que os hagais mejor una idea.
Así que tras las fotos reglamentarias en la playa nos pusimos en marcha hacia el Monte Faro, caminando el primer tramo por la playa en vez de por el camino. La playa es muy larga y es preciosa, pero cuesta caminar porque los pies se hunden que da gusto, es algo cansado recorrerla. Eso sí, merece la pena y mucho.
Al acabar la playa empezamos a subir por un sendero muy fácil (como todos, se puede caminar en chanclas perfectamente) y empezamos a ganar altura teniendo unas vistas preciosas de la playa.
Al llegar al sendero de la ruta nos internamos en un bosque, seguro que un día de calor se agradecería mucho. Va en zigzag y apenas se nota la subida de desnivel.
Tras la bifurcación de la ruta del faro, desde el que se ve la isla sur, no visitable, que también se ve desde el Faro de Cíes nos encontramos con un desvío a Pedra da Campa, algo de lo más típico de las Cies y llenísimo de gente. Lo mejor son las vistas al acantilado y a la costa oeste de la isla, muy escarpada al dar al oceáno abierto, a diferencia de la este más resguardada y donde estan todas las playas.
A medida que nos acercamos al faro tenemos unas vistas preciosas de la Isla Sur, así que descartamos coger el enlace e ir al Faro da Porta. Además, vemos la subida al faro, bastante escarpada, pero muy fácil de hacer por un camino en zigzag.
Las vistas de la costa occidental son espectaculares, pese al día y las nubes que caían practicamente en forma de niebla, una verdadera pena. Se nos quedó la espinita, algún día volveremos a ver si hace mejor tiempo.
La vuelta la hicimos entera por el sendero, cruzando por entre el lago y la costa que es muy bonito.
Tras comer unos bocatas en la playa (hoy llevábamos los dos, menos mal) y tumbarnos un poco a leer (nos respetaron todo lo que dejamos en la playa, así da gusto) nos pusimos en camino al Alto del Príncipe, bastante más corta que la ruta de por la mañana. Salía el sol, y eso dejaba preciosos paisajes, pero no acababa de calentar.
La ruta transcurre en ligera subida por un bosque, y al llegar al alto se tienen unas vistas preciosas de la costa, con el faro de por la mañana al fondo, aunque no lo parezca, caminamos bastante. El sol solo salía en la parte más al norte.
La vuelta con el contraste verde-azul y la luz fue totalmente de postal.
Tras un rato más en la playa tocaba coger el barco, que volvía a ir lleno y con una cola que daba miedo. Nos sentamos en cubierta y tuvimos unas vistas preciosas del atardecer sobre las Cies, fue mágico.
Decir como curiosidad que en el viaje de ida íbamos al lado de una pareja vasca, que en el viaje de vuelta, ¡se volvió a sentar al lado! Casualidades de la vida, nos hicimos fotos mutuamente y quedaron preciosas, la verdad.
Y tras esto a por el coche (sale por la puerta de detrás de donde lo dejaste, que yo tuve que preguntar a un empleado) y bastante cansados sacrificamos la visita a Vigo, que por otro lado, todo el mundo nos dijo que tiene bien poco que ver.
Día 5: Viernes 23/08/13- A Lanzada y Grove, día y noche
Día de playa y relax, queríamos aprovechar para descansar el último día, y eso hicimos. El plan era pasar el día en la playa de Lanzada y cenar en O Grove (me tocaba invitar por perder una apuesta). Y eso hicimos, con una parada en medio en el apartamento para ducharnos y vestirnos.
Nos pusimos en camino hacia A Lanzada y pasamos por delante de una bonita ermita, que dejamos para la vuelta. Aparcamos en uno de los parkings, por suerte uno se iba y aparcamos a pie de playa, luego podíamos perfectamente ir a por la cámara y devolverla al coche en un par de minutos. La playa es muy larga y tiene mucha diferencia entre ambas mareas. Da gusto pasear por ella, está muy limpia y no demasiado llena. Íbamos a comer allí de bocatas, así que alquilamos dos tumbonas y una sombrilla por 11€, un precio más que razonable. Como anécdota decir que cuando nos estábamos yendo me puse la camiseta de mi Real Avilés y resultó que los de las tumbonas de al lado eran también de mi ciudad. Estuvimos hablando un ratillo.
De vuelta al apartamento paramos en la Ermita de Nuestra Señora de Lanzada, construida en el siglo XII sobre una fortaleza defensiva del siglo X y muy sencilla, tanto en tamaño (es bastante pequeña) como en decoración, un rosetón sobre la puerta, de una sola nave y con un ábside en la cabecera.
En el interior alberga la virgen de La Lanzada
Tiene muy buenas vistas de la playa y de parte del litoral gallego, incluyendo la Isla de Ons, además de poder apreciarse a la perfección las aguas cristalinas.
Tras esta breve visita nos fuimos a arreglar un poco al apartamento y fuimos a O Grove a ponernos morados a pulpo, calamares, mejillones...
Durante el breve trayecto vimos atardecer y fue un momento precioso.
Aparcamos en el puerto y fuimos a cenar a un bar bastante asequible de precio, A Taberna de Casablanca, se nos fue hasta los 40€ la cuenta pero nos tomamos dos refrescos cada uno, además de tapas de pulpo, calamares, mejillones y quesos gallegos, mereció bastante la pena.
Para bajar la cena dimos un paseo por la villa y el puerto, bastante pintoresco este último.
Cruzamos a A Toxa, pero aparte del lujoso hotel no había absolutamente nada.
Y tras esto nos fuimos a descansar, que mañana tocan varias horas de coche y hay que estar despierto.
Día 6: Sábado 24/08/13- El día de las catedrales gallegas
Tocaba volver a casa, ¿ya? Sí, ya. Los días pasaron volando y ya se ha acabado, una pena. Para la vuelta teníamos pensado parar en Santiago y Mondoñedo, para hacerlo más ameno y llegar a casa para cenar. Finalmente añadimos otra parada muy breve.
Recorrimos la hora del apartamento a Santiago de Compostela dispuestos a pasar la mañana en la capital gallega. Al entrar mi novia me comentó que porque no pasábamos por el lugar del accidente de tren que estaba practicamente de camino, y allá que nos fuimos. Se cumplía justo un mes de la tragedia y había cámaras de casi todas las cadenas preparando los directos. Muy emotivo el puente con muchos mensajes, todo nuestro apoyo a las familias de las víctimas.
Tras esta parada, aparcamos en el Parking Xoan XIII (muy razonable de precio) y a la salida nos hicimos con un plano de la ciudad. Decir que el Casco Histórico, destino de millones de peregrinaciones es Patrimonio de la Humanidad desde 1985 en virtud de tres criterios:
· Criterio I (Representar una obra maestra del genio creativo humano) por la Catedral del Obradoiro
· Criterio II (Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico) por todo lo que supuso el Camino de Santiago para la ciudad, Galicia y todo el norte de la Península.
· Criterio VI (Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal) al ser visitada por miles de peregrinos cada año desde hace varios siglos.
Nada más salir de parking nos encontramos con el Convento de San Francisco, que fue fundado por San Francisco de Asis en 1214, pero que es puramente barroco, siendo construido practicamente entero en el siglo XVII. Solo lo vimos por fuera.
Fuimos caminando dando un rodeo para no llegar directamente al Obradoiro, que dejamos para el final, y nos topamos con San Martiño Pinario, otro monasterio al que no entramos. Este es el segundo monasterio más grande de España (por detrás del Escorial)
Seguimos por unas calles estrechas y vacías, muy bonitas, hasta desembocar en la Praza de Cervantes, con San Bieito do Campo, una pequeña construcción neoclásica que data del siglo XVIII construida sobre diversas edificaciones existentes desde el siglo X.
A espaldas de la catedral está la fachada del monasterio de San Martiño Pinario, cuya iglesia ya habíamos visto; desde donde se ve la parte trasera de la catedral.
Y por último llegamos a la Praza do Obradoiro y la Catedral de Santiago, que quita el hipo. Ponerme a hablar de su historia sería un tostón (más info en Wikipedia: es.wikipedia.org/ ...Compostela )
El Pórtico de la Gloria está tapiado, y solo se puede ver bien con visita guiada, la cual no cogimos porque barata no es.
Por dentro la catedral impresiona mucho, no me imagino como se quedaban los peregrinos de hace 700 años entrando por la misma puerta que nosotros. Maravillados era poco.
Fuimos a dar el abrazo al apostol, pero la cola salía a la calle, y tras un intento fallido de entrar por la salida decidimos no entrar. Nos dimos una vuelta viendo todas las capillas de la cabecera y laterales, algunas de ellas impresionantes.
Salimos de la catedral y cogimos el coche para comer los bocadillos en el Monte do Gozo, que no tiene nada, me llevé un poco de decepción.
Tras esto, enfilamos a Mondoñedo, por recomendación de Meha y Brigantina, muchas gracias, nos encantó el sitio. Aparcamos delante de la catedral (sorprendentemente es gratuito) y vimos que abría a las 4:30 y eran las 4, así que nos fuimos a O Rei das Tartas a tomar un trozo de tarta, vaya como estaba. Tras comer, nos dispusimos a visitar la Catedral, que se empezó a construir en pleno románico, aunque con las reformas del siglo XVII tiene bastantes elementos barrocos. Es bastante grande en comparación con la entidad del pueblo donde se encuentra situada.
El interior tiene 3 naves y un retablo mayor bastante trabajado aunque en materiales pobres, además de contar con unas pinturas que hacen referencia a la Reconquista en un estado bastante precario de conservación.
Esta catedral cuenta como curiosidad con una virgen inglesa, perteneciente al gótico inglés tudoriano con el collar de la Orden de la Jarretera, adquirida en 1555 y decorada con ángeles barrocos.
Tras esto continuamos dando un paseo por el pueblo, topándonos con el Seminario, un edificio muy amplio y creado en el siglo XVI como parte de la Contrarreforma católica para contrarrestar el cisma producido por Martín Lutero y sus seguidores (los protestantes)
Y por último nos encontramos con la Fonte Vella, construida en el siglo XVI y de la que Álvaro Cunqueiro dijo: "Si viniera a las San Lucas un perfumista de París yo le llevaría a la Fuente Vieja, para que aspirase lentamente el aroma a heno de hierba recién cortada, y partiendo de él inventase un perfume de otoño..."
Nos fuimos encantados de este rincón gallego, pero a medio camino me empecé a encontrar cansado de conducir (ella no ha sacado aún el carnet) y aprovechamos para parar un ratín en Viávelez, visita pendiente de nuestro día en la costa occidental. El puerto del concejo de El Franco tiene la peculiaridad de estar en curva y es bastante bonito. Paramos unos minutos a descansar y hacer unas fotos. Merece la pena la parada
Y tras esto si que nos fuimos a casa después de hacer nuestro viaje del año y con ganas de seguir conociendo España.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Santiago de Compostela: Sencillamente increible
· Islas Cies: El paraíso
· Monte Santa Terga: Vistas increibles
· Pontevedra: De otro tiempo
· Combarro: Belleza junto al mar
LO MENOS RECOMENDABLE
· A Toxa: No tiene nada de nada.
LAS SORPRESAS
· Mondoñedo: Precioso pero poco conocido
· Precios de Portugal: Las zonas no turísticas son baratísimas
· A Lanzada y Praia Montalvo: Arena y agua limpia y sin agobios de gente.
LAS DECEPCIONES
· La masificación: Cíes y Combarro pierden todo el encanto tan masificados; deberían restringir mucho el cupo de las islas.
· A Toxa: Suena mucho, pero no tiene nada de nada.
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Playa das Rodas con sol
· Viana do Castelo: CUMPLIDO
· Explorar más las Rías Altas (Foz-Ferrol): CUMPLIDO
· Baiona y la carretera de la costa: CUMPLIDO A MEDIAS
Un saludo viajeros
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305
Nos lo montamos en plan low-cost, llevando toda la comida desde casa y nos salió bastante económico (unos 300 euros en total)
El planning era un día en las Cies (el único fijo, el jueves), otro en la Lanzada, una tarde conociendo sitios encantadores y cruzando a Portugal y lo demás playa. Lo que teníamos claro era que las paradas en la ida y vuelta serían para conocer sitios (As Catedrais a la ida y Santiago a la vuelta) El viaje tenía el añadido de visitar nuestro primer Patrimonio de la Humanidad, el Centro Histórico de Santiago de Compostela.
Día 1: Lunes 19/08/13: Breve incursión en la mariña lucense
Llegó el gran día, nos ponemos en camino a una hora prudente (9:30) con la intención de hacer una parada en la mariña lucense que no nos desvíe demasiado de la ruta hacia Sanxenxo.
El destino estaba claro, la Praia As Catedrais, entre Ribadeo y Foz, muy pintoresca y conocida. Aparcamos bien (eran las 10:45 más o menos) y nos encaminamos hacia la playa. La marea debe estar baja para poder pasear por ella. Por suerte no estaba demasiado llena de gente y se podía pasear y hacer fotos tranquilamente. La verdad es que es espectacular.
No creais que es una playa en la que poner la toalla y tomar el sol, pues toda la arena está mojada y es que cuando sube la marea desaparece. No paramos demasiado tiempo, y el paseo fue breve (la playa es muy extensa), pero nos llamó la atención las grietas de las rocas que al entrar te hacen sentir como en una catedral.
Además, al irnos hacia fuera nos impresionó la gran longitud de la playa, que unido al sol nos permitió hacer unas fotos espectaculares.
La siguiente (y última parada) fue Foz, muy cercana y donde nos limitamos a dar un paseo por la ría y tomar un café en una terraza. Vimos el centro de interpretación de la Mariña lucense, con buena pinta, pero no entramos ya que teníamos en mente comer en el apartamento.
Bastante cerca de Foz está la Basílica de San Martiño, que data del siglo IX (870) como iglesia fortificada ante los ataques de las razias árabes. Fue sede opiscopal hasta el siglo XII, momento en el que empieza su decadencia, dejando de usarse poco a poco el monasterio adyacente hasta que acabó siendo derruido. En el siglo XIX el obispo Francisco Lanteiro salvó a esta joya románica de grandes dimensiones de caer en ruinas. Es impresionante el tamaño, y aunque estaba cerrada, tenía muy buena pinta. No había absolutamente nadie, es una visita interesante y fuera del agobio de la masa. Está perfectamente explicado parte por parte en la web del Concello de Foz, en gallego, pero se entiende perfectamente: www.concellodefoz.es/ ...an_martino
Llegamos al apartamento, en Playa Montalvo a la hora de comer, y pese a que el check-in es, en teoría, a partir de las 5, a las 3 y poco estábamos ya preparando la comida.
El resto del día nos lo tomamos de relax en la playa (las fotos en el día de mañana) y en la piscina, que estaba bastante bien.
Día 2: Martes 20/08/13- Relax en Praia Montalvo
Habíamos pensado en ir a Lanzada hoy, pero estábamos bastante cansados (los madrugones no son lo nuestro) y nos quedamos en la playa de al lado del hotel descansando todo el día. La verdad es que está genial, mide sobre 1 kilómetro y está superlimpia, con buena arena y con la gente justa. Me sorprendió muy gratamente. Además, tener al lado el apartamento es un punto a favor, ya que en las horas más centrales nos fuimos a estar un poco frescos y comer de plato, que no se repetiría.
Los chapuzones en la piscina al subir de la playa prestan bastante la verdad, era de agua salada sin cloro y estaban bien para refrescar antes de ir al apartamento.
Día 3: Miércoles 21/08/13- Las Rias son más que sol y playa
Hoy volvíamos a tener en mente ir a pasar el día a Lanzada, pero estaba cubierto, así que decidimos pasar el día completo conociendo las Rías. Nuestro plan era ir a Combarro, Poio, Pontevedra y cruzar a cenar a Portugal, pero teniendo todo el día decidimos incluir Baiona y A Guarda, al final fuimos a todos esos sitios menos a Baiona.
Nada más salir nos tragamos un atascazo de hora y pico para cruzar Portonovo y Sanxenxo, según el Tom-Tom era la ruta más corta y perdimos mucho tiempo, además del cabreo. Pero bueno, cuando se despejó todo paramos en el Mirador da Granxa de forma improvisada a hacer unas fotos, que las vistas de Raxó eran preciosas.
Tras esto llegamos a Combarro, un pueblo tan encantador como masificado. Tuvimos mucha suerte al aparcar justo al lado de la zona peatonal porque se iba un coche y nos encaminamos rapidamente a la calle paralela al mar. Lo primero que se ve son las réplicas de 3 horreos gallegos (bastante más pequeños que los asturianos)
Y luego ya comienza la calle paralela al mar, preciosas las imágenes de hórreos justo al borde de la Ría de Pontevedra, pero hay demasiada gente y está lleno de tiendas de recuerdos y de comerciales invitándote a probar tal vino o tal orujo, y eso que era la hora de comer y me imagino que habría menos gente. El día acompañaba y las fotos quedaron de postal.
Tras el paseo y la compra de algunos detalles para la familia nos encaminamos al Monasterio de Poio, pegado a Combarro y precioso, pero completamente vacío, vale que eran las 2 de la tarde y estaba cerrado, pero nos sorprendió. El monasterio se fundó antes de la invasión musulmana, pero cuando empezó a cobrar importancia fue en el siglo XII-XIII con el apoyo de Doña Urraca. Los benedictinos obtuvieron mucho poder y tierras circundantes, hasta que la Desamortización de Mendizabal (1835) les quitó todos los fueros y el monasterio quedó despoblado hasta finales de siglo, cuando llegaron los mercedarios (actuales regentes). Tiene estilo principalmente renacentista y aguarda una de las mayores bibliotecas de Galicia, con más de 80.000 ejemplares.
Lo pillamos cerrado y decidimos no volver por la tarde, por el perjuicio de tiempo que originaría, aunque la vista por fuera es espectacular. La iglesia tiene un jardincillo delante que hace un efecto precioso, y el monasterio es amplio y con pinta de ser precioso (viendo las fotos en Google Imagenes más tarde nos arrepentimos de no entrar a las 16:30 que abría)
Después de esto, comimos con unas preciosas vistas a la Ría de Pontevedra, pero cuando nos pusimos a sacar los bocadillos nos encontramos con solo uno, vaya cabecina tenemos, iba a tocar pasar por un McDonalds/Burger King en Pontevedra a rematar la faena.
Tras la comida, a Pontevedra, que está muy cerca. Aparcamos en el parking Zona Monumental, muy bien situado y bien de precio. Tras preguntar donde está la Oficina de Turismo, nos encaminamos a ella, quedándonos asombrados del encanto de la capital pontevedresa, con unas calles estrechas y cuidadas que transportan a otra época.
Llegamos a la oficina y cerrada hasta las 5, bien, sin plano, nos decidimos por dejarnos llevar y caminar un rato por la ciudad, con rincones preciosos. Desembocamos en la Plaza de la Ferrería, preciosa, que nos dejó completamente maravillados.
La Plaza da Leña es sencillamente espectacular, parece que el reloj se haya detenido hace siglos (borré la foto que hice por error) y cualquier rincón de esta ciudad tiene bastante magia.
Incluso el Burger King (donde comimos algo para rematar el almuerzo) está encalado en un edificio histórico y se mimetiza a la perfección con él. Delante de él, y de manera contradictoria hay un homenaje del Partido Comunista de Galicia (sí, comunistas a la puerta de una empresa yanki) a Alexandre Bóveda, político nacionalista gallego fusilado en 1936, que raro ver esto en España, nunca viene mal un poco de memoria histórica.
Seguimos callejeando y pasamos por delante de la casa de Valle-Inclán y nos topamos con un jardín como conmemoración del descubrimiento de América por el almirante "pontevedrés" Cristóbal Colón, que gracia me hizo. El jardín es precioso.
Cruzamos el Río Lérez, alejándonos del centro histórico y caminando un poco por un precioso paseo en su ribera.
Justo al lado estaba Pasarón, el campo de fútbol, y la curiosidad tiró de mi y nos acercamos a echar un vistazo, pero estaba cerrado. No tiene mala pinta, la verdad.
Nos fuimos a por el coche y vimos que se nos hacía tarde, que nos habíamos liado en la terraza del BK que estaba realmente genial. Decidimos saltarnos Baiona y nos encaminamos directamente a A Guarda, a ver el Monte Santa Terga y a coger el transbordador rumbo a Portugal.
Y así hicimos, subimos a Santa Terga (previo pago de 1€ por persona, que merece la pena y mucho), un castro celta con geniales vistas sobre el Miño (para saber más sobre un castro mi etapa de la Costa Occidental Asturiana: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33471 ) Había alguna cabaña restaurada como sería en tiempo de los celtas, impresiona ver que había gente que vivía en sitios así.
A espaldas de esta cabaña se encuentra el castro original, muy grande (mucho más que el de Coaña) y precioso con la luz de la tarde.
La cima está a unos metros del castro, y las vistas sobre la preciosa A Guarda; y la desembocadura del Miño y el principio de la costa portuguesa son espectaculares, de postal.
Con el tiempo justo fuimos a por el transbordador (4€ coche + 2 personas), y aunque tuvimos que esperar ya que el primer barco se llenó, a la media hora escasa ya estábamos montados. Tiempo que nos valió para tomar un café y relajarnos un poco.
La vista de Caminha era buena, y nos impresionó bastante.
Entramos a Portugal como dos niños con zapatos nuevos, la primera vez que íbamos al extranjero por nuestros medios, nos hizo mucha ilusión.
La ciudad en sí tiene poco que ver, lo que más nos llamó la atención fue la torre bajo la cual se pasa para entrar a la plaza del pueblo, que es bastante bonita y jalonada de terrazas.
Subimos a buscar los miradores que anunciaban los carteles y pasamos por las murallas, pero lo primero no lo encontramos y lo segundo no merecía demasiado la pena.
Así que nos pusimos camino de la última parada de hoy, Valença do Minho y su fortaleza con las preciosas calles estrechas. Lo que más nos llamó la atención fue la muralla de la fortaleza, donde llegamos justo cuando estaba cayendo la tarde y que nos permitió hacer auténticos fotones (el mejor hecho con el móvil para subir a Instagram, perdón por la calidad)
Tras esto, fuimos a cenar al centro, preguntando acabamos en un restaurante cerca a un cúmulo de bancos (no sé como explicarlo mejor) llamado el SB12, donde cenamos muy bien y superbarato, increibles los precios de esta zona no turística de Portugal (12,40 dos refrescos y dos pizzas bastante grandes y ricas, seguimos flipando) y luego compramos dos pasteles riquísimos en una pastelería que está pegada por menos de 2 euros, de verdad que quedamos alucinados con lo barato que nos salió esto.
Después de la cena, cruzamos el puente de la Nacional (que cutre es, me decepcionó) y enfilamos al apartamento, que mañana toca madrugón para ir a las Cies, aunque dan nublado, vaya pufo, una de las mejores playas del mundo (la mejor según The Guardian) y parece que habrá que ir en sudadera...
Día 4: Jueves 22/08/13- Illas Cies, senderismo en chanclas
Nos hacía mucha ilusión ir a las Cies, y habíamos reservado con más de un mes de antelación el pasaje en Mar de Ons para asegurarnos entrar en el cupo. Sin embargo nos desencantamos un poco con la masificación, el cupo debería ser bastante más estricto para poder disfrutarlas de verdad, que había hasta unos canis haciendo botellón en la Playa das Rodas...
Bueno, que teníamos billetes para las 10:15 y 19:15 y el camino que tocaba eran los 3/4 de hora al puerto de Vigo.
Así que llegamos a Vigo con tiempo de sobra y aparcamos en el parking robótico del puerto (15€ por dejar el coche todo el día) Nada más bajarnos nos percatamos de que la batería de mi Reflex, con el madrugón, se quedó cargando en el apartamento. Menos mal que mi novia llevaba su cámara digital de repuesto y que hay un Media Markt en el puerto, que no abría hasta las 10, así que nos tuvimos que apañar con ella, que por cierto, hace muy buenas fotos. La cola era desorbitada para subir al barco, y había atracado a su lado un crucero mastodóntico.
Nos subimos al barco y en media hora por la Ría de Vigo nos plantamos en las Illas Cíes, que son preciosas (aunque solo se pueda visitar la Norte) y nos recibe un día completamente cubierto y fresco (se estaba bien en sudadera) Nuestro gozo de probar la mejor playa del mundo en un pozo.
Desembarcamos y tras hacernos con un planito de la isla e informarnos de las rutas de senderismo vamos a la Playa das Rodas, la verdad es que es espectacular, de arena blanca y finísima donde te hundes y que no se pega y un mar azul que recuerda al Caribe. Dejamos las toallas, mochilas y nevera y nos llevamos una pequeña mochilita con todo lo de valor, por si las moscas.
El plan era tomarnoslo con calma, y hacer una ruta por la mañana y otra por la tarde, la del Monte Faro y la del Alto del Príncipe respectivamente. Ambas son las más conocidas de la isla. Dejo un planito explicativo para que os hagais mejor una idea.
Así que tras las fotos reglamentarias en la playa nos pusimos en marcha hacia el Monte Faro, caminando el primer tramo por la playa en vez de por el camino. La playa es muy larga y es preciosa, pero cuesta caminar porque los pies se hunden que da gusto, es algo cansado recorrerla. Eso sí, merece la pena y mucho.
Al acabar la playa empezamos a subir por un sendero muy fácil (como todos, se puede caminar en chanclas perfectamente) y empezamos a ganar altura teniendo unas vistas preciosas de la playa.
Al llegar al sendero de la ruta nos internamos en un bosque, seguro que un día de calor se agradecería mucho. Va en zigzag y apenas se nota la subida de desnivel.
Tras la bifurcación de la ruta del faro, desde el que se ve la isla sur, no visitable, que también se ve desde el Faro de Cíes nos encontramos con un desvío a Pedra da Campa, algo de lo más típico de las Cies y llenísimo de gente. Lo mejor son las vistas al acantilado y a la costa oeste de la isla, muy escarpada al dar al oceáno abierto, a diferencia de la este más resguardada y donde estan todas las playas.
A medida que nos acercamos al faro tenemos unas vistas preciosas de la Isla Sur, así que descartamos coger el enlace e ir al Faro da Porta. Además, vemos la subida al faro, bastante escarpada, pero muy fácil de hacer por un camino en zigzag.
Las vistas de la costa occidental son espectaculares, pese al día y las nubes que caían practicamente en forma de niebla, una verdadera pena. Se nos quedó la espinita, algún día volveremos a ver si hace mejor tiempo.
La vuelta la hicimos entera por el sendero, cruzando por entre el lago y la costa que es muy bonito.
Tras comer unos bocatas en la playa (hoy llevábamos los dos, menos mal) y tumbarnos un poco a leer (nos respetaron todo lo que dejamos en la playa, así da gusto) nos pusimos en camino al Alto del Príncipe, bastante más corta que la ruta de por la mañana. Salía el sol, y eso dejaba preciosos paisajes, pero no acababa de calentar.
La ruta transcurre en ligera subida por un bosque, y al llegar al alto se tienen unas vistas preciosas de la costa, con el faro de por la mañana al fondo, aunque no lo parezca, caminamos bastante. El sol solo salía en la parte más al norte.
La vuelta con el contraste verde-azul y la luz fue totalmente de postal.
Tras un rato más en la playa tocaba coger el barco, que volvía a ir lleno y con una cola que daba miedo. Nos sentamos en cubierta y tuvimos unas vistas preciosas del atardecer sobre las Cies, fue mágico.
Decir como curiosidad que en el viaje de ida íbamos al lado de una pareja vasca, que en el viaje de vuelta, ¡se volvió a sentar al lado! Casualidades de la vida, nos hicimos fotos mutuamente y quedaron preciosas, la verdad.
Y tras esto a por el coche (sale por la puerta de detrás de donde lo dejaste, que yo tuve que preguntar a un empleado) y bastante cansados sacrificamos la visita a Vigo, que por otro lado, todo el mundo nos dijo que tiene bien poco que ver.
Día 5: Viernes 23/08/13- A Lanzada y Grove, día y noche
Día de playa y relax, queríamos aprovechar para descansar el último día, y eso hicimos. El plan era pasar el día en la playa de Lanzada y cenar en O Grove (me tocaba invitar por perder una apuesta). Y eso hicimos, con una parada en medio en el apartamento para ducharnos y vestirnos.
Nos pusimos en camino hacia A Lanzada y pasamos por delante de una bonita ermita, que dejamos para la vuelta. Aparcamos en uno de los parkings, por suerte uno se iba y aparcamos a pie de playa, luego podíamos perfectamente ir a por la cámara y devolverla al coche en un par de minutos. La playa es muy larga y tiene mucha diferencia entre ambas mareas. Da gusto pasear por ella, está muy limpia y no demasiado llena. Íbamos a comer allí de bocatas, así que alquilamos dos tumbonas y una sombrilla por 11€, un precio más que razonable. Como anécdota decir que cuando nos estábamos yendo me puse la camiseta de mi Real Avilés y resultó que los de las tumbonas de al lado eran también de mi ciudad. Estuvimos hablando un ratillo.
De vuelta al apartamento paramos en la Ermita de Nuestra Señora de Lanzada, construida en el siglo XII sobre una fortaleza defensiva del siglo X y muy sencilla, tanto en tamaño (es bastante pequeña) como en decoración, un rosetón sobre la puerta, de una sola nave y con un ábside en la cabecera.
En el interior alberga la virgen de La Lanzada
Tiene muy buenas vistas de la playa y de parte del litoral gallego, incluyendo la Isla de Ons, además de poder apreciarse a la perfección las aguas cristalinas.
Tras esta breve visita nos fuimos a arreglar un poco al apartamento y fuimos a O Grove a ponernos morados a pulpo, calamares, mejillones...
Durante el breve trayecto vimos atardecer y fue un momento precioso.
Aparcamos en el puerto y fuimos a cenar a un bar bastante asequible de precio, A Taberna de Casablanca, se nos fue hasta los 40€ la cuenta pero nos tomamos dos refrescos cada uno, además de tapas de pulpo, calamares, mejillones y quesos gallegos, mereció bastante la pena.
Para bajar la cena dimos un paseo por la villa y el puerto, bastante pintoresco este último.
Cruzamos a A Toxa, pero aparte del lujoso hotel no había absolutamente nada.
Y tras esto nos fuimos a descansar, que mañana tocan varias horas de coche y hay que estar despierto.
Día 6: Sábado 24/08/13- El día de las catedrales gallegas
Tocaba volver a casa, ¿ya? Sí, ya. Los días pasaron volando y ya se ha acabado, una pena. Para la vuelta teníamos pensado parar en Santiago y Mondoñedo, para hacerlo más ameno y llegar a casa para cenar. Finalmente añadimos otra parada muy breve.
Recorrimos la hora del apartamento a Santiago de Compostela dispuestos a pasar la mañana en la capital gallega. Al entrar mi novia me comentó que porque no pasábamos por el lugar del accidente de tren que estaba practicamente de camino, y allá que nos fuimos. Se cumplía justo un mes de la tragedia y había cámaras de casi todas las cadenas preparando los directos. Muy emotivo el puente con muchos mensajes, todo nuestro apoyo a las familias de las víctimas.
Tras esta parada, aparcamos en el Parking Xoan XIII (muy razonable de precio) y a la salida nos hicimos con un plano de la ciudad. Decir que el Casco Histórico, destino de millones de peregrinaciones es Patrimonio de la Humanidad desde 1985 en virtud de tres criterios:
· Criterio I (Representar una obra maestra del genio creativo humano) por la Catedral del Obradoiro
· Criterio II (Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico) por todo lo que supuso el Camino de Santiago para la ciudad, Galicia y todo el norte de la Península.
· Criterio VI (Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal) al ser visitada por miles de peregrinos cada año desde hace varios siglos.
Nada más salir de parking nos encontramos con el Convento de San Francisco, que fue fundado por San Francisco de Asis en 1214, pero que es puramente barroco, siendo construido practicamente entero en el siglo XVII. Solo lo vimos por fuera.
Fuimos caminando dando un rodeo para no llegar directamente al Obradoiro, que dejamos para el final, y nos topamos con San Martiño Pinario, otro monasterio al que no entramos. Este es el segundo monasterio más grande de España (por detrás del Escorial)
Seguimos por unas calles estrechas y vacías, muy bonitas, hasta desembocar en la Praza de Cervantes, con San Bieito do Campo, una pequeña construcción neoclásica que data del siglo XVIII construida sobre diversas edificaciones existentes desde el siglo X.
A espaldas de la catedral está la fachada del monasterio de San Martiño Pinario, cuya iglesia ya habíamos visto; desde donde se ve la parte trasera de la catedral.
Y por último llegamos a la Praza do Obradoiro y la Catedral de Santiago, que quita el hipo. Ponerme a hablar de su historia sería un tostón (más info en Wikipedia: es.wikipedia.org/ ...Compostela )
El Pórtico de la Gloria está tapiado, y solo se puede ver bien con visita guiada, la cual no cogimos porque barata no es.
Por dentro la catedral impresiona mucho, no me imagino como se quedaban los peregrinos de hace 700 años entrando por la misma puerta que nosotros. Maravillados era poco.
Fuimos a dar el abrazo al apostol, pero la cola salía a la calle, y tras un intento fallido de entrar por la salida decidimos no entrar. Nos dimos una vuelta viendo todas las capillas de la cabecera y laterales, algunas de ellas impresionantes.
Salimos de la catedral y cogimos el coche para comer los bocadillos en el Monte do Gozo, que no tiene nada, me llevé un poco de decepción.
Tras esto, enfilamos a Mondoñedo, por recomendación de Meha y Brigantina, muchas gracias, nos encantó el sitio. Aparcamos delante de la catedral (sorprendentemente es gratuito) y vimos que abría a las 4:30 y eran las 4, así que nos fuimos a O Rei das Tartas a tomar un trozo de tarta, vaya como estaba. Tras comer, nos dispusimos a visitar la Catedral, que se empezó a construir en pleno románico, aunque con las reformas del siglo XVII tiene bastantes elementos barrocos. Es bastante grande en comparación con la entidad del pueblo donde se encuentra situada.
El interior tiene 3 naves y un retablo mayor bastante trabajado aunque en materiales pobres, además de contar con unas pinturas que hacen referencia a la Reconquista en un estado bastante precario de conservación.
Esta catedral cuenta como curiosidad con una virgen inglesa, perteneciente al gótico inglés tudoriano con el collar de la Orden de la Jarretera, adquirida en 1555 y decorada con ángeles barrocos.
Tras esto continuamos dando un paseo por el pueblo, topándonos con el Seminario, un edificio muy amplio y creado en el siglo XVI como parte de la Contrarreforma católica para contrarrestar el cisma producido por Martín Lutero y sus seguidores (los protestantes)
Y por último nos encontramos con la Fonte Vella, construida en el siglo XVI y de la que Álvaro Cunqueiro dijo: "Si viniera a las San Lucas un perfumista de París yo le llevaría a la Fuente Vieja, para que aspirase lentamente el aroma a heno de hierba recién cortada, y partiendo de él inventase un perfume de otoño..."
Nos fuimos encantados de este rincón gallego, pero a medio camino me empecé a encontrar cansado de conducir (ella no ha sacado aún el carnet) y aprovechamos para parar un ratín en Viávelez, visita pendiente de nuestro día en la costa occidental. El puerto del concejo de El Franco tiene la peculiaridad de estar en curva y es bastante bonito. Paramos unos minutos a descansar y hacer unas fotos. Merece la pena la parada
Y tras esto si que nos fuimos a casa después de hacer nuestro viaje del año y con ganas de seguir conociendo España.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Santiago de Compostela: Sencillamente increible
· Islas Cies: El paraíso
· Monte Santa Terga: Vistas increibles
· Pontevedra: De otro tiempo
· Combarro: Belleza junto al mar
LO MENOS RECOMENDABLE
· A Toxa: No tiene nada de nada.
LAS SORPRESAS
· Mondoñedo: Precioso pero poco conocido
· Precios de Portugal: Las zonas no turísticas son baratísimas
· A Lanzada y Praia Montalvo: Arena y agua limpia y sin agobios de gente.
LAS DECEPCIONES
· La masificación: Cíes y Combarro pierden todo el encanto tan masificados; deberían restringir mucho el cupo de las islas.
· A Toxa: Suena mucho, pero no tiene nada de nada.
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Playa das Rodas con sol
· Viana do Castelo: CUMPLIDO
· Explorar más las Rías Altas (Foz-Ferrol): CUMPLIDO
· Baiona y la carretera de la costa: CUMPLIDO A MEDIAS
Un saludo viajeros
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305
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