altitud, denominada la ciudad blanca por las construcciones de sillar en ese color o por la numerosa población española de raza blanca. Temperatura: 23º. Mucho sol. Protector solar durante el día y forro polar cuando atardece.
La llegada a Arequipa estaba prevista a las 09h pero debido al tráfico en el último tramo del viaje llegamos con ¾ h de retraso. En la estación nos estaba esperando un taxi, deferencia del hostal Solar donde nos alojábamos.
Dejamos las mochilas en el taxi y cruzamos al Terrapuerto, situado justo en frente de la terminal de Cruz del Sur. Desde el Terrapuerto salen autobuses regionales y a ciudades importantes del Sur. Fuimos al mostrador de autobuses Reyna y compramos dos billetes para Cabanaconde para el día 7 de agosto. (17 soles por persona). Consejo: si queréis ver las vistas del cañón durante el trayecto, pedid que os den los asientos de la derecha.
Elegimos la compañía Reyna por los horarios, aunque hay otras compañías como Andalucía que también tienen servicio a Chivay o Cabanaconde.
En 15 minutos estábamos en el hostal. Previamente habíamos reservado en la Posada de San Juan pero tras varios meses insistiendo con mails para que nos confirmasen la reserva y sin haber recibido noticias suyas, decidimos 2 días antes de inciar el viaje cambiar de alojamiento. Escogimos el Hostal Solar por las críticas de tripadvisor y de booking y fue un acierto. Está bien situado en la ciudad, la habitación era espaciosa y muy limpia y desde la puerta de la misma veíamos el volcán Misti. La habitación matrimonial con desayuno incluido y pickup desde la estación nos costó 105 soles. No tiene calefacción pero las mantas son suficientes, dispone de agua caliente las 24h del día y los enchufes no necesitan adaptador.
Salimos del hostal y el siguiente objetivo era conseguir el billete de Chivay a Puno con 4m express. La oficina ha cambiado recientemente de dirección y ya no se encuentra en la Casa Mayor sino en frente del museo de la momia Juanita. El billete costaba 45$ e incluía un snack gratuito y 3 paradas en localizaciones naturales antes de llegar a Puno. Habíamos leído en foros que se podía regatear y sólo conseguimos que nos rebajara 5$ por persona. Pagamos pues, 40$. Ahora teníamos el resto del día libre para visitar la ciudad.
En primer lugar nos dirigimos caminando al Mirador de Yanahuara. Tardamos unos 20-25 minutos desde la plaza de Armas. Nos hicimos la foto de rigor en las arcadas con el Misti al fondo y delante de Iglesia de San Juan Bautista, construida en 1750.
Antes de ir a comer, nos compramos un alfajor en la panadería de la plaza (2 soles) y un helado de queso en el puesto de la esquina (3 soles). Dicen que los mejores son los del mercado de San Camilio y los del Patio del Ekeko, pero este estaba delicioso.
De bajada y al ser la hora de comer, decidimos pararnos en La Nueva Palomino. Sabíamos de este restaurante a través de tripadvisor. Ojo, tienen dos locales muy próximos y hay que tener cuidado de no confundirlo con otro restaurante llamado “Restaurante Palomino” en la esquina de la misma calle.
El restaurante es muy grande, dispone de varios patios y estaba lleno de gente local (buena señal). La carta consta de cocina tradicional arequipeña. Nos decidimos por el “Superamericano”, un plato enorme del que comimos los dos y que constaba de rocoto relleno, arroz blanco, estofado de res, pastel de papa, choclo con queso, pies de cerdo y guiso de patata, tripa y pecho de vaca. Incluía también dos vasos grandes de chicha morada. Total, en un único plato probábamos todas las especialidades de la ciudad. Todo esto y un agua nos costó 40 soles.
Bajamos rodando hasta la plaza de Armas y curioseamos en la feria que había delante de la catedral donde se exponían esculturas y se podía ver a los tallistas en pleno proceso de tallado de la piedra.
Poco después hicimos la visita de la Catedral. La entrada cuesta10 soles por persona y por el servicio de guiado, que es obligatorio, pagamos 10 soles entre los dos. No hay un precio establecido para los guías, pero nos aconsejaron pagar 10 soles. La visita guiada lleva unos 20-25 minutos.
La visita incluye el museo de la catedral donde se exponen una custodia y objetos utilizados en la iglesia durante el s. XVIII (aunque la estructura es de 1621, un incendio en 1844 destruyó el interior). Continuamos en la primera planta con la explicación de las distintas vestimentas: capas, albas, mitras, dalmáticas… y pasamos al tejado y campanario desde donde se tienen bonitas vistas de la ciudad. La visita acaba con un paseo por dentro de la catedral.
De aquí nos dirigimos a una de las numerosas tiendas de La Ibérica para probar sus chocolates y caramelos. Compramos unos tofes y una barra de chocolate por 10,20 soles.
A continuación nos fuimos a visitar el Convento de Santa Catalina
www.santacatalina.org.pe. Entrada 35 soles (aceptan visa). Tour guiado opcional de 1h: 20 soles.
En algún blog habíamos leído que la visita nocturna era bonita, así que esperamos hasta las 16,30 para comprar la entrada. Si bien es cierto que verlo cuando ha anochecido es chulo, ahora pensamos que habríamos preferido entrar a pleno sol para que las fotos que hicimos reflejaran realmente el colorido y la belleza del sitio.
El monasterio fue fundado en 1580 por María de Guzmán, devota de Santa Catalina de Siena. En esta ciudadela de 20.000 m2 ingresaban las segundas hijas de acaudaladas familias españolas con criadas y una buena dote. Con la llegada de Mª Josefa Cadena, se suprimió la vida de privilegios y lujos y se impuso la austeridad., suprimiendo las estancias privadas e imponiendo estancias comunes como la panadería, los dormitorios o el refectorio.
La visita se inicia en los locutorios y tornos y continúa por la zona de las novicias, con su claustro y habitaciones. Las novicias ingresaban a los 12 años y pedían recibir los votos a los 16. Seguimos por el claustro de los naranjos, con pinturas anónimas del siglo XVIII, la sala velatoria donde se velaban los cuerpos de las monjas durante 24 horas hasta que se trasladaban al cementerio, la sala Zurbarán y varias celdas más hasta llegar a las calles de Córdoba, Toledo, Sevilla y Burgos o a la plaza de Zocodover. Las últimas estancias que se visitan son el dormitorio comunitario, convertido hoy en pinacoteca y la antigua capilla transformada en panadería.
Por último, una visita a la Iglesia de la Compañía, en un costado de la Plaza de Armas. La entrada es gratuita y es un ejemplo del estilo barroco arequipeño. Se trata de una de las iglesias más antiguas de la ciudad donde destaca la fachada con labrados de motivos vegetales.
Tras las fotos de la plaza de noche, paseamos por la Calle Mercaderes y cenamos algo ligero en uno de los locales cercanos (20 soles por persona).
Y por fin esta noche dormiríamos en una cama!!